Capítulo 12

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Una verdad  a medias.


.....


—Tu eres.... — señale al hombre llevándome la mano al rostro llena de sorpresa.

— Si soy yo... creo que recuerdas la vez en que...—

— Eres el del bar... ¿ No eras un sueño? En verdad eres así de sexy...— le interrumpí emocionada y sorprendida —¡Dios! yo no me imagine que tu estuvieras tan cerca... si dije algo que fue incomodo fue debido a la droga, pero eres hermoso, — insistí y él sonrió casi incomodó.

— Lo se, pero pensé que dirías otra cosa, ¿Así que solo recuerdas eso? ¿ según tú solo parezco guapo?— dijo riéndose con falsa humildad y la cerveza abierta la extendió sonriendo.

¿Acaso te conocía de otro lugar? Me pregunté por su reacción.

— Bueno... si estas aquí puedo continuar lo que empezamos...— dije sonriendo mientras me abría un poco la camisa, para bromear con el rígido hombre que estaba frente a mi.

— No Eleine, no quiero sexo... no puedes ir por la vida acostándote con quien te diga que eres bonita o te cuide.. yo no lo hice para acostarme contigo, en ningún momento. Necesitas ayuda y no solo psicológica, busca a Dios.. — me regaño y se alejó molesto. ¿No se dio cuenta que era un chiste?

— ¿Busca a Dios? ¿ Y ahora que hice? Se lo tomó enserio... al menos un simple "no" podía decirme no aquella charla moral, suspire agotada mientras miraba mi alrededor.

¿ En verdad mi casa se veía tan mal? Todos que me visitaban decían lo mismo.

En mi defensa, odiaba limpiar y nunca había aprendido a hacerlo correctamente ya que siempre tenía a alguien que me ayudara. Me cambie y recordé mis tacones que había perdido y me tiré a la cama.

Mis hermosos tacones negros de 500$... Los amaba, aquellos zapatos de gamuzas.

Los extrañaría... ¿Y si volvía a buscarme un novio rico? Eso debía funcionar. Pensaba mientras me desvestía y tome mi camiseta olfateándola sentía que aún conservaba su aroma. Dominic o el señor Elliot como quiera que se llamaba a pesar de parecerme frio, era bastante atractivo y un hombre así en cierta forma me atraía sexualmente, pero no era algo que me gustara como un novio ya que era demasiada testosterona mezclada con prejuicios en él.

Y un cóctel con es combinación no era agradable, por lo menos con mis dramas mentales eran mas que suficientes.

.....

Al día siguiente, todo se dio como cualquier otro en mi vida: ¡Súper aburrido!

Si, me sentía incómodo por todo lo ocurrido hoy tenía cita con mi abogada, en la entrada me lleve una gran sorpresa.

— ¿ Teddy? — dije emocionada al ver a mi ex compañera de celda frente a mi en aquella oficina.

— Siempre luces bien, niña fresa... ¿En cuantos líos te has metido últimamente? Preguntó sonriendo mientras se acercaba a abrazarme.

— No muchos, tu sabes muy bien que no me meto en problemas...solo... ¿Qué haces aquí?

— Estoy en libertad condicional oficialmente,¡ soy libre!— saltó animada celebrando su libertad y yo la acompañe en su baile mientras la gente nos miraba extrañamente como si estábamos locas.

— ¿Vendrás con mi mismo abogada? Pregunte emocionada y ella negó.

— Vine porqué me ayudo a pasar el caso con un abogado en el sur... Regresare a casa. — dijo emocionada, me sentía desilusionada por lo que ella me decía, perdería a otra amiga por lo visto.

— ¿ A casa? — pregunte sorprendida y ella asintió,

— Me siento feliz, luego de tantos años... regresare a mi hogar, fueron 10 años en una prisión, la mitad de mi vida. Pero...

— ¿Pero?

— Consecuencias que uno debe asumir por malas decisiones. — continuó con melancolía.

Teddy había sido atrapada con una cantidad importante de droga que su novia había dejado en su maleta, por desgracia ella había sido atrapada y puesta tras las rejas,ella era una chica bonita y para ser unos años mayor que yo en prisión fue una chica que me ayudo bastante y me protegió siempre, de aquellas chicas que solo querían abusar de mí por verme tan delicada.

— Entro a mi cita, ¿ me esperas? Te doy un café por eso. — dije sonriendo.

— ¿No lo harás tu cierto? Pregunto riéndose y yo negué, insinuó recordando aquellas historias de los escupitajos en el café.

— Yo solo se hacer instantáneo, saliste de prisión no te voy ha tratar tan mal.— le respondí avergonzada-

Terminada la sesión, me encontre con la chica sentada en la sala de espera, Teddy no era una chica fea por lo que incluso yo la consideraba bastante atractiva, pero la imagen que daba era de una chica ruda: de cabello corto y rapado de un lado, con los rasgos bastantes fuertes y con tatuajes mal dibujados en sus brazos, era del tipo de mujer que si te cruzabas en la calle o el subterráneo te asustabas por su presencia y al ser mi compañera de celda, en mi primera noche no dormí del terror, pero resulto ser mejor católica que yo, siempre rezaba antes de comer y de dormir e incluso era bastante inteligente para los números, de ascendencia hondureña sus rasgos estaban acentuados en ese look un poco bronceado.

— ¿Sigues en terapia de ira? Preguntó mientras me rodeaba con su brazo en mi hombro y yo le sonreí.

— Si,— afirmé—si no lo hago me tocaría ir a recoger basura.

— Al menos saliste bien librada y rápido, gracias a tu abuelo.— Dijo ella animándome, yo suspiré y evité ese tema. — ¿ has ido a verlo? — preguntó y yo me rasque el tabique de la nariz incómoda.

— Él vino a mi, me lo encontré camino a mi trabajo... Y tu sabes... siempre "preocupándose"— dije hundiéndome entre hombros avergonzada.

— Tu abuelo te quiere, exageras todo lo que te pasa...— me regaño y yo levanté la ceja —¿trabajas de que? — preguntó curiosa y yo sonreí.

— Soy mesera. — respondí avergonzada — luego de haber sido secretaria, asistente en oficinas... termine siendo mesera, aquí — dije enseñando el pequeño cafetín y ella arrugó la frente en desaprobación.

— Tienes una familia con la fortuna que se compara a la gente que sale en la lista Forbes ¿Y trabajas cómo mesera?— se burló y yo apreté los dientes —¿ Qué paso con la universidad?

— No quiero continuar... además ¿ cómo lo voy a pagar? Pregunte y ella estalló de la risa.

— ¿Cómo? ¿Me estas jodiendo Eli? Tus padres son herederos, tu eres heredera de una cadena de hoteles, ¿ has pensado en eso? Vives como una indigente en un apartamento donde vivió un asesino satánico y dónde ocurrieron 10 asesinatos. — me reprochó.

— No, Teddy. No fueron 10, solo 2 y un suicidio y no fue un asesino tan "inteligente..." apenas mató dos personas y un gato. — le corregí y fui detrás de la barra para cambiarme, alli la hermana Doris que era la mayor nos miró y asustada siguió con la mirada a mi compañera.

— Te sigue una carterista, esperemos a que se distraiga y la golpeamos para llamar a la policía. — me susurró preocupada y yo me reí.

— Es mi amiga, no te preocupes.. — dije riéndome y ella me miró sorprendida y le dedicó una mirada de odio.

Luego de cambiarme, salí ajustándome el delantal y la señora Doris me sonrió.

— Tienes un admirador que ha estado toda la mañana esperándote— dijo riéndose.

— ¿Admirador yo? Si a mi nadie me busca o mejor dicho: "me admira"— negué y ella sonrió con picardía. Tomé la jarra de café y fui a la barra donde estaba Teddy para servirle.

— ¿ te seguirás llamando Teddy, mi querida " Theodora"? — comenté con aquella malicia ya que ella se había burlado de mí primero... Bueno, había dicho la verdad..

— ¿ Te regañaron por mi culpa cierto? Preguntó preocupada y yo negué.

— No, las viejas son así, incluso conmigo... cuando llegue pensaban que era inmigrante ilegal.. ¿ Me veo como una? — vi que Teddy sonrió y antes que me contestará yo me adelante — no le veo la gracia. — dije colocando los ojos en blanco y la amenace — si sigues así escupiré en tu café.

— ¿ Se te quitó eso de escupir en el café? Susurró Teddy riéndose y yo me fui con la jarra a la barra, molesta, todas en la prisión me conocían como "escupitajos" ya que al contar esa historia todas se murieron de la risa, busque unas rebanadas de pan tostadas para darle y en la barra me llamo Doris.

— Míralo, alli esta— dijo señalando me giré y busque en el cristal al supuesto "admirador" ¿ Y si era el señor Elliot? ¿ O un millonario que me diría: "vamos a gastarnos toda mi fortuna en zapatos"?—¿No lo ves? Lleva toda la mañana alli— señaló al pequeño que miraba entre las persianas hacía la barra, lo miré y lo reconocí, el niño perdido: "Joe" saludándolo e invitándolo a entrar me miró y siguió de largo.

— ¿Qué? ¿ está loco? — pregunté y la señora sonrió.

— Tu primer admirador en este lugar, desde bien temprano esta por alli, pero al parecer solo quería verte— se burlo la señora.

— ¿Qué paso, Eleine? Saliste con un anciano y ahora con niño,— dijo cubriéndose el rostro por la risa que tenía —"la moral Eleine, la moral..."

— El "innombrable" no era un anciano. — me quejé molesta.

— Para mi era un hombre mayor y tengo 31 y tu con 25 saliste con un señor de 55 años.. — me reclamó y yo me reí.

— Teddy, él no tenía 55... —negué —tenía 51 y no era un viejo en la cama... — le aclaré y ella .

— Claro Eleine lo que tu digas— masculló entre risas

— ¡Cállate! me quejé y ella seguía riéndose —

¿Qué mas me quedaba? Reírme con ella.

Yo nunca fui de tomar buenas decisiones y lo único bueno de haberle destrozado el auto George en un ataque de ira... era...¿Conocer a Teddy? no me justificaba, aquel acto de violencia en plena calle, pero tampoco lo que me había hecho y lo que pensaba que yo era para él. 

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