Capítulo Único

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Sinopsis

Anastasia Steele, una ingeniera informática que trabajaba Grey, Inc, escucha las noticias de secuestros de mujeres que al ser devueltas quieren volver con su captor. Ella no le da importancia al hecho sin saber que semanas después frente a ella tendría a su captor.

Cristian Grey, millonario que lo tenía casi todo. Desde pequeño todo lo que pedía se le daba; al crecer las cosas no fueron diferentes, guapo, millonario y sexi como el infierno, las mujeres le llueven, pero lo que más agita su adrenalina es obtener lo que no se le ha dado.



Anastasia POV

-Grrrrr! ¡Maldito, Welch! Ahora me tocará caminar hasta la próxima parada de taxis, este hombre hace que salga lo peor de mí. El muy hijo de puta, para demostrar su punto, me mantuvo en el trabajo hasta esta hora. Miro mi reloj son las once de la noche.

Camino por la acera desolada, un escalofrío me recorre la columna vertebral, lo que hace detenerme y mirar a todos lados...no hay nadie, continuo mi camino hasta que llego a la esquina del segundo bloque, espero mientras el semáforo cambia de color, un movimiento a mi espalda me saca de mi malestar, sin embargo, una mano tapa mi boca impidiéndome gritar por el susto de tener un cuerpo contra el mío.

-Respira, respira -Dice la figura que me sujeta contra sí, realmente trato de no hacerlo, la tela entre el guante y mi nariz tiene un químico que me está provocando sueño. El no respirar hace la función del químico, o es el hecho que respire un poco de la sustancia o el hecho de no respirar es lo que está haciendo que mi cerebro de apague.

-Descanse señorita Steele, necesitara toda su fuerza para lo que tengo pensado para usted -Esas son las últimas palabras que escucho antes de dejarme arrastrar por la oscuridad.

-Vamos, muñeca dormilona. Muéstrame esos lindos ojos azules -Una voz que no reconozco me habla al oído. Trato de recordarla y buscar en mi adormecida memoria donde he escuchado esa voz, no obstante, no lo recuerdo.

Los recuerdos golpean mi mente, Welch haciéndome enfadar, salir tarde del trabajo, el hombre que me ha secuestrado...me levanto de golpe y un mareo se toma por sorpresa al levantarme muy rápido.

-No te levantes, el somnífero todavía está en tu sangre. Puedes lastimarte y eso no es lo que quiero- Su voz me calma, eso no es correcto porque me ha secuestrado y no sé qué desea hacer conmigo...

-¿Qué...qué vas a hacer conmigo? -Apenas logro decir.

-Mi bella señorita Steele. Quiero hacer contigo muchas cosas, todas placenteras. No temas todo será placer y nada de dolor. Ahora duerme, te necesito bien descansada cuando nos volvamos a ver -Me besa en los labios y se marcha.

Suspiro de alivio sabiendo que no me hará daño, con ese pensamiento me dejo abrazar por Morfeo.

∞∞∞∞∞∞∞∞

Cristian POV

Mi vida se estaba volviendo monótona, el tener mucho de todo no es suficiente para mantener mi interés, necesito emisiones en mi vida, al principio tener sexo con Elena estando casada fue lo más excitante, verle la cara de idiota a Linch, no tuvo precio, no obstante, eso se ha vuelo aburrido y problemático.

Elena ha creado una posesividad hacia mí muy fuerte, ahora que su esposo se divorció de ella al enterarse de sus constantes desliases. Ella era la típica esposa trofeo, lo tenía todo, a la vez no tenía nada.

Ahora que he perdido el interés por Elena, ella se siente posesiva hacia mí, se cree con derechos y ya me ha arruinado salidas con chicas. Es por ello por lo que he estado dándole forma una idea que me está rondando en la cabeza y tengo que elegir con cuidado cada paso que doy.

******

Ya llevo varios meses con mi nuevo proyecto, ha sido la experiencia más excitante de todas, con este proyecto puedo satisfacer mis necesidades físicas. Por otro lado, sé que Elena envió a alguien a seguirme, lo más probable para saber con quién estoy saliendo.

-Señor, Grey – La voz de Andrea se escucha por el intercomunicador.

-Dime Andrea. Estoy ocupado -Debe ser importante ella nunca me interrumpe de no ser necesario.

-La señora Lincoln, está en la recepción y exige verlo. Está haciendo un escándalo - ¡Maldita Elena!

-Andrea, dile a seguridad que la saquen, que le prohíban la entrada y sobre todo discreción.

Esta mujer me tiene arto, tuvimos algo, eso es todo. Es hermosa, si, buena en la cama, sin embargo, carece de empatía hacia cualquier ser humano que no sea ella.

Continuo en mi trabajo cuando me doy cuenta de que tengo que irme, la criatura más hermosa me espera en mi área de juego, me sorprendió saber que ella trabaja para mí, bueno, no es que visité las oficinas de mis empleados, más nunca imaginé que la mujer que me mueve el piso estaba muy cerca de mí.

Soy consciente de que esto empezó como un juego, sin embargo, yo fui el que se quemo y esto que no la he tocado. Con ella quiero tomarme mi tiempo. Todas las que he tenido, terminan rogándome que no las deje ir. No obstante, el caso de la señorita en cuestión soy yo quien no la quiere dejar ir. Sus piro resignado tengo un largo camino con ella, tengo que convencerla de que se quede conmigo, que no le haré daño. Me marcho para jugar con mi bella señorita Steele.

*****

Anastasia POV

Me despierto con un calor en mi vientre, mis piernas esta abiertas, trato de cerrarlas, sin embargo, algo me impide hacerlo. Dirijo mi vista a esa zona, el hombre que me tiene secuestrada, me ha desnudado y ahora me mira con sus ojos grises y su boca pegada a mi sexo.

Nunca había tenido ese tipo de actividad, incluso nunca tuve la necesidad de masturbarme. Él me sonríe, saca su lengua y de un lametón recorre mi sexo, se me hace imposible el no gemir, es... es tan delicioso. Ya no sé ni lo que estoy pensando. ¡Esto es una locura! Mi cuerpo cobra vida propia, se arquea buscando más.

-¡DIOS! -Grito sin poderlo evitar.

-¿Te gusta, nena? – El pregunta con voz ronca y eso me excita más.

-No te detengas, por favor -Ya no sé ni lo que digo, ojos bonitos sonríe con suficiencia. Debería gritarle que me deje ir, sin embargo, mi cerebro quiere más de esas sensaciones.

Él sigue en su labor hasta que mis entrañas se contraen y exploto en mi interior, mi respiración es errática, sin terminar de bajar de la nube donde me llevo mi primer orgasmo, el hombre que me tiene cautiva sube por mi cuerpo, repartiendo besos.

-Te ves hermosa mientras te corres y como me gusta verte así haré que te corras varias veces hasta la inconsciencia, mientras estoy dentro de ti -Repara en mis pechos dándome chupetones, lamidas y mordiscos, provocándome nuevamente. No sé qué quiso decir estar dentro de mí, no obstante, ese pensamiento se pierde cuando su boca se apodera de la mía, mi cuerpo traidor le devuelve el beso, deseara poder tocarlo, pero las restricciones en mis muñecas y tobillos no me lo permiten.

- Soltaré uno de tus pies -Me informa. Se acomoda entre mis piernas. Cuando adivino lo que hará es demasiado tarde, invade mi sexo con el suyo. El dolor me embarga, la perdida de mi virginidad con un extraño no estaba en mis planes. Mis lágrimas recorren mi rostro.

-¡QUÉ MIERDA! -Grita al borde de dejarme sorda. Sin importar lo que acaba de hacer, se mueve en mi interior, mientras ahogo sollozos en su pecho. Minutos después el dolor es sustituido por el placer y mi cuerpo masoquista marca un ritmo con el suyo. Hasta que alcanzo mi segundo orgasmo, segundos después el alcanza el suyo. A pesar del placer después del dolor, trato de alejarlo con mi pierna suelta sin poder lograrlo, con él dentro de mi todavía él toma mi rostro.

-¡MIRAME! – Niego con mi cabeza mientras mis lágrimas se pierden en la almohada.

-¿Por qué? ¿Por qué no me pusiste sobre aviso? -Me exige.

-Hijo de puta. Me violaste. Que más da. No te hubieses detenido. ¡Déjame! -Mi cuerpo se estremece cuando sale de mí, sin dejar de sentir el vacío en mi interior. Ahora entiendo a todas esas mujeres que aseguran extrañarlo, es un experto haciéndote sentir sensaciones nunca percibidas.

Me suelta las restricciones, estoy tan cansada que ni intento escapar me hago un ovillo en mi misma y me entrego al sueño.

No sé cuánto tiempo pasa y siento como me mueven de lugar, no trato de hacer nada, solo me quedo quieta. Oigo como puertas se abren. Me posiciona en otra cama más cómoda, para luego acostarse tras de mí sin soltar mis manos.

-Lo siento, me deje llevar, estabas tan apretada que no pensé, cuando atravesé tu barrera ya era tarde, tenía que moverme para que el placer sustituyera al dolor. Lo siento. Nunca había estado con una virgen menos de tu edad Anastasia -Él me besa la nuca. Sabe mi nombre, claro eso es ovio, los secuestradores estudian a sus víctimas.

-Mi tío te cortará el cuello, es un experto ex boina verde. Se que me liberaras como lo hiciste con las otras -Le digo con odio.

-Ninguna como tu Ana. Tu eres especial -Trata de buscar mi boca para besarme, antes de lograr su objetivo logro apartar mi boca, me da el beso detrás de mi oreja dándome un tirón de placer. Mi piel es de gallina y él lo nota.

-No me odies Ana. Te contare por que lo hago -Afirma su agarre a mi cuerpo.

-¡ME IMPORTA UNA MIERDA! -Trato de soltarme de su agarre sin funcionar.

-No lo hagas, Anastasia -Lo dice molesto poniéndome nerviosa. Mi cuerpo tiembla por el miedo.

-No me temas, preciosa, nunca te haría daño. Con relación a tu tío con gusto lo dejaría hacerme daño, porque sé que lo haría para protegerte. Hice esto de las chicas porque quería un reto -Me río a carcajadas.

-¿Eres feo? ¿Tienes alguna cicatriz de tras de esa mascara que usas? Tu amigo responde muy bien -Le digo con sarcasmo.

-No, Ana. Durante mi adolescencia las chicas se me abalanzaban y aun lo hacen rogándome que las folle. Eso es fácil. Yo necesitaba un reto -Me río de nuevo incrédula.

-¿Ya te aburriste?, no soy una experta en el sexo. Ahora puedes dejarme ir. Busca otra que si te complazca -Trato de zafarme sin lograrlo.

-No, ya no habrá más secuestros. Tu llenaste ese vacío, eres hermosa y he sido tu primero. Así que eres mía. Ahora duerme que luego te daré de comer y luego tendrás el sexo de tu vida – Con esas palabras hundiéndose en mi mente, cumplo con sus órdenes.

*****

Cristian POV

Dejar a Anastasia, fue difícil. Pero tenía que tomar distancia para que su cuerpo se recuperara, me estaba volviendo adicto a sus orgasmos y sus gemidos. Es gracioso verla molesta después de cada orgasmo, su cerebro se negaba a reconocer que anhelaba mi toque.

Le pido a recursos humanos su expediente profesional. Descubro que la mujer que me ha atrapado sin proponérselo es huérfana, al igual que yo. Terminó siendo criada por su padrastro hasta la muerte de este, en su adolescencia. De ahí no hay más nada.

Sus datos de estudio, su dirección actual y su información bancaria. No hay amigos, ni relaciones sentimentales, nada. No habla nada de su supuesto tío. Sus estudios los llevó a cabo con becas estudiantiles, curioso una de esas becas es la de mi fundación, lo que me hace suponer así es como llego a trabajar en Grey, Inc.

Parece que hoy es el día familiar ya que todos en mi familia han decidido llamar para saber de mí.

Suspiro debatiéndome en dejar a Anastasia con sus pensamientos o llegar a su dormitorio, darle el mejor sexo de su vida y hacerla adicta a mí. Lo pienso, si iré donde ella, más antes pasaré por comida para ambos.

Al salir le informo a Taylor que me iré manejando, le pido que se dirija al Escala y le diga a Gail que prepare la cena. El está renuente a hacerlo, no obstante, obedece. Llamo a mi restaurante favorito pidiendo una cena especial para llevar y de paso dos botellas del mejor vino.

Al recoger la comida, me dirijo hacia mi bella dama, el semáforo se pone en rojo, espero por el cambio de luz, mirando el retrovisor distraídamente noto que un auto familiar está detrás del mío; agudizo mi vista tratando de enfocar a quien va manejando. ¡Maldita seas Elena! Todo se viene al traste, tendré que disimular que voy al Escala y luego retomar el camino. Una hora después estoy llegando a mi paraíso.

Los gritos de Anastasia apenas se escuchan desde el salón, esta muy enojada, creo que me costará trabajo convencerla para que me deje tocarla. Pongo a enfriar el vino y a calentar la comida. Mientras iré a calamar a la fiera.

****

Cuatro semanas de ir y venir inventando historias a Taylor, a mi familia y sobre todo evadiendo a Elena. Nunca he temido a nada, pero ahora temo por Ana, sé de lo que es capaz Elena si la encuentra. Ana se ha acostumbrado a mí, ahora me espera como si fuese mi esposa, ya no lucha, se entrega a mí, vivimos el uno para el otro. Mientras suspiro resignado siendo consciente de que debo dejarla ir por su bien y con todo el dolor del mundo tengo que regresarla a su casa, a su vida.

Llego al apartamento, la cerradura está rota, me pongo el pasamontañas y corro a nuestra habitación, escucho gritos ahogados.

-¡Maldita! Me has mordido -El sonido de una bofetada se deja escuchar y con el corazón en mi garganta entro a la habitación encontrando a Ana semi desnuda y el hombre sobre ella. El rojo en su cara demuestra que, si la ha golpeado, tomo lo primero que encuentro para golpear al hombre en la cabeza, quien cae inconsciente.

Tomo a Ana entre mis brazos. La llevo a la sala, inspecciono su cuerpo con temor.

-¿Te...te ha tocado? -Ella niega con la cabeza, sabe a lo que me refiero.

-¿Dónde está? -Pregunta.

-Inconsciente. Antes de que haga algo con él te llevaré a tu apartamento -Le beso los labios.

-¡NO! -Me envuelve en sus brazos.

-Ana, que estes conmigo se ha vuelto peligroso para ti. Alguien que está obsesionada conmigo me ha estado siguiendo. Lo que ha sucedido hoy es muestra que ya te ha encontrado. Me muero si algo te sucediese. Me aseguraré de que nunca te encuentre -La beso, le pongo mi cárdigan. Tapo sus ojos. Al llegar al parqueo de su edificio. La hago bajar en el área más segura. Le doy un apasionado beso como despedida.

-Nena, no me busques. Yo sabre donde encontrarte. Ahora iré a ver al hijo de puta que hozó golpearte -La vuelvo a besar, para luego con el dolor de mil cuchillos, me voy.

Al llegar al apartamento el hombre se ha marchado, rezando para que no descubra la identidad de Ana me dirijo al Escala, encargándome de la venta del apartamento.

-Señor, su fam...-Detengo las palabras de Taylor levantando mi mano.

-Estaré en mi despacho, no quiero interrupciones, por favor -Entro en mi oficina y la sorpresa me llega al encontrar a mi familia ahí.

-¡Qué demonios! –

-¡Cristian! Ese vocabulario -Me reprende mi madre.

-¿Qué hacen aquí? No les he invitado-Todos mis planes de poner a Ana segura se vienen a bajo al encontrarme a todos los Grey en mi oficina. Ahora entiendo la expresión de Jason.

-Somos tu familia, hijo. Y estamos aquí porque Elena asegura que estas en problemas. Que te niegas a recibir su consejo y que una mujer te tiene atrapado sacándote tu dinero -Dice mi padre.

-Papá sabes, que es Elena la que quiere el dinero de mi hermano. Creo que Cristian ha encontrado la mujer correcta, puesto que no viene a dormir aquí -¿Cómo lo sabe? Ella ríe al mirar mi cara de desconcierto.

-Mia, hermanita. Acabas de decir lo que yo como hombre, no puedo -Elliot se ríe.

-Estoy bien, estoy cansado y no estoy para el juego de las veinte preguntas -Enciendo mi computadora para luego abrir mi correo, Barnie es el único que me puede encontrar a alguien de confianza para que vigile y cuide a Ana. Dos horas después de que mi familia se enterará de que de mi boca no saldría nada se marcharon.

Las siguientes semanas solo existía, Elena había logrado junto a su matón evadir mi seguridad, amedrentar a mi asistente e invadir mi oficina, me restregó abandonarla por una arribista que solo quería mi dinero, como si no supiera que es ella la que los quiere, sin embargo, le recordé que ella es una mujer casada, que tendría que hablar con su marido, para que la mantuviera alejada de mí. Solo así logré hacer que se fuera, para mi seguridad escogí adecuadamente cada palabra que dije, en su lugar Elena en su arranque de celos estúpidos dejo claro que me deseaba y que estuvo dispuesta a engañar a su marido. Ahora ese video está guardado en una caja fuerte para mi seguridad. Por suerte ella no sabe mi sucio secreto.

Mi malestar a aumentado sabiendo que Ana no volverá a la empresa, le dejé claro a Recursos humanos que le liquidarán cada centavo, incluso que le dejarán una bonificación extra. Debí inventar un pretexto muy creíble para que no indagaran la razón, más cuando había estado ausente de la empresa sin justificación un mes.

Sawyer su cuidador, me envía fotos de ella todos los días. Ella no se ve mejor que yo, esas líneas color café bajo sus ojos me lo demuestran, no ha dormido, parece enferma.

-¡Hola, hermanito! -Elliot entra en mi oficina sin tocar y yo gruño una maldición

-¡Oye! No me muerdas -Sonríe el hijo... me detengo al pensar que tenemos la misma madre.

¿Qué quieres Leliot? -Le pregunto sin despegar mi vista de la mujer que se ha llevado mi vida con ella.

-Te voy a llevar a despejar la mente, he preguntado por ahí y me han dicho que estás más gruñón que siempre -Me cierra la portátil. Agarrándome del brazo para que me levante. Me dejo hacer, necesito unas horas de paz. Ana está bien con Luke cuidándola.

-Dime, hermano. ¿No puedes resolver lo de tu chica? -Pregunta mi hermano viendo la pantalla que esta frente a nosotros mientras el bartender prepara nuestras bebidas. Entre tragos le confieso a mi hermano mi aventura con Elena, de como me alejé de ella, como jodió mi relación y el miedo que tengo a que le haga daño. Hace unos días recibí un mensaje de su parte amenazando con dañar a cualquier mujer que se me acerqué.

-¡Qué fuerte hermano! Deberías poner una orden de restricción en su contra -Recomienda Elliot.

-Ya lo hice -Le confirmo.

******

Dos años habían pasado desde la última vez que supe de Anastasia; Elena había logrado que alguien hackeara mis cuentas personales, mismas de donde había sacado el dinero para el apartamento donde tuve a todas esas mujeres y a Anastasia, también los cinco millones que puse en el extranjero para sus gastos, estuvo cerca de conseguirlo si no hubiese intervenido Barnie y su equipo.

Le pedí a Sawyer que se la llevara lejos, lejos de Elena y sobre todo lejos de mí, yo fui quien la puso en riesgo.

Un sonido fuerte en la puerta llama mi atención y antes de que pueda quitar lo ojos de la pantalla, donde tengo las fotos de Ana. El puño de Taylor se estampa en mi mandíbula enviándome al suelo.

-¡MALDITO HIJO DE PUTA! – Detrás de esas palabras viene otro golpe que va a mi ojo izquierdo.

-¿Qué mierda te pasa Jason? -Le pregunto, logro levantarme al ser mi jefe de seguridad arrastrado por los demás chicos y su ahora esposa, Gail.

-Déjenos solos -Le pido a todos y así lo hacen.

-Esto te lo perdono, porque eres la única persona en la que confío y quiero una explicación -Lo increpo.

-¡Usted! -Me señala.

-¿Yo qué? -Le vuelvo a increpar.

- Usted es el hombre que secuestro a esas mujeres y las retuvo para mantener sexo con ellas y lo peor de todo el causante de que la vida de mi Annie y la de Cri...Se haya ido. Esa mujer loca la está buscando para hacerle daño -Lo Miro no sé de quien habla, lo que si me preocupa es de ¿cómo se enteró de todo?

-No conozco a ninguna Annie -Le contesto dejando de lado lo que me ha dicho.

-Si, claro que sabe quien es. Ella le dijo que le cortaría el cuello si me enteraba de lo que hacía con ella -Mis ojos se abren como platos.

-¿Cómo lo sabes? ¿Ella te lo ha dicho? ¿Dónde está? ¿Está bien? -Le disparo la preguntas.

-Claro que me lo ha dicho. Lo único que lamento es haberle prometido no matarlo -Me siento en la silla otra vez. Gail entra con una compresa fría para mi cara.

-Me llamo después de desaparecer, todo este tiempo. Me dijo que tuvo que desaparecer por esa mujer loca que está obsesionada con usted. Me dijo que esa mujer esta cerca de dar con su paradero. Sawyer la cuida bien, sin embargo, esa mujer siempre anda con cuatro matones, él no podrá con todos -El terror debe dibujarse en mi cara, ya que Jason suaviza sus palabras.

-Sé que la ama, aunque la conoció de una manera poco honorable, he visto como sufre por ella y ella por usted –Sus palabra me dejan mudo.

-Si lo hago. El problema es que no tengo la menor idea de donde encontrarla -Suspiro derrotado.

-Tranquilo yo si se cómo encontrarla. Antes debemos distraer a al soplón de Elena -Me informa de algo que ni imaginaba.

-¿Desde cuándo tenemos un soplón? -Pregunto con la ira recorriendo mi cuerpo.

-Aprovecho que Andrea necesitaba una asistente. Claro está, no sabíamos que la chica es la hija de un hermana no reconocida de Elena -Me informa Jason.

-¡Que la despidan! -Le ordeno.

-Hasta el momento no hemos podido encontrar pruebas de cómo, cuándo y porque medio le pasa la información a Elena. Estoy trabajando en ello, le he puesto una trampa. Le he pedido que informe a Stephan que prepare el jet para pasado mañana en la madrugada, si Elena aparece en el avión tendremos pruebas y podremos despedirla sin tener que pagar una indemnización, al pasar información delicada a terceros.

Y como Taylor lo había dicho, dos matones de Elena aparecieron, la sorpresa para ellos es que encontraron a mi hermano y a la policía. Como espías salimos en un vuelo privado en un jet alquilado, en busca de la mujer a la que amo.

*******

Anastasia POV

Mi captor me deja en el parqueo de mi edificio. Subo a toda prisa a mi departamento, tomando un a ducha. Las emociones se agolpan en mi pecho, me deslizo por la pared de baldosas hasta tocar el suelo, lloro con un montón de inquietudes en mi mente y el terror recorriendo mi cuerpo. Después de un largo tiempo salgo de la ducha para esconderme debajo de las sábanas de mi cama. Días después recibo una llamada del departamento de recursos humanos de Grey, Inc., informándome que podía pasar por mis prestaciones, eso llamó mucho mi atención

Al día siguiente, llegué a la empresa donde había trabajado. Lo único bueno de todo esto es que ya no tendría que soportar al imbécil de Welch. Unas fuertes ganas de vomitar me hacen dirigirme al baño, devuelvo mi desayuno completo, me siento sobre la tapa del retrete para recuperarme de los mareos y el malestar en general. Mientras leo la carta de recomendación firmada por el propio señor Grey. Decido ir a la última planta donde se encuentra su oficina. Al llegar me sorprende que no hay nade en la recepción, me dirijo a la oficina, escuchando voces, una en particular llama mi atención, esa es la voz del señor Grey y es idéntica a la del hombre que me hizo adicta a él y esa mujer. Ella lo encara, le habla como si estuviese celosa de alguien.

¡Por Dios! Es él, Cristian a es el hombre que me secuestró y ella es la mujer que me quiere hacer daño por sentirse desplazada. Ella tuvo un amorío con él y la ha dejado por mí. Ella es la que envió a ese tipo. Es por ella que me aparto de su lado.

Me marcho antes de que alguien me encuentre espiando. Un conflicto crece en mi interior, no sé si amarlo u odiarlo por todo lo que ha trastornado mi vida.

Un mes después de llorar las veinticuatro horas del día, noto que mi periodo no me ha visitado en dos meses. Busco en la guía un buen médico ginecólogo, solicitando luego una cita para hoy mismo, por suerte había espació para las tres de la tarde.

-Anastasia Steele, la doctora Greene la espera -Me anuncia la asistente de la doctora.

-Buenas, tardes doctora Greene -Saludo a la mujer quien me analiza.

-¿Qué la trae hoy por aquí señorita Steele? -La doctora hace la pregunta de rutina.

-Bueno, quiero saber si estoy embarazada, tengo dos meses de retraso -Le informo sin entrar en detalles de como ha sucedido de ser positivo el hecho.

Ella hace una cesión de preguntas de rutina, además de pesarme, tomar mi tensión arterial y pedirme una muestra de mi orina. Esperamos unos minutos luego de introducir un dispositivo dentro del recipiente con mi orina.

-Bueno, señorita Steele esto dice que si esta embarazada -Mi corazón se acelera de emoción.

-Ahora procedemos a ver de cuanto está, sígame -Me lleva a un cuarto detrás de su consultorio.

-Póngase la bata y deje al descubierto la parte inferior de su cuerpo -Así lo hago para luego tomar mi lugar en la cama mientras ella enciende la máquina de ultra sonido.

-Esta es de última generación veremos a su bebe, cono si estuviese aquí afuera, luego oiremos su corazón -Ella calibra la máquina mientras me habla.

Mis lágrimas se derraman, estaré sola en esto, si le digo a tío Tay, lo matará y dejará huérfano a mi bebe como lo he estado yo desde la muerte de Ray. Eso no está ocurriendo.

Los segundos pasan y escucho el corazón fuerte y sano de mi bebe, una sonrisa húmeda se dibuja en mis rostro.

-Bueno, por el tamaño y la fecha de su último periodo, usted esta de entre seis y ocho semanas. Según las imágenes todo va bien con el bebe, señorita Steele, usted dará a luz a un perfecto niño sano. Le recetaré las vitaminas que debe de tomar durante todo el embarazo -Escucho atenta todas las instrucciones que me da.

Salgo de la clínica en el auto que, comprado con la bonificación, para luego dirigirme al centro comercial. Me dirijo al segundo piso, encontrando la tienda de maternidad y ropa de bebe. Me compro la ropa que ocuparé durante los próximos meses, también ropa para mi hijo o hija, solo que procuro que sea neutra, ya cuando sepa si será niño o niña comprare ropa apropiada para su género; aprovecho la tarjeta que Grey me dejo en mi buzón; en otras circunstancias la devolvería hecha trisas. Ahora llevo en mi vientre a su bebe, nuestro bebe. De camino a mi departamento paso por el supermercado, decido abastecer la despensa y la nevera. Entre los medicamentos que me receto la doctora hay unas que me ayudaran a recular los malestares del embarazo.

Luego de obtener todo lo que necesito regreso al departamento, me decido en llevar primero la comida.

-Señorita, le puedo ayudar con sus compras -El apuesto joven de traje se posa a mi lado y toma una de mis bolsas. Le miro al rostro y noto que le he visto otras veces frente a mi edificio y el terror me embarga, comienzo a temblar, poso mis manos en mi vientre, él lo percibe y se aleja dándome espacio.

-Tranquila, no le haré daño, señorita Steele. Tranquilícese le hará daño al bebe -¿Cómo lo sabe? El nota mi desconcierto.

-La he estado vigilando, la he visto correr de regreso y no volver. Hace unos días atrás se mareo, su vecino le ayudo a subir a su departamento. Tengo hermanas que han pasado por embarazos -Él me sonríe

-Puedo saber quien lo envió? -Pregunto sabiendo la respuesta.

-Alguien que se preocupa por usted -Responde con una sonrisa.

-Solo no le digas nada del bebe. Tendrá menos preocupaciones si desconoce ese detalle -El duda por mi petición.

-Si no aceptas lo que te digo, me marcharé y ni cuenta te darás cuando lo haga, tengo una maestría en tecnología de la información, puedo apagar las cámaras de vigilancia sin que lo notes -Le sonrío.

-Punto para usted, jefa – El toma los paquetes más pesados y yo las bolsas con la ropa.

****

-¡Señorita Steele! ¡Señorita Steele! -Luke grita al otro lado de la puerta. Estoy de siete mese de embarazo y Cristopher no me deja casi moverme.

-¿Qué sucede Luke? -Le pregunto porque entra desesperado.

-Debemos irnos, esa mujer y sus hombres han estado rondando el edificio, prepare su ropa de embarazada, no deje nada ella, yo recogeré lo del bebe, mi auto esta en el parqueo subterráneo cerca del elevador. Si dan con usted, es mejor que no encuentren nada que les de pista de su estado -Debo de calmarme ante sus palabras.

-¿Dónde iremos, no creo que con esta tarjeta pueda comprar un apartamento nuevo? -Comento por decir algo.

-Creo que eso no es relevante por ahora. He alquilado un vuelo fuera del país al llegar buscaremos un hotel.

En tiempo récord salimos del edificio para tomar rumbo al aeropuerto.

-Su móvil, Ana -Le entrego le móvil y él lo lanza por la ventana, lo miro con acara de odio.

-Es por si en algún momento la quisieran rastrear -Me quedo en silencio por la veracidad de sus palabras y con una profunda tristeza me hundo en el asiento del auto afrontando nuestro futuro.

****

-Señora, Sawyer. Debemos intervenir, el cordón se le ha enredado en el cuello a su hijo, si no practicamos una cesárea, él morirá -Estoy tan cansada que no puedo responder.

-¡Hágalo! -Ordena Luke. Para alejar a Elena y a sus hombre, me he estado haciendo pasar por la señora Sawyer. Mi mente se pierde en la nebulosa del sueño mientras los doctores hacen su trabajo.

-¡Ana! ¡ Ana! -La voz de Cinthya me saca de mi recuerdo.

-Lo siento he estado muy distraída -Me disculpo con la chica, ella es la niñera de mi pequeño hijo.

-Cris, no deja que lo vista hasta que usted no lo haga -Suspiro resignada, mi hijo tiene mucho del carácter de su padre biológico. Para todos Luke es el padre de mi hijo, aunque hay algunos ojos curiosos que han reparado en que mi hijo no se parece a ninguno de los dos, solo a mí en los ojos.

-Es todo tuyo, Ana. Tampoco me dejo vestirlo. Hoy tiene mamitis aguda -Luke se dirige al jardín donde estamos acomodando todo para la fiesta de cumpleaños de mi hijo.

Lo único que desearía es que tanto el tío Tay y Gail nos acompañaran; aunque en mis deseos mas profundos desearía que Cristian también nos acompañara. Esa mujer no ha dejado de buscarme, hasta donde sé por mi tío la ligan a varias muertes, las mujeres que estuvieron con Grey antes de conocerme, sin embargo de antemano soy consciente de a quien busca es a mí.

Después de un tiempo decidí llamarle. Estuve al borde de la muerte en la cesárea de Cristopher, por ello cuando logré recuperarme, le llame y le conté todo, solo le hice prometer que no mataría a su jefe, no quería a mi hijo huérfano de padre.

-¡MAMI! -Grita mi hijo al verme.

-Bien, mi amor. Tienes que vestirte y verte guapo para la fiesta. Quieres pastel, ¿verdad? -Lo miro expectante. Mi hijo asiente con la cabeza y se deja arreglar.

La guardería donde mi hijo asiste es pequeña y poco llamativa, por lo que asisten pocos niños, en compañía de sus padres, la actividad es poco ruidosa ya que los niños aún son muy pequeños. Algunos de los padres son compañeros de trabajo, por lo que es relajado.

Unos meses después del parto nos establecimos en esta ciudad, luego de que consiguiera trabajo en una de las empresas más grande de este país. El dinero que gano nos permite a Luke y a mi vivir holgadamente, sin necesidad de tocar le dinero que Grey deposita cada mes. Ese solo se utiliza si mi hijo enferma y requiere de medicamentos.

La fiesta transcurre sin ningún sobresalto, cargo a Cris en mis brazos, mientras los personas que contratamos recogen el tiradero. Un chirrido de llantas llama mi atención, Luke sale al patio y toma a mi hijo de mis brazos.

-Es Taylor y no viene solo. Me llevaré a Cristopher a su habitación mientras hablan -El desconcierto se dibuja en mi rostro, sin saber a qué se refiere.

-Chicos, dejen las cosas como están, nosotros nos encargaremos -Ordena Luke y yo me quedo sola en el patio.

No reparo en tío Taylor quien ingresa por el jardín del costado, sino en la persona que viene tras él, mis piernas se vuelven de gelatina, incapaces de sostenerme, antes de llegar al suelo él me agarra en el aire. A penas soy consciente de lo que me rodea. Ambos me hablan soy incapaz de responder a sus preguntas.

Grey me lleva en sus brazos sentándome en su regazo en la silla cerca de la piscina para niños. Agradezco a Luke por llevarse a nuestro hijo. Mi tío se muestra preocupado por mi falta de reacción. Sin embargo, un golpe se realidad me hace reaccionar. Lo golpeo una y otra vez en el pecho trato de removerme de sus brazos, sin poder lograrlo.

-¡Maldito hijo de puta! Has traído a esa mujer hacia nosotros -No dejo de golpearlo.

-¡ANA! -El grito de Luke me hace retroceder.

-Annie, tranquila. Ella esta cerca de dar con ustedes. Es por ello por lo que estamos aquí -Me informa Tay.

-Con más razón no debieron haber venido. ¡Por Dios! Cristopher -Logro zafarme de su agarre y ponerme de pie.

-Recojamos nuestras cosas, Luke. ¡Maldición tendré que renunciar! Dejar esta casa -El llanto de Cris llama la atención de Grey.

Él mira al interior de la casa, luego el desastre después de la fiesta y de último a Luke.

-Te he estado pagando para que la cuides no para que te metieras en su cama y luego la embarazaras -Le espeta a Luke, incrementando el llanto de mi hijo.

-¡Idiota! -Le doy un bofetón. Me mira con desconcierto.

-Señor, debió ver el niño primero antes de hablar -Dejo a los tres en el patio para ir por mi hijo.

-Ya cariño, mamá esta aquí contigo -Lo arrullo, para besarlo en la frente. Mi hijo se aferra a mí.

-Es hermoso, como su madre -Lo dice con pesar, cree que es de Luke y mío.

-¿Te quedarás ahí de pie? O ¿Vendrás a conocer a tu hijo? -Él levanta la vista con lágrimas en los ojos.

-Si señor Grey usted es el padre de este niño -Lo pongo entre sus brazos, para luego ser acunado por su padre.

-¿Por él huiste? Para protegerlo -Suspiro

-Si, tenía siete meses de gestación. Para ese tiempo, ya tenía una amistad con Luke, nunca me dijo quien lo contrató, yo solo lo deduje. Él fue el que vio a Elena pasar frente a mi apartamento en varias oportunidades, luego al hombre que me ataco, fue ahí que el decidió que era mejor huir -Acaricio la cabecita de mi hijo.

-Él cree que Luke es su padre, no te molestes si le dice papá. Es la única figura paterna que ha visto -Él asiente con pesar.

-¿Cómo se llama nuestro hijo? -Me abraza por la espalda mientras vemos como duerme nuestro hijo.

-Cristopher y es idéntico a ti. Demi solo obtuvo el color de mis ojos -Recuesto mi cabeza en su pecho.

-Lo siento, Ana. Lo siento mucho. He arruinado sus vidas. Elena está en fuga, ha matado a cinco de las chicas que... que...ya sabes. A las otras las he tenido que sacar del país y darles dinero una nueva identidad, para que rehagan sus vidas, se los debo, por mi están en peligro. La policía no ha podido atraparla ya que su esposo la está ayudando -Soy consciente de que si el no me hubiese secuestrado, habría seguido con mi vida, más sus acciones nos han dado a mi luz, nuestro hijo.

Tres días fueron suficientes para dejar todo en orden y regresar a Seattle. Al llegar al imponente edificio Escala, ingresamos por el parqueo subterráneo, Cristian lleva a su hijo en los brazos, desde que entendió que es padre se ha tomado su roll con la más profundo amor, dormimos juntos, sin embargo no hemos tenido sexo. Me dijo que no me hostigaría. Espera que yo dé el primer paso, hecho al que estoy a punto de sucumbir.

Al llegar al gran ático, Grey se esmera para que nos acomodemos, el equipaje de Cristopher y el mío son llevados a la habitación principal, la de Cristian. La tía Gail, nos recibe con besos y abrazos.

-En treinta minutos serviré la cena, señor -Informa tía Gail.

-Gracias, Gail -Cristian agradece al quedarnos solos, acomoda a nuestro hijo ya dormido en su nueva cuna.

-Iré a tomar una ducha -Se quita la ropa, para luego entrar a la ducha. Suspiro tendré que auto invitarme.

Me desnudo para dirigirme a la ducha. Cristian está de espaldas a mí, abro la puerta corrediza con cuidado, lo abrazo por detrás, para luego repartir besos por toda su espalda. Mis manos serpentean por su pecho y luego a su poya que ya esta dura como roca.

-No sabes cuanto he extrañado nuestras duchas juntos -Le confieso mientras masajeo sus testículos con una mano y con la otra su pene.

-Ana, ¿Estás segura? -La respuesta es obvia.

-Si, tómame. No sabes cuanto te deseo -Cristian aparta mis manos, para darse la vuelta. Levanto mi rostro para encontrarme con su intensa mirada.

Me levanta, ara empotrarme en la pared. Me mira la boca, luego se apodera de ella, para devolverle frenéticamente el beso.

-Voy a tomarte duro y rápido. Agárrate de mis hombros- Así lo hago, me enviste de un solo golpe. Arrestándome la paraíso.

Cuarenta minutos más tarde, Cristopher sigue dormido. Salimos de la habitación tomados de la manos, llegamos a la sala, encontrándonos con cuatro pares de ojos que nos estudian de pies a cabeza, tomándose el tiempo en la unión de nuestras manos.

-¿Quién les ha invitado? Deberían de avisar -Les reprocha Cristian.

-Ya veo porque tardaste tanto en salir de la ducha -El que creo que es el hermano de Cristian se mofa de nosotros.

-Ana, me alegro al fin de conocerte. Soy Elliot el hermano mayor de este gruñón. Estos que ves aquí es el resto de la familia- Elliot es muy gracioso, mi bebe lo amará

-Familia, ella es Anastasia Steele, la mujer que me robo el corazón y la ma...-El llanto de Cristopher interrumpe las presentaciones.

-Yo iré. Quédate con tu familia -Todos me miran y yo deseo que lo dejen de hacer.

Antes que llegue a la puerta de la habitación, nuestro hijo sale llorando, reclamando porque lo levante en brazos. Me giro para ver a los padres de Cristian de pie -Los miro con una sonrisa y mi cara arde.

-Familia, les presento a Cristopher Grey, mi hijo y de Ana -Todos pierden la capacidad de hablar. La hermana de Cristian, se apresura a tomarlo en brazos y mi hijo comienza a llorar de nuevo.

-Lo siento, Cris no empatiza a primera entrada, tiene que llagar a conocerlos primero -La señora Grey solloza mientras es abrazada por el señor Grey. Al final asiente entendiendo mis palabras. Mientras respondo las preguntas de Mia y Grace, Cristian se reúne con los demás. Salen casi una hora después. Cristian invita a su familia a cenar. Mientras Cris se acostumbra a su presencia. La cena termina, los Grey se retiran pasada medianoche.

En la madrugada Cristian me despierta, con nuestro hijo en sus brazos.

-¿Cristian que pasa? -Me entrega a nuestro hijo.

-Esta es mi habitación del pánico. Hay comida agua una pequeña cama para ti y nuestro hijo. Elena y sus hombres han logrado violar la seguridad del edificio, he activado la alarma desde mi estudio. Taylor y Luke ya estén enterados, espero que la señal sea lo bastante fuerte para que mi padre y hermano avisen a la policía -Me besa en los libios.

-¿Y tú? Ven con nosotros, Cristian no quiero dejarte ir. Por favor -Me aferro a su pijama.

-Ella los quiere a ustedes. No me hará daño a mí, quiere hacerme pagar viendo cómo les hacen daño -Me vuelve a besar, esta vez logra encerrarme en la dichosa habitación.

Las horas pasan y no hay respuesta de nada, un alarma suena al querer alguien abrirla.

Acomodo a mi hijo en la cama, tomo uno de los cuchillos que tengo de utensilios, mataré a cualquiera que entre y pretenda hacerle daño. Para mi sorpresa es Cristian.

-Ha terminado, nena. Elena ha muerto -Me informa y no se me pasa desapercibido el vendaje que lleva en el brazo.

Salgo temerosa dejando a nuestro hijo dentro.

Por fin descansaremos tranquilos.

*****

Un mes después de que todo se aclarara, por suerte, ninguna de las mujeres que estuvieron con Cristian aparecieron, la única que lo había adivinado murió antes de poder decir nada y yo jamás entregaría al hombre que amo.

Mientras camino por las escaleras de la casa Grey, Taylor, mi tío me entregará al hombre que amo. Cristian no espero mas de un mes para casarnos, dijo <<Ya esperé dos años. No lo haré más>>

Llego al altar, siendo entregada a Cristian, ellos se hacen promesas. Escucho las palabras de reverendo a medias, hasta que me pregunta si acepto a Cristian como esposo.

-Si, acepto -Confirmo lo evidente.

A Cristian le preguntan lo mismo, con firmando su amor hacia mí.

-Los declaro marido y mujer -Anuncia el cura.

-Al fin mía -Me dice en el oído.

-Al fin mío -Le respondo.

Mientras bailamos nuestro primer baile como esposos, a mi mente llegan los recuerdos del inicio de nuestra relación, sin embargo, si Cristian no me hubiese secuestrado, no lo tendría a él, ni a nuestro hijo. Tomo sus labios para perderme en el tiempo y espacio.

Fin

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