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Era sábado por la mañana y el timbre de SeokJin le avisaba que Moonie estaba del otro lado. Así que con su mesa lista con el desayuno para su amiga y él, se disponía a abrir.

—Moonie, cariño —dejaba entrar a su amiga y cuando ésta se liberaba de las cosas que tenía, se iba por ese abrazo a su mejor amigo.

SeokJin se encontraba alargando demasiado aquella muestra afecto.

—De acuerdo, nunca me abrazaste tanto tiempo... Estás triste —afirmaba, viendo ahora el rostro de su amigo.

—No digas idioteces.

Se alejaba y la llevaba a la mesa, la rubia no quería presionar y presionar porque sabía cómo era Jin. Se cerraría y no hablaría en absoluto. Así que debía armarse de paciencia.

— ¿Tenías todo preparado? —preguntaba mientras se acercaba a la mesa.

—Si ¿Cómo has estado? Estuve muy ocupado esta semana, lo lamento

—No te preocupes. Yo también lo estuve, trabaje con TaeHyung para hacer las fotos de las prendas para mujer —respondía.

De inmediato alzaba sus ojos para ver la reacción de Jin, pero no tenía reacción alguna.

—Eso es genial ¿Cómo va esta temporada y el lanzamiento de la ropa de hombre?

—Te dije que genial. La combinación de tu rostro, mi ropa y la hermosas tomas de TaeHyung —enfatizaba nuevamente en el nombre del fotógrafo—, me han hecho tener increíbles ganancias. No puedo quejarme

—Genial. Te felicito, Moonie —respondía con una sonrisa.

— ¿Por qué estás raro? Me recuerdas a TaeHyung en la sesión de fotos con esa cara de muerto y desanimado

—Deberías preguntar directamente lo que deseas saber, porque es muy tedioso escuchar indirectas —soltaba SeokJin.

—Bien ¿Qué pasó con ustedes?

—Lo que tenía que pasar —respondía secamente.

— ¿Y a qué te refieres con exactitud?

—Sexo —respondía.

Moonie tapaba su boca y abría sus ojos—. ¿Ustedes finalmente lo hicieron? —SeokJin asentía—. Te sacudiste las telarañas ¿Después de cuento tiempo?

SeokJin rodaba los ojos—. He estado más tiempo sin acción de lo que crees

—Por diferentes razones. Pero... ¿Por qué TaeHyung se veía desanimado y tú igual? ¿Fue malo?

—Fue perfecto —admitía—. Él se aguantó cada cita con tal de hacerme ver qué no solo pensaba con su polla y colaborar conmigo para que el sexo fuera bueno también para mi. Estuvo perfecto

—Conectaste con Tae —decía sorprendida.

—Por una simple causa —replicaba Jin.

Moonie lo miraba confundida—. ¿Simple causa?

—Sip, él disfruta el sexo con cualquiera que lo caliente y yo disfruto el sexo conociendo un poco al imbécil que voy a follarme. Bien puede servir para no seguir con eso o bien puede servir para que yo también pueda disfrutarlo como él.

Moonie suspiraba y bebía su café—. ¿Las citas fueron malas?

—Las dos primeras eran más una discusión en la que él solo trataba de contradecirme. Las que vinieron luego fueron geniales —se encogía de hombros.

— Y el sexo dijiste que fue perfecto... ¿Entonces? —se rascaba la frente exagerando su clara confusión—. Conectaron, a pesar de arrancar con el pie izquierdo. Tuviste citas geniales y es algo en lo que eres exigente pero te gustaron y luego el sexo fue perfecto. ¿Por qué no te veo llamándolo de nuevo?

—Porque TaeHyung no es ese tipo —suspiraba cansado.

Moonie fruncía el ceño—. Sé que TaeHyung es un desastre, pero si la pasaron tan bien en el sexo ¿Por qué no lo llamas de nuevo y quizás-...?

—Quizas nada —se adelantaba a responder—. Él es el tipo que no repite

—Pero tu eres el tipo que si le gusta la compañía, lo llama

— ¿Para qué? —soltaba más exaltado de lo planeado—. Lo siento —suspiraba y tomaba la mano de su amiga—. Mira, yo sabía dónde me estaba metiendo. Sin embargo me gustó conectar con él. Lo disfruté de principio a fin. Pero en cuanto metí mi polla en su culo fue el final. Él obtuvo lo que quiso y le reconozco que me aguanto en eso de las citas cuando él no es esa clase de tipo. Se lo reconozco. Le doy el crédito, pero ya le dí lo que tanto quería de mi. Era solo sexo, yo golpeando su punto dulce hasta hacerlo correr como muchos otros tipos más

—Jinnie...

—No me mires de esa forma. No me enamoré de TaeHyung, admito que es una lástima que sea un cretino que no repite y que no puede disfrutar con una sola persona, al menos por una temporada. Pero yo lo sabía, así que relájate —le sonreía de forma honesta—. Yo estoy bien. La pasé bien. Estuvo genial y entretenido mientras duró. Me siento listo para salir con alguien más de mi estilo.

Moonie hacía un puchero y dejaba que Seokjin comiera una de las donas que había llevado y bebiera su café antes de hablar.

—Que bueno que estés bien, pero debo informarte que TaeHyung preguntó cómo estabas y no estaba tan animado y ruidoso como él suele ser.

SeokJin la miraba y detenía sus pensamientos, justo en ese instante.

—Le debe haber sucedido algo que no tiene que ver conmigo —aseguraba encogiéndose de hombros—. TaeHyung es un chico despreocupado. Si lo viste desanimado debe ser un tema personal, nada que tenga que ver conmigo. Ahora desayunemos en paz.

—Un mes que tienes esa cara de mierda —soltaba HyungSik, frente a TaeHyung—. ¿No tienes una cita hoy?

—No es una cita —respondía TaeHyung—. Solo voy a follar con el tipo que me tope en el crucero

—Bien, el tercero de este mes. Luego de jugar a los novios con el pastelero ¿Ya te sientes mejor?

—Nunca dije que me sentía mal. No sé a qué te refieres

—Oh ¿Así será? —soltaba el pelinegro—. Hombre, seré honesto. Te ves como la mierda. Estás de mal humor y parecieras tener una nueva gris encima tuyo. Y gracias a dios, no estoy en la habitación contigo cuando follas con tipos, pero estoy seguro que sales insatisfecho.

TaeHyung suspiraba frente a su computadora—. Te felicito. Estoy teniendo una mala racha. Ya se me pasará

—Extrañas al tipo

—No lo hago, no digas idioteces

—Lo extrañas

—Cierra la boca

—Ay, dios. ¿Te enamoraste?

—No sé que mierda es eso. No lo extraño y no me enamoré. No sé cómo se siente eso

—Como la mierda. Especialmente si él no volvió a llamarte

— ¡¿Por qué mierda se tuvo que ir así y no volver a contestarme ni mandarme un puto mensaje?! —golpeaba la mesa y pataleaba luego—. ¿Por qué tuvo que follarme tan bien y dejarme con ganas de más? Estoy seguro que me hizo algún trabajo, si. Le dió mi nombre a algún brujo para enamorarme

— ¡Oh! —HyungSik lo señalaba—. Lo dijiste

—No estoy enamorado

—Tae... —advertía.

—No sé que es eso. Por favor Hyung, no seamos extremistas —pedía—. Creo que me gustaba de verdad

—Te gusta, no hables en pasado. Deberías hablarle, llámale

—No tiene caso, leyó ese mensaje al día siguiente de acostarnos y nunca contesto. Él solo me dió lo que creyó que quería

—Él te dió lo que te encargaste de mostrarle que deseabas y que siempre hacías. Follar y a otra cosa mariposa

—Quizas su rechazo es mi capricho, no me gusta. Quizás es mi orgullo herido —mencionaba mirando por la ventana.

HyungSik suspiraba—. Orgullo herido o no, por favor concéntrate mañana en la cena con el representante de la marca de pantalones. Enfócate y luego de eso puedes volver a tu estado de babosa desanimada

—Haré bien mi trabajo, gracias por no ayudar una mierda

—Llámalo o recupérate. Si no estás enamorado, puedes continuar con tu vida y volver a tu estado normal.

El pelinegro lo dejaba solo en su oficina y TaeHyung no quería pensar, no tenía sentido. Era su orgullo herido que aún no le gustaba el hecho de que un tipo como SeokJin no volviera a buscarlo.

Es tu ego hombre, solo eso.
No, no es tu ego. Es Kim SeokJin tu problema.

El fotógrafo se fregaba la cara y daba algunos pequeños cachetazos para despertarse y dejar de analizar algo que no tenía sentido. ¿Que importaba ya? Solo tenía que conseguir más sexo hasta volver al ritmo cotidiano de su vida sexual activa y sin compromiso.


SeokJin se encontraba vistiendo una camisa blanca, un pantalón negro y zapatos de punta, puro cuero. Su frente no estaba descubierta aquella noche pero se veía realmente atractivo esperando a su cita, sentado en aquel restaurante. Era elegante y brindaba cierta privacidad entre mesas al tener paneles elegantes que no dejaban ver a los costados, excepto al frente obviamente.

El afortunado que se juntaria con Jin había elegido el lugar aquella noche, y llegaba, viéndose realmente bien. Lo había conocido en su tienda cuando había ido a encargar un pastel para el aniversario de sus padres y al castaño le había parecido extremadamente dulce.

Era algo precioso de ver para SeokJin. Una estatura menor que la suya, cabello rubio. Cuerpo trabajado, trasero respingón. Piernas musculosas, carita de bebé y labios que competían a la par con los suyos.

—Kim SeokJin —llamaba. El castaño se ponía de pie y saludaba al muchacho con una mano en su diminuta cintura.

Dimensiones pequeñas y atractivas, SeokJin podría voltearlo a su antojo en la cama y de hecho, lo había fantaseado.

—Park JiMin —el beso que el rubio le daba, iba directo a la comisura de sus labios. Si, esa combinación de belfos carnosos prometía una explosión deliciosa—. Te ves increíble —susurraba SeokJin.

Aún manteniendo su mano en la cintura del muchacho y su cercanía. El pequeño llevaba un pantalón de mezclilla negro, una remera blanca lisa y una chaqueta roja. Se veía demasiado perfecto para ser real.

—No quería quedarme atrás contigo —susurraba su dulce voz—. Te ves perfecto

—Solo llevo una camisa blanca —replicaba Jin.

Mientras que a la distancia un tipo comenzaba a quejarse con su acompañante de los dos hombres y su coqueteo.

—Es terrible. Salir a comer y ver estas cosas —mencionaba el tipo. Olvidando por completo la razón por la cual se encontraba en aquel lugar y señalando a SeokJin y compañía—. Maricas, míralos

—Señor Wong, necesitamos establecer un horario para la siguiente semana —decía su acompañante, ignorando la forma en la que el tipo se quejaba asqueado. Lo que le faltaba, lidiar con un homofóbico.

—Miralos, el alto se quiere comer al rubio y el rubio igual. Son unos maleducados... míralos, míralos TaeHyung —ordenaba el viejo.

El fotógrafo no le quedaba más que voltear en dirección a los tipos que el señor Wong—encargado de cerrar el trato con él para su nuevo trabajo—había señalado y difamado asqueado.

—¡Oh, mie-...! —se ahogaba antes de maldecir.

—Exacto, mierda —decía el viejo—. No le baja la mano al culo porque saben que están siendo observados, si no...

No bajes tu mano, estás muy cerca. Maldita sea mi suerte.

En fin, chico...hablemos de negocios o terminaré tirando esta copa de vino sobre alguno de esos mariquitas.

Setenciaba y TaeHyung se veía obligado a apartar su mirada de SeokJin y el atractivo rubio que había a su lado. Contextura pequeña pero perfecta. ¿Que mierda tenía SeokJin con los tipos menuditos? Él no era así...

¿Será por eso que no vuelve conmigo? ¿No me llamó por ese tipo pequeñito y perfecto?

Kim TaeHyung —el viejo Wong chasqueaba sus dedos frente a su rostro—. Negocios, chico. Negocios. Te entiendo, también te dan asco, pero mejor continuemos o seremos nosotros los vetados del lugar.

TaeHyung volvía su rostro, pero su cabeza de nuevo volvía a Kim SeokJin, estaba acabado si arruinaba este trato por tener la cabeza en la polla de Kim SeokJin.

—Reitero, te ves perfecto —insistía JiMin, mordiendo su labio y obligándose a separarse del castaño—. Me encanta estar tan cerca de ti, pero la gente comienza a vernos raro.

Le sonreía de forma sensual y juguetona para luego alejarse. Al instante eran invadidos por el mozo a cargo y no quedaba otra que hablar de comida y vinos. Minutos despues de debatir la charla fluía. Demasiado natural, demasiado bueno y perfecto como la sonrisa adorable de Park JiMin.

—Ya sabía de tus pasteles, pero jamás había ido yo mismo a ordenar uno. Por cierto, a mis padres les encantó. A toda la familia —halagaba JiMin.

—No fue solo mi trabajo, tengo un excelente equipo conmigo trabajando codo a codo para poder darle a la gente lo qu-.... ¡Mierda! — SeokJin se descolocaba.

— ¿Estás bien? —preguntaba JiMin, tomando su mano y viéndolo con preocupación.

TaeHyung estaba hablando con un mesero, justo frente a él. Mirándolo seriamente de a momentos y enviando una descarga que impactaba desde su nuca hasta a su bajo vientre. Haciéndole sentir que el piso temblaba pero en realidad, eso no estaba sucediendo.

Solo era el efecto Kim TaeHyung. Se veía obligado a volver en si, antes de que JiMin volteara para ver dónde estaba dirigida su mirada. En ese entonces, TaeHyung volvía a su mesa, no sin antes regalarle un mirada dura, oscura... Sensual. el rubio seguía preguntando cómo estaba, totalmente ajeno al reencuentro de estos dos hombres.

—Hyung ¿Te sientes bien? ¿Quieres ir al baño a refrescarte o quieres salir de aquí? Tu rostro está colorado —mencionaba el rubio.

—Tuve un dia agotador y creo que esta pasándome factura —respondía—. Iré al baño a refrescarme la parte posterior de mi cabeza y volveré de inmediato

—Seguro, seguro ve —SeokJin se ponía de pie pero sorpresivamente las manos de JiMin se posaban en su cadera evitándole el paso—. Si sigues mal y quieres terminar la cita, solo dilo —mencionaba desde su asiento, mirando hacia arriba con ojitos dulces y comprensivos—. Podemos volver a vernos luego. ¿Si?

SeokJin sonreía y acariciaba el rostro de JiMin con suavidad—. Me parece genial —respondía y el rubio se apoyaba en su palma de forma dulce.

Luego de esa pequeña conexión, corría hacia al baño de hombres. Vacío y todo para él para poder maldecir si así lo deseaba. Pero lo único que necesitaba era calmar las sensaciones vividas recientemente y mojar su rostro para volver a sentirse cuerdo. Daba un leve toque al grifo y una cantidad potente de agua era liberada, SeokJin ponía sus manos y se lavaba el rostro. Una, dos y tres veces...

—Necesitarás esto —mencionaba aquella grave voz, mientras le tendía toallas de papel suaves para que pudiera secar su rostro.

—Mierda... —se alejaba de inmediato luego de sentirlo cerca suyo. TaeHyung tenía un rostro neutro, casi imposible de leer, le resultaba engreído y eso lo llevaba a quitarle las toallas de papel con cierta brusquedad.

—No era necesario el ataque de ira —mencionaba el fotógrafo.

—Ja. Eso no fue un ataque de ira ¿Por qué entraste? —preguntaba, mientras se apoyaba en el largo y negro lavabo de mármol.

—Tenia necesidades —respondía, acortando la distancia finalmente y con seguridad. Parándose sin perdida de tiempo frente al castaño, quien de inmediato volteaba su rostro para no tener tan cerca al fotógrafo—. Nunca respondiste mis mensajes —soltaba.

— ¿Mensajes? —mencionaba Jin—. Solo fueron dos

—Y nunca los respondiste —insistía el azabache.

SeokJin reía de forma amarga, mirando a su costado pero finalmente volviendo la vista y rostro a TaeHyung.

—Bien. Te ví poner la clave cuando me abrías tu puerta para salir —exclamaba. TaeHyung alzaba sus cejas sorprendido—. Oh, si. Tengo buena memoria.

El fotógrafo se mantenía en silencio por el tono hostil con que el SeokJin le estaba hablando. Se suponía que él debería de ser el ofendido y no el tipo que después del sexo en su apartamento se había escabullido como un delincuente fuera de su casa.

—Puedes apartarte, necesito volver con mi cita —pedía SeokJin.

TaeHyung había sentido por primera vez—o quizás segunda, luego del twink—celos. Jodidos celos, que lo llevaban a sonreír amargamente frente a Jin y acercarse más. Pegando toda su semi erección que estaba respondiendo a la presencia del castaño.

SeokJin se había removido apenas Incómodo, pero no sé apartaría. Mierda, que no. TaeHyung lo estaba provocando ¿Y para qué?.

—Niño, apártate —pedía, clavando sus orbes negras de pupilas dilatadas en TaeHyung.

Otra apretón y nulo espacio. El rostro de TaeHyung se acercaba y SeokJin volteaba para evitar un roce de bocas—. Oh... ¿En serio? ¿Volteas el rostro? ¿Dónde quedó el tipo que me había acorralado en el estacionamiento. En la mesa de mi sala. En su casa y en el yate?

—No está aquí, ya se sacó las ganas —respondía de forma dura y volviendo a mirar a TaeHyung.

El fotógrafo apretaba sus puños, pero su entrepierna seguía pegada a la de Jin, y aún lo tenía acorralado.

—Woah, que frío resultaste

— ¿Por qué me seguiste? ¿Para que entraste? —preguntaba SeokJin—. ¿Tienes el ego herido porque estás acostumbrado a no repetir pero si a tener que lidiar con el tipo pidiendo una segunda vuelta? —cuestionaba SeokJin. Algo cabreado.

TaeHyung apretaba su mandíbula. A decir verdad él coincidía con el pensamiento de SeokJin. Su ego lo estaba empujando a hacer idioteces. Así que se alejaba, dejando a SeokJin ansiando...

—Si, creo que es eso. Te hablé y nunca volviste a responder

— ¿Para qué? Ese era el trato, accediste a conectar en las citas conmigo para poder disfrutarlo como lo haces tú. Y a mí me quedó bien en claro, que no te gusta ver cómo vuelven y esa es una de las razones por la que no llevas ninguna conquista a tu casa —excalamaba SeokJin—. Siempre lo tuvimos bien en claro. No dejes que tu ego arruine nada. Fue genial, ya nos quitamos las ganas.

Fue genial, se repetía TaeHyung, pero sonaba asquerosamente agrio.

—Tienes razón —afirmaba el fotógrafo y daba una última mirada de soslayo al castaño para salir por la puerta y dejarlo solo.

SeokJin suspiraba—¿Decepcionado?—quizas, no estaba seguro. Pero su pulso no desaceleraba. Había tenido que golpearse mentalmente para unir sus pedazos y proceder a salir, pero antes de llegar la puerta, ésta volvía a abrirse.

—No... —advertía SeokJin mientras retrocedía, con su mano en alto, pero TaeHyung tomaba su rostro y le plantaba un beso en sus labios.

Mmm...

Un gemido de satisfacción por parte de ambos. El fotógrafo había llevado a Seokjin hasta la pared mientras metía la lengua en su boca y buscaba con desesperación rozar la ajena. Sin dejar de restregar sus labios a los belfos carnosos de Seokjin y morder con sus dientes.

El castaño había tenido la intención de empujarlo, pero fallaba miserablemente cuando por fin volvía a saborear aquellos labios semi carnosos. Sus manos rodeaban la cintura de TaeHyung y volteaba los papeles. Ahora él dejaba a TaeHyung contra la pared, respondiendo al beso necesitado y hambriento. Restregandose con ganas contra el cuerpo de TaeHyung.

—Mmm... —esos gemidos dulces del fotógrafo comenzaban a llenar el baño de hombres. SeokJin lo soltaba con una mordida y atacaba el cuello de TaeHyung con lamidas profundas y dientes—. Vente a casa conmigo...

Rogaba el azabache y SeokJin reaccionaba, soltandolo de repente y dejando al fotógrafo—y a él mismo— a punto de prenderse fuego.

Respiraciones aceleradas. Pulso por las nubes. Labios masacrados. Ropa arrugada. Y ganas. Ganas por tener al otro de una jodida vez, de nuevo cuántas fuera necesario.

Luego de segundos que habían parecido eternos, el castaño hablaba.

—Lo siento —murmuraba y salía disparado del baño cuánto antes.

—Yo no —respondía TaeHyung solo en el baño de hombres.

Al volver JiMin estaba ansioso y preocupado por SeokJin.

—Te tomaste tu tiempo, Hyung ¿Te sientes mejor?

—JiMin... —SeokJin se sentaba y levantaba su mano para que el mozo lo viera y le hacía señas de que necesitaba la cuenta—. JiMin...—repetía dulcemente y veía a TaeHyung salir del baño, sin mirar en su dirección.

— ¿Quieres irte? ¿No te sientes bien? —insistía el rubio, apretando su mano.

En ese momento, veía a TaeHyung dejar el lugar con un tipo más grande que estrechaba su mano de forma profesional y el viejo le tiraba una mirada de asco a él. De acuerdo, eso último no lo había entendido, pero TaeHyung ya se estaba yendo. De nuevo, sin mirarlo.

—De acuerdo, seré honesto contigo —mencionaba, limpiando su labio inferior. Que ahora recordaba debía de lucir irritado—. Me crucé con alguien esta noche —exclamaba. JiMin alzaba sus cejas—. Me dejo algo descolocado y...

— ¿Lo besaste? —preguntaba el rubio—. Tus labios están hinchados

—Lo siento, fue confuso y solo quiero volver a casa

—Seguro, si. No me debes ninguna explicación

—Tampoco tiene sentido que no lo diga, pero mereces saber el motivo por el cual deseo terminar la cita esta noche —exclamaba con sinceridad.

JiMin suspiraba y el mozo llegaba con la cuenta para dársela a Jin—. No pagarás solo

—Si lo haré

—Hyung, no es ne-...

—Por favor —insistía el castaño. JiMin no refutaba. Decidía tomar su chaqueta y comenzar a colocarse la misma.

— ¿Tu auto está en el estacionamiento del restaurante? —preguntaba el rubio.

SeokJin asentía mientras tomaba su chaqueta—. Si, ahí lo deje ¿El tuyo?

—También —afirmaba y con una sonrisa exclamaba—. Vamos, caminemos juntos.

Así lo hacían hasta que llegaban al auto de Jin y el de JiMin yacía unos autos más atrás. El castaño se detenía y se apoyaba sobre la puerta del conductor de su propio auto. Estaba realmente lamentando tirar una bonita velada a la basura por culpa del culo promiscuo de Kim TaeHyung.

—Lo lamento. Esta no era la dirección que quería para esta noche

—Oye... —JiMin ponía su mano sobre el pecho de SeokJin—. Es la primera cita — acortaba la distancia—. La verdad es que no tengo idea cuál es tu historial con la persona que viste, pero puedo asegurarte que no me ofenderia re agendar contigo esta cita.

SeokJin reía y suspiraba—. Soy un cretino

—Quizas. ¡Aish! me encantaría encasillarte como tal, pero fuiste sincero y eso solo hace que te dé una segunda oportunidad para que me recompenses... —se acercaba más y sentía la mano de SeokJin rodear su diminuta cintura. Se encontraba viendo un poco hacía arriba, debido a los centímetros de más que SeokJin le robaba—. Si esa persona no tiene mucho peso, podríamos hacerlo de nuevo ¿Que dices? —la mano de JiMin subía por su pecho para llegar a su nuca y lo atraía hacia él.

Primero un suave choque de su frente a la ajena, los ojos cerrados de SeokJin y un suspiro de éste que dejaba notar lo mucho que SeokJin lamentaba ser un cretino aquella noche. Los dedos de JiMin se enredaban en las finas hebras de su nuca y la sensación era agradable.

SeokJin abría sus ojos y la boca carnosa y perfecta del rubio estaba a solo centímetros.

—Sino me besas, yo lo haré —exclamaba JiMin.

Y SeokJin iba por ello. Atrapaba los belfos carnosos ajenos y sabían diferentes. Tan diferentes a los de TaeHyung. Estos labios eran más gruesos, aunque igual de suaves. Era un combinación deliciosa con los suyos. JiMin era un buen besador, era lento y sin prisa. Conociendo la boca ajena y casi pidiendo permiso para rozar la lengua de su acompañante. Era un beso dado con dedicación, un beso que iba descubriendo.

Era un beso que contrastaba con la ansiedad del beso de TaeHyung. Ese beso había sido codicioso. Territorial. Necesitado. Desesperado y jodidamente hambriento.

Mierda.

SeokJin daba por terminada la sesión de besos, de forma suave, pero aún dejaba su frente, apoyada a la ajena hasta que reaccionaba, se apartaba y besaba la frente del rubio de forma dulce.

—Yo no puedo prometer que voy a llamarte

—Miente —insistía JiMin—. Solo di que lo harás, así me darás un motivo para detestarte y no hacerte un jodido altar por ser tan sincero y considerado

—JiMin... —exclamaba con una risa seca.

—Hazme odiarte. Sé un imbécil

—Lo estoy siendo —replicaba—. Eres increíble y te estoy dejando ir

—Me haces ver como alguien genial y creo que exageras

—Eres precioso. Pero yo soy un imbécil.

JiMin suspiraba y le daba un beso sonoro en la mejilla—. Ojalá lo fueras, Kim SeokJin. Ojalá lo fueras.

Se alejaba y le tiraba un beso para caminar en dirección a su auto. SeokJin no dejaba de maldecirse porque lo poco que había hablado con Jimin, le había gustado realmente. Eran muy similares y él estaba deseoso por saber más del pequeño rubio. Pero no. Tenía que cruzarse a TaeHyung y el egoísta tenía que hacer un jodido desastre de él. Quien estaba intentando no ser lo que estaba siendo justo en ese momento.

Veía a Jimin salir del estacionamiento con su auto y sonreírle una vez más. Luego suspiraba.

—No iba a funcionar de todas formas —soltaba la voz de TaeHyung.

— ¿Pero qué mierda? —SeokJin volteaba y encontraba a TaeHyung escondido en una de las columnas del estacionamiento—. ¿Por qué sigues aquí? —de nuevo cabreado.

—No es mi ego —soltaba TaeHyung. Mientras se acercaba con un puchero.

SeokJin reía amargamente—. Es exactamente lo que es

—Deja de decirlo, no me conocés

—El tipo encantador que duerme con todos, y no repite. Vamos Tae, me dejaste bien en claro quien eres ¿Recuerdas?

—Estás siendo un cretino —mencionaba el azabache—. Estás siendo un jodido cretino

— ¿Y por qué estás aquí, niño? —soltaba SeokJin—. Si yo soy el cretino ¿Que mierda haces aquí? Pudiste haberte ido

— ¡No lo entiendes, imbécil!

—No, TaeHyung. Tú no lo entiendes. No te confundas y no me arrastres contigo en tu confusión

— ¡No estoy confundido! —replicaba el azabache frente a él.

SeokJin reía y se frotaba el rostro con ambas manos—. Dios, jamás creí que ibas a confundirte

—Deja de repetirlo. Deja de repetirlo —pedía TaeHyung y le propiciaba un empujón, acercándose al rostro ajeno—. Jugué el maldito juego con tus reglas, no vengas a decirme cómo debo sentirme

—Estás olvidando que tu no sientes y no deberías hacerlo ahora —respondía SeokJin en un susurro.

— ¿De verdad eres un jodido cretino, no? —exclamaba TaeHyung.

—No lo soy. Estoy diciendo que no te confundas

— ¡No estoy confundido! —le gritaba TaeHyung—. Creí que era mi maldito ego el que quería ver tu culo arrastrarse por mi y pedirme vernos de nuevo. Creí que que era mi maldito ego herido el que te había besado en el baño

—Y lo fue... —insistía SeokJin con una calma poco creíble.

TaeHyung negaba una y otra vez, sacudiendo su cabeza—. Yo me en- ..

— ¡No lo digas! —ordenaba SeokJin, alzando su dedo índice—. Tú no sabes cómo es eso. Así que no lo digas, porque no tienes idea de cómo se sie-...

— ¡Vete a la mierda! —soltaba TaeHyung en su rostro. Luego susurraba—. Maldigo el día en que me enamoré de tí

—Tú no-... —SeokJin apretaba sus ojos y contenía la respiración—. Tú no estás enamorado de mi —articulaba como podía.

— ¿Por qué dices eso? —pataleaba TaeHyung. Literalmente estaba haciendo un pequeño berrinche de los suyos y Seokjin no quería pensar que era demasiado tierno. No ahora.

—Dios, Tae... —SeokJin suspiraba y bajaba la guardia. Acunaba el rostro del fotógrafo y se obligaba a mirarlo fijamente—. Niño, tú no estás enamorado. Solo te cruzaste con alguien que te trato diferente y eso te confundió.

TaeHyung negaba y sus ojos se llenaban de lágrimas—. No, no, no. No estoy confundido

—Tae... —SeokJin lo miraba con ternura.

—No intentes ser el mejor de los dos. No ahora. Me enamoré ¿Por qué te cuesta tanto aceptar lo que siento? —TaeHyung tenía los ojitos más dulces y brillosos jamás visto esa noche—. ¿Por qué tú no lo sientes? —cuestionaba.

Increíble era la inocencia que percibía SeokJin en sus palabras.

—Si tanto te gustó la forma en la que te trate y lo que hicimos. Entonces cambia tu forma de conquista. Sal, ten citas, pero no creas que estás enamorado de mi por eso. Tú mismo me lo dijiste, niño

—No soy un niño

—Y tampoco estás enamor-... —SeokJin era callado por un beso. Uno tímido e inseguro, que encerraba cierta dulzura y miedo. Nada que ver con el fogoso beso dado en el baño.

Tampoco era dulce, porque TaeHyung había derramado unas lágrimas que hacían saber al beso salado en la lengua de SeokJin. Tan inseguro y temeroso que SeokJin comenzaba a responder más profusamente. Tomando más fuerte el rostro de TaeHyung, besando con más intensidad y fuerza. Haciendo que el sabor salado se desvanezca de sus bocas y comenzará a ser dulce de nuevo.

Estaba haciendo que las piernas de TaeHyung se sintieran como gelatina y su estómago cobrara vida con cientas de jodidas mariposas revoloteando dentro. Haciendo que el suelo de debajo de ellos pareciera desparecer y ahora se encontrarán flotando mientras se besaban con más y más ganas.

Las manos de TaeHyung habían descansado en la cadera de SeokJin, pero ahora subían a sus hombros y su cuerpo se dejaba caer sobre el del castaño. Gimiendo cada vez que la lengua del castaño tomaba el poder de su boca y sus dientes mordían su labios con ganas. Otro cambio de posición. SeokJin giraba, dejando de nuevo el cuerpo de TaeHyung entre el suyo y el auto.

El beso era finalmente cortado por el castaño—. Estás confundido

—Ajam...si, si claro —replicaba TaeHyung volviendo a besarlo.

—L-lo digo en serio, niño

—Tuyo... —murmuraba TaeHyung y volvía a buscar su boca, pero SeokJin reaccionaba y lo alejaba.

Labios rojos protagonistas en el rostro ajeno.

— ¿Qué dijiste? —preguntaba SeokJin.

—Tuyo... tú niño. Tu Tae, tuyo. Déjame ser tuyo —pedía con voz melosa—. Déjame ser solo tuyo, por favor.

SeokJin iba por la boca ajena pero quedaba en un suave roce, para morderlo con suavidad—. Tae... —suspiraba.

—Por favor... —pedía el fotógrafo en sus labios—. Haré lo que sea para enamorarte pero no me dejes ir, no lo hagas.

SeokJin apretaba sus ojos—. Niño, no hay nada que puedas hacer —murmuraba.

Y era la primera vez que TaeHyung sentía lo que era que te rompieran el corazón. Comenzaba a sentirse patético y descompuesto. Con ganas de salir corriendo, pero no con las fuerzas suficiente para hacerlo.

Se mordía el labio  y sentía rabia porque SeokJin aún tenía su rostro entre sus manos y la cabeza gacha con ojos cerrados. quería golpearlo o bien decirle unas cuantas barbaridades—. Tú eres-...

—Tambien maldigo el día en el que me enamoré de ti —interrumpía el castaño a cambio. Dejando a TaeHyung boquiabierto y con el corazón a punto de salirse de su pecho o por su boca. No estaba seguro—. Juro que maldigo cada segundo en el que me di cuenta que quería más que solo sexo contigo. ¿Que mierda me hiciste? —preguntaba SeokJin, viendo fijamente a TaeHyung y acariciando su nariz con la suya.

Las manos de TaeHyung rodeaban su cintura y lo apretaba fuertemente—. Me hago exactamente la misma pregunta. Pero si sientes lo mismo, ya no me importa saberlo. Solo déjame vivirlo contigo. Solo quédate conmigo —murmuraba.

La electricidad que las palabras de TaeHyung enviaban al cuerpo de SeokJin era justas y perfectas.

—Cuando te comprometes a estar con alguien más, tienes que estar listo para dejar tus aventuras de lado —mencionaba SeokJin.

—Sin aventuras —replicaba TaeHyung sin titubear y sin dejar de mirarlo.

—Soy un tipo clásico. Si estoy contigo, estoy contigo y tú-...

—Estoy contigo —refutaba.

El estacionamiento se había vuelto su lugar de promesas a futuro. Sus votos antes del noviazgo (?).

—No me importa que salgas todos los fines de semana, siempre y cuando sepas quién es tu compañero y que el imbécil estará esperando en su casa un jodido mensaje sabiendo que estás bien

—Por ahora solo puedo pensar en pasar mis fines de semanas contigo y-...

—No me importa si te vistes de drag y bailas en un caño mientras sepas a quien volver después de tus locuras

—Prometo que siempre volveré a-... Oye, nunca bailé en un caño

—TaeHyung —advertía.

El azabache reía y afirmaba—. Si, si y más si. Si quieres puedes poner tu jodida firma en mi culo como un tatuaje, que estaré de acuerdo para que sepan a quien le pertenezco

—No eres un objeto, no me perteneces. Solo debes tener en claro donde está tu lugar porque voy darte uno conmigo y estoy cagado de miedo porque tienes un ritmo de vida muy diferente al mío. Somos muy diferentes

—Y eso lo hace perfecto

—Las relaciones perfectas no existen. Van a haber momentos de mierda, si nunca estuviste en una relación, te lo voy a adelantando

— ¿Pero vas a besarme de esa forma y tocarme como solo tú sabes hacerlo? —preguntaba meloso, buscando los labios de SeokJin—. ¿Vas a hacerme el amor como si fuera la única persona a la quisieras tocar en lo que resta de tu vida? Porque así me hiciste sentir —TaeHyung quería dejar de ser tan jodidamente cursi, pero no podía dejar de vomitar arcoiris con tal de hacerle saber a ese hombre que lo tenía jodidamente enamorado.

—Creí que sería la única vez que estaría contigo y quería recordarte —admitía SeokJin—. Quería hacerlo eterno y fue cuando me di cuenta que estaba arruinado

—Jin... —susurraba el azabache—. No maldigo el momento en el que me enamoré de ti —susurraba—. Y para ser honestos, no sé si fue en el cine. La noche que tuvimos sexo o simplemente la primera vez que te ví. Pero, creeme que jamás me crucé con un tipo como tú

— ¿Un viudo? —se mofaba SeokJin, con dulzura.

—Hablo de tu esencia. Idiota —refutaba—. Un fanático de las citas, pero el único hombre que me hizo sentir especial. Aunque yo fuera un...

— ¿Promiscuo? —continuaba con ese tono juguetón.

—Caso perdido —corregía, dando un leve golpe a SeokJin, quien acariciaba su mejilla. TaeHyung se tiraba sobre la palma para más contacto y suspiraba—. Bésame y llévame a casa.

SeokJin se reía, pero se acercaba para besarlo un poco mas. De forma lenta y dulce. Casi que volvía a empezar pero preguntaba— ¿Que pasó con tu auto?

—Algo del motor que no tengo ni idea y que probablemente vayan a romperme el culo con la cuenta debido a eso.

SeokJin estallaba en risa recordando que aquello le había respondido él a TaeHyung en una de sus citas.

— ¿Y cuál será "casa"? —insistía el castaño.

—Cualquiera de las dos. La tuya o la mía. Solo salgamos de aquí para sellar todas las promesas que me hiciste decir cómo se debe.

— ¿No bajas la guardia nunca, no? —repetía SeokJin.

—Tú sabes que no.

Fin.

Opiniones aquí, sobre que les pareció este trabajo cortito ✊😔→

Necesitaba sacar de mi sistema esta idea para avanzar.
Una frase célebre eso de sacarlo del sistema muejejejeje

No podía salir del bloq. hasta terminarla, me tomó más tiempo de lo esperado porque ando con el tiempo lleno en la semana otra vez 😔 perdón.

Ya volveré a acabar la ronda de actualizaciones. Recuerden, me quedan INTO THE LIGHT y HOLA, SOY VANTE antes de volver a empezar.

¿Que les pareció? Yo quedé muy feliz con el desarrollo que logré en tan pocos capítulos 👉👈🙊

Bueno...

Con amor Niñita Nany 💜

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