Siete

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Eventualmente el desayuno había sido perfecto, demasiado para que SeokJin pudiera admitirlo en voz alta. TaeHyung era jodidamente divertido. Quitando lo Promiscuo, su personalidad extrovertida encajaba con la suya. No es que SeokJin fuera introvertido, pero era el típico silencioso a primera vista que cuando tomaba confianza, bueno luego era un personaje peculiar.

No hay que pasar por alto que se encontró con un TaeHyung que no tuvo vergüenza alguna de darle algún que otro bocado en la boca y él había aceptado todos y cada uno. Llamándose loco a si mismo porque sentía cada sabor más delicioso, si era dado en su boca por el fotógrafo.
Así se encontraba aquella mañana volviendo a un momento en particular de ese desayuno que habían compartido el domingo pasado.

—Son diferentes rellenos —mencionaba TaeHyung, observando los bocados dulces en su bandeja para compartir con su café. Había tomado uno y había mordido la mitad—. ¿Esto es...? Ten, abre la boca

— ¿Disculpa?

—Abre esa preciosa boquita y dime si tiene miel —preguntaba, alcanzandole el bocado dulce.

SeokJin reía de lado pero accedía a probar. El fotógrafo le daba el bocado dulce de forma delicada sin perderlo de vista—. Mmm...si, es miel. ¿Eres alérgico?

Nop —sonreía—. Solo quería darte de comer en la boca.

SeokJin suspiraba entre risas—. ¿No bajas nunca la guardia a la hora de coquetear, no?

— ¿Contigo? Olvídalo, cada segundo cuenta —y le guiñaba un ojo mientras se metía un bocado grande para comerlo con un puchero en sus labios demasiado adorable.

En aquel momento, su teléfono sonaba trayendolo a la actualidad, con una llamada de Moonie.

—Moonie

¿Lo olvidaste?

Ya estoy en la marcha —replicaba.

Eres increible, menos mal que le dije a Jisoo lo que quería. Tu cabeza está en cualquier lado últimamente —mencionaba ésta, con sorna en su voz.

—Mi cabeza, está bien. Gracias por insinuarlo

No vayan a pelearse antes de mi cumpleaños. Los quiero ver juntos —decía la rubia con demasiada alegría en su voz.

—No creo que peleemos. Tampoco puedo prometer que iremos juntos

Pero se encontraran ahí. Dió la casualidad que me confirmaron al mismo tiempo ¿No estaban juntos cuando recibieron la invitación o si?

SeokJin había preferido no decir nada, ese domingo a la mañana la invitación de Moonie había sido respondida a eso de las 10:30 AM. Por ambos al mismo tiempo, mientras degustaban el café en aquella cita mañanera.

—Moonie tengo trabajo, especialmente un pastel enorme en forma de bomba  

De acuerdo, no haré más preguntas —exclamaba, entendiendo la indirecta a la perfección—. No puedo esperar por ver mi pastel en forma de bomba

Siempre peculiar y extravagante —mencionaba SeokJin.

Serán mis treinta, bebé. Cuídate, nos veremos pronto.

SeokJin reía, para continuar con el trabajo, un día largo y agotador con un fin de semana imposible de planes. Alargando sus ganas de ver a TaeHyung hasta la siguiente semana que sería el cumpleaños número treinta de Moonie y por el cual su teléfono ahora sonaba.


TaeHyung se encontraba ansioso con su traje de Flash esperando por SeokJin, quien iría a buscarlo para asistir a la fiesta de cumpleaños de Moonie. La fiesta de amigos, siempre era de disfraces, para más entretenimiento y color. A TaeHyung le encantaban, pero ahora y esperando por un hombre, también se sentía bastante estúpido. Pero de todas formas miraba su traje en el espejo y estaba jodidamente orgulloso. Minutos más tarde su teléfono sonaba con el aviso de que Seokjin estaba esperándolo en su auto.
Al bajar se metía de inmediato y se quitaba la máscara, orgulloso de lo bien que se veía.

—Iba a presumir de mi traje, pero ahora quiero que me claves con tu flecha —guiñaba un ojo después de su piropo.

SeokJin carcajeaba descaradamente—. Eres, ay. Y dime Flash ¿Si te clavo con mi flecha te correrás a la velocidad de la luz?

—Oye... —le daba un chirlo. Pero pensaba cuidadosamente sus siguientes palabras—. Me has tenido con hambre, pero prometo durar

—Bien, eso espero —mencionaba SeokJin.

De acuerdo amigo, eso es todo. No puedes seguir retrasando el sexo. no eres así, Tete. No pienses demasiado y solo abrete de piernas y feliz el rato que tenga que durar.

Tranquilo, soy bueno en el sexo —exclamaba TaeHyung.

SeokJin esbozaba una sonrisa de lado y añadía—. Ya lo veremos —como la promesa más caliente que le habían hecho a TaeHyung en su jodida vida.

Si, eso era todo. La noche final.

Descontrolados. Los invitados de Moonie estaban por doquier. Había gente que TaeHyung conocía y otra gente que SeokJin conocía, hasta que finalmente llegaban a la rubia que vestía el disfraz de Jessie la vaquerita.

— ¿Jessie a Vaquerita? —cuestionaba Seokjin en la oreja de su amiga.

La rubia giraba con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Jinnie! —y se lanzaba por un abrazo correspondido. Recién ahí notaba al chico disfrazado de Flash detrás de SeokJin—. Oh, por dios ¡TaeHyung-ssi!

—Feliz cumpleaños, Moonie Noona —decía el fotógrafo sonriendo.

La chica daba otro gran abrazo y se los quedaba viendo unos segundos con una gran sonrisa.

—Se ve bien juntos

—No seria un Arrowverse si fuéramos Flash sin Flecha Verde o viceversa —mencionaba TaeHyung, jugando.

SeokJin le daba la razón y antes de que pudieran decir algo más, la cumpleañera era requerida. De repente Jisoo y su novio aparecían y otra presentación llegaba.

—Tienes a mi jefe muy sonríente —mencionaba la chica mientras Seokjin estaba hablando de otra cosa con su novio.

— ¿En serio? Porque él no sonríe mucho conmigo —decía sorprendido.

—Oh, se hace el difícil. Pero en realidad es un amor —exclamaba la castaña—. Solo no le gusta tomarse nada a la ligera

—Lo he notado —replicaba TaeHyung—. Nunca conocí a un tipo como SeokJin... —mencionaba, mientras miraba como el castaño hablaba de vaya a saber qué con el novio de Jisoo.

La chica lo miraba sonriente y exclamaba—. Me llevaré a mi chico. Creo que quieres a SeokJin para ti solo y no puedo culparte —decía divertida.

—Oh, no yo... —intentaba excusarse TaeHyung.

—No lo has notado, pero no le quitas la vista de encima, Flash —se burlaba Jisoo—. ¡Cariño, bailemos esta canción! —ahora la chica se llevaba su novio a tirones dejando a SeokJin encaminandose hacía TaeHyung.

— ¿Jugo de frutas, niño? —preguntaba al verlo con una bebida de multifruta. Cero alcohol.

—No quiero tomar esta noche —respondía.

TaeHyung se encontraba sobre la barra y SeokJin dejaba su cerveza a un lado para poner ambos brazos a cada lado, acorralando al fotógrafo.

— ¿Por qué no quieres beber? —preguntaba Seokjin. Intercalando su mirada entre los ojos bajo el casco y antifaz rojo de Flash, y los labios totalmente libres.

—Si vamos a follar no voy a perdóname hacerlo ebrio —respondía con sinceridad—. Sería un imbécil si luego no recuerdo nada —SeokJin sonreía y TaeHyung necesitaba dejar de ser tan cursi—. Y créeme, he tenido noches de sexo con tipos que ni recuerdo si fui el activo o el pasivo —soltaba intentando ser chistoso.

SeokJin se alejaba totalmente serio, aquello no había sido chistoso para él. Imaginar a TaeHyung con algún imbécil encima de él. O imaginarlo a él encima de alguien más.

Momento vaquero, voy a detenerte ahí. Los celos no deben de pinchar ni cortar en este cuadro.

Pensaba SeokJin.
Justo en ese entonces, la cita fallida de SeokJin del año anterior, aparecía en sus narices. Muy entusiasmado de verlo.

— ¿Kim SeokJin? —mencionaba un chico realmente más joven que él.

Inclusive más joven que TaeHyung, posiblemente rondando los veintitrés o veinticuatro. Muy sensual, con el personaje de Freddy Mercury implementado. Bonito rostro con ojos rasgados, labios finos y hoyuelos que se marcaban cuando sonreía. Cabello castaño oscuro y un menchón platinado que adornaba su flequillo, más un abdomen de infarto. TaeHyung se lo hubiera follado en otra historia completamente diferente si no fuera porque ahora solo quería apartar al pequeño gomoso de los hombros de SeokJin. Y el tipo lo sostenía con seguridad, sin mencionar que se lo estaba saboreando descaradamente con los ojos y relamiendo sus labios mientras halagaba su traje de Flecha Verde.

Kim TaeHyung, reacciona, imbécil. Se ordenaba a si mismo.

—Que lindo cruzarte esta noche ... Te ves genial —halagaba. Tocando todo el torso de SeokJin cuesta abajo.

—San, gracias. Veo que tienes una cita —mencionaba el castaño mirando al chico tras él—. Creo que tú actitud lo está incomodando

— ¡En lo absoluto! —afirmaba el chico sonriendo y tiraba del pequeño pelinegro que venía con él—. Wooyoung te vió y quedó encantado. Cuando te reconocí no dude en venir a saludarte y él también quiere —replicaba juguetón.

Era la exacta versión descarada del TaeHyung del inicio para SeokJin. Aunque este chico no ponía su mundo al revés.

—Adoro tu traje —mencionaba el pelinegro, sin gritar tanto—. Te ves muy sensual. No puedo creer que San tuvo una cita con alguien como tú. Estás fuera de su liga —decía el chico, recibiendo un golpe por parte de San.

—Definitivamente SeokJin está fuera de la liga de dos twinks como ustedes —TaeHyung entraba en acción.

SeokJin giraba su cabeza y notaba la mandíbula tensa y apretada del fotógrafo. Su yo interior estaba riendo en alto, pero su cara de poker no dejaba ver más allá de una sonrisa apenas ladina.

—Bueno, este twink —mencionaba San—. Fue follado por este hombre de ensueño

—De acuerdo... —replicaba Seokjin—. San, él es TaeHyung y es mi ci-...

—Su chico. —afirmaba—. Estamos saliendo, con citas y todo. Y me está cayendo muy mal que seas tan descarado, niño —afirmaba.

San se sorprendía y comenzaba a reir—. Hombre, lo lamento tanto. Tranquilo, éste es mi chico y disculpa. Queríamos ver si convenciamos a Jin Hyung de un trio, pero-...

—Oh, eso no va a suceder. Pueden fantasearlo, pueden tocarse pensando en él e inclusive pueden correrse esta noche creyendo que él los mira. Pero este hombre, es mío —afirmaba con su voz grave.

Wooyoung lo miraba con ojos bien abiertos y con timidez respondía—. Lo siento, Hyung. Ya nos vamos. Vamos, San.

El chico de Freddy Mercury lo miraba con ojos entrecerrados y se despedía de SeokJin cómo podía porque su acompañante no era muy valiente y lo estaba empujando lejos de los dos. TaeHyung bebía de su vaso y se encontraba con la mirada sería de SeokJin. Un calor le teñía las mejillas recordando lo que había dicho. Pero necesitaba relajar el ambiente.

— ¿Tu cita del año pasado fue con un twink? —comenzaba a reir—. Amigo, te salve el culo de follar con un personaje así otra vez. De nada —replicaba. Cómo quien no quiere la cosa.

SeokJin se cruzaba de brazos—. Cuando te conocí me recordaste mucho a él

—Amigo ¿Un twink? ¿En serio?

—Un descarado sediento de diversión. Realmente me recordabas mucho a San

— ¿Te lo follaste? Me dijiste que la cita fue terrible pero resulta que ¿Si follaste con él? —reía intentando mantener su personaje de amigo delirante.

Pero la verdad era que los celos lo estaban carcomiendo.

—Fue insoportable. Pero si, follamos

—Increíble... —decía TaeHyung, mirando a cualquier parte del club y negando mientras sus dientes estaban bien apretados—. ¿O sea cuántos años tiene?

—Supongo que ahora veintitrés, ya que el año pasado tenía veintidós. Quería matar a Moonie porque era realmente joven para mí

— ¡Un niño, Jin! Un niño —replicaba. La furia se reflejaba en sus ojos.

—Oh, Tae. No hagas como si esa clase de chicos no paso por tu lista. Por suerte solo puedo decir que es el único realmente más joven que me he follado

— ¿Tan bueno fue? ¿Tanto llamo tu atención? ¿Eh? O sea, una estúpida noche como hoy y ¿Te lo llevaste a la cama como si nada? —ahora su tono no estaba siendo disimulado en lo absoluto—. Dijiste tipo

¿Eh? —SeokJin no sabía si reír o continuar disfrutando de este arranque que el fotógrafo estaba teniendo.

—Dijiste que había sido una cita con un tipo, no un twink. Y omitiste la parte en la que te lo follaste —se acercaba a pulgadas del rostro de SeokJin—. Te lo follaste

—Te dije que no fue de mis mejores noches —respondía Seokjin con seriedad. Como si necesitara recalcarselo—. Me lo lleve a un hotel, pague por ciertas horas. Me lo folle y me fui. No hubo intercambio de números ni nada. No entiendo cómo me recordaba, yo casi no lo recordaba

—Oh, tú lo recordabas ¿Tanto te gustó su culo? —seguía TaeHyung—. Ay, eso sonó como la mierda. Dios, no sé que me pasa. Lo siento.

Se alejaba y quitaba la parte superior del traje. La máscara y casco que cubría sus ojos, se frotaba el rostro y volvía a la barra—. Amigo, lo más fuerte que tengas esta noche. Por favor.

Se quedaba sobre la barra de espaldas a Seokjin y suspiraba. De inmediato el aroma de Jin llegaba detrás de él, dónde lo sentía presionar su cuerpo al suyo. Sentía los labios de SeokJin rozar su oreja y preguntar.

— ¿Estás celoso? —la voz era oscura pero tenía esa sorna y aire sensual que a TaeHyung le crispó el cabello en la zona de su nuca.

Se giraba y buscaba la mirada de SeokJin. Pequeños centímetros de distancia y pegaba su boca a la ajena para responder—. Jodidamente celoso y no sabía que tenía tal defecto —luego, de rozar los labios ajenos un poco más, daba un leve empujón al castaño y recibía su bebida.

SeokJin le regalaba una auténtica sonrisa, una muy bonita con dientes y todo. Haciendo que TaeHyung rodará los ojos. Se acercará y a su oído murmurara un—: Besame el culo, engreído

—Con gusto lo haré —replicaba SeokJin.

—Ah, no. Vete a hacer un trío con ese par de twinks. Este culo no lo tocas —mencionaba alejándose de SeokJin.

El castaño no podía dejar de reír porque no creía una jodida palabra de aquella sentencia. Pero mierda que le encantaba verlo celoso.

La noche había ido avanzando y TaeHyung seguía bebiendo. SeokJin no podía salir más allá de un par de cervezas y agua, ser el conductor designado lo hacía tener cuidado. Le sorprendió que aún inclusive después de cantarle el feliz cumpleaños a Moonie, con ese bello pastel en que Seokjin y sus chicos habían trabajado, TaeHyung se hubiera hecho el ofendido casi la mitad de la noche. Bailando en grupo, con Moonie o Jisoo pero siempre en el mismo grupo de SeokJin, más sin acercarse a él. Solo mirarlo y desnudarlo con la mirada, deseoso de tocarlo, pero no señor. Él no iba a ceder. ¿Cómo era posible que a él se le negó pero al twink si se lo follo? Aish, la ira y orgullo herido se lo estaban debatiendo.

Hasta qué...¿En serio, Freddy Mercury?

San y su chico Wooyoung, bailandole a Seokjin con total descaro, aprovechando que el supuesto Flash lo había ignorado toda la noche. TaeHyung estaba tan rojo como su jodido traje.

— ¿Por qué estás ignorando a SeokJin? —preguntaba Moonie, llegando a su lado.

— ¡Ese chico es un jodido descarado! —mencionaba.

—Bueno, ve a reclamar lo que te pertenece —decía la rubia, palmeando su culo.

—Ay, Moonie. Jin no me pertenece —decía con cierta congoja al verlo ser abordado por esos chicos.

Moonie sentía su corazón acelerarse al notar los ojos de TaeHyung y la mirada melosa que había tenido pintada cada vez que miraba en dirección a SeokJin.

—Al menos esta noche... él es tu cita —decía la chica—. Y créeme que está pidiendo ser rescatado de esos chicos. Así que... ¿Vas tú o voy yo?.

TaeHyung veía al tal San decirle algo en el oído a SeokJin y TaeHyung se maldecia por llevar un traje tan cerrado como lo era el del Flash. Volvía a quitarse la parte de arriba y despeinaba su cabello negro con hebras sudadas. Acortaba la distancia con los ojos negros de SeokJin sobre él y sin mucha sutileza empujaba a los otros chicos para besar casi con urgencia a SeokJin. Una mano se había colado en su cintura y la otra lo había tomado de la parte posterior de su cabeza. Mientras que las manos de Jin estaban en su espalda baja, haciendo presión y respondiendo con la misma urgencia al beso.

Un "No te lo robaré" salía de la boca de San. Pero era ignorado.

Lenguas que saboreaban la cavidad ajena y dientes que buscaban morder la suave carne de los labios ajenos. TaeHyung, estaba en el paraíso y SeokJin necesitaba más. De nuevo, como si el azabache pudiera leer sus pensamientos, exclamaba cortando el beso—. Vamos a casa, no quiero seguir aquí.

"Vamos a casa" Seokjin tenía que recordarse que estaba ebrio y se refería a su apartamento. El momento había llegado y se encontraba despidiéndose de los presentes y de Moonie, para subir al auto con un TaeHyung serio, que no dejaba de ventilarse el rostro en el asiento del copiloto.

— ¿Estás bien? —preguntaba SeokJin, arrancando.

—Este traje es jodidamente caluroso

— ¿Tienes algo debajo? Quítate la parte superior

—Es enterizo —respondía el fotógrafo—. Y no traigo nada debajo.

SeokJin reía, y veía como TaeHyung ponía música para cantar en el camino. Parecía un trayecto largo, o SeokJin estaba tomando calles diferentes para alargar el camino aún más. TaeHyung lo había notado pero no había dicho nada. Aunque eventualmente, habían llegado al apartamento del fotógrafo.

Al estacionarse ambos se habían quedado en silencio, a sabiendas que solo una cosa quedaba por hacer.

— ¿Subes? —preguntaba TaeHyung.

—Por supuesto.

En el ascensor no hubo besos, ni roces, de hecho cada uno estaba en su lugar contando los números que pasaban hasta llegar al piso de Tae. Una vez allí, y en la puerta, el azabache ponía la clave y abría la misma. Un ambiente silencioso y TaeHyung que caminaba algo chistoso con el traje.

— ¿Te paspaste? —pregunta Seokjin, rompiendo el hielo.

—No te burles. Así parece, pero no mis bolas —añadía—. Hay algo en la zona de la costilla que me rozo toda la noche y ahora siento el dolor y ardor

— ¿Tienes alguna crema? —preguntaba Seokjin, en dirección al baño.

—Si, en el bajo mueble —exclamaba, mientras luchaba por abrirse el traje pero fallaba miserablemente al tener el cierre en su espalda.

SeokJin salía del baño y lo veía en la sala luchando de forma algo chistosa y su risa resonaba en el silencio de la noche.

—No te burles, hombre —pedía—. El estúpido cierre está detrás, ayúdame que siento que me quema

— ¿No te pusiste nada debajo? ¿En serio?

—El traje engomado fue caluroso, pero no crei que me lastimaría

—Voltea —pedía SeokJin, TaeHyung lo miraba serio por el tono de voz usado pero obedecía.

SeokJin encontraba dicho cierre y comenzaba a bajarlo. De a poco y sin apuro. Notando que Tae no se había puesto ni siquiera una musculosa debajo, por lo tanto al bajar el cierre comenzaba a notar la piel trigueña de TaeHyung y algo de sudor que volvía esa espalda un espectáculo a la vista. Ambos no lo habían notado pero habían pasado saliva. TaeHyung al sentir la brisa en su piel, y la respiración de SeokJin golpear de forma casi fugaz y perceptible. Y Seokjin, al sentir la necesidad de besar y pasar su lengua por aquella bonita espalda y saborear esa piel de ensueño. El cierre eventualmente terminaba justo donde empezaba la sutil y vistosa curva que formaban los glúteos de éste.

De nuevo el silencio y la tensión palpable entre ambos. Otra vez ese perfume y ese calor detrás de su cuerpo y como si fueran yemas cubiertas de lava, los dedos de SeokJin trazaban la columna de TaeHyung y éste suspiraba ante el toque. Toda su piel se ponía como si fuera de gallina al sentir aquella caricia cuesta abajo. De nuevo se encontraba como gelatina bajo el experto tacto de SeokJin. Sus piernas no resistirían mucho de pie si SeokJin hacía otra cosa....

Y santa mierda...la lengua caliente del caataño comenzaba sobre la base de su trasero e iba subiendo por el camino de su columna. TaeHyung había arqueado su espalda y suspirado con un gemido que no había podido evitar soltar.

Lo quería, él realmente quería que Seokjin lo hiciera suyo pero a la vez no. O se acabaría luego de esa noche.

Al llegar arriba, la lengua de SeokJin trazaban círculos en su nuca, abriéndose paso para el hueco de su cuello y buscando girar el rostro de TaeHyung con su mano. Al girar su cabeza y encontrarse con el bonito rostro de SeokJin suspiraba por enésima vez. El pulgar del castaño delineaba su labio inferior y relamía los suyos propios.

Luego de la nada el castaño hablaba—. ¿Has ido a pescar alguna vez?

TaeHyung parpadeaba algo confundido, pero negaba—. Jamás

—El novio de Jisoo me prestará su pequeño yate el fin de semana siguiente. Adoro la pesca, no es la primera vez que me lo prestaría ¿Te gustaría venir conmigo?

—Si. —afirmaba sin duda alguna en su voz—. No sé pescar pero definitivamente acepto la invitación.

SeokJin sonreía, lo hacía de forma tan dulce y luego depositaba un beso en la mejilla de TaeHyung, haciendo que de igual forma éste otro estuviera a punto de perder la jodida cabeza.

—Me iré. ¿De acuerdo? —mencionaba Seokjin. Viendolo fijamente.

—Si, yo tengo que levantarme temprano mañana

—También yo —replicaba Jin—. Pero si quieres...

—No quiero —TaeHyung apretaba sus ojos y giraba—. Me refiero, si quiero. Si, pero no-...ay, mierda.

SeokJin acunaba su rostro—. Oye, tranquilo...yo realmente tengo mucho que hacer mañana

—Lo entiendo, lo entiendo... —TaeHyung hablaba apresurado.

—De acuerdo...me iré —Jin señalaba la puerta y TaeHyung lo instaba a caminar en dirección a ella.

Al llegar SeokJin giraba y aclaraba—. Solo folle con San porque quería terminar pronto la cita. Ni siquiera llegué a la hora y media con el chico. Lo folle y me fuí del hotel.

TaeHyung suspiraba y reia—. No tenías que decírmelo. Pero me encantó oírlo —se mordía el labio y de repente el castaño tiraba de su brazo.

Rodeaba su cintura con ambas manos y comenzaba a besar su boca necesitado. Pero era una necesidad que lo obligaba a besarlo con parsimonia mientras los brazos de TaeHyung volvían a enrosrcarse en su cuello con total confianza. Sus uñas rasguñaban con delicadeza la piel de TaeHyung, obligando a éste a cortar el beso para gemir por aquello.

—Ah...tienes que irte —pedía, contrario a lo que su cuerpo le pedía.

— ¿Seguro?

—No me hagas decidir —TaeHyung se encontraba acorralando a SeokJin contra la pared al lado de su puerta y fregando su cuerpo al contrario—. Dijiste que me enseñarías a pescar —replicaba, besando el mentón ajeno y mordiendo su labio.

—De acuerdo, de acuerdo. Pero debes dejar de moverte así y de besarme —pedía Seokjin—. No me dejas pensar muy claro

—Bienvenido a mi mundo. Porque desde te conozco no puedo pensar muy claro contigo —admitía inesperadamente.

Una mirada silenciosa que posiblemente significaba muchas cosas pero que ninguno diría primero. TaeHyung se soltaba a duras penas, porque Dios sabía que le encantaba como se sentía entre los brazos de SeokJin, pero tenía que dejarlo ir, para verlo de nuevo la siguiente semana.

Verte de nuevo, es lo único que puedo pensar luego de pasar tiempo contigo y es lo único que no haremos luego del sexo. Pensaba TaeHyung.

— ¿Próximo finde? —preguntaba, poniendo la clave para abrir la puerta.

SeokJin salía y replicaba—. Próximo finde.

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