CAPÍTULO FINAL

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Las cosas pueden cambiar en tan poco tiempo, toda mi vida antes de los dieciocho estaba resumida en pasarelas y viajes de aquí a allá, cuando tenía tiempo para un descanso era un total regalo, siempre tenía cosas que hacer y nunca podía decir que no porque todo lo que me pedían estaba en un contrato que no podía romper, pero tampoco me estoy quejando, o bueno tal vez sí, el asunto es que ahora no tengo ataduras sobre mis manos y piernas, ese contrato se rompió hace más de un año, casi dos. En realidad gracias a ese trabajo tengo los medios para comenzar a hacer lo que en verdad me gusta, poder tomar fotografías y dedicarme profesionalmente a ello.

Tomo una bocanada de aire, el fuerte olor a pintura llena mis pulmones provocando que haga una mueca de desagrado, observo como Lander pasa el rodillo sobre la pared antes blanca pintándola de un lindo color celeste pastel, me encuentro arreglando el que será mi estudio de fotografía y oficina, por ahora lo primero que hemos hecho es pintar todas las paredes de un tono pastel, y colocar algunas repisas en mi oficina, el local se encuentra en un plaza céntrica al lado de una pequeña pero linda pastelería, estuve al rededor de un mes buscando el lugar perfecto en donde iniciaría mi carrera como fotógrafa, hice unas cuantas llamadas a las dos maquillistas que me ayudaron a arreglarme para la pasarela meses anteriores, por ahora me puedo permitir tener unos cuantos empleados.

Observo con una sonrisa la habitación, se supone que este será el set donde principalmente haré fotos de estudio, la iluminación es bastante buena y los diferentes tipos de Papel Savage se encuentran enrollados en una esquina, por ahora dispongo de tres habitaciones las cuales ambientaré en su momento, también he pensado en contratar algunos fotógrafos aficionados pero por el momento es algo que se sale de mi presupuesto.

Salgo de mis pensamientos al escuchar el gran estruendo que resuena en todo el local.

Observo a Lander tirado en el suelo junto a un gran charco de pintura celeste a su alrededor-Gracias a Dios cubrimos el piso con papel plástico- me acerco rápidamente a él.

-¿Te caíste?-

Me golpeo mentalmente, eso sonó estúpido de mi parte.

-No, solo quería ver de cerca las hormigas- se queja 

Suelto una sonora carcajada, le tiendo la mano para ayudarlo a levantarse pero su mano está muy manchada de pintura fresca lo que provoca que su piel esté resbalosa y que al momento de ayudarlo yo también caiga de golpe al piso manchándome toda la espalda, piernas y trasero.

-¡Lander!- Grito.

Un pequeño dolor se instala en mis posaderas por la abrupta caída, estoy segura que ahora estoy un 50% más plana.

-Lo siento, pero en mi defensa no es mi culpa- 

Trato de volver a levantarme.

Grave error, por estar descalza el trabajo se me complica muchísimo más y termino estampada contra el suelo. Escucho la escandalosa carcajada de Lander a mi lado.

-Te haré pagar todo este desastre- me quejo cuando.

-A mi no me mires, tu fuiste la que me dijo que podía usar ese banquillo para poder alcanzar mejor- me señal el banquillo de madera a un lado- Y resulta que esa pequeña cosa no resistió mi peso y se le terminó rompiendo una pata- se cruza de brazos indignado.

Aprieto mis labios para no soltar otra carcajada.

-Además no quiero más deudas contigo, esos perfumes me salieron muy caros- niega rápido con la cabeza, incluso hace esa cosa de temblar como si solo de recordarlo le diera miedo.

-Mejor ayúdame a pararme- lo ignoro.

Lander rueda los ojos, él logra levantarse del piso con mayor facilidad,  me coloca ambas manos en la cintura dejando así la marca de sus manos en mi camiseta, me paro sobre mis pies tratando de mantener el equilibrio, el piso está más que resbaloso,  solo de pensar en que debo de limpiar todo este desastre ya me da migraña.

-Necesito ropa limpia- me quejo al sentir como la pintura comienza a secarse, dejando mi piel reseca.

Lander hace una mueca y llevaba su mirada a otro lado.

Oh no, esa expresión yo la conozco.

-¿Que hiciste ahora Lander Jones?- Llevo mis manos a mis caderas y alzo un ceja en dirección.

-Bueno...- sus manos van a su cabello.

Gran error, ahora su cabello naturalmente castaño está manchado con pintura celeste.

-Lander...- 

-Puede ser que haya dejado la bolsa con la muda de ropa en el taxi...- traga grueso.

Dios padre purísimo, ¿Te lo llevas o te lo mando?.

Frustrada mis manos hacen un recorrido por mi rostro, otro grave error, por la mueca que él hace soy consiente que ahora tengo pintura hasta en las pestañas.

-Y también hay algo que debo de decirte- se retuerce sus dedos de forma inocente.- 

-Mejor no me lo digas- alzo una mano silenciándolo.

-Tú lo pediste- se encoje de brazos.

Ruedo los ojos molesta, me muevo de su lado y busco algo con que limpiar el desastre que es el suelo, con ayuda de Lander logramos limpiar el charco de pintura celeste, gracias a que el piso tenía un plástico nada se manchó. Tomando una bocanada de aire relajo todos mis músculos, el estudio ya está limpio y nos podemos ir a casa, solo tenemos que llamar para que nos traigan una muda de ropa y no tener que salir a la calle pareciendo unos cerdos que se acaban de bañar en un charco de pintura.

Comienzo a buscar mi celular por todos lados y al no encontrarlo me frustro.

-¿Qué buscas?- Lander me observa desde el otro lado de la habitación.

-Mi teléfono, ¿Lo has visto?- 

Lander evade mi mirada.

-Bueno... Puede ser que nuestros teléfonos estuvieran en la maleta- retuerce sus dedos inocente.

No. Puede. Ser

-¡Lander Mónica Jones!- Grito enojada.

Comienzo a correr en su dirección, él imita mi acción pero en vez de acercarse se aleja corriendo.

-¡Mi segundo nombre no es Mónica!- 

Suelto un gruñido de exasperación,  Diosito espéralo que en unos minutos te lo mando.

-¡No puedo creer que hayas dejado la bolsa!- sigo corriendo detrás de él.

-¡Lo siento, eran tantas cosas las que trajimos que no me di cuenta que faltaba la mochila!- se coloca detrás de un mueble, haciendo que el mismo se interponga entre nosotros.

-¿Ahora cómo nos iremos al departamento?- me cruzo de brazos.

-¿En un taxi?- 

Me dejo caer rendida en el sillón-

-Lo siento ¿Sí?, tal vez los podamos recuperar.- se va deslizando hasta sentarse junto a mi.

-Solo quiero irme a casa y darme un baño, quitarme esta ropa y no sentir como la pintura se endurece en mi piel- me rasco el antebrazo frustrada.

Escucho como suspira, su rostro se empaña con una mueca de culpabilidad, y sus dedos se retuercen en su regazo.

-Que tal si primero vamos al apartamento, nos damos un baño y yo me encargo de recuperar nuestras cosas.- 

Solo asiento, Lander y yo vivimos juntos desde hace meses, él me propuso mudarnos a un departamento el día de nuestra graduación, por eso estaba tan nervioso y callado, y pues lo obvio es que terminamos viviendo juntos en un apartamento lo bastante espacioso y cómodo para los dos, las cosas han ido bien  salvo unas cuantas pequeñas peleas sobre quien arregla la cama o quien fregará los trastes, pero después de ahí no ha pasado nada del otro mundo, nos hemos organizado lo suficiente como para que el lugar se mantenga presentable y ordenado, los dos nos dividimos los quehaceres de la casa y mantenemos el lugar limpio.  Tomo un último suspiro y me levanto del sillón.

-Necesito un baño urgente- busco las llaves del lugar para cerrarlo.

Lander se levanta y comienza a caminar hacia la salida, hace una mueca al ver la cantidad de gente que camina por la plaza, él y yo seremos el espectáculo de la tarde, estoy más que segura, tal vez mañana aparezcamos en algunas revistas con algún título de Clickbait.

 Dándole un empujón a Lander logro que él sea el primero en salir, las miradas rápidamente se posan en él y su aspecto desastroso, tragando en seco soy la siguiente en salir, cierro lo más rápido que puedo y tomando a Lander de la mano caminamos por en medio de la plaza, las miradas curiosas se posan en nosotros, algunos murmullos se hacen llegar y también luces de flashes caen sobre nosotros.

-Bueno esto no podría ir peor.- me quejo en voz baja.

Nunca en sus vidas digan esa frase, aprendan de las películas y de los libros, las desgracias siempre suceden cuando dicen esa frase. Ahora resulta que ningún taxi nos quiere llevar porque según ellos ensuciaremos su vehículo, y ahora Lander y yo nos encontramos caminando más de cinco cuadras para poder llegar al apartamento, varias personas se giran a mirarnos raro y a tomarnos algunas fotos, estoy segura que mañana saldremos en el periódico con el titulo, Dos locos caminan por la calle con pintura hasta en el alma, y una foto de Lander con el cabello celeste, sería un buen titular, ¿No creen?.

Sonrío aliviada al ver nuestro edificio a menos de tres metros, como me cansé a medio camino Lander me lleva cargada en su espalda y mis piernas cuelgan a sus costados.

Lander comienza a correr hacia el edificio aún conmigo en su espalda y comienzo a gritar como loca desquiciada teniendo miedo a que terminemos en el suelo.

-¡Lander Mónica Jones no corras!- grito a todo pulmón.

-¡Que no me llamo Mónica!- me responde divertido y acelera aún más.

Hijo de la papaya.

-¡Ojalá te jalen los pies mientras duermes!-Gritó divertida.

-¡Tú duermes a mi lado!- Lo escucho reír burlón.

-Pues ojalá que tu Oreo te salga sin cremita- 

Lander se detiene de golpe, solo nos encontramos a unos pasos de la entrada.

-¡Retráctate!- grita ofendido.

Y ahí me doy cuenta que todo el mundo nos está viendo, Dios padre purismo.

-No lo haré, ahora entra que me quiero duchar- muevo mis piernas como si el fuera un caballo y lo estuviera incitando a caminar.- Vamos caballito.

-Estamos en la posición incorrecta cariño, además estamos en la calle cochina- 

Frunzo mi ceño por unos segundos sin entender, pero cuando logro hacerlo un grito mudo sale de mis labios.

-Que puerco eres Lander- Comienzo a removerme para que me suelte.

Él me deja sobre mis pies y entramos al edificio, una sonrisa perversa se dibuja en sus labios, si será puerco el marrano.

Entramos al ascensor, gracias a Dios ya nadie nos puede ver y no podremos pasar más vergüenzas de las que ya sufrimos en el día, hoy sin duda nos persigue la desgracia, al posarnos frente a la puerta del apartamento Lander se detiene de golpe y comienza a rebuscar en sus bolsillos con desesperación.

-Si me llegas a decir que no tienes las llaves te juro que te tiro de la azotea- lo amenazo ya cansada.

Veo como su manzana de Adán se mueve cuando traga en seco, su expresión se relaja cuando las encuentra, Lander abre la puerta y me deja el paso para que yo entre primero, enciendo las luces de la sala y me dirijo rápido al baño de nuestra habitación, nuestro apartamento consta de dos habitaciones y dos baños, la sala es bastante espaciosa, algunos libros y marcos con fotos nuestras, de nuestros familiares y amigos se mantienen esparcida por toda la instancia, la cocina es lo suficiente grande como para poder mantener a más de cinco personas a la vez, en el comedor una mesa de seis puesto y unas cuantas decoraciones. Me adentro al baño y me deshago de la ropa lo más rápido posible, abro la ducha y dejo el agua caliente caer, escucho como la otra ducha también se enciende, supongo que Lander primero se tomará un baño antes de recuperar nuestras cosas. 

Me lavo mi cabello y lo mejor que puedo mi rostro, en un principio el agua salía celeste y manchaba el azulejo blanco de la ducha pero a medida que me restregaba la piel la pintura se iba desapareciendo, tomo dos toallas y me envuelvo en un a de ellas para después tomar la otra y secar mi cabello, permanezco un rato más en el baño para echarme unas cuantas cremas y después ordenar todo el desastre que había hecho, al salir del baño el cuarto estaba en completo silencio, podía escuchar movimiento en la sala y posteriormente el timbre resuena por todo el lugar, me muevo rápido por la habitación hasta encontrar una muda de ropa interior  y ponerme un conjunto para estar en casa que consiste en un short jean y una camiseta lo suficiente larga como para tapar el pantalón, tomo una peinilla y desenredo los nudos que se encuentran en mi cabello, decido dejarlo secar al natural y salgo de la habitación minutos después, como estoy descalza Lander no se da cuenta de mi presencia hasta que estoy a su lado.

-¿Que es eso?- Miro interesada la pequeña caja que sostiene en una de sus manos.

La caja de color negro se le resbala de sus manos y termina en el suelo.

-¡No es nada!- se apresura a recogerlo y guardarlo en uno de sus bolsillo.

Frunzo mi ceño pero decido dejarlo pasar, veo la maleta apoyada en el sillón y me acerco a ella, rebusco en su interior interior hasta encontrar mi teléfono y una muda de ropa, tomo mi celular y reviso que no tenga ningún mensaje ni llamada, gracias a Dios no tengo ninguna llama en buzón y en mis mensajes solo tengo uno de Mandy preguntándome en donde puede conseguir una sartén eléctrica, ¿Para qué la quiere ni idea?, ni siquiera sé por qué me pregunta a mi.

-¿Esa caja estaba en la mochila?- lo miro interesada.

Lander se sienta nervioso a mi lado.

-Sí- 

-¿Como recuperaste nuestras cosas?- 

-Hice unas cuantas llamadas- se encoje de hombros restándole importancia.

-¿Y qué hay en la caja?- insisto con una sonrisa inocente.

-¿No vas a parar hasta que diga, cierto?- 

-Noup- 

Lander suspira a mi lado con cansancio.

-Se suponía que iba a hacer una cena o a invitarte a algún lado, pero eres tan curiosas que voy a tener que improvisar.- toma la caja, y la abre mostrándome un anillo bastante sencillo pero lindo.

Siento como dejo de respirar por unos segundos, no se si entrar en pánico o saltar de la emoción si creo que lo que va a suceder.

-Antes de que te asustes, este es un anillo de promesa- toma la joya y me la enseña.

-¿Anillo de promesa?- lo miro confundida.

-Sí, es como una especie de un símbolo, con esto te estoy prometiendo que en algún momento de nuestras vidas vamos a subir al siguiente escalón, o sea que en algún punto de nuestras vidas tu serás mi esposa y yo tu esposo.- me sonríe nervioso.

Me abalanzo sobre él y lo envuelvo en un fuerte abrazo, tomo su rostro y lo beso, una alegría inexplicable me inunda de los pies a la cabeza, siento a mi corazón acelerarse en mi pecho.

-Dame mi anillo- 

Lander sonríe divertido y me lo coloca en mi dedo anular.

-¿Ahí debe de ir?- 

-Sí, porque en un futuro será remplazado por el de compromiso y el de boda- sus dedos acarician mi mano para después llevársela a los labios y besarla.

-Te amo, Lander Mónica Jones- 

-Que mi segundo nombre no es Mónica- Gruñe exasperado.

Río divertida, solo lo seguiré diciendo para molestarlo.

-Pero aún así te amo Joyita- 

Junta nuestros labios en un tierno beso, un suspiro de satisfacción es mi respuesta, la verdad no podría pedir más en esta vida, tengo a mi lado al hombre que amo y sé que él también me ama, he comenzado a cumplir mi sueño, a el estudio cada vez le falta poco para comenzar a funcionar, mis padre están bien al igual que Asher, la familia Jones se a vuelto mi segunda familia y cada uno de ellos se encuentran bien, mis amigos siguen siendo los mismos de antes, aunque ahora no nos vemos tan seguido siempre nos mantenemos en contacto o buscamos espacio en nuestras agendas para vernos. 

Todo esto comenzó con la descabellada idea de entrar a un internado en cubierta, hice amigos que estoy segura permanecerán conmigo para toda la vida, y también encontré el amor, siendo más que honesta no podría pedir nada más.

FIN 


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No puede ser, estoy que lloro, está historia ya a llegado a su fin, como saben todavía le falta el epilogo y antes de que pregunten si habrán capítulos extras.

Antes que nada le quiero dar las gracias a cada uno de ustedes, gracias a las que votaron en cada capítulo o dejaron un voto ustedes en serio valen oro.

Y perdón por la tardanza, la escuela me tenía en un bloqueo y además no tenía tiempo ni de respirar.😕😔

Espero seguir viéndolos en mis demás novelas, porque les juro que seguiré escribiendo y dándoles un pequeño pedazo de mi corazón.

Los amo ❤💞.

~VMBM🧚‍♀️✨

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