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Me levanto del suelo después de haber llorado como una estúpida mujer a la que la han dejado plantada en el altar por descubrir que el novio se fue con otra, o eso imagino que se siente. Recorro lentamente el lugar para comprobar que no hay rastro de sus cosas, de Alan, de lo que en algún momento fue mío.

Llego a su cuarto y solo está su cama cubierta por un plástico y sobre ella lo que parece una carpeta con documentos. Lo tomo entre mis dedos y leo su contenido, la primera es una carta escrita a mano:

No es tu culpa. Nada de lo que pasó con mi trabajo es tu culpa, Lucía. Mi padre me propuso un trabajo diferente al de subastador y lo rechacé, a mí me gusta ser martillero.

Anexo a esto encontrarás los documentos que dicen que este departamento te pertenece. Sí, cuando hice el cambio fue porque me lo pediste. Al ver que habías huido pude cambiarlo, pero al final creo que te lo mereces por todas las cosas que pasaste. Aprendí y ahora me marcho, no verás la joya ni sabrás más de ella, solo disfruta de tu trabajo, tus nuevos amigos y no te juzgues muy duro, eres una mujer valiente, no cualquiera me retaría.

Te agradezco por prestarme tu cuerpo.

Cuídate.

Atte: Alan.

Leo una y otra vez el papel, reviso los documentos que acreditan que este lugar en mío. No tenía por qué terminar así, por qué tuve que arruinar su carrera, yo solo quería un poco de su atención, un poquito de lo que él es, no es justo, no se lo merece.

No paro de llorar y de sentirme culpable. Tomo el teléfono para marcarle, pero en seguida refuto la idea, es una verdadera estupidez, ¿cómo terminaron las cosas de esta manera?

Escucho el timbre sonar. ¿Será él? No, claro que no. Si acaba de despedirse por una carta, en definitiva no vendría.

Me limpio el rastro. Seguro es Fátima. Abro la puerta

—¡Maldita perra! —No evito sonreír y llorar al mismo tiempo— ¿por qué no me lo dijiste? En vez de irte con un desconocido a la playa me hubieras llevado, yo lo merecía más.

Mario me abraza y da pequeños golpes en la espalda, al verme con mi rostro tan demacrado se suelta a llorar.

—Sí, debí llevarte a ti —confieso que hubiera sido una mejor idea.

Lo hago pasar y lloramos juntos. Entre balbuceos le cuento cada detalle, seguro Fátima ya se encargó de decirle la verdad, o no dudo que haya sido el mismo Alan con el objetivo de saber dónde estaba, debió de haber buscado hasta debajo de las piedras. Mario me cuenta que fue Diana Piedra quien hizo la nota de que Alan es homosexual y que lo habían corrido de Rojas Murán. Los contactos de Andrés ayudaron para localizarme, fue una excelente idea de Memo el ir a una playa sin señal, tardaron más en encontrarme.

—Y pues nena era inevitable que Alan fuera despedido. Sé que él estuvo todo el tiempo en la empresa, pero no su cuerpo físico.

Hundo el rostro entre las manos, no soy capaz de preguntar lo que tanto deseo. El único mueble que dejó es la cama, así que vamos a su cuarto y ahí nos sentamos. Yo me recuesto sobre sus piernas y él solo acaricia mi cabeza, desfogo un poco más mi dolor.

—Aquí no es buen lugar para estar, Luchis vayamos a mi casa, allá puedo hacerte un té.

No respondo, pero la verdad es que no quiero moverme. Suspiro y me levanto.

—¿En dónde está?

Él se abanica con la mano, con los dedos se jala la playera, es un acto que hace cuando se pone nervioso.

—Sería mejor que no lo supieras, nena.

Si, puede ser que se haya ido detrás de Mariana. No lo culpo, después de todo yo impedí que ellos se despidieran. Dejo que mis hombros caigan hasta el piso, me siento como un espagueti flácido.

—Puede que sea mejor, pero necesito saberlo.

—Ay no puedo. Fátima me hizo prometerlo.

Claro, al final ellos son amigos. Andrés y ella harán lo que Alan pida. ¿Me tiene tanto desprecio que prefiere mantener su ubicación oculta? O quizá tiene miedo de que vuelva a robar su cuerpo. No lo haría, con mucho esfuerzo le entregué la piedra, no quería, pero se la di. ¿No fue suficiente para ganar su confianza?

—Y bien, ¿qué se siente estar en el cuerpo de un hombre? Te odio, por qué no me pasó eso a mí, hubiera sido un sueño hecho realidad, por fin en el cuerpo de una mujer.

—Te aseguro no es ningún sueño. Creo que por primera vez te entendí.

—No sé, Luchis creo que yo hubiera encontrado el equilibrio.

Guardamos silencio, en realidad yo no quiero hablar, creo que pasaré mucho tiempo entre mis pensamientos antes de abrir la boca, no puedo darme el lujo de reclamarle a Fátima o Mario, él no querer decirme dónde está Alan.

—¿Cuándo empezarás los trámites para regresarle su departamento?

Si, es verdad, no puedo quedarme con este lugar. Sería el colmo, sería abusar de todo lo que ya me dio. Recorro las habitaciones, la cocina, el baño. Tengo tantos recuerdos en este lugar, desde la primera vez que me recosté en su sofá, el día en que dormí con él y bueno, incluso puedo ver a Mariana haciendo el desayuno.

Volteo para ver a Mario.

—¿Por qué debo devolverlo?

—No me asustes, Luchis ¿te lo quieres quedar?

—Lee lo que me dejó, Alan me lo está regalando.

Mario toma la carta entre sus manos, lee su contenido y en seguida me regresa una mirada reprobatoria.

—No, en definitiva, no. Debes regresarla.

Le cuento a mi amigo sobre la conversación que tuve con Sergio, él está buscando un gerente y mientras toma la decisión será el mismo dueño de la casa de subastas quién se hará cargo, tarde o temprano se dará cuenta de que no fui yo quien estuvo con él durante este último mes. Sí ayudaba a Alan, pero en realidad no sé mucho de piezas como para acompañar al nuevo martillero y hacer selecciones de cada objeto.

Mario me comenta que esta situación es porque el mismo Alan lo pidió. El rumor del despido de Alan era muy grande y él mismo, en mi cuerpo, pidió que si llegara a pasar se me diera la oportunidad de demostrar que tengo la capacidad de poder organizar al lado de su equipo una subasta.

Me dice que Fátima y Andrés me apoyaran, incluso el mismo Mario. Pero que el verdadero trabajo lo haré al lado del tal Gibrán. Estaré con él más tiempo del que debería e incluso dejaré de restaurar hasta que la empresa tenga un nuevo gerente. Me han asignado una oficina al lado del martillero. Mi amigo me dice que es un trabajo que ya realizaba y Alan se dio cuenta de ello, por eso mismo pidió el cambio, porque confía en que podré con todas las responsabilidades.

Y, supongo, si él cree que soy capaz es porque lo soy. Volteo a ver el espacio una vez más. Yo lo merezco, yo he trabajado y he visto cómo se organiza todo, puedo hacerlo, puedo tener un sueldo más alto, voy a ser capaz de resolver las situaciones, yo siempre quise un lugar como este para vivir. No tengo por qué negarme a lo que se me ha dado, por el contrario, debo demostrar que lo merezco.

—Ayúdame a mudarme.

Mario suelta mi mano y se quita los lentes.

—Decían que te habías vuelto ambiciosa, pero no pensé que fuera cierto.

—Tú mismo me dijiste que no permitiera que Alan me trata como su gata. Pues ya no lo seré, quiero ser mejor, quiero ser más. No voy a tomar lo que no es mío. Aprovecharé esta oportunidad y juntaré dinero, voy a comprarle a Alan está casa.

—Pues te pasarás toda la vida en ello, ¿sabes cuánto cuesta una propiedad aquí?

Cruzo los brazos.

—En el peor de los casos la vendo y le regreso el dinero, porque dudo que él la quiera de vuelta.

Mi amigo hace un puchero. Niega con la cabeza y finalmente dice.

—Pero me tendrás muy seguido aquí.

Lo abrazo, agradezco tenerlo conmigo. Voy a juntar ese dinero para poder pagarle. Limpio las pequeñas lágrimas que aún corren por mis mejillas y me rio. Esta es una nueva oportunidad, tal como lo dijo Memo y mi hermana, puedo demostrarle que no soy la misma mujer.

La noche no fue tan larga como esperaba, dormí en mi antiguo departamento. Hoy viajaré con Gibrán a Guadalajara para recoger un nuevo cuadro, se irá directamente para los restauradores y Sergio pidió que identificara el estado del cuadro.

Doy gracias de no estar en la oficina, sé que regresaré en dos días, pero por lo menos ya me estoy incorporando al trabajo y prolongando un poco más las explicaciones a Fátima, fue ella la que estuvo más atenta a mí, le agradezco que enviará a Mario a Altozano para verme ayer.

—¿Estás lista, Lucy?

No puedo evitar sentir algo muy extraño al escuchar mi nombre de esa manera, incluso su acento parece que es muy confianzudo.

Asiento con la cabeza.

—Prometo que pondré de mi parte para que nos llevemos chido, la neta dejemos el pasado y ya. ¿Te late?

Vuelvo a asentir con la cabeza. ¿Cómo se llevó con Alan? De seguro nada bien, fue este hombre el que lo sustituyó. ¿Hablará de la misma manera como martillero?

Una vez en el avión tomo una revista para no conversar con él, creo que se daría cuenta de inmediato que he cambiado.

—¿Cuál es el lugar más chido para vivir en Morelia?

—Tres Marías y Altozano son las más caras, pero en el centro encuentras departamentos modestos, cómodos y muy cerca de todo para vivir.

—¿Tú, dónde vives?

Hago una mueca, no estoy segura de querer decirle.

—Me acabo de mudar, pero vivía cerca del centro.

—Esta chido, si vas a dejar el espacio, dime para que vaya a ver, si me convence pues chance y me quede en tu lugar.

Asiento con la cabeza y sigo leyendo la revista. Pero para evitar más diálogos finjo que duermo.

Lo primero que hacemos es hospedarnos, me da un mini infarto al ver que es el hotel en el que Dante se quedó, no puedo creer que la empresa tenga para pagar algo así. Cuándo fue la subasta en este estado el equipo se quedó en la quinta, pero por Dios que no me esperaba este hotel.

—¡En la puta madre! —Expresa mi compañero al ver lo hermoso del lugar.

—Sí, ¡en la puta madre! —Repito.

Él me mira, me codea y ríe.

No parece ser mala persona, por lo menos su presencia es agradable. Creo que puedo divertirme con él.

Esto apenas empieza, voy a demostrarte mi valor, Alan. No soy cualquier mujer, puedo estar a tu altura.

Cada vez falta menos para el final. 

Estoy contenta y emocionada por haber llegado a mi primer novela terminada aquí en Wattpad. Buenooo ya me estoy adelantando, pero ya están los capítulos, solo es cuestión de tiempo. En cuanto termine de publicarse En tu lugar, comenzará En huésped de la Isla. 

Sí tienes curiosidad, puedes empezar a leer la novela, están algunos capítulos publicados. 

Saludos ❣️

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