S E I S

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Capítulo seis: Madres, bañadores y sucesos inesperados.

La mañana del día siguiente llegó más rápido de lo que yo esperaba. No tenía nada de sueño, no había conseguido pegar ojo en toda la noche. Después de todo lo que había sucedido el día anterior, creo que no podría volver a dormir como una persona normal en toda mi vida. Los acontecimientos pasaban por mi mente constantemente, yo no podía controlar a mi mente y obviamente eso me hizo pasar una mala noche. Cada vez que cerraba los ojos pensaba en Hoseok y su familia y en todo lo que había sucedido mientras yo no estaba, se iba a casar, iba a tener un hijo... por no hablar de lo sucedido en el baño cuando él me dijo que me quería.

Sinceramente, en ese momento, yo le creí.

Cuando le miré a los ojos ví pura sinceridad, puede que pareciese que no, pero el tiempo que pasé junto a Hoseok a pesar de que fue extremadamente corto, fue también muy intenso (bueno, me enamoré de él, si eso no es intenso no sé que puede serlo), conocí a Hoseok, sabía cuando mentía y cuando no, y cuando estábamos en el baño, podía poner la mano en el fuego por él y no quemarme porque estaba seguro de que me decía la verdad cuando me dijo que me quería. Sin embargo, eso también me hacía desconfiar de él, estaba comprometido, e iba a tener un hijo, aún queriéndome, ¿cómo era eso posible? Por mucho que tu padre fuese un ogro, o que fuese la persona más autoritaria del planeta, estar con una persona a la que no quieres, planear una vida entera junto a ella y formar una familia queriendo a otra persona... Sólo una persona frívola y malvada podía hacerlo, porque no sólo estaba yo en medio, había mucho más. Y puede que el tiempo que pasé junto a Hoseok fuera corto, pero yo no creía que Hoseok fuese de esa forma, pero también podía estar equivocado.

No era la primera vez que las apariencias engañan.

No sabía qué pensar.

Sólo quería dormir, y eso para mí era una tarea imposible.

Dios mío, estaba de los nervios, en una tensión constante.

Y aquí estaba, preparándome porque hoy tendría que volver a la casa de los Jung, a una especie de cóctel o no se qué, la verdad era que cuando los padres de Hoseok lo estaban comentando yo no estaba prestando mucha atención, tenía otras cosas en las que pensar y en las que preocuparme, y lo cierto es que no era un panorama para nada bonito y apetecible. Lo último que quería era volver a encontrarme con sus caras, no quería ver a nadie.

Ahora es cuando pienso que la vida me odia.

Sólo a una persona con una suerte pésima podría sucederle algo así.

Por un año que vengo de vacaciones y justamente tienen que venir. ¿No podrían haberse quedado en el lugar donde estaban? Todo sería más feliz, bonito y con muchos más colores.

- ¡Taehyung! ¿Estás listo, cariño? - me gritó mi madre desde la planta baja gritó.

Me miré en el espejo.

Menudo careto.

- ¡Si, ya bajo! - grité mientras cogía el bolso de encima de la cama y salía de la habitación para bajar las escaleras.

No sé cuantás veces lo habré dicho, pero, sobra decir que tengo cero ganas de ir.

- Qué hermoso hijo tengo. -comentó mi madre nada mas me ve bajar.

Suspiré, las madres y sus intentos de hacernos sentir mejor con nosotros mismas.

- Mamá... - me quejé.

- ¿Qué? Es la verdad, eres el chico más precioso de este planeta.

- Sí claro, sólo lo dices porque eres mi madre. -  dije, saliendo por la puerta y caminando hacia el coche.

- También, pero creeme cuando te digo que para ser hermoso, al natural estas mil veces mejor.

-  Si con natural te refieres a estas
ojeras, sí, estoy bellísimo, como para ir a una pasarela. - dije, abriendo la puerta del coche y sentándome en la parte trasera.

Mi padre me miró desde el espejo retrovisor. Luego mi madre abrió la puerta entró, sentándose al lado de mi padre.

- No exageres, cariño, además, si no quieres ir sólo tienes que decirlo, nadie te obliga a presentarte allí, sabes que yo lo hago por no hacer un feo, pero tú no tienes la obligación de nada, son tus vacaciones, puedes quedarte y disfrutar. - se giró y me miró.

Suspiré y miré por la ventana.

- No, quiero ir.

- Está bien, como quieras.

Cuando llegamos a casa de los Jung, mi estómago se revolvió, haciendo esos típicos ruiditos molestos, no de hambre, si no debido a los nervios, como cuando tienes un examen muy importante, bueno, así se encontraba mi estómago. Lo mejor era que no me daba por tener gases, si no iba a tener una tarde muy movidita.

Al bajar del coche, me fijé en que Jin nos estaba esperando en la puerta, si no fuese porque era el hermano de Dahyun, juraría que hasta parecía el mayordomo, el pobre siempre era el que abría la puerta, ¿no podrían, por ejemplo, abrirla el Señor o la Señora Jung? Nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja, blanca, resplandeciente, como una sonrisa de anuncio de pasta de dientes.

- Hola, - dijo cuando nos acercamos, apartándose de la puerta y dejándonos pasar.

- Hola. - dije cuando pasé por su lado.

Me quedé esperando en la puerta a que todos entraran, cuando Jin cerró la puerta nos hizo un guiño para que le siguiéramos por el pasillo. Le seguimos y llegamos a la cocina que estaba vacía.

- ¿Les apetece algo para tomar?

- No, dijeron mis padres al unisono.

- ¿Y tú Taehyung?

- Un vaso de agua estaría bien. - dije sonriendo.

- Bien, sírvete tu mismo, los vasos están en ese armario de ahí arriba.- dijo señalándolo.

- Y el agua está en la nevera, yo llevaré a tus padres fuera para que puedan hablar libremente con los señores Jung. - terminó con una sonrisa. - Por cierto, hoy estás precioso, Taehyung.

- Gracias.

El me asintió con la cabeza antes de salir por una puerta que daba al patio, obviamente mi madre no pudo salir sin buscar mi mirada para hacerme un guiño de complicidad.

En fin, madres.

Me acerqué al armario y cogí un vaso, muego fui hasta la nevera y saqué la botella de agua, lo serví en el vaso y luego volví a guardar la botella, me dí la vuelta para coger el vaso y salir de allí cuando ví a Hoseok parado en la puerta, en bañador y mojado.

- Hola. - dijo, cerrando la puerta. Su voz era baja.

- Hola.

No intercambiamos ni una palabra más durante los minutos siguientes. Los dos nos quedamos quietos, sólo se oía las gotas del cuerpo de Hoseok caer al suelo. Vi como sus ojos viajaban desde la parte superior de mi cabeza hasta mis pies, y luego hizo el camino de vuelta. Excepto que esta vez, cuando sus ojos llegaron a mi cara, permanecieron enfocados en mis labios Sin pensarlo, me mordí el labio inferior con timidez. Al darse cuenta de que cogí su mirada persistente en mis labios, miró hacia atrás hasta lograr el contacto de nuestros ojos. Sus ojos negros con los míos avellanas.

Pero, ví mucho más que un par de simples ojos obscuros. Vi a un chico como yo, luchando a pesar de los problemas. Se acercó a la nevera y sacó un zumo, luego se quedó a mi lado quieto, y después de tomar un sorbo de su bebida, me habló.

- ¿Podemos hablar? - preguntó en voz baja.

Me encogí de hombros.

- Ya lo sé todo Hoseok, Daehyun me lo contó ayer en el baño.

- Oh, pero no creo que te hubiese contado mucho.

Hoseok ahora parecía perdido y confundido en sus pensamientos.

- Pensé que estaba demasiado asustada como para contárselo a alguien más que a mí.

- Bueno, pues me lo dijo. Y yo todavía no sé qué pensar de todo esto. ¿Es que no te das cuenta de que me duele demasiado? Al verlos a los dos comprometidos, Daehyun esperando un hijo, verlos juntos no es algo precisamente que me haga dar saltos, Hoseok. Me duele, así que no te creas que eres el único que tiene una razón para estar triste.

No me dí cuenta de todo lo que había dicho, simplemente había abierto la boca y dejado que las palabras fluyesen. Ya está, le había dejado en bandeja que aún sentía algo por él. Bravo. Seré estúpido.

- Así que, ¿todavía me quieres? ¿Eso es lo que me estás queriendo decir? - una sonrisa de emoción apareció en su rostro.

Todos los signos de cansancio desapare- cieron. Parecía que le acababan de decir que había ganado la lotería. Esperanza era lo que había en sus ojos cuando me miró, esperando mi respuesta. Y es por eso que mi corazón latía con fuerza en mi pecho. No podía evitar sentirme alegre al ver su esperanza y felicidad al darse cuenta de que aún seguía queriéndole. Porque aún lo quería, pero me equivocaría al decírselo a un Hoseok comprometido, sin embargo, tampoco quería romper esa felicidad y emoción y no me atrevía a mentirle.

Sobrecarga de emociones.

Mi siguiente movimiento no sólo me sorprendió a mí, también a Hoseok. Me lancé a sus brazos, envolviendo los brazos alrededor de su delgado cuerpo, cavando la cara en el hueco de su cuello. Echaba de menos esto. Me perdí en su aroma, era tan embriagador. Consistía en una mezcla de crema de afeitar y colonia. Mi cuerpo se llenó de calor mientras él también envolvía sus brazos alrededor mío, tomando conciencia de lo que ahora estaba pasando. Al principio, él estaba sorprendido, pero ahora estaba vivo y activo.

- Esto no puede ser más que un sí a mi pregunta. - susurró en mi pelo, casi podía sentir la sonrisa en su boca mientras lo decía.

- Esto está mal. - comenté en su cuello, pero no me alejé.

- Pero se siente tan bien. -  dijimos los dos al mismo tiempo.

Él se rio en voz baja y yo me uní. En este momento, todo quedó olvidado y perfecto, como en los viejos tiempos cuando éramos amigos o cuando nos estábamos conociendo. No había angustias, ni lágrimas, ni preocupaciones. Sólo estábamos  nosotros. Me gustaría aferrarme a cada segundo de este momento para que durara para siempre. Estábamos tan felices en el abrazo. Abrazándonos el uno al otro y sonriendo y riéndonos, como si no pasara absolutamente nada entre nosotros.

-Te quiero. -las palabras fluyeron de su boca con suavidad y perfección.

Mis siguientes palabras salieron antes de que yo pudiese tomar el control.

-  Yo también te quiero. Sé que no debería hacerlo, pero lo hago.

Hoseok se alejó ligeramente, nuestros brazos aún seguían enredados mientras me miraba con amor y alegria. Estaba seguro de que mi expresión era como la suya. No podía evitarlo. Mis sentimientos fluían a la ligera, él movió sus brazos hacia arriba  hasta ahuecar mi cara entre sus manos.

- Nunca dejé de quererte, Taehyung.

Y sus labios se fusionaron con los míos. Me besó lentamente, y yo le devolví el beso, sin poder alejarme. Esto está mal. Sus labios se sincronizaban a la perfección con los míos. ¿Qué estás haciendo Taehyung? Acarició con una de sus manos mi pelo mientras profundizaba el beso. Deja de devolverle el beso. Me apoyó suavente contra la nevera y apretó su cuerpo contra el mío, sin dejar espacio entre nosotros. No deberías estar haciendo esto, Taehyung. Presioné ambas manos contra su pecho desnudo. Esto está tremendamente mal. Este beso estaba demostrando lo mucho que nos queríamos. Este beso decía las cosas que no nos decíamos el uno al otro. En este beso estábamos compartiendo lo mucho que habíamos perdido, lo mucho que nos queríamos cuidar, y lo mucho que queríamos estar juntos. Pero sigue siendo incorrecto. Él está comprometido. Va a tener un hijo. Piensa en que ahora mismo pueden entrar Daehyun o Jin y los pueden encontrar. No puedes ser tan tonto. No debes echarlo todo por la borda.

Hoseok sonrió en el beso.

Pero yo le quería.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro