capítulo 3

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La idea principal de Lexa era de quedar con Clarke y estar unas horas con ella, pues bien, las horas se extendieron hasta bien entrada la tarde que fue cuando la acercó a su casa. Obviamente no habían estado todo el día por el parque mirando la ciudad. Cuando Lexa dijo que Clarke era una mala influencia estaba en lo cierto, pues se picaron, Clarke aceptaba un plan de Lexa y ésta debía aceptar el plan que proponía la rubia ¿el plan de Lexa? Otro paseo por el centro histórico de Atlanta ¿el plan de Clarke? Fly indoor skydiving, lo que venía siendo ponerse debajo de un ventilador gigante que las hacía simular la caída libre que suele haber en el paracaidismo, solo que más controlado y a una altura para nada mortal aunque una mala caída podría romper piernas o brazos, así que ahí estaban ambas, con los monos de color azul y rojo, los protectores de brazos y rodilleras más el casco:

- Siempre he querido hacer paracaidismo.

Dijo Clarke mientras esperaba su turno junto a la puerta del enorme ventilador:

- Yo no y hago esto porque soy una mujer de palabra- decía con el ceño fruncido mientras miraba al chaval que ya estaba dentro del ventilador- pero preferiría tener siempre los pies en la tierra.

Retiró la mirada del chico que estaba a punto de acabar su turno para mirar a Clarke, la había pillado mirándola algo embobada:

- ¿Sabes? Las mejores ideas ocurren cuando el cerebro está más descansado- la dijo sonriente- estoy segura de que si te dejases llevar más harías grandes obras.

- vuestro turno.

Dijo el monitor que estaba junto a la puerta, Lexa rápidamente señaló a Clarke:

- Ella primero.

- muy bien.

Dijo el monitor mientras hacía un gesto con la mano para que entrase la rubia primero, ésta miró sonriente a Lexa antes de entrar, la ojiverde le devolvió la sonrisa, lo cierto es que tenía una sonrisa preciosa y se le formaba un hoyuelo interesante en el mentón.

El monitor entró con Clarke, pues al ser la primera vez haría de guía, fue sucesivo, primera a una altura baja y de un momento a otro boom, para arriba como el subidón de adrenalina que sintió, sin embargo, Lexa tragó saliva y musitó:

- Me dará un infarto.

Cuando Clarke salió de aquel enorme tubo entre risas Lexa supo que su tiempo de espera había acabado, mostrándose de que pasta estaba hecha. El monitor hizo una señal con la mano para que entrase, sin embargo hizo caso omiso y se acercó a la rubia:

- No puedo hacerlo.

Clarke alzó las cejas:

- Hicimos un trato.

- Bueno, pues pídeme lo que quieras y lo haré- señaló el tubo- menos esto- se quedó pensativa, ya de Clarke se podía esperar cualquier cosa- y que esté dentro de la legalidad.

- ¿lo que yo quiera?

Preguntó con mirada brillante, Lexa tragó saliva y musitó menos segura:

- Sí.

Clarke miró a los que estaban detrás haciendo cola e impacientándose un poco:

- Podéis pasar- agarró la mano de Lexa y se apartaron de la cola, a ver no iba a obligar a Lexa a hacer algo que no quisiera, pero ya que se ofrecía no iba a desaprovechar la oportunidad- sé lo que puedes hacer y sin correr ningún riesgo.

Se quitaron los monos y los protectores, no le diría lo que quería hasta llegar al vehículo de Lexa. No estaba segura de que iba a complacer lo que quería, pues siempre había sido esquiva con el tema:

- Bien ¿qué es lo que quieres que haga?

Preguntó Lexa cuando ya estaban dentro del coche. Clarke puso una expresión pícara y posó su mano sobre la pierna de la morena, ésta se puso tensa y aferró el volante con fuerza:

- ¿Tú qué crees?

- Clarke- decía titubeante- yo yo...

Clarke rompió a reír y apartó su mano:

- Estoy bromeando, quiero que me muestres tu lugar de trabajo.

Lexa frunció el ceño:

- ¿por qué?

Clarke se encogió de hombros:

- Curiosidad ¿es cómo una fábrica enorme? ¿Un taller?

Lexa dibujó media sonrisa y después de pensarlo acabó accediendo:

- Está bien.

Dijo antes de poner el coche en marcha.

No se trataba de una fábrica, ni un edificio grande, tampoco era como un taller pequeño, es más estaba junto a un bloque de edificios, el estudio era de una única planta, la fachada era de color blanca con grandes ventanales y puerta reforzada. Lexa estacionó justo cerca de la entrada y salió del coche, con las llaves en la mano se quedó mirando su propiedad, hacía tantos meses que no pisaba aquel lugar, seguro que estaba lleno de polvo:

- ¿Es aquí?

Preguntó Clarke mientras se posicionaba a su lado:

- Sí.

Respondió aún sin dejar de mirar la puerta:

- ¿Solo me vas a enseñar el edificio por fuera? ¿No me digas que está encantado?

En ese momento Lexa frunció el ceño sin comprender y miró a Clarke:

- ¿Qué?

- Fantasmas- dijo en broma la rubia- nada, solo estaba bromeando, si no quieres entrar no hace falta, tampoco quiero obligarte.

- No te preocupes- dijo mientras buscaba la llave del manojo para abrir la puerta- solo que hace tiempo que no entro, estará lleno de polvo.

Lexa abrió la puerta y la sostuvo para que la rubia entrase. Clarke puso expresión de emoción y entró, se imaginaba que sería un lugar con un montón de jarrones y cosas por el estilo, pero no, nada más entrar parecía ser un despacho, con un escritorio a mano derecha y estanterías a mano izquierda, en frente había una puerta que Lexa abrió e hizo un gesto con la cabeza para que la rubia la siguiese, pasaron a una sala más espaciosa, a los laterales había como especies de hornos, una mesa de metal y otra mesa con un montón de herramientas, también sopletes y un montón de barras. Al otro lado había otra puerta que llevaba a más habitaciones:

- Vaya- dijo Clarke acercándose a uno de los hornos- ¿Son necesarios tantos hornos?

Lexa sonrió y se apoyó en una de las mesas:

- Ese de ahí- dijo señalando al horno central- es el que se encarga del vidrio líquido, siempre está en funcionamiento y a altas temperaturas- se acercó a otro y lo abrió, el horno era grande y redondo- este es el agujero de la gloria- Clarke dejó escapar una risita y puso expresión pervertida- ¿ocurre algo con el nombre?

- ya conocía el agujero de la gloria aunque es muy diferente a ese.

Lexa se cruzó de brazos y la miró sin comprender:

- disculpa si te parezco algo desfasada, pero ¿es algo sexual?

- ¿no ves porno? Te diría que más sitios pero no creo que vayas a esos lugares.

- Hace años que no veo porno, así que es algo sexual.

Clarke se quedó unos segundos mirando a Lexa, carraspeo y acto seguido señaló a los hornos más pequeños:

- Y ¿esos qué hacen?

Lexa rio entre dientes se acercó a la rubia que intentaba irse por la tangente:

- no, ahora dime ¿qué es el agujero de la gloria?

Quedo cara a cara, Clarke pareció ponerse nerviosa, tanto que se sonrojó:

- El agujero de la gloria es... tampoco quiero que pienses que soy una pervertida desviada a la que le pierde el vicio.

Lexa rompió a reír:

- Clarke, no soy beata, ni monja y mucho menos virgen, no me voy a espantar.

Clarke dio un pequeño paso acortando un poco más las distancias y mirando fijamente a los ojos de Lexa comenzó a explicar con tono sensual poniendo así nerviosa a la ojiverde:

- El agujero de la gloria es un agujero que puedes encontrar en determinados sitios públicos dónde puedes meter tu...- bajo la mirada a su entrepierna- polla y al otro lado haber alguien dispuesta a chupártela o dispuesto- Lexa tragó saliva- también puede ser otras prácticas sexuales.

Lexa sonrió y se separó algo nerviosa, se rascó la cabeza con su dedo índice y corazón:

- Eso ya es demasiado moderno para mí.

Clarke se colocó las manos detrás de la espalda y balanceándose un poco de un lado al otro siguió diciendo con tono coqueto:

- ¿no te parece morboso?

- No, me gusta mucho ver cómo me la chupas- en cuanto su cerebro analizó lo que dijo se corrigió rápidamente- chupan, me gusta ver cómo me la chupan- desviando el tema señaló a los hornos más pequeños- esos hornos se encargan de calentar los vidrios de color.

Clarke se mordió el labio inferior para ocultar su sonrisa:

- ¿Qué hay por allí?

Preguntó a la puerta que había al otro lado. Lexa hizo una señal con la cabeza para que la siguiese. Cruzó la estancia y abrió la puerta, daba a un pequeño apartamento, como si fuese el típico estudio universitario, cocina, una cama y una puerta que daba a un baño:

- Había días que trabajaba tanto que empalmaba un día de trabajo con otro, me servía para descansar un poco.

- ¿sólo eso?

Preguntó la rubia con voz erótica justamente cerca de su oreja izquierda antes de caminar hasta la cama matrimonial, sentarse y cruzar las piernas. Lexa tragó saliva e inconscientemente agarró los cordones de la capucha de su sudadera y tiró de ellos haciendo que se encogiese:

- Bueno....- empezó a musitar nerviosa- que...querías que te... te enseñase mi... mi lugar de tra...trabajo y ya te....te lo he enseñado- miró a la puerta- podemos irnos cu... cuando quieras.

Clarke amplió su sonrisa pícara y respondió con sinceridad:

- No, aún no quiero irme- se levantó y se quitó la chaqueta- ni me lo has enseñado todo.

- y ¿qué más quieres ver?- Clarke se quitó el top quedando semidesnuda- yo...yo...

El cerebro de Lexa sufrió un cortocircuito, mandaba señales a sus piernas para salir corriendo, mientras que por otra parte la temperatura corporal aumentaba y bueno no podía dejar de mirar a la rubia que se había soltado el cabello, sensual se acercó a Lexa y se pegó a ella antes de atreverse a besarla. La ojiverde en un principio estaba tensa, hasta que poco a poco se dejó llevar, esa rubia realmente sabia besar demasiado bien. Clarke entreabrió los labios y dio permiso Lexa para que introdujera su lengua y poder explorar sus bocas mutuamente gimiéndose cuando sus lenguas se rozaron. Clarke, aún sin dejar de besar a Lexa agarró su mano que estaba posada sobre su cadera y la guio hasta uno de sus senos. En ese instante Lexa reaccionó separándose un poco:

- Clarke- dijo con voz ronca- ya te dije que yo no tengo aventuras.

- Y yo te dije que tampoco soy un rollo de una noche- acarició la mejilla de Lexa- me gustas mucho, Lexa.

Iba a besarla de nuevo, pero Lexa se apartó otra vez:

- Hace tiempo que yo no tengo relaciones- se sinceró- bueno, mucho tiempo- se sonrojó un tiempo- puede que dispare antes de lo que me gustaría y no quiero que te hagas ideas...

Clarke posó su dedo índice en los labios de Lexa para silenciarla y curvó las comisuras de sus labios:

- ya te dije que yo también llevo tiempo sin hacerlo, no pasa nada, no pienses demasiado- agarró la mano de Lexa, empezó a guiarla hasta la cama y antes de empujarla para que cayese sobre la cama le quitó la sudadera- tan solo déjate llevar.

Lexa se sentó, apoyó las manos en el colchón y observó como Clarke seguía tomando las riendas, se desabrochó el botón de su pantalón y comenzó a bajarlos junto a la ropa interior. Lexa boquiabierta contempló cada detalle de su cuerpo, hacía tanto tiempo que no veía a una mujer desnuda tan cerca, con respiración agitada se puso de rodillas y la ayudó, primero quitó una bota y después la otra para poder deshacerse de los pantalones junto a la ropa interior. Lexa pasó sus manos por sus piernas y tal como la pidió, se dejó llevar, besando sus muslos. Clarke posó sus manos en la cabeza de la morena y dejó escapar un pequeño gemido. Deslizó su lengua hasta su pelvis y fue dejando un reguero de besos de un lado hasta el otro para besar su otro muslo. En esta ocasión fue Clarke la que se sentó en la cama, Lexa se mantuvo de rodillas y con las manos empujó sus piernas para abrírselas y exponer su sexo, sus labios mayores estaban rosados e hinchados por la excitación, la boca de Lexa se hizo agua, con timidez besó sus muslos internos hasta lamer su monte de venus, Clarke echó la cabeza hacia atrás y atrajo la cabeza de Lexa más a su sexo. La ojiverde empleó sus manos para separar sus labios mayores y lamió justo dónde más terminaciones nerviosas tenía:

- Sí, justo ahí.

Dijo entre jadeos mientras posaba una pierna sobre el hombro de Lexa, ésta lamió con más insistencia, saboreando cada punto hasta llegar a la zona más húmeda, endureció su lengua y la introdujo todo lo que pudo:

- Sí, me encanta.

Decía jadeando y moviendo la pelvis demandando mucho más. Lexa gimió en su sexo y con su mano dominante la acercó a uno de sus senos, mientras lamia y empleaba pequeñas succiones usaba su mano para torturar sus pezones:

- Joder, me corro....- decía entre jadeos antes de acelerar mucho más sus jadeos- me corrooo.

Pegó su cabeza fuertemente a su sexo a la vez que movía su pelvis hasta que su orgasmo dio a su fin, cayendo desplomada sobre la cama, Lexa dio una última pasada con su lengua para recoger su dulce jugo, relamiéndose los labios al levantarse, se llevó la mano a su entrepierna, Clarke tras recuperarse un poco volvió a incorporarse y observó con lascivia el bulto de su entrepierna, apartó la mano de Lexa para ser ella la que acariciase el endurecido sexo de la ojiverde, ésta dejó escapar un suspiro sonoro. Clarke bajó su pantalón deportivo y ropa interior hasta liberar su miembro y cuando iba a proceder a chupársela:

- Clarke- la rubia la miró, tenía las pupilas dilatadas por la excitación- no tienes por qué hacerlo si no te gusta.

Aquella frase pilló desprevenida a la ojiazul, nunca nadie la había dicho eso, bueno, mejor dicho, nunca ningún hombre la había dicho eso, ya que Lexa era la primera intersexual con la que estaba, por el contrario, Lexa había estado con pocas mujeres y cuando digo pocas es que se pueden contar con los dedos de una mano y a la mayoría no les gustaba hacerla sexo oral. Clarke sonrió antes de sacar su lengua de forma sensual y lamer la punta de su miembro:

- Veré tu cara de placer mientras te la chupo- decía mientras la masturbaba lentamente con ambas manos- y al pajear tu polla con mis tetas hasta derramar la última gota sobre mí.

Al acabar la frase se introdujo su miembro en la boca todo lo que pudo, Lexa se llevó un puño a la boca y lo mordió para silenciar su jadeo. Clarke repitió el movimiento con la cabeza apretando sus labios en el tronco de su polla y cuando quedaba la punta movía su lengua para lamer la zona de frenillo. La morena inconscientemente movió su pelvis marcando un poco el ritmo, de vez en cuando miraba como la daba placer oral, en ningún momento vio un mínimo gesto de asco o rechazo, al contrario parecía estar cómoda y la gustaba, en un momento a otro sus miradas conectaron la rubia aminoró el ritmo y sin dejar de mirar a los ojos de Lexa masturbaba su polla con una mano mientras lamia con sensualidad la base y empleaba la otra mano para estimular el perineo, provocando que la ojiverde jadease sonoramente, tenía unos gemidos tímidos y sexis, la rubia observó que de la punta salió un poco de lubricación y antes de que entrase contacto con su pulgar paso su lengua hasta el meato, justo cuando llegó a ese punto presionó un poco con su lengua. Lexa cerró fuertemente los puños:

- Estoy a punto.

Clarke sonrió antes de lubricar su polla con su saliva y se lo puso entre sus voluptuosos pechos y apretándolos con sus manos empezó a moverlos, Lexa quedó boquiabierta, sinceramente nunca la habían masturbado de esa forma y nunca se imaginó lo morboso y placentero que podía llegar a ser:

- ¿te gusta?

Preguntó la rubia con voz erótica. Lexa solo fue capaz de asentir con la cabeza, Clarke notó un poco de líquido caliente sobre su pecho, cada vez lubricaba más y estaba más dura. Lexa cerró los ojos, puso su mano en el hombro de la rubia y aceleró los movimientos pélvicos:

- Me corro.

Lexa se separó unos centímetros y sin poder pensar se terminó con la mano, derramando toda su esencia por su pecho y un poco en su mandíbula. La ojiverde sonrió y dejó escapar un suspiro de alivio, se había olvidado lo bien que se sentía y la relajación que podía llegar a sentir después de un orgasmo. Al abrir los ojos conectó con la mirada pícara de Clarke, estaba pasando su dedo índice y corazón por la parte de la mandíbula que había sido pringada y se los introdujo en la boca. Lexa se subió los pantalones:

- Disculpa, voy a por papel.

- Lexa no pasa nada.

Pero no sirvió decir nada pues Lexa ya había entrado corriendo al baño.

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