Baekhyun brindó su apoyo a Chanyeol al verlo tan decaído por su reciente operación. Sin embargo, al poco tiempo después, ambos comenzaron a sentirse curiosos respecto a la reacción del castaño ante la noticia, por lo que decidieron dirigirse a la zona de cirugía.

Al llegar ahí, se quedaron en completo silencio al ver la escena frente a sus ojos; Jungkook estaba apoyado en el hombro de Taehyung mientras este hablaba despacio. Estaban en su propio mundo.

No se atrevieron a interrumpir aquella íntima escena, pero la sorpresa se leía a kilómetros en sus rostros cuando se besaron.

Escogieron irse en ese instante.

Mas, al salir de la zona de cirugía, ambos se dedicaron miradas cómplices.

Hacían cortas pausas durante el beso para recuperar el aliento y luego continuar, porque ninguno quería enfrentar la realidad que vendría después de eso.

No obstante, así como fue Jungkook el que tomó el impulso de besarlo, fue él quien decidió que ya era momento de parar.

Se separó lentamente del castaño, sus respiraciones aceleradas y el aliento caliente chocaba en sus rostros. Quería seguir, pero sabía que no era correcto.

Abrió despacio los ojos y su burbuja se rompía de a poco. Tuvo que contener una sonrisa cuando vio las mejillas de Taehyung sonrojadas y sus ojos apretados con fuerza. Es como si tuviera un déjà vu.

El castaño abrió los ojos lentamente y la fantasía terminó por romperse. Observó al chico frente a él, quien, a pesar de recuperar su semblante serio, el brillo que alguna vez acostumbró a ver en sus ojos permanecía ahí.

Había una esperanza.

El azabache carraspeó incómodo y evitó su mirada. —Yo... gracias por tu apoyo—

—N-No es nada...— Susurró.

—Tengo... tengo que ir a informar a sus familiares, así que... me voy— Dijo mientras se levantaba lentamente, mas la voz del castaño lo detuvo cuando estaba a punto de marcharse.

—¿N-Necesitas que te acompañe? Digo... puedo servirte como apoyo—

—Si quieres...—

Taehyung no tardó en levantarse y ambos caminaron en un incómodo silencio hasta la sala de espera del hospital.

Jungkook respiró hondo y se armó de valor cuando vio al esposo y al hijo de aquella paciente. No iba a ser fácil.

Se acercó lentamente y carraspeó cuando estuvo frente a ellos.

—Doctor, ¿cómo resultó la operación? ¿Ella está bien?— Preguntó el hombre, esperanzado en que la respuesta fuera positiva.

Suspiró. —Yo... lamento informar que su esposa falleció durante la cirugía. No logramos detener el sangrado— Nunca había tenido que pasar por una situación así, y era realmente difícil ver la vida de una persona derrumbarse frente a tus ojos. —Hice lo que pude, lamento su pérdida— Susurró.

—Gracias de igual manera, Doctor Jeon—

El azabache asintió y se distanció de la familia para darle su espacio. No iba a mentir, aún consideraba tener algo de culpa en su muerte, pero no fue intencional, sólo un error que tarde o temprano llegaría a su carrera.

Y eso era un paso más para mejorar.

—¿Todo bien?— Preguntó Taehyung cuando Jungkook volvió a su lado.

—Supongo que sí— Susurró. —Emh... gracias por lo de hace un rato... adiós—

Y antes de que pudiera dar oportunidad de responder al castaño, se marchó de ahí rápidamente.

Taehyung estuvo en las nubes por lo que restaba del día. Su cerebro estaba desconectado de la realidad y fue notorio incluso para sus pacientes.

No se dio cuenta de ello realmente hasta que Baekhyun apareció para señalarle que estaba a punto de inyectar el medicamento equivocado en uno de los pacientes.

El castaño se disculpó avergonzado y se aseguró de tener el medicamento correcto antes de terminar con su labor.

El rubio lo miraba de una manera extraña, parecía estudiarlo, y realmente le llamaba la atención que no haya hecho ninguna pregunta como solía hacer cuando lo veía extraño.

Se fue solo y en silencio de regreso a la residencia, ya que Baekhyun tenía programada una cita con Chanyeol para esa tarde y no volvería con él.

Estando de regreso en su habitación, soltó un suspiro antes de buscar uno de sus cómodos buzos y cambiarlo por su ropa actual.

Si de él dependiera, continuaría con su hábito de vestir con ropa deportiva, pero sabía que no podía hacerlo, ya que recibió un buen reproche en su primer día de trabajo porque su vestimenta no era óptima.

Su celular sonó ante el sonido de la llegada de un mensaje. Lo encendió y se encontró con un mensaje de su hermano.

Jin hyung

Hola Tae, ¿ya estás en tu habitación?

Quiero hablar contigo.

Tae

Sí, acabo de llegar.

Te llamo de inmediato.

El castaño apagó su celular y lo conectó al cargador junto a su cama, encendió el computador, se sentó en la silla de su escritorio e inició la llamada con SeokJin.

—¡Hola Tae!— Dijo animado el rubio al otro lado de la pantalla. —¿Qué tal todo por allí?—

—Bien... creo... sí, bien— Respondió, tratando de sonar convincente.

Frunció el ceño. —Suelta la sopa, ¿qué pasó con Jungkook?—

—¡¿Por qué mencionas a Jungkook aquí?!— Preguntó exaltado.

—No estaba seguro hasta que reaccionaste de esa manera— Se cruzó de brazos. —Dime, ¿qué pasó?—

Carraspeó suavemente e intentó evitar la mirada que le era dirigida. —Nos besamos...— Susurró.

—Taehyung, no puedo escucharte tan claro como si habláramos en persona. Dilo más fuerte—

—Nos besamos— Repitió, esta vez un poco más fuerte.

La cara de SeokJin era todo un poema. —¡¿Qué cosa?! ¡¿Por qué?! ¡¿Cómo?!—

—Solo... pasó— Dijo mientras sentía que sus mejillas comenzaban a arder.

—¡¿Cómo que solo pasó?! Taehyung, ¡son adultos por amor de Dios! ¡Ni siquiera han hablado de lo que pasó, ¿cierto?!— El silencio del castaño fue su respuesta. —Oh vamos...—

—Pero está bien así...— Susurró. —Yo... él... aún me quiere y yo lo quiero—

—Tae, no dudo en que sea de esa forma, pero las cosas entre ustedes no se arreglarán con un beso, hasta podría distanciarlos más— Suspiró. —Trata de hablar con él, ¿bien? Tienen que hablar, porque sólo así ambos serán felices—

El castaño únicamente asintió.

[Hi.

Bueno... no tengo nada bueno que decir, así que hasta el viernes, bye.]