Capítulo XXVI - Ilusiones

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Escasa claridad en aquel pasillo infinito, pero esta vez, real. Vivía dentro de la esfera, dentro de lo que consentí darme una última oportunidad más. La esfera de la vida, el territorio terrestre muy por encima del inframundo, aquel que la luz del sol y la luna pueden alcanzar.

No sentía dolor, no podía. Koemi se me había ido delante de mí, una vez más, y no pude hacer nada para salvarla.

- Umi: Soy.. lo siento.. Koemi. (Decía entre lágrimas mientras era transladada en camilla hacia la sala de pruebas) No he podido.. hacer nada. Intenté.. lo intenté.. y no.. no sirvió... de nada. Lo.. siento.. Koemi.. (Lloraba cada vez más, intentando comprobar si era un sueño)

- Doctor: Umi, hemos llegado a la sala. Vengo enseguida para comenzar con los tests.

Mis padres quedaron fuera de la sala, no podían entrar. Aquel doctor comenzó a buscar unos papeles y algunos aparatos médicos fuera de la sala para ver mi estado.

De repente, encontré a un viejo amigo, el silencio. Aquel que me acompañó durante un largo viaje en mi yo de la otra vida, se acercaba una vez más para abrazarme. Me encontraba sola en aquella sala, sin creerme aún nada de lo que había pasado.

- Umi: ¿Vivo.. para esto? Yo no quería vivir para perder a Koemi.

Poco a poco fui recuperando la memoria y a recordar mi viaje al lugar donde los sueños e ilusiones toman fin.

A mi lado, había una ventana. Me levanté de la camilla muy lentamente para observarla a media distancia, y acercar mi mano a ella. Rozaba aquel pomo de la ventana con mis yemas, rozaba el cristal y miraba mi rostro reflejado.

Impulsos, conexiones, comencé a sentir un mar de emociones al mismo tiempo, como si ya hubiera vivido esto antes.

- Umi: Yo.. recuerdo..haber visto mi imagen. Recuerdo el reflejo de mi alma marcado en el cristal mientras una lluvia azotaba aquel pantano cerca de la universidad. La tormenta acechaba con un gran tono asfixiante, las nubes de azabache iluminaban la luna con gran esplendor.

Mis recuerdos.. antes del accidente, comenzaban a venir. Recordaba como me subí a aquella ventana en el pasillo de la universidad, algo oscuro debido al poco color de las nubes. Recordaba dejar mis zapatos al lado de la ventana. Recordaba escuchar mi nombre, una chica me llamaba mientras sentía el roce de una mano.

- Umi: Ahí está.. el mundo exterior. Detrás de esta ventana puedo ver.. el mundo al que antes pertenecí.

Fue entonces cuando comencé a girar el sucio pomo de la ventana.. para finalmente abrirla. Pude.. respirar.. de nuevo y sentir una brisa de viento rozar mis mejillas al mismo tiempo. Cerré los ojos y continué respirando.. con media sonrisa en mi rostro.

- Umi: No..! Debo.. encontrar a Koemi.. en algún lado.. está esperándome allí.

Continuaba con mi estado en shock, no quería asumir ni creer lo que ocurrió antes en la sala donde Koemi perdió la vida delante de mí.

Con la mirada fija en aquella ventana, pensaba en que hacer, en que camino tomar. El de buscar a Koemi en el exterior, o el de quedarme y aceptar lo que mis ojos llegaron a ver.

Miré hacia la puerta y me detuve a pensar en mis padres. En lo que había luchado por llegar a salir de la oscuridad de mi alma para encontrarlos. Ellos esperaban sentados a que me recuperase, estaban tan cerca y tan lejos al mismo tiempo, que una habitación nos separaba.

Koemi.. ¿había fallecido? No podía creerlo. Fue entonces cuando comencé a recordar las palabras de Parca antes de dejar esa otra vida en el el mundo interior. Llevar una vida llena de tristeza o tener grandes pérdidas eran algunas de las palabras que mencionó. Una vida ligada a Parca.

- Umi: Quizás.. esa chica.. era una ilusión. Quizás no era Koemi.. y ella está en algún otro lugar de este mundo. Puede que hayamos despertado.. en un lugar diferente. Koemi.. ¿Dónde estás?.. (Puse mi mano sobre el cristal de la ventana mientras veía como aquellas nubes estaban llorando)

Umi debía tomar una decisión. Se encontraba en una situación donde debía escuchar esta vez a su corazón más que a su mente.

Quedarse con sus padres o buscar a Koemi sola en algún lugar del mundo exterior.

- Umi: .. (En un largo y oscuro silencio emocional, Umi comienza a llorar) ¡Lo siento! ¡Lo siento tanto!.. ¡Os quiero mamá y papá! ¡Os quiero!

Tras un breve instante, Umi se deshace de todo el equipo de aparatos médicos que la tenían conectada para dar un paso adelante ya subida a la ventana. Podía ver que estaba en la primera planta del hospital.

Umi, herida, logró salir de la habitación para buscar a su alma gemela.

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