Los rayos del amanecer se filtran a mi alrededor sumergiéndose en la laguna, iluminando toda la vegetación, me halló una vez más disfrutando del sonido de la naturaleza, sumergida en el silencio de los árboles y del entorno.
Ese espacio atemporal pierde su lugar en el mismo instante en el que mis oídos son inundados por un ulular muy peculiar.

Para mi sorpresa, al escuchar el viento descubro que este no es el creador del ulular que despierta mi emoción.

Me resulta altamente adictivo y peculiar este ulular, si debiera de describirlo quizá empezaría diciendo que es como un lamento, un quejido rebosante de magnetismo, algo que sin duda mis oídos jamás habrán experimentado hasta este preciso instante.

Una idea ilumina mi mente, quizás este ulular sea de algún ser aún por descubrir.

Guiada solamente por ese instinto, me dirijo al origen de ese tentador ulular, y para mi grata sorpresa me encuentro a una criatura sumergida en un estado de embriaguez. Una criatura de cuernos voluptuosos, torso hermoso, brazos ligeramente marcados y unas piernas entrañables cubiertas de bello cobrizo.

Sin saber como acaricio su rostro y sin darme cuenta todo comienza...