Capítulo 52

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Clarke estuvo sentada en el sillón, observando como Lexa habló con su hermana, claramente Alicia también se extrañó de que Lexa mostrase interés en conseguir el número de su cuñado, por suerte, ninguna era de dar explicaciones ni exigirlas, no para ese tipo de cosas, a si que la gemela de Lexa no tuvo problemas en darle el número de teléfono de Cage: 

- Gracias- dijo tras apuntar el número en un posit, iba a colgar cuando pareció escuchar algo que le hizo ponerse tensa, acto seguido miró de reojo a Clarke, ese gesto no era nada alentador para la rubia que se puso nerviosa- bueno, ya te iré diciendo, sí, lo sé, vamos hablando, adiós.

Dijo de manera cortante antes de colgar la llamada. Clarke carraspeó, de Alicia todo podía esperarse, en realidad, se podía esperar cualquier cosa de toda la familia de Lexa, era como una especie de mafia pero que siempre actuaban a los limites de la legalidad:

- ¿qué te dijo tu hermana?

- Quiere que vaya a su boda y a su despedida de soltera- le ofreció el posit- el número de Cage ¿vas a decirme para que lo necesitas?

Clarke agarró el posit y contrastó el número de ese hombre con los mensajes que había estado recibiendo, pero para decepción de Clarke, el número no coincidía, con ninguno de los mensajes que había recibido. Clarke negó con la cabeza:

- Para nada- respondió haciendo una bola al posit y la tiró a un lado- no lo necesito para nada.

En una parte le aliviaba saber que no era su concuñado, solo era un pervertido y nada más, por otra parte, le estresaba no saber quien era la que le estaba acosando, entonces pensó ¿Si no se trata de un hombre? y ¿si Josephine estaba traspasando los limites de su obsesión con la venganza?:

- No entiendo, Clarke ¿Por qué...?

La rubia desvió el tema de conversación:

- ¿Por qué no quieres ir a la despedida de soltera de tu hermana? seguro que haga algún tipo de cena o algo por el estilo.

Lexa se cruzó de brazos, no era tonta, claro que sabía que la ojiazul estaba queriendo cambiar la conversación:

- Mi hermana puede ir de hija ejemplar delante de mis padres ¿te crees que no aprovechará la ocasión para no contratar un striper con un rabo de medio metro? no gracias, con ver el mío me es más que suficiente. 

Clarke carcajeó entre dientes y puso expresión divertida:

- ¿Te sentirías amenazada por ver un pene más grande que el tuyo?

Lexa puso los ojos en blanco:

- No solo es eso, es aguantar a su grupito de amigas gritar como locas y tirar billetes mientras que hace el helicóptero con su picha, no me van esas fiestas cishetero. 

- ¿Y en el hipotetico caso de que tu hermana me invitase? y yo respondiese que sí ¿irías?

La morena frunció el deño:

- Si quieres puedo bailarte I'm sexy and i know it  disfrazada de policía sexy- se señaló su entrepierna, haciendo reír sonoramente a la rubia- y en tanga agitar mi porra ¿qué necesidad tendrías de aguantar al aquelarre de brujas de mi hermana?

Clarke entre risas se levantó y se acercó a Lexa, bueno, lo había conseguido, había distraído a Lexa:

- Me sorprende que te celes por un striper imaginario, pocas veces te he visto celosa. 

- Bueno, en mi imaginación el striper cachas es un tipo Magic Mike y tu eres- atrajo a la rubia para abrazarla- una autentica diosa del olympo, cualquiera con un par de ojos querría cortejarte. 

- ¿enserio?- preguntó divertida- Porque recuerdo que fui yo la que te cortejó, tu no parecías tener interés en un principio. 

Lexa quedó hipnotizada ante la mirada azulada de Clarke:

- En cuanto te vi entrar con ese vestido rojo, quedé completamente fascinada, pero por aquel entonces estaba algo rota. 

- A la mierda.

Dijo la rubia separándose un poco, agarró la mando de Lexa y comenzó a guiarla hasta la habitación:

- ¿Clarke?

Preguntó Lexa algo desconcertada:

- Vamos a hacerlo otra vez.

Le respondió entrando a la habitación, Lexa miró un poco a la puerta:

- pero ¿No íbamos a dar un paseo?

Clarke metió a Lexa en la habitación, cerró tras de ella y se quitó el kimono que lo dejó caer al suelo, dejando boquiabierta a la morena una vez más:

- ya tendremos de dar un paseo, ahora quiero que me des con tu "porra" otra vez.

Dijo con cierto deje de mofa en esa ultima parte. Lexa no se resistiría, se quitó su camiseta y comenzó a bajarse los pantalones: 

- Vale, vete preparando para saber lo que es bueno.

Clarke carcajeó y fue hasta la cama. 

Lexa no tenía pilas duracel pero cuando se lo proponía sabía estar a la altura de las exigencias de la rubia e incluso estuvieron un ratillo hablando de fantasías, Clarke propuso grabar alguno de sus encuentros amorosos en la cama, quiso suavizarlo para no espantar a Lexa, que podría ser una fiera, pero siempre había tenido relaciones sexuales muy tradicionales, nunca había usado juguetes sexuales hasta que conoció a Clarke, nunca había hecho juegos de rol ni catado el sexo anal y en un principio, a la morena no le convencía tener una camara enfocando su objetivo en sus genitales mientras practicaba sexo, pero Clarke podía ser muy persuasiva, así que acabó accediendo a hacerlo el fin de semana.  

Cuando salieron de la habitación fue porque tanto desgaste les dio hambre y ya se había hecho de noche, ninguna tenía ganas de cocinar y a decir verdad, el cuerpo les pedía más azúcar que otra cosa y más la ojiverde, la rubia no exageró cuando mencionó la palabra "ordeñar" si casi no le debería de quedar ni una gota. Ambas completamente sonrientes se apoyaron en la encimera de la cocina mientras que cada una con una cuchara atacaban una tarrina de helado de fresa con nata:

- ¿alguna vez te han dicho que puedes ser un poco insaciable?

Clarke saboreó el helado que había en su boca y miró de reojo a la morena, casi podría representarse en una caricatura pálida y delgada, como si le hubieran estado absorbiendo el alma por el pito:

- ¿solo un poco?

Lexa carcajeó y acabó admitiendo:

- Bueno, puedes ser muy insaciable. 

- Tómalo como un cumplido, no repetiría tanto si no me gustase todo lo que me haces. 

Lexa saboreó una ultima cucharada de helado y se estiró un poco, aunque sentía cierta debilidad muscular, como si hubiera corrido una larga maratón el día anterior y aun estaba en plena recuperación:

- Voy a ducharme y a dormir, ya no puedo más.  

Clarke rio entre dientes, ella también estaba que le temblaban hasta las pantorrillas:

- No te demores mucho, yo también quiero darme una ducha y sé que si voy contigo termino de exprimirte. 

Lexa caminó de espaldas para hablar a Clarke:

- ¿exprimir qué? cariño, si ya no me debe quedar ni un espermatozoide disecado. 

Clarke carcajeó sonoramente y observó como la morena salía de la cocina. En las horas que estuvieron encerradas en la habitación Lexa no mencionó en ningún momento la conversación que tuvo con su madre ni preguntó nuevamente por el interés que había tenido por el número de su cuñado, tampoco Clarke había pensado en ello, no hasta que estuvo a solas, devorando el helado. Tenía que salir de dudas y lo siguiente que había pensado era el encarar a Josephine, porque sinceramente, después de la ultima conversación que tuvieron, capaz la veía, aunque le parecía retorcido que le escribiese mensajes cochinos, pero a decir verdad, los mensajes eran demasiados sutiles como para salir de la cabecita de un hombre cisheterosexual, por experiencia en su mayoría solía ir acompañados de la foto de un pene. 

Se duchó después de Lexa y al regresar a la habitación completamente relajada y con la certeza de que caería completamente rendida al mundo de los sueños, tal y como se encontró a Lexa, que se había puesto solo unos calzoncillos negros ajustados, pues en cuanto se sentó en la cama se desplomó bocabajo y sin darse cuenta estaba roncando, Clarke sonrió bobalicona mirando a la sopladora de vidrió, la arropó un poco y se tumbó abrazándola y apoyando su mejilla en la sexy espalda de Lexa: 

- Súcubo- dijo adormilada- mañana sigues absorbiendo mi energía vital.

Clarke rio entre dientes y cerró los ojos:

- Te tomo la palabra. 

Había desgastado tanto a Lexa, que apenas se enteró cuando Clarke se había marchado, con un ojo cerrado y otro entreabierto leyó la nota que había encontrado en el sitio de la ojiazul.

Intenté despertarte, pero estabas dormida que ni pasando un huracán te despertabas, he salido hacer un recado, no me demoro en regresar y hoy sí que salimos, escoge película y cine. 

Lexa dejó la nota en su sitio y nuevamente se desplomó en la cama con los ojos cerrados, daba vergüenza admitirlo, pero sin darse cuenta se quedó dormida de nuevo, es como si estuviera con anemia. 

Clarke acudió al último lugar donde había visto a Josephine, al final si la cogieron para trabajar en la galería. Cuando la vio pavoneándose como si fuese la mejor dependienta a través de la vidriera de la galería, sintió rabia ¿por qué personas horribles como Josephine tenían una flor en el culo? debería ser ella la que tendría que estar trabajando ahí. tensó los músculos de su cara y entró en la tienda. Estaba enfadada, aunque sabía comportarse, no iba a dar el espectáculo a lo telenovela Mexicana, ya la gustaría abofetearla, agarrarla de los pelos y arrastrarla por toda la galería, pero solo se limitó a acercarse completamente roja por el enfado, Josephine se sorprendió al verla y la vio tan enfadada que creyó que era porque la habían cogido a ella para cubrir el puesto y no a Clarke, así pues sonrió con satisfacción:

- ¿Puedo ayudarte en algo señorita Griffin? ¿te gustaría comprar alguna foto?

- No te hagas la remolona- dijo clarke entre dientes- para ya.

Josephine la miró sin entender, aunque no borró su sonrisa burlesca:

- ¿qué pare? ¿según tú que estoy haciendo? no fue mi culpa que te marchases antes de hacer la entrevista de trabajo- se encogió de hombros- a demás, de las dos sabemos que me merezco el puesto.

Clarke puso los ojos en blanco, siempre tan altanera y engreída:

- No desvíes el tema, que te hayan cogido para cubrir el puesto me da igual, mi mujer puede permitirse una galería el triple de grande que esta- este comentario hizo que la sonrisa de Josephine se esfumase de su expresión- ya sabes de lo que te hablo, de tu acoso obsesivo hacía mi. 

Josephine se cruzó de brazos y dedicó una mirada gélida a la rubia:

- Te voy a pedir amablemente que te marches.

- No hasta que me asegures de que dejarás de acosarme, vive tu vida y deja ya la mía.

Josephine puso una mueca:

- Lo que a mi respecta eres tú la que está aquí acusándome y casi se puede decir que eres tú la acosadora, así que largo de mi visa antes de llame a la policía maldita loca.

Clarke se dispuso a marcharse y mientras se alejaba amenazó:

- Otro mensaje y seré yo quien te denuncie.

Josephine bufó:

- Tú tampoco mereces la pena para que yo ande mandando mensajes de nada, no me vuelvas acusar chiflada. 

Escuchó a la dependienta antes de salir de la galería. Cuando se alejó lo suficiente calle abajo paró, se quedó reflexionando en mitad de la acera. Podría pensar que Josephine había mentido, pero la conocía, se habría regodeado en su cara, ya admitió que se hizo pasar por camarera para joderla a ella y a Lexa, entonces se le pasó una idea por la cabeza, una que le hizo recorrer un escalofrío por toda la espalda ¿Y si era Finn Collins?  ya no sabía que creer, pero ¿cómo? ¿Había escapado? le habrían avisado, podría ir a comisaría y poner una denuncia, pero por experiencia, a este tipo de cosas no solían hacer caso "será una broma" "No hagas caso ya se cansarán" y un montón de frases en las que le harían sentir a ella como una "exagerada paranoica" y tampoco quería preocupar a Lexa. Así pues retomó el camino de vuelta, en esta ocasión optó por transporte público, mientras iba en un autobús miraba su teléfono móvil y ¿si contestaba al ultimo mensaje? Sabía que eso no solía ser bueno, que solo empeoraría la situación y como si hubiera invocado a la persona acosadora, recibió otro mensaje "Anoche me masturbé pensando en ti, Clarke" ya no cabía duda, no se habían equivocado, los mensajes iban dirigidos a ella y eso la perturbó muchísimo, tan así que cuando empezó a sonar su teléfono se sobresaltó, la llamaban desde otro número desconocido, no quería admitirlo, pero ese desconocido o desconocida había conseguido que la ojiazul desconfiase y tuviese miedo a todo los números desconocidos, con mano temblorosa dudó en si descolgar o no, había tardado tanto que al final dejaron de insistir con la llamada. Meditabunda copió ese numero y lo buscó por internet, sintiéndose como una estúpida al ver que era el número telefónico de la galería Space Art. Iba a dar a devolver la llamada, pero no se encontraba preparada anímicamente para socializar profesionalmente. 

Cuando entró por la puerta del piso se le pasó por la idea de que Lexa había llamado a otro restaurante y haría pasar el plato como algo que habría cocinado ella, pero no, estaba bien vestida y la estaba esperando para ir al restaurante italiano a comer personalmente: 

- ¿y esto? ¿por qué no pedir que nos lo traigan a casa?

Preguntó la rubia mientras esperaban al ascensor:

- Tengo una buena noticia- quedó pensativa- creo y creo que puede gustarte- las puertas del ascensor se abrieron y ambas montaron- o eso espero. 

Lexa estaba sonriente y entusiasmada, si ella estaba así solo podía ser algo bueno. El restaurante italiano no era un restaurante de cinco estrellas, llegaba a las tres y era más que suficiente, bueno nunca había entendido eso de las estrellas michelin, mientras que la comida estuviese buena. Se sentaron junto a una de las ventanas y se podían ver a la perfección a los transeuntes, las cartas de los menús estaban plastificadas. Lexa propuso pedir una pizza para compartir, pero Clarke no tenía muchas ganas, así que ambas pidieron de primero pidieron una ensalada cesar y de segundo un plato de pez espada a la siciliana, la rubia pidió de postre un Biscotti y Lexa pidió tiramisú, para sorpresa de Clarke, la ojiverde se atrevió a pedir que las sirviesen un vaso de vino, el único pues lo siguiente que pidió fue una jarra de agua, era abstemia eso no quería decir que de vez en cuando, muy, mucho de vez en cuando se tomaba una copa: 

- ¿qué celebramos?

Preguntó Clarke cuando les sirvieron la ensalada:

- Bien, me han llamado para que exponga en la próxima exposición internacional en la Glassbuild America y quiero que me acompañes- antes de que Clarke preguntase- solo serán unos días y es en Atlanta, podremos quedar con nuestras amigas ¿qué te parece?

- ¿quieres que vayamos a Atlanta?

- Solo unos días, tengo que trabajar en lo que voy a exponer y Octavia me va ayudar, pero la Glassbuild es una gran oportunidad- miró algo suplicante a la rubia- sé que no te quieres ir de tu piso, por eso te digo que serán unos días, pero si prefieres quedarte mientras yo estoy de viaje lo entenderé, entiendo que pueda haber llamadas de otras galerías para hacer entrevistas. 

Clarke curvó las comisuras de los labios y alargó su brazo hasta alcanzar la mano de Lexa: 

- Cariño, si te hace mucha ilusión este proyecto, te apoyaré y claro que te acompañaré- en ese momento Lexa pareció poner expresión de alivio, temía que Clarke sacase su lado orgulloso y no quisiese que la pagase nada de su estancia en Atlanta y a lo mejor en otras circunstancias así sería, pero lo cierto es que la rubia tenía miedo de quedarse sola- a demás, hace tiempo que no veo a la loca de Raven. 

Lexa amplió su sonrisa, agarró la mano de Clarke y se la acercó a los labios para depositar un dulce beso en el reverso de su mano:

- Te quiero, Clarke.

En un breve momento de silenció se escuchó algo vibrar y ambas supieron que el sonido procedía dentro de bolsillo de la chaqueta de la rubia que estaba colocada en el respaldo de la silla, la rubia fingió que era algo sin importancia, pues Lexa pareció esperar que sacase el teléfono:

- Ya veré quién escribió luego, ahora estamos celebrando- agarró la copa de vino y la alzó para brindar- por la exposición en Glassbuild America, deslumbrarás a los asistentes con talento. 

- Mi acompañante será la que deslumbre, Clarke.

Dijo brindando Lexa con su copa. Clarke quiso estar pendiente al cien por cien, pero una pequeña parte de su cerebro estaba pensando en ese mensaje que había llegado y algo la decía que no sería un mensaje agradable.

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