[8] El mejor tatuador del mundo...

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Kang TaeHyun no pudo sentir más miedo de aquellos seres apenas observó como el dichoso Arquero estaba a nada de matar a JungHong o quién sabe si devorarlo, así que cuando conoció a su entrenador se aseguró de hacer todo al pié de la letra, sin decir palabra alguna o demostrar algún tipo de cansancio o queja.

Y estuvo aún más temeroso cuando supo de la pequeña mascotita que tenía su entrenador. Un imponente León siempre estaba presente en las prácticas que tenía con TaeHyung, un Ser Elemental, controlador de la tierra.

Con el pasar de los días TaeHyung le habló con toda la sinceridad del mundo, no los quería ahí, no quería a ningún humano aprendiendo su técnica para llevarla a demás humanos pues ellos estaban ahí y no necesitaban algún tipo de apoyo humano para hacer su trabajo.

Pero aun así TaeHyung lo trataba muy amablemente a pesar de su expresión seria.

Porque TaeHyung podía interactuar con humanos sin ningún problema, pero no estaba de acuerdo con aquella integración a los policías, aun así le enseñaba varias cosas y seguía con sus entrenamientos que dejaban más que exhausto a Kang.

TaeHyun empezó a rezar por su vida apenas se enteró que YeonJun había ido a una misión, él no quería ir a ninguna misión de esas porque sabría que saldría más que muerto, se había memorizado las capacidades, los ataques, como usar diferentes armas, pero una cosa era la teoría y otra, era la práctica.

Y ese día, un miércoles del mes de Julio, Kang se dio cuenta que sus rezos no habían funcionado.

—Sube —le ordenó TaeHyung mientras acomodaba su espada en su espalda. Estaba encima del león— Imagina que es una motocicleta —rodó los ojos por la espera, Kang se sostuvo de sus hombros y soltó un pequeño grito cuando el felino empezó a correr fuera del lugar para dirigirse a la localidad en donde estaba sucediendo un robo.

Un zoológico.

Sí, estaban liberando a los animales del zoológico.

—Los está rescatando —le corrigió TaeHyung dirigiendo al felino por varias calles, pasando por medio de los autos.

TaeHyun no dijo nada, tomándose el tiempo que quedaba de camino a pensar en lo que había dicho el mayor.

¿Los estaba rescatando? ¿Por qué lo habían reportado como robo entonces?

—Te dije que los está rescatando porque los tienen secuestrados en ese lugar, nosotros los Seres de Tierra defendemos y estamos en contra del maltrato animal, tenerlos en un zoológico bajo su voluntad es algo que tenemos que impedir —explicó TaeHyung luego de escuchar la pregunta de Kang que apenas y se daba cuenta que la había hecho en voz alta.

—Usted es un Ser de Tierra, ¿por qué va a impedir que saquen a los animales entonces? —preguntó aferrándose a las ropas del mayor cuando se vieron corriendo entre motocicletas, el felino que los llevaba rugía para quitar a las personas del camino y eso lo tenía con los pelos de punta.

—La APRSE, Nayeon noona y Momo noona me rescataron y cuidaron en mi peor momento, mi paga por todo lo que hicieron por mí es trabajar para su agencia y esté o no de acuerdo, tengo que hacerlo. Es lo menos que puedo hacer —contestó tomando el mango de su espada y desenvainarla.

Ya habían llegado al zoológico, las personas corrían con miedo mientras gritaban, adentro se podían ver algunas jirafas sueltas, elefantes caminando con lentitud y sobre todo, chimpancés colgados en los objetos decorativos del lugar.

TaeHyung guió al felino por las partes más solitarias del lugar, debían ir a donde había el mayor ruido pues ahí estaba el asaltante.

En esas semanas que llevaban, TaeHyun se había especializado en el uso de la katana, así que esa era el arma que muy fuertemente sostenía con una mano mientras miraba a todos lados.

Un gorila estaba gruñendo y mirándolos de una forma que no era nada relajante.

—¡Corre! —ordenó TaeHyung a su León que empezó a correr, esquivando algunos animales, avestruces y algunas serpientes.

El gorila venía siguiéndolos con la obvia intensión de atacarlos, pero no fue hasta que TaeHyung le lanzó una especie de pelota que no se quedó tranquilo, es más, el gorila se desmayó apenas un humo empezó a salir de la pelota.

Kang sabía que solo lo había desmayado porque TaeHyung se había dedicado días enteros en explicarle de que estaban compuestas las armas que se usaban para combatir animales sin llegar a lastimar alguna parte de ellos.

—¡Mierda! —TaeHyun fue tacleado por un simio, el animal hizo sus típicos ruidos y lo olisqueó antes de irse a hacer quien sabe qué.

TaeHyung lo había dejado ahí, se podía escuchar que el león estaba rugiendo y por lo poco que recordaba en ese momento, el rugido indicaba que estaba peleando.

Kang se levantó y miró a todos lados, tratando de identificar alguna amenaza. Un siseo le hizo voltear.

Una serpiente pitón, grande y muy peligrosa se estaba moviendo hacia él en un movimiento serpenteante y con la clara intención de morderlo.

Empuñó su katana y tomó el debido impulso para poder hacer algo para salvar su vida.

Pero cuando fue a lanzar el primer golpe con el arma una bota blanca pateó su muñeca haciéndolo soltar la katana, seguido de un golpe en el abdomen que volvió a hacerlo caer al suelo.

Buscó la katana con las manos desesperadamente, jadeando cuando la misma bota que le pateó se posó en su pecho.

—¿Quién te mandó? ¿Eres de la APRSE? —preguntó una voz suave pero molesta, TaeHyun enfocó mejor su vista y detalló a un chico castaño, mirándolo con el ceño fruncido, vestido totalmente de blanco y con la misma serpiente pitón que le había a atacar en el hombro— Eres un humano, no puedes ser de la APRSE.

—S-soy... Soy policía —dijo temeroso por lo que podía hacer el chico con él al tenerlo inmovilizado de esa manera.

— ¿De dónde vienes y quién te mandó? —preguntó tomando una ballesta que no había notado colgando de su espalda y lo apuntó.

—¿Para qué quieres saber? —preguntó a riesgo de que el Ser le atravesara el cráneo con la ballesta.

—Vienes conmigo —dijo colocando la ballesta en su lugar lo tomó del cabello y lo obligó a alzarse, eran de la misma altura— Y ni se te ocurra hacer algo, pedazo de humano, porque puedo leer en tus ojos que no quieres morir hoy —y con eso, empezó a hacer un movimiento con su mano con el cual, hundió la tierra para que pudieran entrar a un túnel que se venía, tenía tiempo diseñado.

TaeHyun volteó, encontrándose que el hueco que el Ser había abierto estaba cerrado.

Estaban por completo bajo tierra.

—Camina —le dijo, empujándolo. Caminaron lo que pareció ser horas para TaeHyun hasta que llegaron a un lugar, una vivienda mejor dicho, era como una cueva muy modernizada.

Habían caminado por pura tierra, lodo y con muchos insectos al rededor para llegar a un lugar amplio y que tenía un aspecto futurista.

El castaño tomó una cuerda de una caja en una esquina y le ató las manos con una fuerza que le hizo quejarse.

—No tan fuerte —pidió en un intento vano que el hada se compadeciera de sus muñecas y aflojara el agarre.

—No seas llorón —le dijo empujándolo hasta dejarlo sentado en una silla en un rincón.

Al parecer, no era la primera vez que tenían a un invitado.

— ¿De dónde vienes? —preguntó de nuevo el castaño apoyándose en un sillón de brazos cruzados, su mirada era intensa e intimidante.

¿No había un ser de esos que fuera alegre y cariñoso?

Tal vez BamBam.

—Te hice una pregunta —dijo al tener unos segundos en silencio.

—Soy policía.

—No te pregunté que eres, te pregunté de dónde vienes, no seas un imbécil y responde —le ordenó haciendo un movimiento con su hombro, específicamente en donde estaba la pitón que bajó por su pierna y se dirigió a él, subió por su pierna izquierda y se enrolló levemente en su cuello.

Kang tragó grueso.

Como policía le habían enseñado a no soltar información de esa manera, debía cerrar la boca y no dejarse intimidar.

Y ahora no sabía si hacerles caso a sus profesores de la Academia de Policías o a la pitón que en cualquier momento empezaría a estrangularlo a orden del ser.

Sí, mejor le hacía caso a la pitón.

—Vengo de mi casa —soltó sin más. Mentira no era, él estaba en su casa, durmiendo hasta que un león jaló sus sábanas para llevarlo a ese zoológico.

El castaño achicó sus ojos y alzó su mentón, analizándolo.

Los ojos de TaeHyun, inevitablemente, viajaron por la figura del castaño. Tenía un traje similar al de El Arquero pero era por completo blanco, en su cuello tenía una especie de tela transparente que no le dejaba visualizar bien el tatuaje que tenía en el cuello.

—¿Cómo llegaste? —preguntó acercándose a él.

—En un león —contestó con rapidez cuando sintió a la pitón apretarse más a su cuello.

—Osea que venías con otra persona.

—¿Por qué es necesario? Pude haber llegado solo.

—¿Encima de ese León? ¡Ja! No lo creo —dijo estirando su mano para indicarle a la serpiente que subiera a él, ya era suficiente de asustar al humano.

Kang soltó un suspiro aliviado cuando dejó de sentir al animal en su cuello y aprovechó mejor la cercanía para detallar el tatuaje del castaño.

Él era un amante de la tinta en la piel a pesar de no tener ni un solo tatuaje así que cuando veía a una persona tatuada no perdía la oportunidad y se acercaba para ver mejor el arte.

—Oye, supongo que ese tatuaje lo hizo el mejor tatuador del mundo porque está genial —dijo, acercándose más al Ser hasta que su frente quedó pegada a la barbilla del castaño.

BeomGyu frunció el ceño y con su mano libre tomó el cuello del policía y lo estampó en la pared.

—Escucha muy bien, porque no repito dos veces, imbécil, haces alguna artimaña o algún movimiento y te juro que te mato. Eres un policía que mandaron a la APRSE para conocer de los Seres Elementales, eres entrenado por Kim TaeHyung, tu nombre es Kang TaeHyun, tienes veintiún años y estás tan pero tan asustado que tu tonto cerebro te manda a decir estupideces, te vas a quedar aquí hasta que sea necesario, así que procura no desobedecerme —se alejó, dándole la espalda a Kang que tosió mientras miraba asustado al castaño.

¿Cómo sabía todo eso? ¿Su nombre, su edad? ¿Su entrenador? ¿Leía la mente acaso?

El castaño decía la verdad, su cerebro le llevaba a decir estupideces cuando estaba asustado, era algo que le habían criticado mucho en la Academia de Policías pues si estaba con el enemigo o criminal y decía alguna de esas cosas, no dudarían en dispararle por dárselas de gracioso.

—¿Cómo te llamas? —preguntó al cabo de unas horas, el chico de cabello castaño lo miró con una ceja arqueada.

—¿Para qué quieres saber? —estaba sentado en el sillón sacándole brillo a una espada, una de las múltiples armas que había en un armario en una de las paredes del lugar.

—Me gustaría saber cuál es el nombre de mi secuestrador, solo eso, además no soy de poco hablar —alzó sus hombros y miró al chico que rodó los ojos.

—Búho, Elefante, Oso, Marmota, Gaviota, Yegua, Unicornio. Así me llamo, espero que tu tonto cerebro pueda-...

—BeomGyu, te llamas BeomGyu —le cortó con una sonrisa y una mueca de superioridad. BeomGyu frunció el ceño y arrojó la espada a un lado.

El humano no es tan tonto. Pensó escaneando al oficial de arriba a abajo.

—A dormir —dijo chasqueando sus dedos, TaeHyun frunció el ceño y alzó la mirada cuando escuchó algo crujir.

Unas flores que no conocía estaban creciendo encima de él a la vez que liberaban su polen encima de su cabeza, se empezó a quejar pero luego de un momento empezó a cabecear hasta que cayó dormido en una incómoda posición.

BeomGyu suspiró y con un movimiento detuvo el crecimiento de las flores, se levantó y caminó al humano, tomó su barbilla con su mano y la subió para detallarlo mejor.

Notaba que ese humano no quería estar ahí, notaba que lo hacía por trabajo y no por interés, estaba asustado, no estaba preparado y por más que se dedique a prepararse no estaría listo ni en un millón de años.

Ese humano no debía estar ahí, ninguno de los humanos debía estar ahí, era peligroso.

Pero eso solo lo entenderán cuando alguien saliera herido.

Y muy herido.












Holaaa, espero les haya gustado este capítulo, pronto les traeré más contenido u.u

The_Dark_Diamond

BeomGyu:

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