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¡Pium, pium!

Taehyung se miró en el espejo y se arregló los mechones recién tintados, sintiéndose bastante conforme con su aspecto y nuevo estilo.

Habían pasado dos semanas desde la videollamada que había tenido con Jungkook y si debía ser sincero, habían sido dos de las mejores semanas de su año. Jungkook era un chico sumamente divertido y tenían muchísimas cosas en común, más allá de los gustos por las películas y los videojuegos.

Sus personalidades lograban hacer una hermosa y extraña conexión, como si fueran totalmente iguales y a la vez sumamente diferentes, complementándose a la perfección.

Las primeras llamadas fueron un poco incómodas, ya que no tenían un punto de confianza marcado más allá de conocidos, pero cuando ambos comenzaron a hablar de sus gustos y opiniones, la línea comenzó a expandirse sin que ellos mismos se dieran cuenta.

En ese momento, Taehyung se miraba en el espejo porque haría una videollamada con Jungkook en media hora, ambos habían pensado en jugar un poco y mostrar su lado competitivo al otro, por lo que se sentarían frente a sus computadoras para jugar lo que se les ocurriera en el momento.

Jungkook le había dicho que descargó unos juegos muy divertidos hace meses, pero que nadie había querido jugar con él. Una vez logró convencer a Yoongi, pero se aburrió en la segunda partida y le colgó la llamada.

Taehyung se imaginaba a Jungkook como un niño pequeño, tiernamente infantil y juguetón, aunque su físico contrastara con su personalidad y voz. Su risa era como la de un bebé, pero su físico era definitivamente el de un hombre, un hombre al cual la pubertad le había favorecido enormemente.

Con músculos y barbilla marcada a los 19 años, algo de admirar.

Diciembre había iniciado y Jungkook se había graduado oficialmente, ese día no pudieron hablar mucho, porque el pelinegro había estado celebrando con su familia la mayoría del tiempo. Pero Taehyung le deseó muchas felicidades e incluso le prometió el llevarlo a tomar un delicioso batido cuando llegara a Seúl.

Pasados dos días desde la graduación de Jungkook y la finalización de clases de Taehyung, ambos podían tomarse ciertas libertades para hablar más con el otro e incluso jugar hasta la madrugada unas buenas partidas de Overwatch, Jungkook se lo había prometido.

― ¡Gureum, hora de la medicina! ―habló en voz alta mientras salía de la habitación, caminando hacia la cocina del departamento para poderle dar su plato de croquetas con la medicina que el veterinario le había recetado, el cachorrito mejorando poco a poco.

Ambos cachorros corrieron ante el llamado de Taehyung, Yeontan intentando morderle la oreja a Gureum, quien simplemente se mantenía con la vista sobre el plato con comida que Taehyung tenía en su mano.

―Dije Gureum, no Kim Yeontan―dejó el plato en el suelo y Gureum comenzó a comer rápidamente, agitando su cola mientras tanto.

Yeontan le vio con la cabeza de costado, esperando el recibir también un plato con comida.

―Pero si tú comiste hace media hora ¡No puede ser que ya tengas hambre! ―exclamó con las manos en su cintura, golpeteando el suelo con uno de sus pies, para darle más seriedad al asunto.

Yeontan se sentó en sus patas traseras y comenzó a hacerle ojitos a Taehyung, incluso haciendo soniditos como si estuviera llorando.

Pequeño manipulador.

― ¡Bien! Pero si te pones gordo, tendremos que ir a correr por todo el parque unas cinco veces al día―Tomó el plato vacío de Yeontan y comenzó a servirle un poco de comida, no la ración que le daba normalmente, pero sí lo suficiente como para que dejara de lloriquear.

Cuando estaba colocando el plato en el suelo, escuchó el sonido de una llamada entrante en su computadora, soltando el plato de golpe y corriendo hacia su habitación.

En medio de la carrera, se vio en el espejo una vez más, esperando que su nuevo estilo estuviera realmente bien.

No es como si estuviera enamorado de Jungkook, claro que no, solo tenían semanas de conocerse, sin embargo, no podía negar que le atraía mucho.

Al principio fue solamente una atracción física, pero al pasar los días, también le estaba encantando su personalidad.

Tanto, que hasta se aseguraba de verse medianamente bien cuando hacían videollamadas.

Además, que le encantaba cuando le preguntaba a Jungkook sobre su aspecto y el otro comenzaba a tartamudear, adorable.

Atendió la llamada y se sentó en la silla, colocándose los audífonos.

― ¡Tae-! ―la exclamación de Jungkook fue interrumpida por él mismo, cuando vio el aspecto de Taehyung. Su cabello, el cual hace tan solo unos días atrás era rubio, ahora era negro. ―Santa mierda...

Taehyung se sonrojó con una pequeña sonrisa en los labios, sintiéndose demasiado halagado y tímido por la reacción de Jungkook, quien tenía los ojos bien abiertos mientras le miraba.

― ¿Te gusta? Fui ayer a la peluquería y me dijeron que podía sentarme bien un color más oscuro en el cabello―Jungkook carraspeó mientras parpadeaba rápidamente, asintiendo. ―Me gusta cómo se ve, pero es bastante oscuro, mi color natural es el castaño.

Jungkook sintió la necesidad de ver a Taehyung con todos los colores existentes en el cabello. Una paleta de colores con el cabello del mayor.

―B-bueno, la persona tenía mucha razón―Jungkook se rascó el cuello con una sonrisa tonta. ―No me refiero a que con el rubio te veías mal, te veías espectacular...pero con el negro te v-ves muy guapo...también.

Taehyung sonrió y sintió sus mejillas enrojecerse con rapidez, desviando la mirada de la pantalla ante las sensaciones lindas que un cumplido de Jungkook le causaban.

―Muchas gracias―Jungkook comenzó a asentir con una sonrisa, sus ojitos redondos brillando. ―Bueno ¿Qué jugaremos primero?

El menor comenzó a buscar los juegos en el escritorio de su computadora, mostrándose emocionado por poder jugar con alguien que no fuera extranjero y solo hablara inglés para matarlo.

―Descargué unos hace unos días, son muy chistosos, más que de acción. También tengo uno de carreras ¿Cuál quieres jugar primero? ―Taehyung vio las aplicaciones que Jungkook le mostraba a través de la pantalla.

―El de carreras.

Jungkook asintió y desactivó la opción para compartir pantalla con Taehyung, el pelinegro recibiendo el enlace para poder descargar el juego y jugar.

Hace mucho tiempo que no jugaba en su computadora, realmente no había tenido tiempo para esas cosas, tampoco había alguien que le inspirara a jugar. Lo echaba de menos, ya que a él le encantaba jugar en su computadora o en la consola cuando estaba en el instituto.

Cuando el juego se descargó, ambos entraron al servidor, Taehyung eligiendo al muñequito con ropa de vaca. Jungkook al personaje con ropa completamente negra.

―Debo advertirte que soy muy competitivo, demasiado―dijo el menor mientras colocaba los sus dedos en las teclas correspondientes.

―Yo también lo soy y no dejaré que me ganes―a Jungkook le encantaban los retos, por lo que comenzó a acelerar en su auto de carreras y cuando la luz verde brilló en las pantallas, arrancó sin pensarlo.

― ¡Eh, mi motor se quemó! ―el grito de Taehyung hizo que Jungkook comenzara a reír, concentrándose en la carretera y los jugadores para poder llegar al primer lugar.

―Fallo de principiante―intentó picar a Taehyung, sonriendo cuando una exclamación indignada se escuchó a través de sus audífonos.

―Haré que te comas el polvo que suelte mi auto cuando te gane―Taehyung aceleró con su personaje y atrapó uno de los cubos especiales, en donde había armas secretas que podía usar contra sus contrincantes.

Los demás jugadores eran creación de la computadora, por lo que no quería usar tanto sus armas con ellos, sino con Jungkook.

El personaje vaca comenzó a adelantar a los demás jugadores, pasando del séptimo lugar al tercero. Utilizó las cascaras de banana que le había dado el cubo misterioso, haciendo que el personaje pájaro que iba en el segundo lugar se resbalara, logrando sobrepasarlo.

Jungkook miró el mapa, en donde todos los personajes salían con sus posiciones, viendo con una sonrisa de lado que Taehyung iba justo detrás de él.

― ¡Ataque! ―dijo Jungkook mientras dejaba caer una bomba hacia atrás, haciendo que el personaje de Taehyung volara por los aires.

― ¡Ay! ―el pelinegro mayor hizo un puchero e intentó arrancar de nuevo, preparándose para tomar uno de los cubitos misteriosos.

Necesitaba algo para ganarle, no podía vencerlo tan fácil.

Unas bombitas azules aparecieron en su pantalla, haciendo que su sonrisa se ensanchara y se preparara para atacar.

― ¡Pium, pium! ―gritó Taehyung mientras lanzaba las bombitas, todas cayendo sobre el personaje de Jungkook, haciendo que volara por los aires, como le había pasado a Taehyung segundos antes.

― ¡No, trampa, trampa! ―Taehyung alzó los brazos con una enorme sonrisa cuando su personaje cruzó la línea de meta, apareciendo el anuncio que había sido el primer lugar.

― ¡No fue trampa, te comiste el polvo justamente! ―el mayor comenzó a hacer un baile sobre su asiento, logrando que el pesar de haber perdido desapareciera del cuerpo de Jungkook.

Si iba a actuar así de tierno siempre que ganara, definitivamente no le importaría perder de vez en cuando.

―Bien, pero en las próximas no creas que tendrás la misma suerte―Taehyung levantó una ceja y formó una sonrisa, burlona.

―Cállate e inicia la carrera.

Jungkook no sabía cómo sentirse al respecto.

Taehyung le había ganado en las dos últimas carreras, él manteniendo solamente una victoria. Miraba al mayor bailar en la pantalla, incluso tomando entre sus brazos a Gureum y Yeontan para hacer el baile más gracioso y tierno.

Por primera vez no estaba molesto por su bajo desempeño en un juego, porque ver a Taehyung ser así de lindo, hacía que su corazón comenzara a golpetear dentro de su pecho como loco.

No le hacía bien jugar con Taehyung, se estaba volviendo débil.

―Ya, es que decidí dejar que ganaras para ver tus bailes tontos―habló con falsa seguridad, haciendo que Taehyung soltara una carcajada mientras se sentaba nuevamente, dejando a los dos cachorros en el suelo para que pudieran jugar.

―Esa es tu envidia hablando, Jungkooke. Eres un mal perdedor―el menor sintió un golpe cálido en su pecho cuando Taehyung le llamó con un apodo.

Se le hacía un poco ridículo y cursi, pero viniendo del pelinegro, no le molestaba en lo absoluto.

―Es bueno que celebres, voy a patearte el culo en el próximo juego―dijo con una sonrisa retadora, haciendo que Taehyung le imitara.

Y mencionando los traseros, Jungkook logró apreciar la retaguardia del mayor cuando estaba haciendo uno de sus bailes, debía admitir que había encontrado otra parte favorita de Taehyung. Aunque sonara muy sucio de su parte.

Jungkook iba a iniciar la partida, pero la puerta de su habitación fue abierta de golpe, mostrando a una mujer pelinegra con una enorme sonrisa.

―Jungkook, te dejamos el almuerzo en el microondas. Sé que le tienes miedo, pero es hora de comenzar a controlar eso, cariño―el mencionado se sonrojó al escuchar a su madre, la pobre mujer completamente ignorante sobre la presencia de Taehyung en la llamada.

― ¡Mamá, estoy en una videollamada! ―el menor bufó con las mejillas sonrosadas, el color aumentando cuando su progenitora entró a la habitación.

― ¡Oh! ¿Quién es él? ―preguntó la adulta con una sonrisa, acercándose a la computadora y viendo el pequeño cuadro en donde salía la imagen de Taehyung. Quien levantó su mano en forma de saludo. ―Ay, mi pequeño tiene amigos en línea ¿De qué país es él?

Jungkook se cubrió la cara con sus manos cuando su madre comenzó a acercarse excesivamente a la cámara.

―Mamá, es coreano y es el chico que encontró y está cuidando a Gureum, se llama Kim Taehyung―al escuchar su nombre salir de Jungkook, Taehyung saludó una vez más.

―Oh ¡Qué lindo es! ―Jungkook suspiró con vergüenza y desconectó los audífonos de la computadora, para que su madre pudiese escuchar a Taehyung. ―Hola querido ¿Cómo has estado?

―Muy bien, señora Jeon ¿Y ustedes?

―Oh, puedes decirme Haneul y hemos estado muy bien, extrañando a nuestro cachorrito, pero felices de que buenas manos le hayan acogido―Taehyung sonrió.

―De hecho, Gureum está aquí...―el pelinegro desapareció del campo de la cámara por unos segundos, apareciendo con el cachorro entre sus brazos.

― ¡Cariño, ven al cuarto de Jungkook! ―gritó la madre con una sonrisa mientras veía hacia la puerta del cuarto. ― ¡Está haciendo una videollamada con el guapo chico que encontró a Gureum!

Jungkook se encogió en la silla cuando su padre entró a la habitación, ambos apartándole para poder hablar un poco con Taehyung.

Bueno, al menos ahora sabía que a sus padres les agradaba Taehyung.

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