Cinco

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Era domingo y Moonie había ido a desayunar con SeokJin aquella mañana. El castaño era tan atento que el desayuno lucía increíble.

—Me siento afortunada cada que vez que desayuno contigo —mencionaba.

SeokJin sonreía genuinamente.

—Es un placer —besaba la cabeza de su amiga y se sentaba a su lado.

Moonie había llevado su tablet dónde le mostraba las fotos en la web, le parecía jodidamente extraño verse posando como modelo. Estaba avergonzado hasta el punto de tener sus orejas rojas por verse.

—TaeHyung hizo un excelente trabajo con la iluminación. Me dijo que ni siquiera retoco tu piel como suele hacerlo la mayoría de las veces con las personas.

SeokJin alzaba sus cejas y bebía su café.

—No quiero ser molesta pero TaeHyung lleva una semana preguntándome por qué no respondes sus mensajes —exclamaba.

—He estado con mucho trabajo en la pastelería. Muchos pedidos por el día de la madre —respondía sin verla.

—TaeHyung me contó lo que sucedió en su tercer cita sorpresa —decía casi susurrando.

SeokJin apretaba sus ojos y susurraba—. Es un boquifloja

— Él cree firmemente que estás burlándote de él y créeme que me sorprendí cuando lo noté ofendido por eso

—Es su orgullo

—O estás logrando gustarle demasiado

— ¿Estás insinuando que Kim TaeHyung se esta enganchando conmigo?

Moonie tomaba su café y apartaba su vista. Mirando algún punto fijo de la mesa preguntaba—. ¿Por qué no follaste con él? —SeokJin suspiraba—. Estuviste a punto de hacerlo en la segunda y tercer cita. Oye, sé que dije que jugaras y lo aburrieras pero...

— ¿Pero qué? —preguntaba serio.

— ¿Por qué te pones tan irritable?

—No lo estoy. Solo no entiendo porque tanta consideración con él. Estoy jugando como me aconsejaste

—Decirle que no volverás a verlo después de follar, Jin. Estás manipulandolo

—Fui honesto. Iba a darle sexo sin compromiso ¿Te contó que lo rechazó?

Moonbyul arrugaba el ceño—. No me dijo eso

—Victimizandose —susurraba con risa amarga—. Primero le di a elegir y fui honesto. Él no quiso avanzar con el sexo, luego me reclamó porque me había ido sin follarlo y se lo ofrecí. En un hotel

— ¿Él te dijo que no?

—No le gustó que lo tratara como un trámite y que no quisiera follar en su apartamento.

Moonie volvía a sorprenderse—. Jinnie...

—No lo defiendas

— ¿Quieres conectar con él?

—Quiero que el sexo valga... —SeokJin suspiraba derrotado no pudiendo mantener la careta—. Me lo quiero comer completo.

Moonbyul tapaba su boca, pero se recuperaba sonriendo y aplaudiendo.

— ¿Y entonces?

—Entonces voy a conseguir que al menos recuerde mi nombre luego de darle el encuentro sexual que desea

—Espera ¿Crees que no va a querer repetir luego de estar contigo?

—No lo querrá —afirmaba suspirando—. Lo desea porque se lo niego. Solo se lo niego para ver más allá de él. Pero creo que TaeHyung es pura polla y culo

— ¿Tú quieres que sea más que solo eso? —preguntaba la rubia con cierta congoja.

Estaba comenzando a creer que fue muy mala idea pedirle a SeokJin meterse con alguien como TaeHyung. Si desarrollaba algo más por alguien tan desastroso sufriría de nuevo y eso le hacía doler el pecho en demasía, porque lo último que quería era ver a SeokJin sufrir por un tipo como TaeHyung. No era malo, pero no valía la tristeza de alguien como SeokJin.

—No me malinterpretes, ni nos adelantemos —añadía, calmando el interior de su amiga—. Quiero hacerlo con él. Solo quiero, conectar o jugar un poco más. Quitarle capa por capa antes de ir a lo sólido, solo para poder disfrutarlo como él lo haría. El disfruta el sexo en si, yo lo disfruto completo. Aunque no haya fruto luego, que definitivamente no me interesa desarrollar eso con alguien como él. Pero quiero conectar un poco antes, solo para disfrutar volver al ruedo.

Moonie tocaba su pecho y suspiraba. SeokJin la tenía clara, ni debía preocuparse.

—Por un momento creí que te estabas enamorando

—Dios ¿Pueden dejar de decir esa palabra? Nadie esta poniendo el amor sobre la mesa.

Moonie fruncía el ceño—. ¿Quién más lo dijo? ¿Jisoo?

—No. TaeHyung preguntó si yo quería enamorarlo —arrugaba la nariz a ante aquello—. Una locura.

Moonie apartaba la mirada. Mierda, gran mierda si el enamorado resultaba siendo TaeHyung, SeokJin no se lo estaba tomando en serio. Joder, ya le dolía la cabeza de solo pensar en el desencuentro amoroso que estos hombres podían enfrentar.

Al llegar la noche, luego de tantos pensamientos contradictorios y de discutir consigo mismo, sus dedos tecleaban un mensaje para el fotógrafo.

SeokJin suspiraba y sonreía por los berrinches que venía teniendo de TaeHyung. No recordaba lo que era que le reclamarán atención.

SeokJin carcajeaba realmente fuerte en su habitación, imaginando a un pequeño TaeHyung, con un inmenso puchero y siendo ignorado por sus primos mayores.

—Cosita tierna —se le escapaba—. Bien, eso no irá en el mensaje —replicaba, tecleando su respuesta.


Cuarta cita programada y SeokJin se sorprendía por no tener que haber pensado en ella. De nuevo TaeHyung era el que sugería y la idea del cine le había parecido genial. Él también hacía tiempo no iba al cine con alguien más que no fuera Moonie. Antes de retomar su lectura un nuevo mensaje le caía.

Aquel pedido de TaeHyung lo hacía removerse ¿Incómodo? Quizás... ¿Encantado? No, no, no. TaeHyung solo era adicto a la atención ajena.

SeokJin reía porque no había siquiera corregido al chico a tiempo y éste ya sabía lo que mandaría.

TaeHyung llegaba unos minutos más tarde, para encontrar al castaño en la puerta del cine. Esperando por él.

El azabache se encontraba sonriendo a la distancia al verlo con unos jeans rotos, zapatillas y un chaqueta de cuero. Tan rebelde y jovial que le quitaba el aliento. Aprovechaba que SeokJin giraba hacia el lado contrario de dónde él venía y le tapaba los ojos al llegar.

—Dime que eres TaeHyung y no uno que va a robarme celular y billetera —exclamaba con sus manos en alto.

—Solo robaré un poco de tu tiempo —susurraba TaeHyung a su oído.

SeokJin, era apenas más alto así que para aquella maniobra, se veía a si mismo poniéndose en puntas de pies. Una risa sensual abandonaba los labios de SeokJin y TaeHyung lo soltaba. Éste se giraba y la sonrisa que cruzaban era... diferente. TaeHyung no pensaba mucho y le plantaba un rápido beso en los labios. El primero. Apenas quedaba la sensación sobre los belfos ajenos. SeokJin no se veía enojado, pero si parecía haber quedado algo descolocado. Especialmente por la sonrisa que TaeHyung llevaba aquella noche. Ay, esa sonrisa no le permitía enojarse.

— ¿Entramos? —preguntaba el fotógrafo.

—Si —respondía y aclaraba su garganta. Se adelantaba dejando a TaeHyung atrás y este rodaba los ojos pero la sonrisa no se le iba.

El rastro de los labios de Jin y su textura, apenas si la había sentido. Pero no se arrepentía del pequeño arrebato. Ya una vez dentro del lugar, tenían las últimas sillas. Un balde de pochoclos y dos vasos de soda. SeokJin se quitaba la chaqueta para más comodidad.

—Vi el tráiler de la película. Cuando dijiste que habías sacado las entradas para una película de terror me tuve que armar de valor —mencionaba TaeHyung.

SeokJin lo miraba sorprendido.

— ¿No te gustan las películas de terror? —cuestionaba—. Me lo hubieras dicho y buscaba una comedia

—Nah. Tranquilo, pero si de repente clavo mis uñas en tu brazo, quiero que sepas que no lo hago a propósito —se disculpaba—. Es solo que este tipo de películas fueron hechas para que mantengas tu culo en constante retracción.

SeokJin comenzaba a reír ante aquella comparativa.

—Lo digo en serio, hombre. ¿O acaso no has notado como uno mantiene las nalgas tensas y apretadas? —insistía el fotógrafo.

—De acuerdo —decía SeokJin tentado—. Voy a detenerte ahí porque me están mirando mal por reírme fuerte y mi risa es ridículamente llamativa

—Pareces un limpia vidrio —mencionaba sin intenciones de herirlo—. Me gusta escucharte. Pero volviendo a la nalgas, te juro...sirve para ejercitar el trasero si no te gusta hacer sent-....

Los labios de SeokJin se posaban de repente sobre los de TaeHyung para callarlo. El toque era suave, apenas con intenciones de abrir más su boca. Solo lo besaba de forma suave y casta, para poder sentirlo de nuevo un poquito más. TaeHyung había retenido el aire y lo soltaba después de segundos en los que SeokJin se había alejado de él. Aún a pulgadas de sus labios.

—Ya no digas más nada. Solo delata tu culo miedoso por la película

—Tal vez —mencionaba levantando su mentón con orgullo—. Al menos ahora sé cómo lograr que me beses

—Lo siento, niño. No funcionará dos veces.

—Oh... —TaeHyung hacía un precioso mohin y conseguía una mordida fugaz que lo había puesto en alerta para buscar un beso. Pero el dedo índice de SeokJin sobre su boca, lo alejaban de inmediato—. Eres un provocador

—Tal vez —respondía mirando hacia adelante.

TaeHyung lo miraba con ojos entrecerrados—. Hombre malo.

SeokJin reía por la actitud chiquilina de TaeHyung y se encontraba admitiendose a si mismo que le gustaba mucho aquello. Tanto sus berrinches como sus aegyos. La película comenzaba y TaeHyung se encontraba hablando demasiado en ocasiones por culpa del miedo.

—Dios, recuérdame no traerte a ver una película de terror la próxima vez —murmuraba SeokJin, apretando su muslo para que se callara.

—Hecho —mencionaba TaeHyung y notaba lo cerca que estaba el perfil de SeokJin.

Él podría quizás, a la mierda. TaeHyung arrimaba su boca a la oreja del castaño y le daba una suave mordida a su lóbulo. De inmediato el apretón en su pierna se había intensificado. Eso era muy buena señal. Notaba que SeokJin había cerrado los ojos al sentirlo y volvía a hacerlo. Volvía a poner sus labios en la zona y esta vez succionaba y pasaba su lengua para succionar de nuevo.

SeokJin estaba experimentando esos deliciosos escalofríos y solo podía apretar la rodilla de TaeHyung, porque no podía articular palabra alguna para pedirle que se detuviera. Aunque no quería eso, el brazo de TaeHyung tomaba el suyo para aferrarse y pasaba su lengua nuevamente por la zona erógena del mayor. Notaba como a éste se le hacía cada vez más difícil mantener su respiración controlada. Ahora sus besos se iban al cuello de SeokJin. No sé preocupaban por miradas ajenas, porque literalmente estaban en el fondo y la sala no estaba muy llena.

El castaño, corría su cabeza para darle más acceso, TaeHyung aprovechaba a besar sin apuro y jugar con su lengua. Pero cuando notaba a SeokJin con sus ojos cerrados y sus dedos estaban acariciando su rodilla, éste tomaba el rostro de SeokJin para acercarlo a él y comenzar a besar su mejilla. Besos húmedos que dejaban rastro de saliva que a SeokJin no le molestaban. Podía sentir la boca peligrosa del fotógrafo delinear su mentón hasta girar su rostro y quedar frente a frente.

Ojos inyectados en lujuria, recordaba TaeHyung las palabras de Jin en su primera cita y así se veía el castaño ahora. TaeHyung rozaba sus labios con su pulgar como había intentando la primera vez en la sesión de fotos y SeokJin se dejaba. TaeHyung estaba hipnotizado por la textura suave y carnosa de estos, quería dejar al mayor sin aire pero contrario a su instinto animal, se acercaba y chupaba el inferior suavemente a un costado. Luego al otro. SeokJin cerraba sus ojos y abría cada vez más su boca, esperando a que TaeHyung se aburriera de jugar con él para finalmente sucumbir al deseo. Pero el beso no llegaba y eso lo obligaba a mirar al fotógrafo con mirada curiosa.

Un brillo abrumador en sus ojos cafés y su nariz acariciaba la suya.

— ¿Qué? —preguntaba éste divertido.

— ¿Estás jugando conmigo? —soltaba Seokjin.

—Encuentro muy excitante esto de demorar el beso —respondía divertido.

— ¿Que tal si te lo doy yo?

— ¿Que tal si me dejas llevarte a tu casa y te doy todos los besos que quieras en mi auto? —sugería TaeHyung.

SeokJin notaba como la mirada provocativa del fotógrafo, había cambiado a una que parecía rogarle por favor que dijera que si.

—De acuerdo.

TaeHyung saltaba interiormente, pero en su exterior se limitaba a calmar su deseo y alejarse, para sonreír al otro con confianza.

En el estacionamiento con poca luz, TaeHyung y SeokJin iban en busca del vehículo de éste.

— ¿Y que le pasó a tu auto? —preguntaba, intentando no pensar en que el momento de tener al castaño en su coche se hacía presente.

—Algo del motor, ni idea. Siempre fui pésimo para eso. Seguramente y no sea nada pero me saldrá un ojo de la cara porque el tipo se aprovechará de que no tengo ni puta idea —admitía, encogiéndose de hombros.

TaeHyung quitaba la alarma del auto, mientras reía por lo que SeokJin había dicho. Cuando estaba a punto de abrir su puerta, el otro lo había agarrado y girado de repente. Metiéndose por completo en su espacio personal y presionandolo entre el auto y su cuerpo.

—Me asustaste —susurraba TaeHyung.

La mano de SeokJin se posaba en su mejilla y éste olvidaba por completo su exterior al sentir aquella suave palma brindarle calor al lado izquierdo de su rostro. Había cerrado sus ojos unos segundos para echarse contra el tacto. Fregando su rostro a la palma y sintiendo como el pulgar de SeokJin dibujaba círculos sobre su piel.

—Jin... —susurraba. El cuerpo del mayor agregaba más presión y ponía su otra mano sobre su rostro. Para acunar el mismo entre ambas. TaeHyung respondía rápidamente llevando las suyas a la parte posterior de la cabeza de SeokJin.

Sin espacios vacíos y ahora con su frente pegada a la del mayor. SeokJin añadía más presión y así lograr más fricción en su erección y la del fotógrafo, más que puestos para el otro con la simple idea de los besos. Se movía apenas para que éste pudiera sentirlo. La respiración de ambos era jodidamente irregular.

—Si no vas a follarme, por favor detente con esta tortura —susurraba—. No me hagas rogarte por sexo

—Me gusta que ruegues por sexo

—Pero si no vas a dármelo, por favor ten un poquito de piedad. No soy de piedra y realmente me jode que no me quites estas ganas que tengo de tí —SeokJin lo apretaba más y TaeHyung gemia—. Oh, Jin... —la boca del castaño se escabullia en el hueco de su cuello y besaba suavemente, con firme presión—. Oh, joder...ay, dios

—Me encanta escucharte —SeokJin bajaba una mano a la cadera de TaeHyung y se afirmaba para presionar nuevamente.

—Ah, oh por favor. Detente —TaeHyung estaba completamente perdido entre las sensaciones. Yéndose en suspiros, gemidos y pequeños jadeos—. Ah, ah ... Ya

—No te hago nada —susurraba SeokJin, sobre su oreja, aún con suaves movimientos pélvicos.

—Si, si lo haces. Por favor, basta —TaeHyung bajaba sus manos para detener el vaivén de SeokJin—. Basta, basta, basta, basta —susurraba deseoso de todo lo contrario.

SeokJin se alejaba de repente—. Lo siento —exclamaba con la punta de sus orejas al rojo vivo y su cara y cuerpo caliente—. Creo que tomaré un taxi

—No, no —decía TaeHyung—. No voy a saltarte encima, lo juro. Déjame que te lleve —pedía. SeokJin dudaba, aunque no de TaeHyung. Sino de él mismo por querer empalar al tipo en pleno estacionamiento—. Vamos, Hyung. No te saltaré encima.

Por favor, hazlo. Pensaba el castaño. Pero no salían las palabras, solo asentía y rodeaba el auto para meterse en él. TaeHyung exhalaba todo el aire y mirando hacia arriba suplicaba:

—Por favor, no me dejes saltarle encima —hablaba, antes de meterse al auto.

Se metía al vehículo y el aire de pura tensión sexual invadía el pequeño espacio. TaeHyung se echaba hacia atrás y suspiraba sin disimulo. SeokJin estaba congelando, evitando mirarlo.

—Me gustas —soltaba TaeHyung—. Tú realmente me gustas.

SeokJin lo miraba, intentando no parecer sorprendido.

— ¿Yo y cuántos más? —cuestionaba.

El azabache reia—. No seas un cretino ahora

—Podemos follar, si es lo que quieres

—Tú también lo quieres —exclamaba, mirando a SeokJin finalmente.

— Si, lo deseo

— ¿Lo deseas? —susurraba casi con decepción.

—Te deseo —se corregía.

TaeHyung mordía su labio, cerraba sus ojos y frotaba su rostro para bajar la calentura—. Vamos a lo que nos compete. Por favor pon tu dirección en el GPS y acabemos con esta noche.

SeokJin no decía nada y hacía lo que él azabache pedía. Luego la música resonaba en el camino. Más o menos cortando el ambiente tenso del momento, hasta que la canción Starving de Hailee Steinfield salía por los parlantes.

No sabía que estaba hambriento, hasta que te probé.

La letra de la canción no aportaba al ambiente tenso que había. Luego de un par de canciones más. La casa de SeokJin se abría paso a la vista de ambos.

—La de puerta gris —mencionaba SeokJin.

La calle estaba vacía y el farol del poste de la cuadra estaba quemada y la empresa de luz aún no la arreglaba. Estaba bastante oscuro.

—La película fue horrible — decía TaeHyung apagando la musica—. Pero gracias por haber aceptado esta nueva cita

—Gracias por sugerirlo —soltaba SeokJin.

—Gracias por dejarme traerte

—Con respecto a eso —mencionaba SeokJin—. Prometiste besarme en tu auto

—Si lo hice. Y créeme que lo quiero, pero-...

SeokJin corría su asiento hacia atrás.

—¿Cómo-...? Me compré este auto hace tres meses y no sabía cómo mierda hacer eso

—Ven aquí —ordenaba SeokJin.

—No juegues, hombre

—Ven. Aquí.

—Soy una persona sexualmente activa y me tienes pasando hambre. No me sentaré en tu regazo

—Cierra la maldita boca y ven aquí —repetía SeokJin tirando del fotógrafo.

—A la mierda con todo —TaeHyung apagaba el motor por completo y se iba a horcajadas encima del castaño, en el asiento del copiloto.

—Eso, bonito —soltaba SeokJin. Sorprendiendo a TaeHyung—. Abre tu cremallera —pedía señalando con sus ojos el pantalón del azabache.

—Oh, no. Estoy temblando de las ganas que tengo, no es normal. Por favor, ni se te ocurra masturbar-...

—Abre la cremallera de tu pantalón —pedía SeokJin de forma ronca.

—Vas a volverme loco —exclamaba TaeHyung al ver que SeokJin desabotonaba su pantalón por él. De repente se lanzaba para morderlo y el castaño apenas siseaba—. Vas a matarme. Voy a morir de una jodida erección. Por favor no hagas esto. Solo besame

—Me mordiste —replicaba SeokJin de forma ronca.

—Puedo hacerlo más fuerte, pero no me pidas qué-...

—Maldición, hazlo. Hazlo, vamos hazlo —rogaba SeokJin. Llevando sus dedos al pantalón ajeno. TaeHyung pegaba su cabeza a la del mayor y levantaba su pelvis para que éste pudiera desabotonar su pantalon y bajar el cierre.

—Joder, a la primera que me toques voy a correrme como un jodido adolescente

—No, resistes un poco de juego —SeokJin había bajado el cierre de su pantalón y ahora volvía al suyo—. Vamos bebé. Saca tu polla

—Ay, dios. No me digas eso —pedía el azabache. SeokJin liberaba su miembro y TaeHyung se mordía su labio, para luego escupir sobre él y mirar como SeokJin desparramaba su saliva para lubricarse.

Sin más preámbulo, TaeHyung liberaba su erección y SeokJin escupía sobre su mano para poder desparramar aquello sobre la polla ajena y TaeHyung gemía

—Me voy a correr, si me tocas más voy a correrme como un adolescente. Segundo. Aviso.

—No, bebé. Aguanta un poquito —ordenaba SeokJin y ahora juntaba ambos miembros y TaeHyung apretaba sus hombros.

—Oh, joder...Hyung

—Lo sé —susurraba con su líbido llegando a su punto más alto. Añadía presión y veía a TaeHyung masacrar su labio y echar su cabeza hacia atrás.

—Oh, oh joder ... —el fotógrafo comenzaba a moverse. SeokJin no gemia pero respiraba agitado con su vista fija en un TaeHyung mareado—, oh, por favor, por favor. Hazlo más fuerte. Oh ...

—Gime más alto —susurraba. Y apretaba como el menor había pedido.

—¡Oh, Jin! — TaeHyung era ruidoso, y SeokJin se encontraba amando aquello—. Oh, mierda. Más fuerte —pedía moviéndose desesperado—. Hazme llegar, Hyung

—Dilo de nuevo

— ¿Hyung? —mencionaba agitado, con cierto aegyo. Miraba a SeokJin con sus ojos brillosos y juguetones—. ¿Vas a hacerme correr, Hyung? —finalmente mordía a SeokJin—. ¿Eh? Hazme acabar, hazme acabar —pedía entre besos desenfrenados y correspondidos.

Sus brazos se enroscaban atrapando a SeokJin y entre besos gemia aún más. Sus labios ardían por como el castaño parecía desgastarlo en cada beso, chupón o mordida.

—Hyung...

— ¿Si?

—Por favor —sollozaba, mientras la boca de Seokjin iba a sus clavículas—. Oh, oh ya

—Si, correte para mí

—No. Mejor contigo —replicaba, quitando la mano del mayor y comenzaba con los tirones finales.

—Eres...Ah, joder —susurraba Seokjin.

— ¿Que soy? Mírate... Y tú no querías sexo —recalcaba el fotógrafo.

—Esto no es sexo. Es paja entre colegas —replicaba SeokJin. Quitando nuevamente la mano de Tae para hacerse cargo.

—No —se quejaba el fotógrafo.

— ¿Qué?

—Oh, voy a decir muchas estupideces —advertía, tapando su rostro—. Tú no lo sabes pero...oh, joder. Yo digo muchas cosas sin sentido cuando estoy caliente.

Por primera vez había un poco de pudor en el fotógrafo

—Dilas —pedía Jin. Mordiendo a TaeHyung.

—No, oh ...ay, no, no ,no

—Vamos, Tae...di incoherencias

—Hazme sentir todo eso que describiste del sexo la otra noche. Házmelo de esa manera. Quiero que me lo hagas de esa forma que tanto te gusta, sácame de mi cabeza

—Ay, mierda —SeokJin se corría y TaeHyung seguía segundos después.

El cuerpo de ambos convulsionando en espasmos al mismo tiempo que un TaeHyung caía encima de SeokJin, arruinado.

—Esa fue La Paja entre colegas —mencionaba el fotógrafo.

SeokJin reía de forma ronca y TaeHyung lo miraba de cerca. Ahora buscaba su boca y lo besaba de forma lenta pero intensa. Con su lengua usurpando la boca de SeokJin en el primer toque. El beso era preciso y perfecto, lenguas que se conocían sin apuro y se acariciaban a la perfección. Un beso jodidamente húmedo y abrumador. Finalizando en una mordida suave de SeokJin a TaeHyung.

—Quiero experimentar el sexo contigo. Quiero que me vueles la cabeza —pedía en un susurro.

—Estamos camino a eso —mencionaba SeokJin—. Te juro que te lo haré mejor que cualquiera de tus doscientos amantes

—Estoy jodidamente seguro de eso —mencionaba.

—Pero a mi tiempo —sentenciaba SeokJin.

—A tu tiempo —decía besandolo—. A tu tiempo.

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