CAPÍTULO 6

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“Reencuentro”

Cuando tenía 6 años mis padres decidieron inscribirme en una clase de modelaje, en un principio esa idea para mí fue genial, sería como esas chicas que desfilaban con lindos vestidos y saldría en revistas. A los 7 una agencia contactó a mis padres, me estaban solicitando para un comercial de ropa para niñas, ellos me habían visto en una de las actividades de la academia y al parecer habían quedado encantados conmigo.

Después de ese comercial pidieron firmar un contrato con mis padres, para que yo permaneciera en su agencia, allí recibiría mis clases de modelaje además de unos cuantos comerciales he incluso saldría en revistas, al principio todo fue muy tranquilo para mí, tomaba mis clases con profesores particulares en casa, tenía una dieta estricta y un horario apretado, pero después todo fue muy agobiante para mi, ya a los 8 años quería ir a la escuela por que veía como mi hermano mayor Asher se iba a sus clases, él era dos años mayor que yo, teníamos una buena relación, también quería dejar mi dieta a un lado y comer caramelos, comida rápida y demás pero mis padres siempre estaban encima de mi y era agobiante, teníamos a una señora que se encarga de cocinar todo lo que yo comiera, me llevaban a una nutricionista para mi dieta y llevar mi peso.

A los 9 mi hermano se comenzó a alejar de mí, siempre que yo estaba a su alrededor parecía irritarle, una vez me dijo que estaba harto de mi, que siempre mamá y papá me preferían a mí, que por mi culpa faltaron a su juego de fútbol que él les había estado recordando desde hacía días, que prefirieron ir conmigo a una sesión para una revista, y que no sólo era por ese juego si no por muchas cosas más, como por ejemplo la obra en donde él era el protagonista, o el recital para el que se había preparado mucho, y también está el concurso de deletreo, que el había estado en todas esas cosas para llamar la atención de nuestros padres, pero que nunca sucedía.

Yo en ese momento me di cuenta que mi hermano se sentía desplazado por mi, sentía celos de que yo me llevara toda la atención de mis padres, pero yo estaba celosa de él, él podía comer lo que él quisiera, podía ir a la escuela donde tenía muchos amigos y además tenía tiempo libre para salir y divertirse, pero yo solo me quedé callada y me fui, y creo que ese fue mi peor error, desde ese momento las cosas fueron peores, antes el buscaba llamar la atención de una buena manera, pero después lo hacía metiéndose en problemas, eso solo hacía irritar a mis padres lo que provocaba que lo castigaran.

Asher solo me ignoraba, el siempre que yo intentaba hablarle me decía que no le interesaba mi fabulosa vida y que mejor me callara, todo empeoró todavía más cuando se dio cuenta que comenzaba a llamar la atención de muchas personas, que me comenzaba a ser “famosa” y la verdad todo eso no era mi culpa, yo cada vez que podía les decía a mis padres que me quería salir, pero ellos me respondían que esto era bueno para mi futuro, además que habían firmado un contrato de años, que si lo rompían podían ser demandados, así que me tuve que rendir y hacerme la idea de que de ese momento en adelante iba a ser mi vida.

Ya cuando cumplí los dieciséis y mi hermano los dieciocho el decidió irse de la casa, he ir a una universidad lejos de nosotros, consiguió una beca completa para estudiar derecho y se fue a Londres, ahí fue donde mis papás se dieron cuenta que habían cometido un error en su modo de crianza, que habían perdido a un hijo que estaba dispuesto a no volver por que sentía que esa no era su familia, mamá lloró por días arrepentida, y se preguntan por qué no lo buscamos, él literalmente se esfumó, sólo sabíamos que estaba en Londres y nada más, hasta el día de hoy mamá y papá se arrepienten mucho, y yo todos los días me siento culpable al pensar que mi hermano no se sentía cómodo ni querido en nuestra familia.

Tomo un suspiro ante los recuerdos, la verdad no se por qué se me han venido esos pensamientos a la cabeza en estos momentos; Mandy, Keyla y yo nos encontramos en uno de los tantos autobuses del internado, el cual nos lleva a la ciudad y nos pasará a buscar. Es temprano son las 9:00 am y tendremos hasta las 8:00 pm para encontrarnos todos en el lugar asignado para que nos recoja el bus, no todos salieron pero sí la mayoría.

—Yo pienso que primero pasemos a la cafetería que te mencioné—me dijo Keyla quien se encontraba sentada a mi derecha, las tres íbamos en un puesto que en realidad era para dos, pero vamos cómodas—Una dona y un café sería un buen desayuno. —

—Ya se me están antojado muchísimo, no te mentimos cuando te dijimos que son las mejores donas de todo Londres—le siguió Mandy quien se encontraba pegada a la ventana—y después podemos dar unas cuantas vueltas cerca del río Támesis, donde está El London Eye, te va a encantar, pero de noche es muchísimo mejor.

—La verdad, tengo mucha hambre no desayuné nada para probar las benditas donas que tanto mencionan, así que deberán de estar deliciosas.—las señalo a ambas.

Después de 45 minutos de viaje ya estábamos en la ciudad, el autobús no se había detenido todavía y ya la mayoría se había levantando de sus asientos queriendo salir, unos segundos de empujones y me encontraba afuera con las chicas.

—Bueno la cafetería no se encuentra muy lejos de aquí, así que podemos ir caminando.—comenzó a caminar Keyla con Mandy a un lado, rápidamente las seguí a ambas.—

—Keyla te acuerdas la última vez que vinimos, había un mesero súper guapo, espero encontrarlo ahí y que sea su turno—habló Mandy mientras nos acercábamos a una cafetería con el nombre de Coffee & delicacies que vendría siendo, café y delicias—Ya lo verás Oli, ese chico es demasiado guapo.

Keyla solo niega con la cabeza pero a la vez tiene una sonrisa en su rostro, ella abre la puerta para las tres, al entrar se podía oler el maravilloso olor a café y pan recién horneado, tomé un gran respiro ante el delicioso aroma.

—Yo iré a ordenar lo que comeremos, se que les gustará confíen en mi ¿sí? —Dijo Mandy unos segundos viendo hacia el mostrador—es que está el chico guapo de la otra vez, y quiero por lo menos verlo de cerca—nos miraba con cara de cachorro, Keyla y yo solo nos miramos y sonreímos, que íbamos a hacer con esta niña.

—Está bien, pero a mi para el café me traes un capuchino de avellanas—le dije, mientras Keyla y yo nos sentábamos en una mesa para tres, no hay muchas personas, pero el lugar era acogedor, se escuchaba una canción que alguna vez escuché pero no recuerdo el nombre, la canción  era lenta y trasmitía calma estaba a un volumen bastante bajo, si hubiera más gente estaba segura que no se escucharía, Keyla y yo le tendimos el dinero que  consideramos era necesario para cubrir la cuenta entre las tres, Mandy se fue entusiasmada y con una gran sonrisa en sus labios.

—Hay veces que creo que está enamorada, pero después recuerdo que ella es así.—me comenta mientras ve detrás de mí espalda, lo más seguro es que viendo a Mandy—La verdad ese chico si que es guapo—tenía la intención de voltearme para verlo, pero justo en ese momento mi celular comenzó a sonar, era una llamada de mi madre.

—Dame un minuto es mi mamá—le dije a Keyla, mientras contestaba la llamada.

—Hola hija, te llamaba para saber como va todo por allá—escuché la vos de mamá, se escuchaba entusiasmada.

—Hola mamá, todo va increíble por aquí, estoy en la ciudad con unas nuevas amigas—dije observado a Keyla quien me regaló una sonrisa—

—Vaya eso es fantástico, tu padre y yo te extrañamos muchos por acá, pero entendemos que querías hacer esto, y que el modelaje quedará atrás, la verdad los sentimos mucho, no te escuchamos antes, y eso me hace sentir tan egoísta, te arrebatamos la posibilidad de una infancia normal, y tu hermano, a él lo defraudamos mucho más—escuché un sollozo al otra lado de la línea y de fondo la voz de papá consolándola—

Tomé un suspiro, tenemos dos años sin saber de Asher y eso a mamá la tiene destruida, cada cumpleaños de Asher que ha pasado, ella solo se encierra en su habitación a llorar.

—Yo también lo extraño mucho mamá, se que no es lo mismo extrañar a un hijo, pero yo extraño a mi hermano mayor—le dije tratando de consolarla.—

—Ay hija no quiero hacerte sentir mal, solo te llamaba para saber como estabas y decirte que por acá te extrañamos—me respondió un poco más tranquila, escuché la vos de papá pero no logré distinguir que era lo que decía—tú papá dice que te cuides mucho y que te ama—habló mi mamá.

—Dile que yo también lo amo— le conteste, vi como Mandy se sentaba a un lado mío, fruncí el seño al ver que no traía nada en sus manos, salvo un papel que al parecer es un número—nos vemos mamá voy a desayunar te llamo luego, te amo.

—Yo también te amo cariño, cuídate—dijo antes de que yo diera por finalizada la llamada.

—Mandy y nuestro pedido.—llamé su atención.

—En unos minutos nos lo traen no seas ansiosa—dijo ella mientras rodaba lo ojos—miren lo que conseguí—nos mostró el papelito que anteriormente había notado— conseguí su número de teléfono.

—No lo puedo creer, creo que solo viniste por ese chico, pero bueno cada una con sus cosas—dio un suspiro, no pudiendo creer que haya podido conseguir su número— ¿cuando nos traerán lo que pedimos? —le preguntó Keyla, pero pocos minutos después un chico estaba colocando tazas de cafés y platos con diferentes tipos de cosas, desde croissant hasta las vendita donas, me tomé un segundo para detallar al chico, el era alto, pelirrojo su tez era blanca y sus ojos, esos ojos que pasé viendo mayor parte de mi vida, y que ellos me miraban con resentimiento.

Su nombre salió de mi boca sin siquiera planearlo.

—Asher—lo llamé, el me miró, y me detallo, no sabría si me podría reconocer, pero necesitaba hablar con él.

El se me quedó mirando un rato y después de unos segundos abrió muchos los ojos.

— ¿Olivia?, qué estás haciendo aquí—me miró mientras retrocedía, era bueno de que ya no tuviera nada en la bandeja, por que de seguro se hubieran caído las cosas.

—¿Ustedes se conocen?—escuché la voz de Mandy, pero la sentía tan lejana, no podía dejar de ver a Asher, mi Asher, mi hermano que al parecer me odia.

—¿Qué haces aquí? — me preguntó—y por qué estás tan cambiada, que le pasó a tu cabello—dijo, y en ese momento temí, el no podía seguir indagando, me podrían descubrir.

Me paré de un salto de mi asiento y lo tomé del brazo guiándolo hacia la salida, necesitaba hablar con él en  privado.

—Chicas regreso en unos minutos—hablé pero ni siquiera las miré—

Arrastré a mi hermano de su brazo, el al parecer estaba en Shock por que se dejó arrastrar de mí.

Al llegar afuera nos hicimos a un lado en donde nadie que estuviera dentro del local nos pudiera ver.

—¿Qué estás haciendo aquí? —volvió a repetir—casi no te reconozco, que le pasó a tu cabello y esos son lentillas azules—se acercó a mí para ver mejor mis ojos.

—Estoy en un internado a cuarenta y cinco minutos de aquí, dejé el modelaje pero quería entrar sin que nadie supiera quien soy—le dije sin poder quitar mis ojos de su rostro, no puede ser este es mi hermano, no está muy cambiado, solo un poco más alto y su cabello un tanto más largo, tiene rastros de barba de tal vez dos días, pero solo son cosas mínimas.—mamá y papá estuvieron de acuerdo, y pues aquí me encuentro.—en cuento mencioné a nuestros padres pude ver como se tensaba y se movía incómodo en su lugar.— ellos te extrañan Asher, y enserio lo sienten mucho.—él solo comenzó a negar con la cabeza una y otra vez.

—Pues que lo sientan, ya hice una vida aquí en Londres, no quiero recordar Italia no puedo recordar como me hacían a un lado por tú culpa y toda la fama—sus palabras dolían, yo siempre he querido a mi hermano, y sé que las acciones de mis padres no fueron las correctas, pero no es justo que me diga todo esto.— ellos tuvieron la oportunidad de remediarlo en mi adolescencia, pero no lo hicieron, ahora reaccionan cuando estoy a cientos de kilómetros de distancia, ni siquiera tenía planeado verte aquí.—todo esto me lo decía tranquilo, pero podía notar todo su cuerpo tenso, tomó un suspiro y siguió hablando— espero no verte por aquí más, estos dos últimos años han sido tranquilos y calmados, me gusta eso, quiero esta vida y no la voy a cambiar, y por favor no les digas a mamá o papá en donde estoy es lo único que te pido.

—No me puedes pedir eso, no es justo para ninguno, solo escúchalos unos momentos enserio te extrañan, en muchas ocasiones pensaron que tu estabas... Ya sabes... Muerto—me costó decir esas palabras de tan solo recordar como mamá lloraba pensando que había perdido a uno de sus hijos, vi como el suspiraba y miraba hacia varias direcciones, esto le estaba costando, en verdad dudaba de poder mantener esto en secreto, pero si era necesario esperar un poco más, lo haría guardaría su paradero por un tiempo, voy a hacer que cambie de opinión sobre ver a nuestros padres.

—No hagas esto más difícil, entiende que me siento bien con la vida que estoy llevando, no los quiero en mi vida, quiero que te alejes de mí y no me vuelvas a buscar, que te olvides que alguna vez me viste en este lugar y quedarte callada, necesito que te olvides que tienes un hermano y si en algún momento pensaron que estaba muerto pues siganlo creyendo— sus palabras dolieron y mucho, pero no se lo haría saber, yo sé que está dolido y todas estas cosas que está diciendo solo lo hace para alejarme, si duele como un puñetazo en el estómago, pero me las voy a aguantar, no me voy a rendir.

—Está bien no le diré nada a nuestros padres y no te volveré a buscar—acepté, para que creyera que le haría caso, pero no voy a tirar la toalla, quiero a mi hermano de vuelta y a mis padres felices.

Asher tomó un suspiro y asintió, después se alejó de mí adentrándose nuevamente en la cafetería. Me tomé unos cuantos respiros más y ya me estaba encaminado a la cafetería.

Al adentrarme nuevamente a la cafetería me dirijo en busca de las chicas, necesito irme de este lugar, El desprecio de mi hermano duele, y aunque quisiera hacerme la fuerte no puedo, quiero a mi hermano de vuelta y voy ha hacer todo lo que pueda, cueste lo que cueste.

Mandy y Keyla al parecer pidieron todo para llevar, puesto que ahora los cafés estaban en vasos con tapa y las donas y demás panes en una caja, ellas estaban listas para irse. La primera en verme fue Mandy, y la verdad no sabía que cara estaba haciendo que apenas me vio, me dio de esas miradas de consuelo.

— ¿Todo está bien?, decidimos pedir las cosas para llevar, espero que no te moleste—me dijo Mandy mientras me daba un abrazo.

—Sí todo está bien, no hay problema en realidad venía a decirles que si nos vemos después, no me siento muy bien—le respondí, mientras me acercaba y tomaba mi celular de la mesa.

—Claro no hay problema, te acompañamos—dijo esta vez Keyla mientras tomaba sus cosas y me brindaba mi café.

—No, no es necesario que vengan conmigo es una salida, disfruten mañana tal vez salga con ustedes.—miré en dirección al mostrador, donde se encuentra mi hermano atendiendo a una señora y mirando en mi dirección, pero apenas se dio cuenta que lo vi observándome le prestó toda su atención en atender.

Mandy y Keyla se dieron de esas miradas que decían mucho, ellas estaban dudando en dejarme ir sola, pero después de unos segundos las dos suspiraron resignadas y asintieron.

—Está bien, pero llévate la caja, nosotras ya comimos y estamos satisfechas total compramos todas estas cosas para que las probaras—me tendió la casa Keyla.

—Y no queremos parecer chismosas ni nada, pero cuando te sientas lista puedes hablarnos de todo, te escucharemos—Mandy me puso una mano en el hombro antes de salir junto a Keyla del local, luego de unos cuantos segundos yo también salí, y tomé el primer taxi que paró, por lo menos tenía una caja de donas y un café para ahogar mis penas.

En algún momento les contaría a las chicas, pero aún no, no estaba lista, necesito idear un plan para poder arreglar las cosas con mi hermano, lo quiero devuelta en mi vida sí o sí.

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~VMBM✨

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