Capítulo XII: Desconfianza y éxito

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Alba
En casa

Cuando era pequeña solía decir esta frase entre risas "no hay que confiar en los rubios" porque en la televisión veía que muchos villanos tenían ese color de pelo. Ahora que me hago mayor pareciera que todo lo dicho se hizo realidad, después de todo él encaja en el prototipo de típico villano que todas aman porque es guapo y adinerado—además de famoso y con un don para convencer a las personas.

La visita a la familia de Marc lo único que me trae son dolores de cabeza, quizás todo sería diferente si en vez de un sí, hubiera dicho un no.

Al final, de todo lo malo siempre sale una enseñanza y de esto puedo aprender lo siguiente:no vuelvas a aceptar ser la pareja falsa de alguien y mucho menos si no sabes nada sobre cómo su familia.

Suena el teléfono.

Me levanto del sofá y corro con prisa a responder a pesar de que no  estoy esperando ninguna llamada en particular.

—Buenas tardes—saludo en el teléfono.

—Buenas tardes señorita Alba—responde Gloria, la secretaria de la disquera.

—¿A qué se debe la llamada hoy?—pregunto intrigada.

—Don Martín me ha pedido que te avisara sobre una reunión que tendréis Marc y tú con él.

—¿No te dijo de qué era la reunión?

—La verdad es que no, supongo que es sobre las ventas de tu álbum.

—Es lo más probable.

—La reunión es a las 10 en punto, pero lo más probable es que Don Martín tarde un poco más, te recomiendo que estés temprano aún así—me aconseja.

—Perfecto—digo agradecida por avisarme de la reunión—, estaré allí temprano.

—Que tengas una feliz tarde—se despide de forma amable.

—Igualmente Gloria.

Hace mucho que no asisto a reuniones de este tipo porque tengo mi agenda ocupada por conciertos y entrevistas en radio y televisión.

Me pone nerviosa saber qué tan bien le está yendo a mi debut, es el comienzo de mi carrera y no me puedo dar el lujo de ser un fracaso comercial. Si os digo que el dinero no me interesa, es una total mentira; la música es mi pasión, pero en la vida no se vive solamente de ello, el mundo se mueve y gira alrededor del dinero.

Me voy a relajar un poco e intentaré que Don Martín no note lo disgustada que estoy con Marc porque no quiero escuchar un sermón sobre lo importantes que son las buenas relaciones entre colegas.

25 de Junio, 9:50am oficinas de Hear Europe

El tráfico para llegar era tan terrible que por poco nunca llego, pero ya estoy aquí y con algunos minutos de anticipación.

Al entrar me siento nostálgica, hace un año también estaba aquí por primera vez para hablar sobre la propuesta que tenían para ofrecerme; recuerdo mi asombro ante la noticia, no sabía qué tenía preparado para mí el destino. Cada vez que entro a las oficinas es un recordatorio de lo mucho que he soñado estar aquí y sé lo difícil que puede llegar a ser esto de la fama, pero mis ganas de triunfar son más fuertes y me atan a este sueño.

Saludo a Gloria y ella me invita a pasar a la oficina de Don Martín. Ella dice que está en una reunión con inversionistas, pero es corta y no demora en bajar a su oficina para hablar con nosotros.

Cruzo la puerta, algo dentro de mí me hace querer marcharme al ver allí a la única persona con la que no me gustaría estar ahora mismo—ya os imagináis de quien estoy hablando—. Este momento me recuerda a ese momento del día de la firma del contrato, un sentimiento de querer intentar ignorar los problemas siendo algo inevitable y parte de los sacrificios que se haces para poder llegar a lo más alto.

Tomo asiento en una silla a la derecha, separada a unos pocos centímetros de la otra.

Lanzo una breve mirada de odio a Marc y desvío mi rostro hacia el reloj de la oficina. Él responde a mi gesto con otro muy distinto, no es una sonrisa, pero no refleja odio de su parte.

—Buenos días—saludo solamente por cortesía.

—¿Vamos a seguir en esta actitud?

—¿En qué actitud?

—De pretender actuar como desconocidos cuando hasta hace un momento no teníamos ningún problema.

—Tú como siempre minimizando las situaciones—digo indignada por su comentario.

—No estoy minimizando nada, lo único que quiero es pasar la página y dejar de darle más vueltas al asunto.

—Te cuesta reconocer que por tu culpa estamos así—cruzo mis brazos en señal de odio.

—Mi reina, esto nunca ha sido mi culpa—me mira tratándome de pedir perdón.

—Olvidas hasta la única condición que te pedí para ir.

—Deja atrás el pasado por un momento—da un gesto de enfado.

—Hablar contigo es perder el tiempo, siempre terminarás negando tu responsabilidad.

—Si me escucharas tan solo un minuto quizás no sería una pérdida para tí.

—No quiero escuchar la típica excusa que de seguro tienes preparada—dejo de hablar y miro hacia atrás.

Escucho la voz de Don Martín acercándose cada vez más, la discusión se termina a la fuerza para evitar que él se entere de mi situación actual con Marc. Nadie puede enterarse de todo lo que ha pasado entre nosotros, la prensa puede malinterpretar nuestra relación y la única solución para quedar bien es fingir una relación amorosa—nada conveniente para mí.

Saludamos de forma amable, él nos responde irradiando felicidad haciéndome pensar que trae buenas noticias.

—Es un placer verlos de nuevo—nos da la mano primero a Marc y luego a mí.

—Me toma por sorpresa la reunión de hoy—dice Marc desviando la mirada hacia Don Martín.

—Hace mucho estaba esperando el balance de las ventas del disco y desde hace poco he podido ver los resultados.

—¿Y cómo ha resultado todo?—pregunto con altas expectativas.

—¡Tengo excelentes noticias para ustedes dos!—exclama emocionado—Efímero está teniendo excelentes ventas desde su día de lanzamiento y si sigue así podría ser el álbum debut femenino más vendido de la disquera.

Suelto una sonrisa tratando de ocultar lo emocionada que me siento, tenía nervios y ahora solamente quiero saltar de felicidad gritándole a todo el mundo mi triunfo.

Tomo un poco de aire para responder de manera más profesional.

—Tenía altas expectativas sobre las ventas, pero nunca se me pasó por la mente que el éxito sería tan rotundo—le comento a Don Martín sin todavía procesar la noticia.

—El álbum está teniendo una gran aceptación sobre todo en el público más joven, tengo reportes también de altas ventas en países como México, Francia, Argentina y Colombia debido a la buena estrategia de publicidad.

—¿Y qué ha dicho la crítica con respecto a la calidad de las composiciones e interpretación de Alba?—pregunta Marc.

—Hasta lo que he podido hablar con algunos críticos les ha encantado tanto la calidad de las letras como la calidad de la voz de Alba.

—Siento que hemos hecho un buen trabajo en equipo—digo satisfecha por el resultado.

—Ya que puedo hablar con ustedes, les voy a avisar sobre algo importante que tenemos para esta semana—saca de una gaveta si agenda y la revisa unos segundos—. La semana pasada he hablado con el ayuntamiento de Palma de Mallorca y hemos llegado a un acuerdo para la promoción turística de la zona.

—¿Y qué debemos hacer?—le pregunto a Don Martín sin entender muy bien de lo que habla.

—La idea es que mañana a primera hora tomemos un avión y ya allí se explicará más a detalle todo lo que tenemos pendiente para esta semana.

—¿Tendremos presentaciones?—dice Marc también confundido.

—Tenemos algunas preparadas y también el ayuntamiento quiere que hagan parte de una ceremonia para inaugurar la semana de la cultura—revisa de nuevo su agenda  y la guarda en la gaveta—. Gloria les pasará más a detalle la información para que no haya ninguna dificultad en el viaje, lo que les aconsejo es que se tomen con calma la llegada porque se prevé que habrá mucha prensa en el aeropuerto.

—Tendremos todo en cuenta—digo con expectativas de lo que haremos.

—Siendo así, mañana los espero en el aeropuerto para el viaje—nos da la mano para despedirse.

—Hasta pronto Don Martin—me despido y me alejo rápidamente de la oficina.

Es imposible expresar con palabras todo lo que siento en este instante, en meses mis sueños se han convertido en realidad.

Sabía que podría tener éxito con mi disco, pero no a esa magnitud. Si ya es difícil hacerte un hueco en esta industria en tu propio país, tener personas que te escuchen en otros países es aún más complicado. Lo de París tan solo fue una probadita de lo que estoy viviendo en este momento, todo está pasando tan rápido que aún no proceso esas cargas de elogios y aplausos.

Mi discusión con Marc es algo de lo que no debería preocuparme en estos momentos, que él haga lo que quiera con su vida y me deje tranquila. Lo mejor para mí será alejarme de él y no volver a caer en su trampa, hay errores que no tienen sentido en volver a repetirse.

Lo único importante ahora es seguir adelante con mi carrera y evitar caer en la tentación de enamorarme de Marc.

Una hora después, cafetería en Gran Vía

Al salir de la oficina llamé a Inés para ir a tomar un café y hablar un poco de nuestra vida, cosas normales de amigas.

Tener una amiga al lado es importante, nos apoyamos mutuamente y nos damos consejos siempre que podemos. Me siento feliz de poder contar con la amistad de ella y que ésta siga vigente a pesar del tiempo.

—Disfruto mucho de las cosas sencillas de la vida—dice Inés tomando un sorbo de café—, un buen café renueva tus energías en el día.

—Estoy más que de acuerdo contigo, el té y el café tienen un lugar especial en mi corazón.

—Esta mañana me la he pasado hablando con vestuario porque debemos transladar tu estilo a un aire más veraniego para el viaje.

—¿Sabías lo del viaje?—le pregunto pensativa por lo que pasó esta mañana.

—Sí lo sabía, pensaba que os avisarían más temprano.

—Me enteré apenas en una reunión que tuvimos Marc, Don Martín y yo.

—¿Cómo vas con ese tema de Marc?

—Peor que nunca.

—¿Y eso por qué?—me mira sorprendida.

—Todo comenzó ayer, acepté ir con Marc a una cena familiar para fingir que era su novia por un rato.

—Eso significa que confía en tí para pedirte un favor tan importante e imagino que aceptaste ¿verdad?

—Me arrepiento enormemente por ayudarlo, ya que el drama comienza porque la madre de Marc comenzó a ofenderme por el simple hecho de ser una mujer independiente—muestro un gesto de enfado recordando ese día—; también tuve que oír palabras ofensivas de parte del hermano mayor de Marc y su padre.

—¿Y nadie te defendió?

—Marc trató de hacerlo, pero él es el causante del problema y sus palabras para mí no son suficientes.

—Me parece terrible que a día de hoy se sigan juzgando a las mujeres por ser independientes.

—Lo peor es que la señora decía "de seguro lo único que quiere es el dinero de mi hijo" o algo así—observo la ventana para apreciar el paisaje y calmarme un poco.

—¡No tiene sentido!—exclama pensando lo mismo que yo.

—¡Es lo mismo que pensé en ese momento!—tomo la taza con fuerza casi derramando algunas gotas sobre mi ropa—No soy la novia de su hijo y en caso de que lo fuera, no necesito que nadie me mantenga porque para eso trabajo.

—¿Y le volviste hablar hoy?

—Terminamos discutiendo antes de que llegara Don Martín y lo que más me enoja es que dijo "deja atrás el pasado por un momento"—miro a la ventana viendo un rostro similar.

—¿Por qué miras tanto a la ventana?—pregunta también notando la presencia de alguien conocido.

—Hablando del rey de Roma mira quién se asoma—me levanto y dejo el dinero de la propina.

—Es mejor que nos marchemos antes de que esto se vuelva un caos y estén periodistas cerca—toma su bolso y yo también.

—El destino me hace repetir los mismos escenarios una y otra vez—camino hasta la entrada tratando de evitar hacer contacto con él.

—Deberías darle el beneficio de la duda, algo dentro de mí dice que él no te hubiera llevado de haber sabido el trato que te dió su madre—aconseja Inés mientras nos alejamos del sitio.

—No confío en él Inés, Marc es el tipo de persona que te traicionaría cuando menos te lo esperas.

—Como amiga tengo que aconsejar lo mejor para tí y creo que lo mejor es que empieces a verlo con otros ojos—sonríe intentando cambiar mi rostro.

—No lo sé, la lucha entre el corazón y la mente es de las más interminables guerras.

—Confía más en las personas, está bien si te cuesta, pero haz el intento.

Hacer el intento es complicado para mí.

La desconfianza es más fuerte cuando pasan sucesos como lo vivido almorzando con la familia de Marc. Por la cabeza de él quizás no pasaba esos pensamientos, sin embargo es imposible no conocer el carácter de tus padres y su posible reacción frente a alguien.

Seguiré insistiendo en que lo mejor es alejarme de él, somos colegas y nada más. Lo que pasó entre nosotros tiene que quedar en el olvido, esta aventura no puede trascender.

Por mi propio bien debo olvidarlo.

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