¿Sabes cuántas veces me preguntaba qué es lo que había hecho mal?, ¿cuántas ocasiones quise saber si me merecía todo lo que estaba pasando?

¿Lo sabes, mi amor?

O las veces que desperté en medio de la noche porque soñaba con que tú estabas recostada durmiendo a mi lado y al voltear a verificar lo único que veía era el vacío que habías dejado.

Dejé de contar las veces que lloré por miedo a hacer algo mal, de no tener el valor suficiente para superar todo ese suceso, miedo a no ser el padre que nuestra hija merecía.

Miedo a no poder olvidarte y seguir mi camino.

Tenía tanto miedo, Ana Paula, y tú no estabas allí para darme consuelo y ofrecerme un abrazo que pudiera transmitirme toda esa confianza que necesitaba.

¡Tantas veces te necesité! Cielos, te amaba tanto, yo solo quería tenerte de regreso y que me dijeras que todo había sido solo un mal sueño y que seguiríamos siendo aquella familia feliz que habíamos logrado.

Tú, Macarena y yo.

Juntos.