único

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— Claro amor no te preocupes. Adiós te amo. —se despidió Max de su esposo antes de cortar la llamada y entrar al bar al que un amigo lo había citado para charlar.

Al entrar al bar Max localizó a la persona que lo había citado y al llegar con el se saludaron para luego empezar a charlar de cualquier cosa sin un tema en concreto.

—El y yo... — empezó a contar Lewis cuando Max le pregunto si tenía pareja o algún tipo de relación romántica. —Dos locos viviendo una aventura castigada por Dios. — siguió y ahí Max sospecho que la relación que tenía Lewis no era del todo sabía. —Un laberinto sin salida, donde el miedo se convierte en amor... Somos su marido, el y yo... —y entonces Max confirmo sus sospechas.

El neerlandés se quedó callado un segundo entendiendo que probablemente la relación que tenía su amigo no era la más buena pero si ama a esa persona ¿Cuál era el problema?

—Mi esposo y yo... Igual que ustedes compartimos en la vida un eterno amor. —conto el rubio recordando como meses pasados el moreno le había contado que ama enserio a la persona con la que tenía un tipo de relación pero que había un gran impedimento para que estuvieran juntos, y principalmente por ese recuerdo fué que el hizo la pregunta al otro. —El hombre perfecta, toda una belleza, el es mi inspiración... —una sonrisa hermosa relució en su rostro al decir eso, pero Lewis al ver eso trago en seco y bebió del trago que tenía en mano algo nervioso. —Somos felices el y yo, el y yo. —el de verdad ama con todo su ser a su esposo porque además de ser la única persona que estuvo en su momento más débil también era la persona más carismática, linda, chistosa, hermosa y un sinfín de adjetivos más que no alcanzarían a describir a Checo.

—Amigo, el y yo... Solo nos vemo' a escondidas para ahogar esta prohibida pasión. — relato el moreno recordando todos los encuentros prohibidos que había tenido con su amante. —Y aunque tiene dueño, yo solo tengo un sueño... Ser su protector. — confesó pero no sabe el porque pero su voz no se escuchó tan segura diciendo eso. —Somos su marido, el y yo. —el tono triste fue algo notorio al decir eso, tan que causó un pequeño sentimiento de pena en el rubio.

—Oye, Lew, lucha por amor. — trato de animar.

—No me aconsejes en tu posición. — susurro volviendo a tragar en seco.

—Quizás su marido no mande en su corazón. — siguió tratando de animar al otro sin haber escuchado lo antes dicho por el moreno.

—No sabes quién es victima en la confusión. —dijo está vez en un tono más audible.

—Mi esposo y yo somos felices, dos almas matices. Sé lo que es el amor por eso te entiendo, y aunque sea casada no te alejes por temor, no lo hagas, Lewi. — ese apodo y lo dicho por el menor hizo que una ola de culpabilidad llegarán al interior del británico pues sabía la traición que había cometido.

—Ay, mi amigo, el y yo teníamos claro que era una locura esta relación, pero la carne nos llamaba y la cama nos hacía una invitación a solo hacer el amor. —Lewis sabía que esa era una pésima escusa pero ya no podía volver al pasado para cambiar lo que hizo así que solo le quedaba decir la verdad.

Max río un poco tras lo último dicho por su amigo, Lewis seguía siendo tan hormonal como recordaba.

—Ay, ya te expliqué, cuando hay personas que se aman el amor tiene que vencer y que el marido entienda que perdió su hombre ahora es tu chico, no pueden ganar los tres. — le dijo para luego beber del trago que tenía en manos y Lewis hizo lo mismo pero para buscar valor.

—Amigo, pido perdón, yo nunca te fallé. — empezó a decir y el rubio frunció el seño sin entender a qué se refería esté. —Me traicionaron las ganas de volverla a ver... Y aunque todavía no puedo creer lo que este amargo encuentro me hizo comprender... —el sabía lo que podría provocar lo siguiente que diría pero ya no se podía quedar callado, debía asumir la responsabilidad de sus actos. —Pues tú también llegaste a ese lugar... Donde tantas veces yo la fui a buscar... — siguió y Max estaba mucho más confundido, no entendía nada. —Y aunque no es fácil lo que voy a hacer... —y antes de continuar tomo el último sorbo del líquido que había en su vaso para poder confesar eso que traía atorado en su pecho. —Admitiré que salí con tu hombre. — confesó por fin. —Salí con tu mujer... — volvió a repetir sintiendo cómo el sentimiento de culpa lo invadía.

El vaso que estaba en manos de Max fue dejado caer cochando contra el piso y quebrándose en pedacitos que se regaron por el piso junto al líquido que estaba antes en el vaso.

—¿Qué? — pregunto en un casi susurro sin poder creer lo que el otro le estaba diciendo.

El neerlandés estaba en shock, que su amado esposo lo haya traicionado así no era posible para el, Checo no le podía hacer eso, no el no, no no no, no podía... El se negaba por completo a creer pero la mirada sincera del moreno le confirma que esto si era verdad.

— No, yo no estoy creyendo esto, hermano. —susurro, la tristeza era muy notable en su rostro, sus ojos se estaban empezando a nublar y su pecho empezaba a doler.

—Max... Perdón de ver-

—No, no. —lo interrumpió y conecto miradas con el británico haciendo que esté se sintiera peor por lo que había echo. —Que te perdone Dios, yo no lo voy a hacer. —y su tristeza pasó a ser rabia, como solía suceder siempre. —Los perdí a los dos y a la misma vez... — aunque lo que dominará en el fuera el enojó las lágrimas de tristeza aún querían salir y era muy evidente para no notarlo, Lewis lo notaba y esa imagen lo estaba destruyendo. —Ya veo que todo era mentira cuando ella me decía que se iba pa' Puerto Rico a vacaciones con su amigo. — dijo con una leve risa que sonó más a un sollozo, Max estaba destrozado y eso se notaba. —Me mintió... — ese pensamiento nunca hubiera pasado por su mente antes pero ahora las cosas parecían tan diferentes. —Tú y ella en una cama, allá en Bayamón. —la sólo idea de que eso haya pasado lo destruía, imaginar que su amado esposo lo engaño con uno de sus amigos era horrible. —Quizás en Isla Verde o Carolina, cuántos hoteles ensució. — y ahí pudo recordar todos los boletos que halló sobre la cama que compartían y que al preguntar por ellos su esposo solo se escuso diciendo que eran para el y Charles, que eran para el viaje que iba a tener con su amigo que eran para el viaje del que le había contado. —Tú también, los odio a los dos. —el enojó en el neerlandés se podía notar demasiado y aunque Lewis sabía que eso era lo mínimo que obtendría al decir lo que hizo eso no cambia que le doliera

"No me entiende...Que yo soy quien más sufro con todo esto, me mata el dolor"— pensó triste el moreno.

—Fue una traición. —dijo el rubio viendo directamente al otro, las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas haciendo sentir peor al mayor.

—Perdí un amigo por la tentación. —ese era el pensamiento que estaba instalado en su cabeza desde hace más de un mes, entendía que eso pasaría por culpa de las cosas que hizo y ahora de verdad se arrepentía pero ya no había vuelta atrás y lo mejor que pudo haber echo es decirle la verdad al neerlandés. —Perdón. — pidió con la voz algo quebrada pues sus lágrimas también querían salir.

—Adiós. —fue lo último que dijo antes de irse del lugar en dirección a su auto.

Cuando Max estuvo en su auto por fin pudo llorar con más libertad, se sentía destrozado, traicionado, furioso, tristeza, sentía su pecho doler y un nudo empezando a formarse en su garganta, las lágrimas no dejaban de salir y estaban empapando su camisa. Max no creyó que viviría algo peor que lo vivió en su adolescencia pero el mundo hijo de puta ahora lo hacía vivir esto diciéndole que siempre podía haber algo peor siempre.

Con manos temblorosas el neerlandés busco su celular en su bolsillo con una sola idea en mente. El divorcio.

—Hola, Carlos. —saludo al escuchar que la otra persona contestó la llamada. Carlos era abogado, llevaba todos sus asuntos legales y también era su amigo, y el esposo de Charles...

¿Que pasá? — el tono de preocupación se notaba pues no era normal que Max lo llamará a esa hora y menos sonando tan mal.

—¿En cuanto tiempo puedes preparar papeles para el divorcio? — pregunto directo y ignorando la pregunta del español.

¿Qué? ¿Para que? — Carlos de verdad estaba confundido, no entendía nada y se estaba empezando a preocupar por su amigo.

—Los necesito... Lo más pronto posible. — su voz se escuchaba entrecortada pues por más que intentará hablar normal el nudo en su garganta y las ganas horribles de llorar no se lo permitían.

¿Max, que sucede? —otra voz se escuchó por la llamada, era Charles y cuando el rubio escucho esa voz el sentimiento de traición lo volvió a invadir.

— No pasa nada, solo acabo de descubrir que todas esas veces que tu me dijiste que ibas de vacaciones con Checo solo era para encubrir los encuentros de Sergio y su amante. — ésas palabras sorprendieron de sobre manera al monegasco y su voz no se volvió a escuchar en la llamada, solo se escuchó a Carlos preguntándole a Max en dónde estaba para ir a buscarlo. — Le voy a llamar a Dani para que me venga a buscar no te preocupes, solo has los papeles de divorcio por favor. — pidió casi rogando y el español solo pudo responder un okey ante eso.

Rápidamente antes de empezar a quebrarse más Max le escribí un breve mensaje a Daniel diciéndole que lo fue a buscar y le mandó su ubicación, y cuando recibió un "Okey" tiro su teléfono por alguna parte del automóvil importandole poco si el aparato se llegaba a romper y empezó a llorar sin preocuparse por callar su llanto.







































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HELLOOOO!!!

Cómo andan?

Me sentí mal por Max al escribir esto 😿 pero no modo hoy le toco sufrir y no hay nada que hacer

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