Entro a casa de la mano de Alia, los chicos no están en la mesa ni los platos en la pila, les escucho en la habitación del omega pero no presto demasiada atención a sus palabras, son conversaciones privadas y yo estoy demasiado feliz de volver a poder tener a Alia como antes.

El timbre de casa suena y alguien abre la puerta antes de que pueda decir o hacer algo, el olor a café amargo llena mi sentido del olfato y dejo de preocuparme, Nam Joon no tarda en estar frente a nosotros, sin embargo no muestra ninguna emoción y eso sí que me preocupa.

—Nam Joon, ¿qué haces aquí?— no me siento realmente cómodo con él,aún no me han explicado por qué me hicieron eso.

—Solo quería ver cómo estaba Alia y... a hablar contigo.— no sé cómo reaccionar.   

—Si vas a  hablar con él yo estaré delante.— al final Alia responde por mi, siento un apretón en mi mano y mis ojos corren a mirarla, está completamente seria, sin embargo siento algo de tranquilidad.

—De acuerdo, no tengo ningún problema con ello.— no estoy seguro de la convicción de sus palabras.—Aunque Alia, deberías ir a hablar con Jin sobre una cosa.

—Iré otro día, aún tengo cosas que hablar con Kook.— que me llame así es completamente nuevo para mí. 

Me siento demasiado feliz, a pesar de que aún parece algo tensa ante mi toque.

—Vale.— caminamos hacia el salón, Nam Joon se sienta frente a mí y, a pesar de que me siento en el sofá grande Alia no se sienta junto a mí, se queda detrás del sofá, justo en mi espalda.—JungKook, lamento mucho lo que te hicimos y sé, que por mucho que intente explicarte el porqué no serás capaz de comprenderlo.

—Intentalo, ahora mismo sé tanto de tí como tú de mí, es decir, nada.— mi palabras son crudas, sonaban mejor en mi mente, pero ya no puedo retirarlas, tampoco quiero hacerlo.

—Te veías tan demacrado y decaído... — su nuez sube y baja con rapidez y un pequeño sonido.—No creíamos que pudieses superar el invierno si continuabas de esa manera, a penas comías y sólo lo hacías cuando estabas con Min Ho, lo único que hacías era trabajar y cuidar al omega, teníamos miedo de perderte, sobre todo después de que apareciese ese jersey... comenzaste a estar peor, más pálido y parecía que no te dabas cuenta.

—Creía que mi mate estaba muerta Nam Joon, es normal que quisiese desaparecer, pero me mantuve, no tenías derecho a hacerme eso, menos cuando tenía la prueba en mi cabeza.

—JungKook...— no soy capaz de contener mis palabras, me parece totalmente irreal que ellos no confiasen en mí.—Lo siento mucho, de verdad.

—Será mejor que vuelvas a casa Nam.— la voz de Alia nuevamente me sorprende, pero no se mueve en absoluto.—Ya has dicho lo que tenías que decir.

—La decisión de continuar la conversación o no es de JungKook, no tuya, Alia.— la voz de Nam Joon se endurece y baja una octava, entiendo ambos punto de vista, la decisión es mía, pero no sé que debo decir.

—Hablaré contigo en otro momento Nam, — digo, suspiro y miro a Alia antes de volver a mirar al alfa.—necesito pensar qué debo responderte.

Escucho un leve gruñido por parte del alfa, pero no va dirigido a mí sino a Alia, miro en ambas direcciones pero ella no está haciendo nada, ni si quiera está moviendo los labios. Absolutamente nada.

 —Adiós.— su despedida me deja algo intrigado, sobre todo porque sale corriendo de casa, da un portazo al salir y se escuchan los pasos de los más jóvenes bajando la escaleras.

—¿Ha pasado algo Noona?

—Volved a estudiar chicos, no ha pasado nada.— su voz a cambiado ligeramente, parece algo distorsionada.

No tengo tiempo de poder decir nada, la veo salir del salón hacia el patio, mi mano se siente fría por la ausencia de la suya, me preocupa lo que haga ahora, no puedo evitar temer que desaparezca otra vez, si lo hace no podría soportarlo.

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Mi móvil suena en varias ocasiones, miro a Alia, que está tumbada en el sillón, ella parece estar algo ausente por lo que no me preocupo a la hora de coger el teléfono y ver que se trata de Jin, suspiro y salgo del salón, tengo la sensación de que será más fácil hablar algo alejado de Alia. 

—¿Jin?— pregunto, a pesar de que sé que es él.—¿Sucede algo?— su respuesta no tarda en llegar a mis oídos.

—¿Está Alia contigo?— frunzo el ceño, no entiendo a qué viene esa pregunta, sin embargo respondo con un sí y espero a que él diga algo más.—Aléjate de ella, necesito hablar contigo.— me  alejo hasta que estoy dentro de la cocina, miro hacia mi pareja, pero ella sigue en el sofá.

—Ya está, cuéntame.— le pido ya impaciente.

—Ella está muy rara, ¿has mirado a su ojo rojo?— ¿a qué viene esa pregunta?

—Sí, ¿por qué?

—Todos los que hemos mirado a ese ojo... nos hemos sentido pequeños y asustados, ¿has tenido esa sensación en algún momento?— sé que debo contestar, pero mi lobo me lo niega, la miro de reojo, se ha dormido.

—Sí, pero...— ¿pero qué?, ¿qué se supone que debo decir?— no creo que ella quiera hacernos sentir así.

—Lo sé, pero es preocupante JungKook.— suena algo cansado.

—No te preocupes, ella ha debido pasarlo mal, ha estado cuatro años sola.— sé que ha estado gran parte de su vida sola, pero tengo la sensación de que estos cuatro años los ha pasado peor de lo que quiere admitir.— Dala tiempo, murió y volvió, eso debe ser difícil de asimilar.

—Eso es lo más extraño JungKook. Ella murió, ¿cómo está ahora viva? Todos la escuchamos despedirse, es imposible que haya vuelto a la vida.— suspiro, tiene razón.

—Investigar sobre esto, Hyung, yo la preguntaré, tal vez consigamos respuestas.— propongo.

—De acuerdo, sólo ten cuidado.— eso me ofende, Alia ha estado varios días sin tocarme por miedo a dañarme, me alegro de que ella no lo haya escuchado, eso podría provocar que volviese a asustarse de sí misma.

—Hyung, ella estuvo sin tocarme desde que llegó por miedo a hacerme daño, ella no quiere dañarnos, estoy seguro de eso, no puedes pedirme que dé dos pasos atrás y decida no acercarme a ella, eso me mataría.— ya he pasado varios años sin ella, no pienso alejarme otra vez.

—De acuerdo, llámame en cuanto sepas algo más, haré lo mismo.— se despide y cuelga, guardo el móvil en mi pantalón y vuelvo al salón, me siento junto a ella.

Parece darse cuenta de mi presencia, abre sus ojos y me mira, me centro en su ojo gris, mi corazón late con rapidez y soy capaz de escuchar el suyo, late más lento, con más calma que el mío. 

Apoya su cabeza en mi hombro y no evito pasar mi brazo por sus hombros, mi cabeza se llena de preguntas que necesito hacer a Alia, pero no estoy seguro de que vaya a responderme, debo intentarlo, pero este momento me pide silencio y disfrute.

—Alia...— hace un sonido, creo que quiere continúe.—¿cómo es posible que volvieses a la vida?— se tensa contra mi hombro y me siento mal por haber preguntado eso, suspira y se endereza, por un momento temo que se vaya.

—Es demasiado difícil de explicar, — comienza.— ni si quiera yo termino de entenderlo después de cuatro años.— mira hacia las escaleras que dan al piso superior, sé que sólo está evitando mi mirada.

—Explícamelo, necesito saberlo. — pido, pero ella no habla.—Alia, estos últimos años sólo he querido morir porque tú no estabas, porque creí que habías muerto, tampoco tenía una marca que pudiese decirme lo contrario, — sus ojos se llenan de dolor cuando me mira.— sólo seguí aquí porque te prometí cuidar de Min Ho.

—Lo siento,d e verdad que lo siento, pero necesitaba aprender a controlarme.— sus palabras me sorprenden bastante.—Aun así, incluso si me hubieses marcado no habría servido de nada, la marca hubiese desaparecido.— eso es... no sé que es.— JungKook, cuando desperté mi fuerza había aumentado hasta el punto de que al apoyarme en un árbol éste se rompió, si mordía a un animal éste prácticamente se partía por la mitad, — agacha la mirada.— los elementos se descontrolaban a mi alrededor, los árboles se movían incontrolables, la lluvia aparecía y desaparecía, el viento era demasiado fuerte y el fuego caminaba a mi lado.

—Pero eso ya no te pasa.— intento animarla, ella se aleja de mí, sólo unos centímetros, y alza su mano derecha, en ella aparece una pequeña llama de color negro que, conforme pasan los segundos, parece crecer sin control, me quedo sin palabras.

Cierra la mano y la llama persiste unos segundos más, en los que intenta escapar de su puño por entre sus dedos, al final desaparece. Nunca he visto fuego de color negro, me sorprende que exista.

—Sé descontrola cada vez que lo utilizo, ésto y la lluvia.— agacha la mirada, me acerco a ella e intento abrazarla, pero ella lo evita.

—El diluvio fue por mi culpa.— me quedo estático, esos es imposible.—Durante estos cuatro años e intentado mantenerme lo suficientemente alejada de la aldea como para que no pudieses rastrearme, pero me acerqué demasiado, intenté controlar mejor la lluvia, al principio fue bien, pero de repente se descontroló y ocupó todo el cielo, cuando me di cuenta de lo cerca que estaba de la aldea intenté minimizar la lluvia hasta poder tenerla bajo control, pero no pude y... cuando la lluvia siguió toda la noche me acerqué a la aldea, y te vi, intentando sacar a la superficie a cinco cachorros y a Min Ho, — niego con la cabeza, ella no sería capaz de dañarnos y... estuvo a punto de acabar con la aldea.— intervine, no podía verte morir, estuve a punto de no hacerlo, porque sabía que tendría que volver y... aún no controlo lo que sea que me pasa.

—Alia, es imposible que tu causases una lluvia de ese calibre.— el brillo en sus ojos lleva un rato ausente, pero ahora sus iris se han oscurecido.

—Lo hice, por eso he estado tanto tiempo sin tocarte, porque a pesar de que domino mejor la fuerza aún no tengo el control completo y... podría hacerte daño.— suspiro, soy un alfa, no un omega.

—Pero a Min Ho sí le tocabas.

—Es diferente, él no es mi mate, él no me altera ni me hace perder el control, tú sí.— se levanta del sofá y me preocupa seguir viviendo con el temor de que vuelva a desaparecer.—La lluvia paró porque te ví ahogándote y me descontrolé, el agua desapareció por lo mismo, porque perdí el control por completo.— me levanto, necesito tocarla, calmarla, ahogar su miedo en mis brazos.

La rodeo y se queda estática, sus brazos caídos en sus costados.

—Está bien si me abrazas, no me harás daño.— sus brazos se mueven lentamente hasta que me sujetan la camiseta a la altura de las costillas, tiembla y siento la camiseta romperse, se separa de golpe y niega con la cabeza, miro la camiseta, la ha roto, pero no lo ha hecho con sus garras, se mira las manos en sus ojos veo un temor que me preocupa y detesto.

Me acerco a ella a toda prisa y sujeto sus manos entre las mías, la beso en los labios, despacio, sólo el roce de nuestros labios en una pequeña danza sin ninguna otra intención que compartir mi calma con ella.

Gruñe, un sonido bajo y grave desde su garganta, no se acerca más a mí, pero la siento tensarse antes de romper el beso, no me mira, sigo su mirada hasta la escalera, donde se encuentran Min Ho y su mejor amigo, JongHyun.

—Noona, — el omega baja corriendo hacia ella y la abraza, pero ella no le toca, sigue tensa.—¿puedo quedarme a dormir esta noche en casa de JongHyun?— los ojos de Min Ho vuelan hasta a mí cuando suelta a Alia, está preocupado.

—Por mí no hay ningún problema, ¿tú que dices Alia?— la insto a hablar, ella carraspea y habla.

—No hagáis nada raro, — ambos lobos se sonrojan y me veo obligado a ocultar la carcajada.— si pasa algo, cualquier cosa, llamadme, y avísame cuando llegues a su casa, ¿de acuerdo?— Min Ho asiente, está completamente sonrojado.

¿Cuánto me he perdido por encerrarme tanto en las cosas?, ¿cómo es posible que en estos cuatro años no me haya dado cuenta de que ambos son más que amigos?  

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Hola mis personitas!

Alia marcando territorio con Kookie...<3

Me enamoran, os lo juro!

¿Qué os está pareciendo el Fic?, espero que os esté gustando mucho!

Por cierto, la explicación de todo esto llegará en uno o dos capítulos, así que no os desesperéis ni me matéis... :)

Nos leemos en el próximo personitas!

Darkest_Light_Soul.