capítulo 33

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 Clarke quedó estupefacta, iba a convertirse la persona que más veces le había pedido matrimonio y todas ellas sin quererlo de verdad, anteriormente por el compromiso de un embarazo que no llegó a buen puerto y ahora, veía que lo pedía por miedo o porque se veía amenazada por otro hombre:

- No.

Respondió aún atónita. Lexa la miró sin comprender, le había dicho que la quería:

- ¿por qué?

Por poco y le falta poner el puchero mientras preguntó:

- Porque sigues sin quererlo realmente y tampoco podemos pretender actuar como si nada hubiera pasado, seguramente sigas dolida por lo que te hice y yo también lo estoy por como te fuiste- chasqueó con los dedos cuando dijo lo siguiente- las cosas no se solucionan con un chasquido de dedos.

Lexa se dio por vencida y apoyó la cabeza en la pierna de Clarke mientras acariciaba la otra:

- Está bien, pelearé para que vuelvas a confiar en que no me iré de nuevo- frunció el ceño y miró a Clarke- a no ser que deba saber algo más.

Clarke negó con la cabeza:

- Te conté todo, Lexa y en su día te pedí perdón por ello ¿Debo saber algo?

Sí, la pregunta iba por la chica que había llamado a Lexa, a la que había mentido descaradamente:

- ¿Cómo el qué?

Preguntó la morena apoyando de nuevo su cabeza en la pierna izquierda de Clarke, la rubia pasó su mano por su cabello moreno y despeinado:

- ¿Quién te ha llamado? Y no me vengas con excusas, tú ya sabes que ya hay un doctor interesado en mí, estoy en mi derecho de saber quien está interesada en ti.

Lexa se levantó y se sentó al lado de la rubia:

- Nos conocimos en Venecia, yo daba clases soplando vidrio y ella acudió a unas cuantas clases, es inteligente, alegre, aventurera e independiente y yo una desesperada por querer arrancarte de mi corazón, tan desesperada que creí que ella podría ayudarme a conseguirlo, pero desde el minuto uno hasta el día de hoy siempre la he dejado claro de que no es nada serio.

- ¿Ella sigue en Venecia?

La morena retiró la mirada unos segundos, porque evidentemente lo que iba a decir no sería de agrado para la ojiazul:

- No, la pedí que se viniese conmigo, está en Savannah.

Clarke quedó tan sorprendida que solo pudo soltar una risita nerviosa, se pasó las manos por la cara y se levantó para enfrentarse a Lexa, se la sudaba si le había dicho a la otra chica que su relación no era nada serio, eso ultimo la hizo sentirse como la tercera en discordia:

- Nadie, le pide a su rollo una convivencia ¿Cómo puedes decir eso?

Lexa se levantó algo irritada:

- La dejé claro incluso el mismo día que pisó la casa que no era nada serio.

- Me da igual lo que la dijeses si de todas formas actúas como si fuese algo serio- Lexa la miró sorprendida por esa respuesta- si ella lo dejó todo y vino contigo no fue por un simple rollo ¿es que te da igual lo que sienta ella? Es egoísta por tu parte ilusionarla de esa forma.

La ojiverde arqueó las cejas por la sorpresa:

- ¿Ilusionarla?

- Sí, puedes engañarte y decirte "la dejé claro que no es nada serio" para sentirte bien contigo misma, pero vivir y dormir con ella todas las noches no es de un rollo ¿Por qué no la dijiste la verdad? Porque sabes que la haría daño, porque siente algo más que una relación abierta.

Lexa puso las manos en señal de stop:

- ¿Me estás echando la bronca? ¿es qué tú no estás ilusionando al médico?

Clarke negó con la cabeza:

- No tiene ni punto de comparación, ahora mismo no se me ocurriría pedirle que viviese conmigo y si el día de mañana quedo con él le dejaría claro que hay otra persona en mi vida y sí, te estoy echando la bronca, porque no es justo para ella y mucho menos que tengas intención de que me conviertas en la otra.

- En cuanto llegue a Savannah la voy a dejar, Clarke, ya te dije que voy a pelear por ti ¿qué más necesitas escuchar? Te he pedido hasta matrimonio.

Clarke se cruzó de brazos y preguntó con seriedad:

- ¿Enserio que la vas a dejar?

Lexa se acercó a la rubia y aferró sus mejillas para mirarla a los ojos fijamente ni iba a titubear:

- La voy a dejar, Clarke, cuando vine reconozco que lo hice para verte, pero no tenía pensado acostarme contigo, no tenía intención de hacerte sentir mal y mucho menos quería hacer daño a otra persona y tienes razón, no es justo para ella, pero por favor, no pienses que te quiero como una amante porque no, como ya te dije tu estás primero- acortó la distancias y la besó, antes de separarse unos centímetros- quiero intentarlo de nuevo contigo y quien sabe, en un futuro formar la familia que una vez por casi tenemos- Clarke deshizo su cruce de brazos para abrazar a la ojiverde- casarnos cuando sea el momento, tener bebés y quien sabe, tú abrir una galería y yo abrir más escuelas de soplado de vidrio.

Clarke curvó la comisura de los labios y devolvió otro beso a la morena:

- Recuerdo que eras tú la que no quería tener hijos.

- Y no los quiero si no es contigo.

Poco a poco fueron dando traspiés mientras chocaban sus labios una y otra vez hasta dejarse caer sobre la cama, los besos de Lexa se hicieron más intensos al igual que el roce de sus cuerpos, las temperaturas de sus cuerpos fueron incrementándose, sobre todo cuando Lexa sintió los voluptuosos senos de Clarke friccionar con los suyos, enseguida la sangre de su cuerpo empezó a bajar:

- ¿Cuándo te marchas?

Aprovechó la breve pausa que hizo Lexa para tomar aire:

- Cojo un vuelo esta tarde- respondió la ojiverde antes de besar su cuello- me da tiempo a hacerte el amor un par de veces más.

Clarke echó la cabeza hacia atrás para darle más acceso a Lexa, que besaba su cuello y por momentos pasaba su lengua humeda por los puntos más sensibles:

- ¿Solo un par de veces?

Lexa desvió sus besos hasta acercarse a un lóbulo de su oreja y atraparlo con sus labios mientras empleaba la punta de su lengua para jugar con ello, Clarke jadeó e inconsciente se abrió más de piernas, le latía el clítoris cada vez más fuerte. Lexa nuevamente comenzó a descender y mientras besaba su abdomen respondió con voz ronca:

- Si por mi fuese- siguió bajando sus besos por su pelvis- te tendría secuestrada un día más hasta terminar con el pito irritado.

Clarke dejó escapar una risita, alzó la cabeza para mirar a Lexa que ya estaba entre sus piernas, con una mano abrió sus labios mayores para exponer su clítoris, labios menores y la entrada vaginal, brillante por la humedad y más rosada por la sangre acumulada por la excitación, Lexa salivó y emitió un leve gemido, sacó su lengua lamió su perineo y fue ascendiendo, tomándose su tiempo en la entrada vaginal, introduciéndola todo lo que pudo y la movió, Clarke echó la cabeza hacia atrás y movió su pelvis esbozando un tímido jadeo, hasta que siguió el ascenso hasta rodear el pequeño glande de su clítoris con la lengua, hizo unos cuantos movimientos circulares antes succionar suavemente y exponer más su clítoris cada vez más hinchado, entonces fue cuando los movimientos de su lengua cambió de arriba abajo, escuchándose la humedad chocando, Clarke se abrió de piernas todo lo que pudo y agarró fuertemente la almohada con ambas manos, Lexa paró unos segundos de lamer su clítoris para lubricar su dedo corazón con su propia saliva y conforme regresó a saborear, chupar y lamer su clítoris, acercó el dedo a la entrada de su ano, haciendo movimientos circulares hasta que lo introdujo un poco, solo la punta, no hacía falta mucho más mientras que introducía su pulgar en su sexo, Clarke se derretía cuando hacía eso, no taba como su cuerpo se volvía loco, corrientes eléctricas bajando por su cuerpo y también subían por sus piernas hasta acumularse en su pelvis hasta que no pudo más y comenzó a temblar entre sonoros jadeos, Lexa bajó el ritmo de los movimientos de su lengua y recorrió todo su sexo cuando alejó su mano, desde la zona del clítoris, hasta el perineo, Clarke estaba con la boca reseca y aun sentía como de su sexo seguía emanando flujo. Lexa se sentó sobre sus propios pies y mirando con anhelo el cuerpo desnudo de Clarke comenzó a masturbarse, la rubia se mordió el labio inferior y se acarició los senos mientras miraba como Lexa se tocaba:

- ¿has visto que cachonda me tienes?

Dijo aferrando su miembro erecto con la mano y lo movió de arriba abajo dando con la punta en el sexo de la rubia que jadeó al sentir el contacto. Clarke se movió y se puso a cuatro puntos, miró un poco por encima de sus hombro y se acarició con una mano un glúteo antes de darse un pequeño azote:

- Fóllame, fóllame hasta correrte, Lexa.

La ojiverde gruñó y se acercó hasta posicionarse en su entrada y empujó, estaba tan húmeda y dilatada por la excitación que entró sin problemas, la morena jadeó y posó sus manos en los glúteos de Clarke:

- Que mojada- dijo con un hilo de voz mientras empezaba a bombear su pelvis- ni te imaginas lo mucho que me enciendes.

Clarke jadeó y también se movía de adelante hacia detrás marcando un poco el ritmo:

- ¿Te pongo más cachonda que otras?

En realidad no iba tan genérica esa pregunta, cuando dijo "otras" se refería a otra que ni conocía, pero que algo debía significar para Lexa como para que la pidiese vivir con ella, sin embargo, Lexa tenía la sangre en otra parte de su cuerpo como para llegar a esa conclusión y lo tomó como una pregunta más genérica, respondiendo con sinceridad:

- Eres la única que me pone así de cachonda- aferró con fuerza su cadera y la embistió un poco más fuerte, provocando que ambas jadeasen- hacía mucho tiempo que no había tenido un orgasmo hasta ayer.

Clarke paró y se giró para mirar a Lexa, pues la había sorprendido con eso:

- ¿En todo el tiempo que estuvimos separadas?

Lexa negó con la cabeza y acarició la mejilla de la ojiazul:

- Solamente eyaculaba, pero ausente de orgasmo, pero cuando estoy contigo- La atrajo para pegarle más a ella y llevó sus manos a sus glúteos para estrujarlos- es todo lo contrario, te siento tanto que me derrito cada vez que te tengo cerca.

Clarke empujó un poco a la morena para que quedase sentada en la cama y se puso sobre ella, rodeando la cintura de Lexa con sus piernas, la ojiverde también se acomodó y aferrando los glúteos de Clarke ayudaba a la rubia moverse cuando introdujo su polla en su sexo, de vez en cuando la ojiverde lamía uno de sus pezones o lo chupaba, también dieron protagonismo a los besos o a mirarse a los ojos mientras se jadeaban en la boca, hasta que la rubia sintió que se avecinaba otro orgasmo, acelerando el ritmo de sus caderas, hasta que nuevamente rompió a convulsionar impregnando el sexo de Lexa de su dulce fluido. Lexa besó el cuello de Clarke y pasó sus manos por su espalda:

- Estoy a punto.

Cuando Clarke se recuperó un poco retomó el ritmo apoyando sus manos en los hombros de la ojiverde y se miraron, estaba siendo el momento más intimo desde que Lexa entró en su casa y en su cama, la morena empezaba a tensar los músculos de su cara y poner ese gesto que ponía antes de llegar al orgasmo:

- Me corro.

Dijo con un hilo de voz la morena, esperaba que Clarke se quitase de encima y siguiese con la mano o con la boca, pero no lo hizo, al contrario, se movió más rápido y Lexa tampoco hizo por empujarla, el ritmo cardiaco de Lexa se aceleró como su respiración, Clarke notó como los músculos de su espalda temblaron y todo su sexo quedaba lleno de su esencia. Clarke paró y casi sin aire se quedaron mirando, casi esperaba un ¿por qué no te has quitado? O ¿Por qué lo has hecho? Pero no, en cuanto Lexa recuperó aire, pasó la mano detrás de la cabeza de la rubia y la atrajo para chocar sus bocas, giró hasta quedar encima y se apoyó sobre sus antebrazos, separándose para mirar a la cara de la rubia:

- Me va a costar mucho marcharme- frunció el ceño- hace rato tendría que haber hecho el chek-out en el hotel, quizás me hayan tirado hasta las cosas.

Clarke rio entre dientes:

- Entonces no te vayas.

- Volveré el fin de semana que viene y el otro y el siguiente, que no se crea el medicucho ese que le dejaré tiempo para conquistarte.

Clarke carcajeó:

- Antes tiene que darme tiempo Niylah.

Lexa dibujó media sonrisa, no le dijo lo que estaba pensando, pero por la cara que puso, algo tramaba:

- Regresaré el fin de semana que viene, tengas o no tiempo, te deje o no Niylah Green.

Clarke dio unos empujoncitos a Lexa para que se quitase de encima y poder levantarse, la morena se dio media vuelta y se apoyó en los antebrazos para poder mirar a Clarke que caminó hasta el mueble que tenía al lado del vestidor y sacó un pastillero:

- ¿Qué es eso?

Preguntó cuando vio que la rubia se introducía un comprimido a la boca:

- El anticonceptivo, no me gustaría que a la primera que nos reencontramos me metas el gol.

Lexa se quedó pensativa durante unos segundos, a esas alturas podrían haber sido madres de un niño o una niña:

- A mí no me importaría.

Clarke frunció el ceño:

- Pero a mi sí, este no es el momento ¿se te ha encendido el reloj biológico ahora?

- No- se levantó para ir al baño- solo he dicho que si ocurre, no me importaría ¿Dónde está el baño?

Clarke señaló la puerta:

- En frente.

La rubia vio como la ojiverde salió de la habitación, en realidad ladeó la cabeza mientras miraba su culo, se mordió el labio inferior y en cuanto salió de su hipnotización la dio por pensar, no quería ser paranoica, pero conocía a Lexa y no es de las que le entusiasme correr riesgos, tal y como había mencionado anteriormente, se había corrido en su interior sin poner ni una pega ¿No estaría buscando marcar gol? Entonces meneó la cabeza mientras intentaba deshacerse de esa idea.

En cuanto regresó a la habitación lo hicieron una vez más, hasta que la morena se vio obligada a ducharse y regresar al hotel a por sus cosas para regresar a Savannah, la rubia quiso acompañarla al aeropuerto, pero Lexa se negó, le dijo que si hacía eso tendría tentación de comprar otro vuelo al día siguiente y perder el que tenía previsto, que a Clarke no le hubiera importado la verdad, pero la morena tenía que regresar a Savannah y ver como iba la construcción de su estudio.

En cuanto bajó del avión primero escribió a Clarke y después a Ontari, durante el trayecto estuvo pensando todo lo que la quería decir para romper la relación que tenían, Clarke tenía razón, por mucho que la hubiera aclarado que lo suyo no era nada serio le había dado esperanzas actuando como lo hacía, ahora tenía que cortar y no sabía hacerlo de la manera menos dolorosa, porque doler, dolerá.

Al estacionar cerca de la casa vio que las luces estaban dadas y había unos cuantos vehículos aparcados, Lexa salió del coche y los miró con el ceño fruncido, no creía que sus padres o su hermana hubiesen vuelto. Sacó la maleta del maletero y entró en la casa, se escuchaba música en el salón, dejó el equipaje junto a la entrada y se asomó en el salón, Ontari estaba con un grupo de amigas, sí, amigas, nunca había visto tanta mujer reunida en una de sus casas:

- ¡Hola!- exclamó con entusiasmo Ontari que estaba sentada en el sillón, se levantó y fue corriendo a los brazos de Lexa y la besó ante la mirada de todas sus amigas- Te he echado de menos.

Lexa forzó una sonrisa y miró el salón, contando mentalmente, había doce chicas, catorce contándose ellas dos:

- Ontari ¿qué?

- Invité a unas amigas que querían conocerte- agarró la mano de Lexa y la acercó, casi arrastró mejor dicho- chicas, os presento a mi novia.

Lexa rio entre dientes y le susurró a Ontari:

- ¿Novia?

- Ontari no ha parado a hablar de ti- dijo una chica delgada y alta que estaba más cerca- casi y te pone en un pedestal.

- Te presento- dijo Ontari agarrando la mano de Lexa y empezó a señalar- Ella es Betty, Lauren, Claire, Helen, Marian, Marnie, Anne, Camille, Erica, Patricia, Paola y Eloise.

En realidad al tercer nombre ya se le había desactivado el cerebro y el resto de la noche se dirigió a ellas de forma neutra, para los nombres era malísima y encima, tenía esa encerrona la noche que quería cortar con Ontari, obviamente no lo iba a hacer con sus amigas bajo el mismo techo. Así que esperaría a que se fuesen todas, porque al día siguiente se irían casi todas, la morena le preguntó si dos de ellas se podían quedar una semana.

En lo que Lexa salió del baño de ducharse, se llevó la mano al tabique nasal, bueno, Clarke pretendía que pelease por ella con un maromo, Clarke podría esperar a que dejase a Ontari una semana más tarde y ¿si las amigas de Ontari eran unas psicópatas? Llevaba puesto un albornoz, entró en la habitación y quedó parada junto a la puerta con los ojos abiertos, pues lo que estaba esperando en la cama la había pillado por sorpresa. Ontari estaba en la cama con lencería sexy y no estaba sola, una de sus amigas estaba junto a ella, una pelirroja de ojos verdes, delgada con buena delantera y también lencería de encaje roja:

- ¿te... te...tenéis fiesta de po... que diga pijamas?

Ontari dejó escapar una risita antes de poner una cara de vicio, acarició la pierna de su amiga hasta llegar a acariciar su glúteo:

- ¿te quieres unir? Una vez me comentaste que te gustaría probar un trio.

Lexa levantó un poco una mano mostrando el dedo índice:

- Dadme un momento.

Dijo saliendo de la habitación y cerrando la puerta tras de si. Escuchó risitas dentro de la habitación y a la amiga de Ontari:

- Creo que la hemos asustado.

- Estoy jodida.

Musitó en voz baja ¿cómo salía de esa?:

- Voy a ver.

Escuchó la voz de Ontari. La morena puso ojos como platos, al final Clarke iba a tener razón en una cosa, a la mínima que algo se complicaba salía corriendo, así pues aun con el albornoz puesto corrió escaleras abajo y agarró las llaves del coche que estaban en un bol junto a la entrada, las cogió y salió de esa casa como alma que llevaba al diablo, entró en el coche puso el motor en marcha y se alejó ¿A dónde? No sabía, quizás si la paraban la multaban, no llevaba su documentación y solo tenía puesto el albornoz y unos calzoncillos:

- Que mal, que mal, que mal, que mal.

Decía parando en el arcén, no podía seguir, no sabía decir que no, tenía que buscar una excusa y regresar ¿infección de orina? ¿Qué le dolía el pito? Bueno, después de todas las veces que lo hizo con Clarke por casi la deja sin sensibilidad. No mintamos, por unos segundos Lexa pensó en hacerlo, era un trío, una de sus fantasías desde la juventud, pero ahora que había "regresado" con Clarke, no quería darle excusas para lanzarla a los brazos del médico que tiene como muñeco detrás de su culo. Dio un golpe al volante y dio media vuelta para regresar y enfrentarse a Ontari y su amiga.

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