Capítulo X: Notre histoire inventée

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Marc

Camino a casa de Alba

Hace tiempo que no veo a mis padres; me da ilusión volver a verlos después de tanto tiempo. A pesar de ser independiente desde hace mucho tiempo, me gusta sentirme cerca de mi familia; no quiero que pase el tiempo y me arrepienta de no haber compartido lo suficiente con ellos-no imagino mi vida sin poder verlos más.

Ya quiero ver el rostro de Jérémie cuando vea que tengo una "novia"-la navidad pasada siempre andaba con el mismo tema a todas horas-. Para los que no lo saben, Jérémie es mi hermano mayor, tiene 38 años y es bastante parecido a mí físicamente-lo que nos diferencia es que es más alto que yo además de que su cabello es largo y lo recoje siempre en una coleta.

Amo a todos mis hermanos, pero llevo una relación más cercana es con Jérémie ya que desde que era pequeño siempre me sentía identificado con él y dejé influenciarme con su forma de ser-para él ser un verdadero hombre es saber defenderse, tener muchas mujeres para luego casarte con una de ellas si es que te enamoras sin olvidar ser poderoso-. Mi hermano durante mucho tiempo fue mi modelo a seguir, pero ya no soy el niño de antes, me estoy dando cuenta de que muchas de las cosas que él hacía-porque ha cambiado mucho desde que conoció a su esposa-no son correctas.

Todo esto me hace pensar en mis últimos años en México que se convirtieron en un viaje de reflexión y autodescubrimiento; esto en contraste con mis primeros años que fueron locura y descontrol- sólo me importaba ser "el rey del mundo" y que todas las mujeres me desearan-. Parte de esa personalidad aún no se ha alejado de mí y quisiera quedarme sólo con lo bueno que eso me dejó; aún con todo esto, pienso en todo el odio que tengo a esos pensamientos como "por ser famoso debes hacer todo lo correcto y nunca equivocarte" o "si te equivocas no regresará nunca tu éxito"-es agotador ocultarse ante la prensa como lo hago ahora y no puedo evitar pensar en lo difícil que será para Alba acostumbrarse a esta situación de mentiras.

Mi vida últimamente se basa en fingir todo lo que siento. Ser real al ciento porciento es algo que en la agenda de una celebridad es imposible; si la prensa se entera de algún error que cometo podría fácilmente despedirme de lo que obtuve con tanto esfuerzo. Para triunfar se necesita mucho más que el dinero de tus padres y así muchos no quieran creerme, el dinero no llena los vacíos del corazón.

Ser yo mismo no es tan sencillo.

Soy un experto en fingir y aún así estoy nervioso por todo lo que podría pasar hoy. Quizás no podría intentarlo si fingiera ser pareja de alguien a quien no tengo confianza, pero he logrado convencer a la única chica con la que me siento cómodo para contarle sobre mi vida privada. Lo que siento cada vez que estoy con ella es inexplicable, es tan diferente que estoy confundido.

Es la hora de enfrentarme a una mentira con la que sueño que se haga realidad.

Me detengo, aparco el coche y camino hasta la puerta tratando de proyectar una seguridad que mis miedos quieren alejar de mí.

Tomo un poco de aire, toco el timbre y espero a que salga mi reina-en secreto porque odia que la llame así-. Miro a los lados y la espero un poco emocionado.

-Te ves perfecta.

-Dime algo que no sepa-dice haciéndome sentir algo confuso.

-Tecnicamente cometí un delito al saltarme la mili, pero mi familia logró mover cielo y tierra para que en cooperación con el gobierno de Francia me dejaran viajar a México-lo cuento en tono nostálgico-. Si no fuera una celebridad me hubiera gustado la idea de servir a mi patria.

-Pensaba que tu único delito es ser tan presumido, pero me equivoqué-se ríe mientras me sigue hasta el coche.

-Es la primera vez que admites equivocarte en algo-abro las puertas del coche sin dejar de observar su hermosa sonrisa-, eres algo orgullosa Alba.

-Espero invitarte a que algún día admitas tus errores y no andes diciendo "yo no me he equivocado"-sube al coche.

-Si tú lo dices.

-Sabes, me sorprende el hecho que no se arme un escándalo con lo de tu ida a México sin prestar el servicio militar-cambia de tema comentando sorprendida.

-Al gobierno le conviene dejar una buena imagen y quizás por eso les pareció una buena decisión dejarme viajar al exterior para expandir mi carrera-enciendo el coche para conducir hasta la casa de mis padres-. Es mejor ser amigo de ellos que enemigo, pueden darte un veto de radio y televisión y es lo peor que te podría pasar como artista.

-Nunca estuve de acuerdo con el régimen, pero tuve que ocultarlo porque eso me hubiera sacado de la televisión de inmediato y no estaría aquí.

-Estos años han sido de locura y eso que estuve casi toda mi infancia fuera de España.

-¿Dónde vivías entonces?-me pregunta con curiosidad.

-Es una larga historia porque, para empezar, mis padres se mudaron dos años a Londres cuando nací y cuando cumplí 3 años vivimos dos años aquí en España en la ciudad donde nací. Años después, cuando tenía 6 años nos mudamos a París hasta que cumplí 13 años y ya después nos mudamos definitivamente a Madrid.

-¡Madre mía, sí que es una larga historia!-se sorprende mientras observa el paisaje.

-Es un poco complicada de entender-lo digo casi riéndome.

-¿No te confundías al mudarte tanto?

-Al principio sí, ya cuando es costumbre te empieza a dar igual.

-¿Y cómo hacías para acostumbrarte a escuchar un idioma diferente sin olvidar el otro?.

-En mi casa nunca dejamos de hablar castellano, así que a pesar de que se me dificultó en un principio acostumbrarme a hablar los dos idiomas siempre estaba recordándolo.

-Me parece bastante interesante.

Nos quedamos en silencio por el resto del camino; no son necesarias las palabras. Ella me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa-trato de capturar al máximo su sonrisa porque sé que no la volveré a ver en mucho tiempo-, por primera vez parecía que olvidamos cómo nos conocimos y lo difícil que era nuestra convivencia.

Todo marcha mejor de lo esperado.

Casa de mis padres

Por fin ha llegado la hora.

Quiero que mis padres conozcan a Alba así todo esto sea una mentira-probablemente terminarán adorando su forma de ser-. Ella es una mujer maravillosa y siento que mi familia va a percibirla de la misma manera que yo lo hago, si ellos la aceptan sería maravilloso para tener una visión de cómo sería un futuro juntos-de verdad.

Bajo del coche y abro la puerta de Alba para comenzar a improvisar.

-No sé en qué momento acepté ser tu novia falsa-su rostro se torna nervioso.

-Eres grandiosa-digo para darle ánimos-, has actuado frente a miles de personas así que para tí esto será lo más fácil del planeta.

-Estuve toda la noche practicando qué es lo que voy a decir.

-Yo también, espero no olvidarlo-la tomo de la mano para vernos más creíbles.

-Aún no sé cómo voy a seguirte la corriente sin meter la pata, necesito suerte.

-Eres tan brillante que, no necesitas suerte-saludo al portero y le dejo las llaves de mi coche.

-Prométeme que no me pedirás seguido actuar como tu novia.

-Es una promesa-entramos al mismo tiempo.

Dicen que "para ser mentiroso, hay que tener una memoria excelente" y eso es verdad. A fin de cuentas, cuando te metes en este rollo de la fama, tienes que fingir todo el rato para quedar bien; los medios quieren buscar el más mínimo error para atacarte, en fin todo es "mentir por convivir".

Le dí a ella mi palabra para no hacer de novios seguido y puedo cumplirlo, pero yo no quiero sólo fingir que tenemos algo, quiero que esta farsa sea una realidad. Alba no es sólo un momento para mí y quisiera tan sólo saber si ella siente algo más por mí. Todo esto es tan nuevo para mí que me siento nervioso.

Sólo es una comida familiar... respira Marc, sólo respira.

Lo primero que observo al entrar es mi madre con una gran sonrisa-su mirada rápidamente se centra en mí-. Nunca he estado en esta situación de presentarle alguna chica a mis padres, ellos ni siquiera saben de la existencia de todas mis ex novias y amantes-Jérémie es prácticamente al único que le cuento mis cosas aparte de mi amigo Jairo-. Todo esto es igual de nuevo para ellos como para mí.

-Te extrañé muchísimo cariño-saluda mi madre acercándose más a nosotros.

-Te presento a Alba...mi novia -digo con nervios.

-No sabía que ya tenías novia, pero para ser sincera es mejor que los medios no estén tan encima en tu vida personal-nos mira con una sonrisa.

-Ambos estamos de acuerdo en no revelar nada a la prensa hasta que llevemos más tiempo de conocernos-tomo de la cintura a Alba para tratar de romper su silencio.

-Es un honor conocerla señora-saluda a mi madre.

-Puedes llamarme Céline-dice de forma amable a Alba.

-¿Está Jérémie?-pregunto con más confianza.

-Sí, sólo que está en la oficina de tu padre organizado cosas de la empresa...ya sabes, trabajo y más trabajo-responde haciéndonos señas para pasar a la sala de estar.

-Me sorprendería si Jérémie hiciera otra cosa que no sea trabajar.

-Es igual de trabajador que tu padre, una copia de él en muchos aspectos.

-Mi padre al menos saca tiempo para todo, Jérémie ni siquiera tiene tiempo para otra cosa.

-Exageras un poco hijo-se ríe mi madre en forma sutil.

Pasamos a la sala.

Veo cómo Alba trata de sentirse más cómoda aún con la mirada sorprendida de mi madre. Me pongo en sus zapatos y sé que no es fácil sentirse cómodo con alguien como mi madre que parece ser intimidante, en realidad mi madre es muy cordial con los demás-quizás no me preocupo porque la conozco.

Escucho una bella música de fondo que me trae recuerdos de mi infancia. Mis padres son fanáticos de todas las expresiones de arte existentes y eso ha influenciado mi gusto por la música, la poesía y la pintura-tengo muchas obras de arte en casa y algunas de ellas son creadas por mí-; crecer con arte a tu alrededor, te hace ver el mundo más allá de lo superficial y no sólo eso, sinó que te hace sentir a flor de piel los sentimientos desde la pasión hasta el miedo.

Mi madre nos invita a tomar asiento y llama a Miriam-es nuestra empleada del servicio- para traernos un poco de té mientras terminan las cocineras de preparar el almuerzo.

Ella también toma asiento al frente de nosotros para hablar un momento.

-¿Desde hace cuánto están ustedes dos juntos?-pregunta mi madre.

-Desde hace unos cuantos meses madre-respondo tratando de sonar convincente.

-¿Y por qué no me lo contaste antes?-se extraña de mi silencio.

-Porque buscaba la ocasión perfecta para hacerlo-tomo un sorbo de té.

-Me sorprende la noticia-se ilumina el rostro de mi madre de alegria-, es la primera vez que conozco en persona a alguna novia tuya además de que me alegra que tengas una pareja estable después de romper con Evelyn.

-No me menciones a esa chica, ella está más que muerta para nosotros.

-Se nota que no la has perdonado aún-dice notando un poco mi rencor.

-Es verdad, pero este no es el momento para hablar de mi pasado -corto el tema porque estoy junto a Alba-; mejor hablar de mi presente, de mi novia a la que amo.

-Cuéntame Alba, ¿a qué te dedicas?-pregunta mi madre a Alba con interés en conocerla.

-Soy artista como su hijo-mira a mi madre con un poco más de seguridad.

-Estoy trabajando con ella y debo decirte que es increíble-sonrío a mi madre al ver un cambio repentino en su mirada-. La conocí el día en que también firmé el contrato con la disquera, nos hicimos novios un tiempo después.

De un momento a otro, toda esa sonrisa que tenía mi madre se iba tornando en un rostro de seriedad.

Sé que cuando eso ocurre es porque probablemente mi madre se molestó por alguna cosa que acabamos de decir. Debo seguir con la conversación y convencerla de que mi "relación" con Alba es algo bueno para mí.

-¿Y por qué decides trabajar?-pregunta a mi novia haciéndome sentir preocupado por lo que pueda pasar.

-Soy independiente, me gusta luchar por mis sueños sin tener que depender de alguien-responde mirándome de forma breve.

-No vamos a entendernos nunca-dice mi madre a Alba-. ¿Estás seguro hijo de que esto es lo que quieres?

-Sí lo estoy, ¿a qué se debe esa pregunta?

-Ya eres bastante mayor, pero no me gusta que estés cometiendo un error tan grave.

-¿A qué te refieres?-veo a mi madre con demasiada confusión.

-Me refiero a que no eres consciente de que tu futuro es importante-se enoja conmigo mientras evita mirar a Alba-, no entiendo por qué no te has puesto a pensar en lo importante que es escoger a una buena mujer.

-Madre, no puedes tomar juicios apresurados sobre alguien que no conoces de verdad.

-Yo sé por qué te digo todo esto-toma la taza de té evitando otra vez el contacto con Alba.

Después de beber el té, mi madre nos invita a pasar a la mesa.

Alba tiene una mirada de enojo hacia mi madre, una mirada que solamente es comparable como la del primer momento en que nos conocimos. Mi madre aparenta estar en la misma situación que Alba, pero ella tiene una expresión rechazo hacia mi "novia".

No entiendo nada, no sé si a mi madre le molesta Alba como persona o le molesta que ella sea una mujer independiente y no dependa de nadie para cumplir sus objetivos. Entiendo que mi madre piense que una mujer no debería trabajar porque así eran las cosas en su época, pero los tiempos cambian y soy de las personas que piensan que no tiene nada de malo que las mujeres tomen distintos trabajos-digo esto frente a mi madre y me echa una charla de valores de mil horas.

Suficiente de pensamientos, tal vez a medida de que pase el tiempo todas las diferencias se solucionen.

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