05. Bestia sedienta

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El trayecto a través del bosque se extendía más de lo habitual, como si cada árbol se alargara en un sendero interminable.

Más de media hora corriendo y Taehyung sentía que los músculos de sus piernas ardían intensamente; de su boca no paraba de salir vaho entrecortado, muy similar a la neblina que lo rodeaba. Pero, incluso al encontrarse en esa situación y estar tan agotado, detenerse no estaba entre sus opciones.

Jungkook... Tan solo recordar lo que el cuervo le mostró, algo en su pecho se oprimía con dolorosa fuerza. Era insoportable.

<<¿Será este el fin de nuestra historia? ¿Qué pasará después? ¿Lo esperarán otros vampiros, lo aceptarán? ¿Podré yo permitirme dejarlo ir? ¿O acaso me resignaré a una existencia...?>>

—Solitaria... Otra vez —susurró, con una voz quebrada por la desesperación.

Las rodillas de Taehyung cedieron e impactaron contra la tierra cuando algo similar a la derrota hizo acto de presencia. Su pecho comenzó a subir y a bajar rápidamente en una búsqueda apesadumbrada de oxígeno, la angustia se enredaba en su ser como las raíces de los árboles que lo rodeaban y eso lo estaba asfixiando.

"¿Qué haces ahí? ¡Jungkook te necesita!"

Taehyung se sobresaltó ante la voz que resonó en su cabeza. ¿Que había sido eso? Alzando la mirada, vio al cuervo parado sobre una rama, este no dejaba de mirarlo mientras movía las alas impaciente. Sus cejas se arquearon y tocó el colgante en su cuello, él tenía razón. No era momento para sentimentalismos.

La determinación volvió a encenderse en su interior. Con un esfuerzo sobrehumano, se levantó de nuevo. La adrenalina corría por sus venas, impulsándolo a seguir. El cuervo ya iba unos metros más adelante, liderando el camino para ambos.

Taehyung lo tuvo claro: no podía permitir que Jungkook se convirtiera en un recuerdo, en una historia que contarle a la luna. Tenía que encontrarlo y salvarlo.

Y si moría, lo haría con una sonrisa en el rostro.

El sonido del agua le advirtió que el lago se encontraba cerca.

—¡Jungkook! —gritó alto. Su voz resonó entre los troncos y el eco volvió a él como un lamento.

<<Por favor, Jungkook...>>

La entrada de la cueva se mostraba frente a Taehyung. El cuervo se posó en su hombro y él no tardó en entrar, pero lo único que lo recibió fue la soledad y la inquietud.

La piel de oso que usaba para taparse estaba despedazada y tirada por todas partes, las astillas de leña habían llegado a cubrir gran parte del suelo; ¿Jungkook había hecho aquello?

Pero las manchas frescas de sangre alertaron a Taehyung.

Todo era un desastre, y era su culpa. Si tan solo no se hubiera tardado tanto...

Taehyung apretó los dientes, sintiendo cómo la desesperación comenzaba a abrirse paso en su pecho. No podía rendirse; no podía dejar que la oscuridad se llevara a su chico.

—¿Puedes rastrear el paradero de Jungkook? —le preguntó al cuervo.

El ave inclinó la cabeza y emitió un graznido que resonó en el silencio de la cueva. Luego fue hasta el piso y empezó a remover un charco de sangre con su pata. Taehyung observó, confundido por su comportamiento, hasta que se percató de cómo el dorado de sus ojos resplandecía. Comprendió que estaba buscando a Jungkook a partir del rastro que había dejado.

"Está cerca, sigue en el bosque".

Una oleada de esperanza inundó a Taehyung, como un momento de calma después de la tormenta.

—¿En qué parte exactamente?

"No lo sé, es difícil descifrarlo. Hay demasiada energía oscura alrededor de Jungkook y mi magia no es lo suficientemente fuerte para sortearla".

Con determinación, Taehyung salió de la cueva. El cuervo voló sobre su cabeza, intentando captar su atención, pero él se mantuvo enfocado en su objetivo.

"¡Espera! Hay algo cerca... puede que sea peligroso".

—Si no voy yo, ¿quién más lo salvará? —replicó Taehyung con firmeza.

"Pero eres solo un humano".

Cierto, no era más que un simple humano, sin habilidades sobrenaturales ni poderes mágicos. Un inútil e inepto humano. Pero no era un humano cualquiera. Había dedicado años a cuidar de Jungkook, y eso le confería un valor inestimable.

Taehyung miró al cuervo a los ojos, notando la expectativa en su mirada.

—No me importa lo que pueda sucederme a mí, Jungkook es mi prioridad, lo único relevante de mi existencia. Mi propósito en esta vida es cuidarlo, protegerlo. No me quedaré de brazos cruzados mientras algo lo amenaza, incluso si esa amenaza proviene de su propia naturaleza. —Su voz temblaba con la intensidad de sus emociones, pero había determinación en cada una de ellas—. Así que llévame con él. Ahora.

La neblina se había vuelto más densa, cargada de una energía oscura que le erizó la piel. El ave volaba a su lado, guiándolo nuevamente.

Un susurro helado atravesó el aire, era un eco lejano que se acercaba lentamente. Taehyung siguió caminando, aunque el cuervo se había detenido.

"Taehyung, algo viene".

—No importa, sigamos.

"Pero..."

—Sigamos dije —exclamó bruscamente.

"Taehyung..."

El castaño miró al cuervo, pero ya no estaba a su lado. Buscó a su alrededor, pero no había rastro alguno. ¿A dónde había ido?

Antes de que pudiera reaccionar, un dolor agudo y desgarrador se concentró en su brazo. Gruñó, la agonía lacerante atravesando su ser como un rayo. Al mirar, se encontró con una herida que brotaba sangre, un manantial oscuro que empapaba su piel. Perplejo y aturdido, trató de comprender qué había sucedido.

¿Qué lo había lastimado?

Taehyung pronto tendría una respuesta.

Una figura apareció entre los árboles, emergiendo de las sombras como un espectro.

Era el vampiro de antes.

Ahora que lo tenía más de cerca, pudo notar lo alto y esbelto que era. Con una presencia que exudaba peligro. Sus ojos completamente negros brillaban con intensidad, y una sonrisa cruel se dibujó en su rostro pálido.

—¿Qué tenemos aquí? —dijo el vampiro. Su voz suave como la seda, pero cargada de malicia—. Un humano perdido en un bosque oscuro, qué escena tan familiar. Cuéntame, ¿qué te trae por estos lares, pequeño?

Taehyung sintió un escalofrío angustiante recorrer su espalda. Sabía que enfrentarse a un vampiro él solo era una locura, pero el recuerdo de Jungkook lo impulsó a mantenerse firme.

—No tengo tiempo para juegos. Estoy buscando a alguien —respondió, tratando de sonar más seguro de lo que realmente se sentía.

El vampiro soltó una risa suave, casi burlona.

—Ah, el joven que ha estado causando tanto alboroto. Un ser lleno de luz y potencial... Pero no te equivoques, humano. —Su expresión se endureció— La oscuridad siempre encuentra la manera de consumir incluso a los más brillantes.

Con un movimiento rápido, el vampiro se acercó a Taehyung, sus garras extendidas cuales cuchillas afiladas. Taehyung retrocedió instintivamente, pero no podía dejar que el miedo lo dominara. Recordó la conexión que tenía con Jungkook y cómo su intuición lo había llevado hasta allí.

—¡Aléjate de mí! —gritó Taehyung, levantando las manos en un intento de protegerse.

El cuervo apareció y graznó furiosamente, volando hacia el vampiro con sus alas extendidas como si intentara distraerlo. El vampiro desvió su atención por un momento, lo que le dio a Taehyung la oportunidad de avanzar.

—No me detendré —declaró Taehyung con determinación—. Haré lo que sea necesario para encontrarlo.

El vampiro frunció el ceño, visiblemente molesto por la resistencia del humano. Con un movimiento rápido, se lanzó hacia él. Taehyung sintió cómo el aire a su alrededor se volvía pesado y frío. Sin pensarlo dos veces, se tiró al suelo, esquivando las garras del vampiro por poco.

—Eres más ágil de lo que aparentas —dijo el vampiro con desdén—. Pero eso no te salvará.

Taehyung se levantó rápidamente y comenzó a correr entre los árboles, sintiendo la presencia del vampiro persiguiéndolo. Su mente estaba en caos, pero una cosa era clara: no podía dejar que ese ser lo detuviera. Jungkook lo necesitaba.

Mientras corría, el cuervo voló por delante, guiándolo hacia un sendero más claro. Taehyung siguió al ave, sabiendo que cualquier momento perdido podría costarle caro. La risa burlona del vampiro resonaba detrás de él, pero Taehyung se negó a mirar atrás.

—¡Jungkook! —gritó con todas sus fuerzas—. ¡Estoy aquí!

—Qué patético, ¿en serio crees que vendrá a rescatarte?

Taehyung hizo caso omiso. La determinación ardía dentro de él, alimentando su velocidad y coraje. No importaba cuán tenebrosa fuera la madrugada o cuántos peligros se interpusieran en su camino; su devoción por Jungkook era un faro que iluminaba su senda y lo guiaba hacia su destino final.

—¡Estoy aquí por ti!

Taehyung estaba perdiendo mucha sangre, por lo que se vio en la obligación de refugiarse detrás de un tronco caído. Podía oír el tétrico silbido del vampiro acercándose. El cuervo se posó a su lado, había sangre en su plumaje. Él también estaba herido.

"No hables, el vampiro puede oír incluso tu respiración"

Taehyung apretó los ojos. <<Jungkook, por favor...>>

"Él está viniendo".

Taehyung lo sabía, ese vampiro no se rendiría tan fácilmente.

"Jungkook ya está aquí".

—¿Qué? —Taehyung levantó la cabeza rápidamente.

Se asomó por encima del tronco y, efectivamente, allí estaba su pelinegro. Parecía como si hubiesen trascurrido muchos años desde la última vez que lo vio. Más imponente y arrollador, no era el mismo Jungkook de antes. Con el torso desnudo y los pantalones desgastados, sus músculos se delineaban tensos, y la piel sudada lucía más pálida de lo habitual. El cabello suelto le caía por encima de los hombros y de su boca emergían los colmillos afilados. Su mandíbula estaba cubierta de escarlata, evidenciando la matanza que, de seguro, había llevado a cabo.

La respiración de Taehyung mermó por un instante, atrapada entre el miedo y una conmoción innegable.

Él lo estaba observando.

Aquel no era su Jungkook, aquello era una bestia sedienta de sangre.

Y venía en su dirección.

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