|ACTO II|

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— | A C T O II | —

Se abren aquellos iris ámbares de un erizo albino, quien se preguntaba así mismo en que lugar estaba, mirando alrededor suyo buscando algo, que ni el mismo sabia sentía que se estaba olvidando algo "importante" y sus latidos aumentan a la vez da un brinco de susto al ver que entra un azabache de betas y iris turquesas que estaba sorprendido al verlo.

Sonríe.

Su sonrisa no duro mucho.

Se acerca al albino, quien se aleja a pesar de que estaba en cama se cubre con la manta ocultando sus púas desordenadas. Nota que tenia algunas vendas en el cuerpo del azabache, su bata estaba dañada de cortes. Con algunos parches en su rostro.

Con su mano hizo una distancia al azabache no quería que se acercara demasiado por una razón obvia no lo conocía.

— no se me acerque ¿Quién es usted? ¿Qué hago aquí? — se le veía alterado y nervioso.

— tranquilo silver, yo soy tu tutor y tu doctor — también se aleja de el no quería esta vez morir. Ya le bastaba con sus heridas y aun no se recuperaba de su gran batalla con el.

Mira el horario y revisa algunas hojas. Subraya los ingredientes que uso en el albino que ayudo a que el albino recuperaba su conciencia el problema era cuanto tiempo. Sin pensarlo tomo su celular y puso el cronometro.

La respuesta del albino lo deja helado.

— doctor, ese es mi nombre ¿silver? -—  pregunta el albino extrañado ya que no recordaba nada de su pasado. Aparte que se sentía demasiado raro. Levanto algunas mantas y comprendió el por que, no tenia una prenda superior que le cubría la mitad de su cuerpo.

Se avergonzó y metiéndose en la manta.

— ¿no recuerdas nada?—  pregunto el doctor extrañado y escribió algunas notas. Reviso desesperado su informe de el entre todas las hojas que estaban escritas los 60 días de tortura y casi asesinado en sus manos.

No encontraba algún medicamento que le haya provocado esa consecuencia al menor. Quien sentado solo lo seguía su mirada en el cuarto aun entre las sabanas.

no recuerda nada.. —  comento en casi susurro. Pero audible para el albino   ¿ningún recuerdo recuerdas, silver? —  pregunto una vez mas el azabache sin alguna idea de como podría ayudarlo. Los mas obvios era llevarlo con su familia y que continúe su vida pero el documento que lo dejo al menor bajo su cuidado junto a unas condiciones que debe seguir. Una de ellas no podía tener contacto con su familia por seguridad de que terminen muertos.

Niega el albino.

Curioso se acerca al azabache con la manta en su cuerpo cubriéndolo. Mira los documentos y le empieza a doler poniendo una de sus manos en su frente en el lugar donde le dolía. Preocupando al azabache de que vuelva otra vez.

Por suerte no fue así.

¿Qué paso? — pregunta el azabache preocupado. Nota que solo fue un dolor de cabeza y se le quedaba viendo.

Al no recibir alguna respuesta solo lo abraza y lo apega a su pecho. Cree que tal vez lo necesita al ser el único que ahora lo cuidaría nadie podría reemplazarlo aunque el mismo quisiera un montón de veces.

Mientras que el albino corresponde el abrazo del azabache algo lento ya que pudo recordar alguien parecido a el sin embargo no su nombre pero es muy cercano a el. Varias teorías inundaron su mente. Provocando una de esas hipótesis un sonrojo en sus mejillas melocoton.

Un timbre de una alarma suena alterando al azabache separándose del menor y buscar en los cajones del mueble del cuarto una jeringa, saca de uno de sus bolsillos un pequeño tubo transparente.

El albino al ver la jeringa preparándose para ser inyectada trata de huir del cuarto aprovechando que el azabache estaba ocupado.

—  no huyas silver, solo es una muestra de sangre —  aclaro el azabache aunque el albino no lo veía así le tenia miedo a las agujas apenas lo descubrió.

—  le tengo miedo a las agujas, doctor -—  trago grueso el albino.

— es la única forma de sacarte la sangre -—  ya preparada el aguja -— será rápido —  se acerca al albino.

El azabache acaricia al albino para que olvide a la aguja por unos segundos mientras que un algodón con agua oxigenada pasaba por su brazo expuesto. El albino disfrutaba las caricias del mayor así que aprovecho en inyectarle la aguja y sacar una pequeña cantidad de sangre para la muestra que necesita.

— auch — se quejo el albino.

 tranquilo ya casi termino, solo confía en mi — le hablo de manera tranquilo y calmado. Aunque en su mente sea lo contrario estaba nervioso, ansioso y no tenia la menor idea de como le ayudaría a recuperar su memoria.

El albino al escuchar las palabras del mayor por un instante le recordó a un azabache de betas rojizas alguien parecido al doctor que también le dijo las últimas palabras "solo confía en mi" aunque todavía no recordaba con detalles su rostro.

ya termine, pequeño —  le muestra una sonrisa. Le retira la aguja del brazo para sacar la aguja y tirarla algún bote de basura. Al ya tener la muestra en los tubos ya vuelvo voy a traerte el almuerzo — se retira del cuarto dejándolo con seguro la puerta. Al estar afuera de la habitación se percata que era normal su sangre comparado con su contraparte que trato de sacarle era un color petróleo. Muchas preguntas llenaban su mente.

— okey — responde el albino algo desanimado. Una sensación en su cuerpo le era familiar haciendo que sus manos comenzaban a temblar. Confundido no comprendía el por que.

Tenia miedo.

Por un breve momento vio las paredes donde estaba el, manchadas de sangre provocando que de un brinco de susto y mas preguntas nacían dentro de el.

Suplicaba cuando volvería el doctor no le agradaba esta sensación no le traería buen augurio.

...

El azabache entrego la muestra de sangre a otro de sus colegas respectivos. Reviso su celular y le llego la notificación de que su pedido había llegado a su destino y debía recogerlo. En la entrada del lugar estaba en una moto una abeja que le da su pedido.

— ¡disfrútelo! —  recibe la propina y acelera su moto para irse del lugar.

— espero que con esto se pueda recuperar.. — preocupado y se lleva su pedido al cuarto donde estaba el menor pero escucha su nombre en el aire.

— ¡señor mephiles! ¡señor mephiles! ¡aquí! — alzaba sus brazos y un par de saltos. Cumplió con su cometido. Al ya tener su atención se acerca donde el azabache.

— oh abogado rookie, ¿Qué lo trae por aquí? —  le saluda.

— no se preocupe doctor, no es de esos temas es que quería saber como esta silver —  se le notaba en su rostro.

— bueno, no le puedo contar mucho aquí pero, el esta bien —  se acerca a su oído ya despertó.. —  se aleja rápidamente.

— eso es bueno — le sonrie y su cola muestra lo feliz que estaba aunque no dura mucho y también ya me entere de las condiciones de los documentos, es grave su condición — no podía hacer mucho el lobo rojizo a pesar de que buscaba otras alternativas —  aparte que un amigo me recomendó trabajar por aquí je je —  sonríe algo nervioso.

— no se preocupe abogado rookie, le agradezco de que lo haya intentado —  su sonrisa se desvanece   muchas gracias por venir a visitarme —  responde el azabache para luego retirarse.

—  pobre.. lo siento — se va también hacia su respectivo camino.

Al llegar al cuarto ve al menor en una de las esquinas de espaldas deja su pedido en el mueble mas cercano y se acerca al albino.

— ¡no te acerques! Agh —  se queja de dolor.

El azabache apenas toco la espalda del albino, una luz rojiza emitía tintineos y brillaba. Provocando mas quejas de dolor casi a gritos de parte del menor. Aferrándose a la manta que lo cubre.

Mientras que el azabache no podía hacer nada y eso no le agradaba nada. Cargo al menor y lo acomodo en la cama aunque el albino no tomo mucha importancia la forma que lo cargo ya que estaba con un doctor que tal vez le quitaría este dolor tanto en su espalda como en su estomago que ya emitía unos pequeños avisos.

— tranquilos ya me encargo —  le da una pastilla y un vaso de agua. El albino no dudo en tomar el medicamento junto a beber el agua a prisas —  te ayudara con el dolor —  recibe el vaso vacío y lo pone en un mueble cercano y tu ya comerás —  señalo a la barriga del menor. El albino se sonroja y desvía su mirada.

Le dio algunos platos que pidió y también le acompaño en comer.

El menor disfrutaba cada bocado de los platos causando la misma sensación al azabache de felicidad y tranquilidad al igual que ya iban 3 horas de paz.

El efecto de la medicina le ayudo para que pudiera comer algo para luego buscar una manera de que ya le dejara de doler al mismo que crecía algunas dudas de ese tintineo que provenía de la espalda del albino al mismo tiempo brillaba. No le daba buena espina.

Aun el temporizador avanzaba causándole alguna pequeña ansiedad al mayor, el temor de que volvería su subconsciente mala aun era una hipótesis. Lo bueno es que ya se estaba recuperando de sus heridas físicas no completamente pero era algo.

Rogaba internamente de que no vuelva en un buen tiempo.

Al ver la satisfacción y su sonrisa del menor junto a las sobras de comida alrededor de su boca, con una servilleta le limpia como si fuese un pequeño erizo y mostrándose una pequeña sonrisa de su parte.

Mientras que el albino al ver que el azabache le quito las migajas con la servilleta se le quedo mirando un par de minutos recordándole una vez mas a ese erizo oscuro de franjas rojas que también hizo ese acto anteriormente.

Mostrándole igual una sincera sonrisa de felicidad.

— gracias doctor — agradeció el menor con un leve rubor en sus mejillas.

de nada silver — responde calmado. Escribe algunas notas en el informe que tenia.

Sin embargo la felicidad no dura para siempre, el dolor en su espalda aumenta de un momento y lo fuerza al albino, volviendo una vez mas. Aquellos iris rojizos brillantes y esa sonrisa cínica en su rostro acompañado de esas cuchillas levitar en el aire.

¿me extrañaste, doctor? — su risa se escucho en toda la habitación.

..

Mientras que el alma del menor estaba en medio de un ambiente donde no había ni sol ni luna, dos fondos uno iluminado en cambio el contrario completamente oscura. Sus parpados aun cerrados atrapado en ese lugar nuevamente, unas cadenas rojizas se acercaban al albino que venían del fondo oscuro enrolladose en las piernas para luego tirar y meterse en el fondo oscuro solo se escucho su último grito.

No sabia donde estaba solo se que volví y una vez mas donde estuve capturado, ya no sentía dolor, ni vivo, simplemente nada. Escucho ese tintineo nuevamente pero débil, anteriormente no la escuchaba no comprendo esto. Me levanto, camine en medio de este vacío acercándome a ese tintineo que cada vez lo escucho mas fuerte y se detuvo. Dejándome a la deriva. Aun tenia las cadenas en mis pies ahora alejándome.

No lo permito.

Trate de aun permanecer aquí. Esperaba nuevamente el tintineo. Era como un ciego en este momento.

Mis manos comenzaron a arder y brillar mostrándome dos símbolos en las palmas de mis manos completamente diferentes, me eran familiares y avance. Pude dar un paso mas aunque, la fuerza contraria de mi no me dejaba.

Continúe.

Sucesivamente otros pasos mas y mas.

El tintineo volvió pero provenía de mi aun buscaba el origen, sin embargo, no había el resultado que quería me desanime, aparte que ya no sentía esa fuerza contraria jalar y me empezó a preocupar.

— ¡silver! — exclamo. Ese grito era la voz de su doctor pero no lo veía en ninguna parte.

Aun buscándolo.

Se cae a un foso profundo lastimando y termina inconsciente en el acto por la caída. Permitiéndose a estar en otro lugar el suelo de azulejos blancos en un patrón singular de aquella habitación que no había muchos muebles, la mayoría eran de tonos blancos y también las paredes. Al avanzar en ese nuevo lugar que le era tan familiar incluso con su mano pudo confirmar que era real y no un simple sueño. 

Hasta que un olor igual de familiar y conocido llego a sus fosas nasales.

Lavanda y rosa honey..

Explora el lugar, en cada habitación estaba inundada de esos olores que lo calmaban y le daban confianza al igual sentirse querido. Esas sensaciones que, tal vez, no pudo sentir de parte familiar, sin embargo, por personas que no eran de su sangre se convirtieron en su familia. No obstante, el albino no recuerda con claridad y llego a un tipo de patio grande. 

A lo lejos nota la silueta de un erizo azabache con unas alas que por un lado, eran blancas con toques de tonos azules y unos adornos dorados. Por otro lado, era oscuro similar los tonos de azul y esos adornos dorados. Se acerca a prisas sin embargo, se detiene y sus lagrimas se derraman. 

El erizo azabache voltea y en su pecho había una flecha que emanaba un humo oscuro y un liquido dorado brotaba a cantidades. Su vestimenta rota y sus alas lastimadas también salía ese liquido dorado. Trato de acercarse pero le empezó a hablar pero por desgracia no lo escuchaba y se tira dedicándole una ultima sonrisa.

Mientras que el menor gritaba y sus lagrimas a cantidades, cayendo de rodillas. Los cielos se oscurecieron y la lluvia junto a los estruendos rayos no faltaron. Acompañando al dolor del albino. 

Abre nuevamente sus parpados y estaba aun en ese foso perdido, sus heridas le mostraban lo herido que estaba. Se levanta quejándose de dolor trata de bajar mas del foso aunque, algunas plantas bioluminiscentes le iluminaban el camino y al bajar mas del lugar nota mas luz. Se apresura y al ver que era se detiene aun mas confundido. No comprendía en que lugar estaba no obstante no tenia muchas opciones ya que unas criaturas aparecieron asustando al menor que herido tuvo que ir a la puerta blanca que brillaba. 

Las criaturas cuadrúpedas pequeñas perseguían al menor. Hasta que se detuvieron al ver que estaba enfrente de la puerta brillante y se sentaron como cualquier perro con la diferencia de que estos no tenían ojos que mostrar, su piel oscura como la misma noche y en sus hombros un tipo de cristales que emanaban un pequeño brillo, sus garras largas y igual manera sus dientes ni olvidar su lengua filosa.

Nervioso y confundido, su mente en blanco trato de abrir la puerta, sin embargo, esta no se abría. Ni con sus golpes le aceptaba, cansado no tuvo opción que quedarse ahí y tal vez esperar. Poder sentir nuevamente esas sensaciones lo deseaba, lo hacia sentirse completo y vivo. Por una vez en su vida pudo sentir.

— ¡silver! espero que me puedas escuchar, yo.. yo tu doctor y tu tutor, espero que.. me puedas perdonar por no poder cuidar bien de ti — exclamo y pudo pronunciarlo el doctor. Se notaba que estaba cansado y algunas quejas de dolor lo acompañaban en su oración.

El albino al escuchar que serian las ultimas palabras de su doctor, a pesar que lo conoció una vez le agrado y no le trato tan mal. Una vez mas sintió lo que seria enojo y ira a la vez tristeza y derramaba lagrimas. Dentro de el mismo se escucho ese tintineo pero con la diferencia de que parecía unas campanillas anunciando. Un murmullo se escucho y lo llamo al menor desde la puerta. Se levanto aun con muchas dudas lo abrió. 

Entro.

Una hermosa fémina estaba al frente de el. Aquella eriza azabache de iris zafiros, su hermoso vestido celeste y su sombrero blanco con un moño de tono cereza en sus manos una cesta llena de flores dedicándole una sonrisa. El menor al verla nuevamente la abraza y se aferra. Quien corresponde ya que quería ser salvada por su propio hijo, además que aprovecharía el tiempo que le quedaba para poder darle esos segundos de amor que perdió hace años. 

Lo dejo a una edad muy temprana.

— mamá, te extrañe mucho — balbucea el albino aun con lagrimas. Recordando algunos fragmentos mas. Mientras abrazaba a su progenitora veo que detrás de la fémina tenia esas cadenas rojizas ocultas entre el paisaje.

No dijo nada. 

— cariño, no sabes cuanta falta me hiciste, mi pequeño.. mi dulce niño — hablo la fémina. Era el mismo tono de voz. No cambio para nada excepto por el vestido. Sus lagrimas igual salieron.

..

El azabache al ver que el albino no tuvo piedad contra el, trato de llamar al verdadero menor sin embargo era demasiado tarde para hacerlo reaccionar, tuvo que usar su az bajo la manga igual era su doctor podía curarlo. Lo malo era que descubrió que el efecto solo duraba 5 horas con 3 minutos, mientras que su contraparte ya se había convertido en el principal..

DIA 1 

Paciente N° 0767

La conciencia "yo" del erizo Silver the hedgehog a vuelto a la normalidad  con los medicamentos A y Y. Pero no sabemos con exactitud si se habrá acabado, sin embargo los detalles que saque al "otro yo" no es como este. Es tímido, no tiene mucha fuerza y sus iris ámbares. m̶e̶ ̶e̶n̶a̶m̶o̶r̶e̶ ̶d̶e̶ ̶e̶s̶t̶e̶ ̶y̶o̶. Además es asustadizo, amable y cuando el me ve por primera vez se oculto entre las sabanas. Al menos este yo del menor te da confianza y calma al verlo comparado a su contraparte. Aparte de todo esto eh observado que se nota que no a comido en días y recordando los días anteriores su contraparte no comía nada. Antes de terminar este informe este yo del menor Silver the hedgehog no utiliza las cuchillas y supongo que ni sabe de su existencia. La mas importante de todas es que no recuerda nada de su familia, amigos o su pasado y aun se investiga la razón de que se haya olvidado de todos ellos.

En conclusión no recuerda nada y se comporta normal como los demás mobias.

Continuara.. 

Bueno, holi a todos espero que les haya gustado este capitulo y si lo tuve que reeditar por que no me gusto mucho el anterior y con este me siento conforme. Bye! :3

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