25. El latido de su ulular

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Cada noche me paraba en las raíces del gran árbol del lago a la espera de que llegara el momento preciso e indicado, el día que hicimos el trato no entendí sus palabras, pero me aferre a ellas para asegurarme volverlo a encontrar, para mí el memorizarlas era garantía de que él cumpliría su parte de regresar cada noche para vernos y recitar sus versos. Descubrí el misterio de sus versos al día siguiente al anochecer, cuando sus palabras sin previo aviso cobraron sentido.

"Cada noche, dos silbidos después de la puesta de sol, cuando luz de la luna alcance el lago Ynhess, resurgiré para transmitir al viento y a los presentes la melodía de mis versos."

Fue en el mismo lugar en el que me siento ahora cuando escuche por primera vez un silbido que surgía del gran árbol, el viento mecía sus ramas creando un silbido que acompañaba el danzar de sus alargadas y tersas hojas, sin duda es un hecho digno de contemplar. Seguido de ese silbido, el Guardián del bosque, el ciervo con cornamenta en forma de corazón, hacía acto de presencia con su porte y elegancia característicos, poco a poco iban apareciendo las pequeñas y curiosas criaturas que habitaban el bosque asomando sus cabezas risueñas a sabiendas de que se acercaba el momento indicado. Ahí, en ese instante, cuando el lago se cubría de miles de miradas expectantes, resonaba el segundo silbido en las ramas del gran árbol que danzaban alegres, dando paso a los rayos de luz de la luna que se posaba en las flores del valle que envolvía el lago hasta que la luna posaba también su mirada en el lago y en ese preciso momento él surgía como cada noche.

Siguiendo la magia del momento hace su aparición luciendo ese cuerpo tallado a la perfección por los creadores, el tenue brillo de sus majestuosos cuernos se hace más presente, él emerge de las aguas con varias gotas cayéndole por su rostro perfilando también su torso desnudo, el brillo rojizo de sus cabellos se hace más notorio cuando muestra ante todos lo que hay debajo de su cintura, esas piernas repletas de cabello cobrizo que se tornarán marrones cuando el viento seque su esculpido cuerpo. Así, erguido ante todos los presentes, camina sobre el lago, dirigiéndome la mirada si yo fuera su única oyente, como si ese momento fuera nuestro y de nadie más, con la serenidad que siempre le domina, observa a todo el valle antes de lanzar su imponente y sensual voz.

A pesar de que han sido decenas de noches donde he podido contemplar los instantes antes al lanzamiento de su voz, no dejo de vivirlo como si fuera el primer día, asombrándome en cada uno de sus pasos, de los pasos de este bello engranaje creado por la naturaleza misma que se empeña en ser asombrosamente deslumbrante.

Como cada noche finaliza sus versos en uno de sus elegantes gestos, algunas de las criaturas empiezan a retirarse, pero esta noche no espero a que todas se retiren para lanzar mi pregunta, como otra criatura curiosa que soy puedo compartir mis inquietudes con todos los seres presentes.

- ¿Cómo conociste esa historia?

- La hermosa Aerith me la contó.

Al responderme a esa pregunta no me doy cuenta de un pequeño detalle que yace en sus ojos, pero Flubber se posa con luz púrpura en mi hombro y empieza a vibrar de manera que no lo ha hecho jamás, esa vibración me lleva a un estado de serenidad y calma completa, haciendo que sea capaz de ver ese brillo que segundos antes no había visto en los ojos de él, sin poder remediar mi miente y mi don indagan en el interior de su alma pudiendo ver más allá de lo que él me estaba mostrando por primera vez en mucho tiempo, sabía que no estaba bien lo que estaba haciendo, pero mi curiosidad y l a insistencia de Flubber me dominaron haciendo que entrara en trance y tuviera una visión.

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Después de años explorando las tierras de Zeehïro mis aventuras me han creado un renombre como el sátiro, poeta, aventurero, versado en las letras, todo este tiempo centenares de criaturas han acudido a mí o el destino las ha puesto en mi camino para que pueda ofrecerles mi ayuda, la ayuda de un poeta, pero también la ayuda de un aventurero que ha conocido y obtenido la sabiduría de medio mundo. Con gusto he ayudado a esas criaturas del creador y a la par he aprendido de ellas lo que el tiempo me ha permitido, dado que de la misma manera que aparecían en mi vida luego desaparecían y no volvía a saber de ellas. Me pregunto hasta qué punto merece vivir la pena estas aventuras si en todo mi camino no me acompaña alguien en carme y hueso, si no tengo un compañero de aventuras que me salve de este mundo diverso y desolador.

Cierto es que no me estoy olvidando de Azabac, el primer y único amigo que he hecho en el transcurso de mi aventura, pero con él solamente me envió algunos papiros, donde me pide que le cuente todas y cada una de mis aventuras, en cierta manera sigue siendo mi oyente y mi confidente. Algunos de los rincones de este mundo que he podido descubrir ha sido por los lugares que él me contaba en sus papiros, lugares que había oído en la taberna de gentes entradas en años en la aldea o de otros aventureros que habían decidido saciar su sed o sus lamentos en la misma taberna donde Azabac y yo nos conocimos. Valoro que en cierta manera él siga ahí después de tanto tiempo y agradezco a su ave rapaz que nos haga de mensajero entregando nuestros papiros allí donde fuera necesario, pero cada vez soy más consciente de que eso no quita mi necesidad de tener un compañero de aventuras justo a mi vera, en persona y no a través de unos papiros, quizás no sea el aventurero que creo que soy, quizás no este hecho para esto, quizás me equivoque al buscar inspiración en los rincones ocultos de Zeehïro.

Sea como fuere me dirijo a la comarca de Cephyr una comarca creada en torno a un árbol gigante llamado Aürreols, el árbol de la vida, los habitantes de dicha comarca creen en el flujo de energía que yace en todos los seres, eso les aporta un fuerte arraigo hacia la naturaleza y hacia todos los seres vivos. Ahora me encuentro en la espesura de la selva que le da cobijo a la pacífica comarca, en esta selva viven todo tipo de criaturas a la cual más sorprendente que la anterior y quizás más peligrosa. Por ello me busco un cobijo para pasar la noche en las copas de los árboles a la espera de poder descansar a lo largo de la noche.

En mitad de la noche me despierta un quejido peculiar como cuando una rama de un árbol al romperla se astilla, pero se escuchaba mucho más fuerte, me temo lo peor al darme cuenta de que quizás una terrible bestia hambrienta ha notado mi presencia y entonces temiendo por mi vida busco entre las copas de los árboles un escondite mejor porque un buen aventurero sabe cuando debe mantenerse en las sombras, pero también sabe que debe obtener el máximo de información de todo su entorno y eso incluye saber que tipo de criaturas lo habitan aunque sean terriblemente terroríficas. Asegurando seguir en las sombras me desplazo entre las ramas como ave que anida en ellos, es algo que aprendí a hacer en mi larga travesía de la comarca de Dorlokein a la comarca de Balzeria donde mi supervivencia dependía de mi capacidad de esconderme entre los árboles o así lo veía en aquel entonces, ahora sé que también dependía de la caridad de otras criaturas que fingían dejarse sus pertenencias y alimento para ayudar a un crío sátiro a no morir en su aventura.

Sigo con cautela el origen del estruendoso quejido, y cuando ya me encontró justo encima asomo mi cabeza dispuesto a encontrar la horripilante criatura, pero cuando temeroso abro mis ojos la criatura que encuentro me deja perplejo y sin aliento un lapso de tiempo, ante mi mirada atónita se encuentra una hermosa sirena de ojos esmeralda, sinuosas pestañas, cabellos ondulados y una cola deslumbrante.

Al recuperar mi conciencia me doy cuenta de que la hermosa sirena está dentro de un caldero gigante y mis pestañas parpadean asombrado por lo grotesco de la escena, regreso con cuidado a mi escondite y busco un punto mejor para observar la situación.

Una pareja de gigantes arrasa con todos los árboles a su paso, llevan atados a sus hombros dos troncos donde tienen atado el caldero en el cual la hermosa sirena esta, al instante siento pena y lástima por ella, una sirena en ese caldero no puede ser feliz, apenas tiene espacio para estirar su bella cola rosada. Unas chirriantes voces distraen mi atención y observo atónito como tres farfapodos* varones discuten por como es la mejor manera de llevar toda la mercancía sin que esta sufra daños, así es como descubro atónito que estas criaturas de mi comarca natal son mercaderes y sus sirvientes, entiendo entonces que la hermosa sirena para ellos es nada más que mercancía viva a la espera de un potente comprador que la quiera como posesión. En aquel instante me hierve la sangre y sé que seré el héroe aventurero que rescatara a esa hermosura.

Ya estaba muy entrada la noche y sabía que tarde o temprano pararían para dormir, así que espero el momento oportuno en que todos anden dormidos para rescatarla, para mi suerte avanzan unos metros más en la selva y deciden acampar para descansar del largo viaje que llevan a sus espaldas. Una vez que todos han caído en los brazos del cansancio me dispongo a cumplir mi misión, pasar inadvertido entre los farfapodos es de lo más sencillo, la forma característica que tienen para dormir con su descomunal pie apuntando hacia el cielo les hace ver como setas peludas e inmóviles, pasar entré los enamorados gigantes fue mucho más complejo dado que cualquier sonido o roce fuera de lugar les hace hurgarse en sus enormes narices mientras duermen.

Me armé de valor, serenidad y determinación para llegar hasta el caldero sin despertar a la pareja de gigantes, una vez subido al borde del caldero quedó anonadado con la belleza de esa hermosa criatura durmiente y me quedo embelesado admirando su rostro, de pronto y sin previo aviso ella abre sus ojos y empieza a gritar, temiendo que el grito agudo de la sirena despierte a los gigantes tapo con fuerza su boca con mis manos a la espera que se calme.

-Que estás haciendo, vas a conseguir que se levanten, sirena boba, así no voy a poder salvar...

Me golpea con su cola fuertemente en el cuello, haciendo que pierda él equilibro y caiga directo al suelo, perdiendo el conocimiento mientras escucho el característico grito agudo de las sirenas y noto como la tierra que me sostiene tiembla.



Horas después comienzo a recuperar el conocimiento sumergido en una balanceo que crea en mí un intenso mareo, apenas puedo abrir los ojos, pero veo el rostro de la sirena mirándome con curiosidad y sujetándome con sus brazos para evitar que me afecte el balanceo, observo perplejo que ahora me halló preso en el mismo caldero del que quería liberar a la sirena que ahora me mira compasiva con esos ojos verdes.

- Ellos querían matarte o lanzarte a un precipicio por haber querido robarles, pero entonces se dieron cuenta de tu don y de lo valioso que puedes ser.

-¿Mi don?- digo altamente confuso y recordando que mi cuaderno con mis recuerdos y mis versos reposan en el árbol dónde había acampado aquella misma noche.

- Si, eso que haces con tu cabello, que tanto tu cabeza como tus piernas cambien de color cuando estás mojado, bueno o cuando te secas ¿Con cuál color naciste?- para un segundo para mirarme fijamente- Bueno no importa, te estarás preguntando por qué empecé a gritar y te golpee, disculpas por esto último, pero como quieres que me fiara de un sátiro que trepa por los árboles y que llevaba tiempo siguiéndonos, pensé que simplemente eras raro y nada más, pero cuando viniste a por mí me entro miedo, no sabes a lo que podemos estar expuestas las sirenas por nuestros encantos, hay que andarse con ojo y más fuera de la comarca. Resulta gracioso, pero no fue hasta que este par de descerebrados empezaron a preguntarse que hacías ahí que me di cuenta de que en el fondo querías rescatarme ¿verdad que estoy en lo cierto?- asintió con la cabeza y prosiguió su discurso sin darme oportunidad para contestar sus preguntas- pero que te pensaste, a donde me ibas a llevar mira a nuestro alrededor en esta selva no hay lagos ni ríos, estoy más muerta ahí fuera que aquí dentro, de verdad no te paraste a pensar, no puedo creerlo- negaba con la cabeza y gesticulaba mucho con sus brazos, en cierta manera tenía razón, no lo pensé con claridad, mire a la pareja de gigantes que nos cargaban- ellos no nos escuchan son sordos me lo dijeron sus sirvientes después de 3 días intentando tener conversación con los mercaderes, si ese día pensé que por fin alguien me conversaría, pero son tan tímidos los farfapodos que prácticamente son mudos...

No puedo creer la capacidad que tiene para pasar de un tema a otro sin siquiera respirar, necesito pensar y seguir escuchándola, no me está ayudando, así que decido concentrarme en mis pensamientos y hacer de su charlatanería una melodía ambiental para que sea desapercibida por mis cargados oídos. Entonces me doy cuenta de que desde cerca es mucho más hermosa, que el verde de sus ojos irradia una cautividad relajante, que su sonrisa cautiva de principio a fin de su comisura, que los mechones que caen sobre sus pechos son como cascadas aun por descubrir, que la naturalidad de sus gestos me atrapa de una manera que no llego a entender, será que por primera vez en la vida he conocido el amor o será el instinto de sátiro reclamando su naturaleza.

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Al llegar ese punto de la visión me sentí realmente incómoda y salí atemorizada del estado en que me encontraba, Flubber aún seguía en mi hombro vibrando intensamente para hacerme caer de nuevo en la visión, pero vi como los ojos del poeta se cruzaron con conciencia con los míos en el mundo real y fui consciente de que él también me tiraba hacia esa visión intrigada quizás por esa intromisión en sus recuerdos, sin saber exactamente como nuestras mentes estaban conectadas a través de Flubber y aproveche la ocasión para disculparme a través de mis pensamientos.

- Lo lamento, no debería de haber irrumpido en tu intimidad, pero yo...- como decirle que soy extremadamente curiosa y que a veces no me puedo controlar, pero que estoy haciendo escucha todos mis pensamientos y seguro que también me está escuchando ahora.

Mis mejillas se sonrojan al saber que me había delatado a mi misma, él inclina ligeramente su cabeza y sonríe de oreja a oreja como si toda esta situación le resultara divertida y tierna al mismo tiempo

-No importa, yo quería que lo vieras, quiero que entiendas el latido de mí ulular, quiero que sigas en esa visión y que sepas como conocí a Aerith, me resulta más fácil de esta manera.

En ese instante vi como su corazón rebosaba de alegría al recordarla, pero también vi negrura tejiendo ese recuerdo, vi derramar la lágrima más negra y pesada que he visto en mi eterna vida.


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*Los farfapodos son una especie de homínidos monópodes con una sola pierna y un solo pie sobre dimensionados. Son extremadamente tímidos y siempre se les relaciona con ser los sirvientes de los gigantes, es muy raro verlos ya que no suelen salir de su comarca.

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Hasta aquí llega este extenso capítulo que espero que no se les haya sido muy pesado, tendremos la segunda parte de la visión en el próximo capítulo, pero mientras como ya es costumbre aquí les lanzo unas preguntas por si desean participar en esta dinámica.



¿Cuál ha sido tu momento o momentos favoritos en este capítulo?



Ahora que la historia comienza a estar más avanzada, podrías decirme que personaje te agrada más, podéis decir más de uno.

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