Gruñó cuando la alarma de las siete de la mañana interrumpió su magnífico sueño.

Le había tomado un poco más de tiempo de lo habitual dormirse y lo que menos deseaba en este momento era una molestosa alarma diciéndole que debía levantarse porque era un nuevo día de trabajo.

Apagó el odioso sonido mientras fruncía el ceño y suspiró antes de decidir que era momento de levantarse. Golpeó la almohada en símbolo de protesta como si esta tuviera la culpa (aunque en parte sí la tenía por ser tan cómoda) y finalmente se levantó de la cama.

Si había despertado de mala gana, significaba que no tendría un buen día.

Pero mientras la operación que tenía no resultara mal, no había dilema con lo que pasara en el resto del día.

Tomó una ducha de agua fría para despertar completamente, vistió con un traje de color negro, preparó unas tostadas y café para su desayuno, cepilló sus dientes, peinó su cabello y salió de su departamento, para luego bajar al estacionamiento y buscar su auto que había comprado hace cuatro meses.

Era realmente un milagro que tuviera una licencia de conducir considerando las pocas clases que había tomado debido a su trabajo.

Las calles de Seúl estaban horriblemente repletas de gente al ser las ocho de la mañana, pero no se sentía nervioso por la hora; su horario de entrada era a las nueve de la mañana.

Después de alrededor de una media hora, finalmente estaba dejando su auto en el estacionamiento del hospital. Salió de este y puso el seguro, para luego ir a las escaleras, marcar su horario de llegada y subir hasta el sexto piso, donde se encontraba su oficina.

Las molestas miradas de todos los días llegaron y sólo pudo rodar los ojos ante eso. Sería mejor si se concentraban en sus propias vidas en vez de hablar sobre la de los demás.

Neurocirujano soltero y casi viviendo en el hospital no debía ser un tema de conversación.

Entró en su despacho, dejó el saco de su traje en el perchero y se colocó la bata blanca en su lugar.

Doctor Jeon Jungkook
Neurocirujano

Se ubicó detrás del escritorio, encendió el computador, revisó su agenda del día y se contactó con el secretario de turno ese día para que comenzara a llamar a sus pacientes.

Siendo ya casi el mediodía, buscó alguna colación en la cafetería que pudiera comer antes de la operación que tenía aproximadamente dentro de media hora.

Terminó optando por un sándwich y una botella de agua que llevó consigo a su oficina.

Era un poco agrio comer solo, incómodo, pero lo prefería a la ruidosa cafetería del hospital.

Luego de diez minutos, cambió su traje por su uniforme para la cirugía, tomando respiraciones profundas y asegurándose que todo saldría bien.

Tal cuál como lo había hecho el inepto médico que atendió al paciente que operaría antes de que Jungkook se enterara que él debía hacerla.

Pero no se descargaría con aquella paciente, esa señora no tenía la culpa.

Suspiró antes de salir de su oficina y despejar su mente. Debía extirpar un tumor del cerebro, no era demasiado grande, pero tenía que concentrarse y ser cuidadoso para no romper ningún vaso sanguíneo y que la operación terminara en un caos.

La paciente estaba siendo anestesiada cuando llegó a la zona de cirugía, lavó sus manos cuidadosamente y se dio ánimos antes de entrar a la sala.

Operación exitosa terminada a las 5:30 PM.

Dejó las prendas que cubrían su uniforme en el cesto de basura rápidamente y corrió a su oficina a cambiarse, para luego tomar todas sus cosas y correr nuevamente hacia el estacionamiento donde lo esperaba su auto.

Si se apresuraba y no había mucho tráfico llegaría antes de las seis al hospital donde sería la reunión.

Era un hospital reconocido, donde se especializaban en la atención al cáncer y estaba a solo veinte minutos del recinto donde trabajaba.

En el trayecto, recordó la información básica que su jefe le había dado respecto al intercambio.

Quien guiaría al equipo médico sería justamente uno de los jefes del hospital al cual se dirigía; Doctor Park Bogum, traumatólogo. El hombre era reconocido, Jungkook había escuchado algunas veces sobre él.

El intercambio sería por un año entero con un hospital de Londres, donde perfeccionarían sus habilidades, se encargarían de los pacientes de los doctores que intercambiarían con ellos y realizarían cirugías, pero, obviamente, no al ritmo casi diario en que las realizaba el azabache.

Estacionó el auto frente al hospital, ingresó a este y preguntó al hombre que estaba en la recepción sobre el lugar de la reunión.

Fue a la sala de conferencia indicada en el tercer piso. Estando frente a la puerta, suspiró en un intento por calmar sus nervios y dio tres golpes suaves para anunciar su llegada.

La puerta fue abierta unos segundos después por quien reconoció como Park Bogum, ya que lo había visto en algunas fotos.

—Hola— Dijo el hombre frente a él con una sonrisa amigable. —Tú debes ser el Doctor Jeon, ¿no?—

Asintió. —Buenas tardes—

—Pasa— Se apartó de la puerta para que Jungkook pudiera entrar y la cerró una vez que estuvo adentro. La sala estaba un poco oscura, debido a que estaban realizando una proyección por diapositivas para explicar lo que harían.

El Doctor Park lo presentó frente al resto de los doctores y se disculpó por la tardanza, pero el deber era más importante que su puntualidad a una reunión.

Y fue ahí cuando lo vio al final de la sala.

El delgado cuerpo que recordaba ahora se veía un poco más repuesto, quitándole el aspecto enfermo que solía llevar por su poco peso. El cabello castaño oscuro que recordaba a la perfección, los ojos avellana brillando por el reflejo de la pantalla, nariz perfilada, los labios rosados ligeramente gruesos y la bata blanca que contrastaba con el color canela de su piel, donde con dificultad se podía leer su identificación.

Doctor Kim Taehyung
Cardiólogo

[Hi. Rayo McQueen, Meteoro y Flash quedan pendejos al lado de ustedes, en serio.

Osea, con suerte habían dos partes publicadas y ya tenía 100 lecturas. Rapidísim@s.

¿Les gusta como va la cosa? Realmente estoy emocionada con este fic porque me gusta y llama mucho la atención las cosas médicas, así que espero hacerlo bien uwu

Bueno, nos leemos el viernes, bye.]