03. La criatura en la oscuridad

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cuando llegó la nueva temporada de Luna de Sangre, Jungkook enfermó gravemente.

Taehyung quiso comprender qué ocurría, pero, ¿qué conocimientos de medicina iba a albergar a la edad de 19 años?

Sabía que por las convulsiones y calidez en la piel del pelinegro, él estaba presentando fiebre. Y ya los paños húmedos no estaban surtiendo efecto alguno sobre su frente.

Taehyung recordaba que sus abuelos le preparaban un brebaje de hierbas que era el antídoto ideal para combatir esos síntomas, por ello tenía que salir de la cueva y buscar en el bosque cercano a su antigua aldea.

Sin embargo, dejar a Jungkook solo no le hacía mucha gracia, pero tampoco podía cargarlo en su espalda como hacía antes de que tuviera aquel tamaño y complexión.

Jungkook, como humano, tendría 6 años, pero como la criatura sobrenatural que era, ya contaba con la apariencia de todo un joven apuesto y en cierto modo atlético gracias a los momentos de cacería.

Taehyung se arrodilló junto al pelinegro, quien se había quedado dormido después de convulsionar por cuarta vez en la noche. Con parsimonia, retiró el cabello de su línea de visión para comprobar que, en efecto, su piel seguía ardiendo como brazas infernales. Jungkook se quejó por lo bajo y Taehyung lo arropó hasta el cuello.

Avivó el fuego antes de salir y tomó la bolsa de piel con lo necesario para aventurarse en el territorio desconocido. Solo deseó que Jungkook estuviera vivo al regresar.

En el exterior, se puso la capa sobre la cabeza y se guió con la poca luz de luna que dejaban pasar las frondosas copas de los pinos. Los búhos revoloteaban sobre Taehyung sin descanso y le pareció ver una sombra negra cruzar por el rabillo de su ojo, pero descartó la idea al percatarse de la tanda de murciélagos que se dirigían en dirección contraria.

Le temblaba todo el cuerpo, pero apretó el colgante de la madre de Jungkook contra su pecho. Cuidaría de Jungkook. Aquello fue una promesa y la cumpliría.

A medida que se acercaba al centro del bosque, la neblina se fue espesando tanto que fue incapaz de ver por dónde iba. Los ruidos de pisadas le erizaron todos los vellos de la nuca. Taehyung tembló, esta vez de miedo. E, inevitablemente, cuando sus temores más oscuros lo paralizaron, se quedó parado en medio del tenebroso camino.

Su respiración mermó a un simple silbido y su corazón batalló varios latidos más. Sabía que tenía que correr, quedarse parado allí no lo salvaría de las bestias que acecharían a la medianoche. Pero los recuerdos de su aldea siendo atacada, los gritos, la desesperanza, todo el terror que vivieron, lo dejaron sin fuerzas en las extremidades.

¿Qué pretendía? Debía regresar, sin Jungkook no sobreviviría.

Se quiso dar la vuelta, y justo estuvo al volver, hasta que algo tibio goteó en su cara.

Taehyung tocó las gotas con cautela, un nudo se formó en su estómago al ver que sus dedos estaban cubiertos de rojo. Lentamente alzó la mirada. Un jadeo de horror salió de sus labios.

Era una bestia.

La criatura lo miraba con la boca abierta mientras trituraba con sus colmillos afilados el cuello de un pequeño arce. Esta vez estuvo al gritar, pero una mano impidió que el ruido se escuchara. Mientras trataba de quitarse desesperadamente aquello de la boca, otro cuerpo lo empujó detrás de un árbol.

—¡No hagas ruido! —La voz desconocida sonaba enojada y agitada contra su oído.

Un hombre de tez morena apareció frente a él e hizo un gesto de silencio con su dedo.

—Tranquilo, chico. —Sonaba calmado a pesar de la situación en la que se encontraban— Kai, deberías aflojar tu agarre, creo que no puede respirar bien.

El hombre hizo lo ordenado y Taehyung se alejó rápido de los dos hombres, sacando con manos temblorosas el arma y apuntando tentativamente a ambos. Estos lo miraban con desinterés a pesar de que estaba blandiendo un cuchillo de caza frente a sus narices. En cambio toda su atención recaía en la bestia a poca distancia.

—¿Por qué teníamos que encontrarnos con un niño justo ahora? —Preguntó Kai, por su expresión abatida parecía recriminárselo a sí mismo—. Joder, lo que nos faltaba.

—Tranquilízate.

Kai pateó una piedra bajo su bota y miró a su compañero.

—Mierda, Mingyu. El jefe se enojará con nosotros. Si no nos mata ese asqueroso vampiro, lo hará él.

Taehyung sintió que el aire se le escapaba de los pulmones al escuchar la palabra "vampiro". Su mente, ya llena de preocupación por Jungkook, ahora se inundaba de imágenes horripilantes de criaturas que se alimentaban de la sangre de los vivos. La bestia que devoraba al arce no era solo un depredador; era una amenaza, una fuerza oscura que acechaba en la noche.

—Ya se nos ocurrirá un buen plan. —Trató de tranquilizarlo el moreno.

—No digas estupideces, cuando esa maldita cosa termine disecando al arce vendrá por nosotros.

—¿Vampiro? —Inquirió Taehyung de repente.

Mingyu se le acercó y sonrió un poco. Su expresión parecía amable, aunque Taehyung no se confió. Algo en él le incomodaba.

—Oh, sí, sí. ¿No sabías que era un vampiro?

—Los conozco como bestias, pero la palabra vampiro nunca antes la había escuchado.

El bufido de Kai avergonzó a Taehyung.

—Genial, otro que viene de las cavernas.

—Kai... —Mingyu le advirtió con una mirada severa. Luego volvió su atención a Taehyung—. Bien, chico. Hagamos silencio hasta que nuestro amigo se vaya.

—¿Pero no puede rastrearnos por nuestro olor? Él tiene una herida en el brazo.

Taehyung señaló a Kai, quien se tapó al instante el corte sangrante con la chaqueta rota.

—¿Qué miras, maldito mocoso?

—Me llamo Taehyung.

—Como sea.

El chico desvió la mirada hacia Mingyu, quien lo evaluaba con las cejas arqueadas.

—Si tienes la parte de un vampiro contigo, no —explicó el moreno—. Creí que ya lo sabías, ya que el vampiro de antes no reaccionó incluso cuando te miraba.

—No, no tengo nada. —Taehyung optó por mentir, si ellos se enteraban que tenía una cría de vampiro con él, quizás lo terminaban exterminando.

—Qué extraño. —Mingyu encogió los hombros—. Bueno, nosotros llevamos estos dedos en unos collares.

Le mostró los dígitos disecados de piel gris amarrados con hilo oscuro. Las bilis subieron por la garganta de Taehyung. No quería ni imaginarse cómo hicieron para tener tal cosa.

—Son del maldito rey vampiro. —Se jactó Kai.

Sus palabras le generaron curiosidad a Taehyung. ¿Había un rey? ¿Qué tan poca información tenía sobre los vampiros?

—¿A qué te refieres con...?

Taehyung ni siquiera pudo terminar la pregunta, un chillido horrible se alzó por todo el lugar. Fue tan alto y vibrante que tuvo que tapar sus oídos cuando creyó que empezarían a sangrar debido a la intensidad.

Sintió que algo se posicionaba a su lado. Quiso tomar la daga que había caído al suelo, pero no le dio tiempo a reaccionar. Al abrir los ojos, el vampiro lo miraba fijamente, lucía los colmillos afuera y sus iris eran de un negro profundo, abismal... Como los de Jungkook.

Oh, Jungkook.

<<¿Estará aún con vida? ¿Podré verlo? ¿Me devorará antes esta bestia?>>

—¡Taehyung, sube!

El chico reaccionó ante el llamado y se apresuró en alcanzar a Mingyu que iba montado sobre un caballo al igual que Kai. ¿En qué momento se habían marchado? ¿Por qué el vampiro no los atacó a ellos?

Ambos empezaron a galopar con suma velocidad. Taehyung miró el camino que iban dejando atrás, pero la criatura no los seguía. Ella solamente los miraba desde su lugar.

El vampiro tenía intenciones de comérselo, ¿no? Entonces, ¿por qué no venía tras ellos? Qué raro...

—¿No sabes que no te les puedes quedar mirando fijamente? —Mingyu lo reprendió.

—¿Por qué?

—Te hipnotizan mientras llama a los demás de su especie. Por eso el chillido, es un llamado.

—N-no... no sabía.

—Pues no lo olvides. ¿Hacia dónde te diriges?

—El pueblo.

—¿Daegu?

—Sí.

—Pero escuché que los vampiros masacraron el lugar la temporada pasada de Luna de Sangre.

—Lo sé, solo déjame en las afueras.

Mingyu no le dijo nada, simplemente se mantuvo atento al camino. Mientras se acercaban a su antiguo hogar, una bola de emociones oprimió el pecho de Taehyung. Podían haber pasado 5 años, pero la sensación de perderlo todo se mantenía fresca como el primer día.

—¿Qué hacían ustedes en el bosque? —preguntó Taehyung, tratando de mantener la voz firme a pesar de las emociones que le recorrían el cuerpo.

Mingyu lo miró con curiosidad, como si estuviera evaluando su valor. Kai, por su parte, parecía más inquieto, mirando constantemente hacia abajo.

—Estamos en una misión. Hemos estado siguiendo los rastros del vampiro de antes. Ha estado atacando ganado y dejando cuerpos desangrados a su paso. Es un monstruo que no se detiene ante nada.

Kai asintió, aún con una expresión tensa en su rostro.

—Y si no lo detenemos pronto, podría venir tras nosotros también.

Mingyu lo miró con preocupación.

—Taehyung lo que importa es que tú no deberías estar aquí. Este lugar es peligroso.

—Necesito encontrar hierbas —dijo Taehyung con urgencia, recordando la enfermedad de Jungkook—. Mi amigo está enfermo. No puedo dejarlo solo.

Kai frunció el ceño, claramente escéptico.

—¿Y qué te hace pensar que podemos ayudarte? Ese bosque está lleno de peligros, quieres ir a una aldea deshabitada y tú... eres solo un niño.

—No soy un niño —replicó Taehyung, apretando los dientes—. Tengo 19 años y he sobrevivido aquí mucho tiempo. Solo necesito esas hierbas.

Mingyu lo observó con más atención ahora, como si estuviera reconsiderando su primera impresión.

—¿Qué tipo de hierbas?

—Una mezcla para la fiebre. Mi abuelo las usaba —respondió Taehyung, recordando cómo su abuelo recolectaba las plantas en el bosque y las preparaba con cuidado—. No puedo perder tiempo.

Inmediatamente se bajó del caballo y le agradeció a los dos hombres.

—Bien, Taehyung. Espero que tu viaje de regreso sea agradable —dijo Mingyu con la misma sonrisa amigable.

Taehyung no sonrió de vuelta.

—No te conviertas en bocadillo para vampiros, mocoso. Y cuídate de los ladrones —Kai le advirtió a medida que se alejaban.

Ellos ocultaban algo, Taehyung podía sentirlo. No obstante, no era el momento para pensar en ello. Jungkook lo necesitaba urgentemente.

Miró al frente. Daegu se alzaba entre ruinas y fantasmas del ayer.

Con un respiro profundo, Taehyung colocó un pie en el sitio donde su existencia había dado un giro radical. Sin darse cuenta de que un par de ojos dorados lo observaban atentamente desde la distancia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro