Capítulo XI

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-Querido dongsaeng, ya es oficial -le informó Jin con una sonrisa al entrar en la casa el viernes- Joonie y yo hemos comprado los anillos hoy.

Jimin sabía que no tardarían en empezar a hacer los preparativos de la boda, pero cuando su hyung se lo dijo se dio cuenta de que no estaba preparado.

Todo estaba pasando muy deprisa; Jin y NamJoon habían cenado la noche anterior con los padres de este último para comunicarles la noticia y gracias a la favorable opinión que Jungkook tenía de Jin, todo había ido muy bien. Los padres de Nam y de Kook estaban encantados.

Jimin era el que no se terminaba de acostumbrar al hecho de que aquella unión significaba que iba a pasar a formar parte de la familia Jeon. Llevaba tres días sin saber nada de Jungkook, tres días interminables.

-La fiesta de compromiso se celebrará en la casa de los Jeon el día de Nochebuena continuó hablando Jin.

Jimin se quedó pensativo. No sabía si alegrarse o no. Deseaba volver a ver a su galleto con dientes de conejo, pero tenía miedo de que el verlo le causara más daño.

-Eso es maravilloso, Hyung -abrazó a su hermano-. Me alegro por ustedes dos -tomó una copa de champán que le ofrecía su hermano-. Por ustedes dos -dijo alzando la copa.

-Por las mejores Navidades de mi vida -dijo él.

Jimin bebió un poco y se quedó pensando en las Navidades. Normalmente él y su hermano pasaban las fiestas de Navidad los dos solos. Aquel año Jimin estaría más solo que nunca.

-Los Jeon nos han invitado a los dos a pasar las Navidades con ellos -le dijo Jin mientras servía más champán.

Min se quedó estupefacto, la idea de pasar todas las Navidades con Jungkook...

-Eres muy amable al proponérmelo, Hyung pero no creo que...

-Si tú no vas, yo tampoco iré.

Jimin sabía que su hermano no pretendía chantajearlo, pero no quería dejarlo solo.

-Bueno, tal vez para la comida de Navidad...

-Creo que la invitación es para que pases todas las Navidades con nosotros -dijo una voz familiar detrás de él.

Jimin se giró rápidamente y vio a JungKook en la puerta.

-Estamos celebrando el compromiso -dijo Jin mucho más tranquilo ante la presencia de Kook que de su hermano. Le sirvió una copa que ya tenía preparada sobre la mesa y entonces Jimin se dio cuenta de que probablemente su hermano sabía que el castaño iba a aparecer.

-Salud -dijo el de los ojos más oscuros alzando la copa pero sin apartar la mirada de Minie, que también le miraba fijamente.

Jin dejó la copa sobre la mesa de la cocina.

-Voy arriba a cambiarme, no tardaré -dijo antes de irse.

-Para tener un aura de Princesa, no es muy sutil, ¿no crees? -comentó Jeon cuando Jin se hubo ido.

Jimin ya se había recuperado de la sorpresa que le había producido verlo allí, aunque seguía algo intrigado.

-¿Acaso necesita serlo?

Nochu se encogió de hombros.

-Pensé que era buena idea venir a invitarlos formalmente a pasar las Navidades con nosotros en nombre de mis padres.

Él suspiró y dejó la copa sobre la mesa.

-Minie, supongo que no querrás pasar las Navidades conmigo pero, ¿si intento no estar muy presente te lo pensarás?

-No hay necesidad... -le costaba hablar. Le había emocionado que él insistiera en que aceptara la invitación-. Tus padres son muy amables al invitarnos.

Él sonrió.

-Están deseando conocerte, Minie.

Se encogió de hombros.

-Estoy seguro de que podré conocerlos en la fiesta de compromiso.

-Sobre eso quería hablarte... -lo miró. Por su forma de hablar parecía que estaba a punto de decir algo que a él no le iba a gustar-. ¿Te importaría que me quitara la remera? Hace mucho calor aquí dentro -dijo el mayor en tamaño mientras empezaba a quitársela.

Jimin se quedó mirándolo, estaba claro que Jungkook no parecía tener prisa por irse y no quería verse forzado a invitarle a cenar.

-¿Qué estabas diciendo? -le preguntó.

Jeon se terminó la copa de champán antes de mirarlo para responder.

-Va a ser una gran fiesta familiar... Todos mis parientes estarán, tíos, tías, primos y primas... Lo que estoy intentando decir es... ¿Crees que podrías olvidarte del desprecio que sientes hacia mí y ser mi pareja en la fiesta?

-¿Desprecio? -repitió. Él sabía por qué lo había invitado, aunque le alegraba saber que no tenía a nadie más que le acompañara.

¿Cómo podía pensar que le despreciaba cuando le estaba costando tanto controlar el deseo de arrojarse a sus brazos y besarlo?

-No te desprecio, Kookie. No entiendo por qué piensas que te desprecio, a no ser que... -de repente Jimin pensó en la posibilidad de que el negro novio de su hyung le hubiera contado lo que había oído. Sin embargo, dudada mucho que Nam lo hubiera traicionado de aquella forma.

-El otro día dejaste muy claro lo que sentías por mí.

Frunció el ceño.

-Creo que sólo me limité a decir que nos sentíamos atraídos el uno por el otro.

Él asintió.

-También dijiste que seguías sintiendo algo por Wang.

-Olvidémonos del tema de Jackson.

-A mí me gustaría mucho no volver a escuchar el nombre de ese hombre, pero, desgraciadamente, no es posible. Él y Tae estarán en la fiesta de Nochebuena y creo que lo más adecuado sería que ambos acudiéramos juntos a esa fiesta.

Jimin sonrió sin ganas.

-No es una forma de invitar muy tentadora, pero si crees que puede ayudar, por supuesto que te acompañaré a esa fiesta.

Jeon pareció quedarse más tranquilo.

-No es una forma muy atractiva de aceptar una invitación, pero supongo que valdrá.

Jimin lo miró sin saber cómo continuar la conversación. Jungkook parecía estar pensando lo mismo. Afortunadamente, Jin apareció enseguida, aunque no tardó mucho en irse, ya que había quedado con Nam para cenar.

-Quizá Kookie quiera quedarse a cenar contigo -sugirió su hermano al ver la olla con la cena al fuego.

Jimin se había olvidado de que su hermano le había dicho que cenaba fuera y estaba preparando bastante comida.

-Si tu hermano quiere invitarme a cenar con él, estoy seguro de que lo hará, pero no lo obligues a ello hyung -le dijo Kook.

-De acuerdo -dijo Jin encogiéndose de hombros-. Te veré más tarde, Jiminie -se acercó a darle un beso en la coronilla a su adorado pequeño.

Cuando Jin se fue se hizo el silencio. Un silencio pesado e incómodo.

-Yo debería...

-¿Quieres...?

Dijeron ambos a la vez.

-Tú primero -le dijo.

-No, tú primero Hyung -replicó él.

Jimin no quería hablar primero, pero era la primera vez que Jungkook le llamaba hyung, asi que tomó aire.

-Estaba a punto de invitarte a cenar conmigo, es una pena desperdiciar el pollo que estoy preparando.

El de linda sonrisa con dientes de conejo se quedó mirándolo durante unos segundos.

-¿Sabes una cosa, Jimin? Esta invitación tampoco parece muy entusiasta, ¿acaso me invitas sólo para no desperdiciar la comida? -dijo él con una sonrisa.

-Entonces repetiré la invitación, Kookie, me gustaría mucho que te quedaras a cenar conmigo.

-¿Lo dices en serio? -preguntó aún sonriente.

-Muy en serio.

Jimin se dijo a sí mismo que tal vez fuera un error, sin embargo llevaba tres días sin verlo y deseaba pasar algún tiempo con él.

-Entonces acepto encantado -dijo él, asintiendo con la cabeza-. El pollo huele muy bien y desde luego parece mucho más apetitoso que la lasaña congelada que me iba a calentar yo en el microondas.

Jimin se acercó a la cocina para sacar las verduras que se estaban cociendo al fuego.

-¿Cocinas mucho para ti mismo? -era el momento de entablar una conversación normal y de tratarse como amigos. Aunque a él le costaba mantener una actitud normal cerca del otro.

-A veces, ¿puedo ayudarte en algo? -se ofreció él al ver que comenzaba a preparar los platos.

-Hay cubiertos en los cajones y sal y pimienta en el armario de allí -quizá si mantenía a Jungkook ocupado su presencia lo pondría menos nervioso.

Él preparó la mesa mientras la bolita de arroz empezaba a cortar el pollo para servirlo.

-Esto me recuerda a cuando era un niño -dijo con una sonrisa cuando se sentaron a la mesa a comer-. La señora que me cuidaba solía darme la merienda en la habitación cuando regresaba del internado. Me disgusté mucho cuando al cumplir los doce años mis padres decidieron que ya era lo suficientemente mayor como para comer con los mayores.

-¿Te gustaba ir a un internado?

-No, no me gustaba, pero era una especie de tradición familiar. Aunque esa tradición morirá conmigo porque no tengo intención de mandar a mis hijos lejos de mí, mmm... ahora que recuerdo, dudo mucho que Nam Hyung también la continue, ya que ese fue el motivo de que cambiara su apellido. --comentó negando con un gesto de diversión en el rostro--

Jungkook parecía tener claro que quería tener hijos, y a Jiminie no le gustó pensar que los tendría con otra persona que nunca sería él.

-Esto está delicioso, Mochi -dijo él entusiasmado-. ¿Dónde aprendiste a cocinar así?

Se sonrojó.

-Por mi madre, y Jin Hyung supongo.

-Pues demos las gracias a tu madre y a Jin Hyung, cuando se vaya, ¿puedo venir a vivir contigo?

Jimin sabía que sólo estaba bromeando, pero no pudo evitar sonrojarse aún más, no pudo evitar imaginarse cómo sería vivir con su galleto.

-¿No sería más sencillo que contrataras a una cocinera?

-Tal vez, aunque no sería tan divertido.

-La diversión parece ser algo muy importante para ti.

Él se encogió de hombros.

-Si no disfrutas de lo que haces o con quien lo haces, la vida carece de sentido, ¿no crees?

El rubio bajito se preguntó si con aquello no querría decir que disfrutaba estando con él, parecía estar diciendo eso, pero no debía olvidar que la verdadera intención del castaño siempre había sido hacer feliz a su hyung.

-No todo el mundo puede vivir algo así.

Jeon se quedó mirándolo unos segundos.

-¿Acaso el trabajo en Kim Lawyers sigue dándote problemas?

Pensó que más que darle problemas se estaba volviendo insoportable. Se estaba planteando seriamente cambiar de trabajo. Apartó la mirada de él.

-No creo que realmente te interese que te cuente mis problemas. Se te está enfriando la cena.

Él siguió mirándolo durante unos segundos.

-Tienes razón -dijo después y se dispuso a comer.

Ambos comenzaron a comer en silencio y Minie pensó que él parecía querer preguntarle muchas cosas.

-Estaba delicioso, Minie -dijo él cuando terminó de cenar.

Recogió los platos.

-Me temo que aquí no solemos tomar postre -le explicó.

-Yo tampoco suelo comer postre -se reclinó sobre la silla y lo miró fijamente-. Minie, ¿crees que...?

De repente, alguien llamó a la puerta y él se quedó estupefacto al ver aparecer a Jackson.

Jimin se quedó mirando al recién llegado sin dar crédito a sus ojos.

¿Qué hacía Jackson en su casa?

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Coño Jackson si la cagas pana, las moscas y tú, no es que te odie, pero te da por aparecer en unos momentos en los que en serio provoca arrancarte la cabezota x_x

Bueno, ya me desahogué, les toca a uds...

Bye,

Silver fuera, paz...

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