Capitulo 12

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Abrió los ojos con dificultad, sentía su cuerpo pesado y adolorido, la garganta seca y la cabeza le latía. Lo primero que logró ver fue los rostros sonrientes de Marlene y Lily, quienes estaban a su lado y parecían casi llorar de felicidad por verla despierta.

—¿Dónde...?—habló Jade con la voz ronca, intentando incorporarse.

—Con cuidado, tijeritas.—dijo Marlene y con ayuda de Lily la ayudaron a sentarse.

—Estas en la cabaña de los Potter, —informó Lily con suavidad.— anoche nos atacaron, ¿recuerdas? Te interpusiste entre una maldición que iba para mi, quedaste muy herida y te traje aquí. Marlene ha logrado curarte.

—Sí, pero aún así necesitas mucho reposo.—añadió Marlene.— pero, si tienes las suficientes fuerzas podemos bajar a desayunar con los demás.

—Peter...

—¿Uh?—la miraron confundidas.

—¿Dónde esta Peter?—pregunto con el rostro oscurecido.

—En la cocina, desayunando con los chicos.—respondió Marlene.— ¿Por...? ¡Oye!

Sin decir ni una palabra, Jade saltó con rapidez de la cama y salió de la habitación bajando las escaleras presurosa. No sabía donde estaba la cocina, pero no hacía falta preguntar, únicamente debía seguir el montón de voces. 

En cuanto abrió la puerta de la cocina, todos la miraron impresionados y casi al mismo tiempo aparecieron Dumbledore junto a Moody. Jade levantó su varita y apunto a Peter, exclamando:

—¡Incarcerous!

—¡Incarcerous!—lanzó Moody a otro objetivo.

—¡¿Pero qué demonios hacen?!—cuestiono James sorprendido al mismo tiempo que Lily y Marlene llegaban al lugar, contemplando a Peter y Dorcas desarmados y amarrados en el suelo.

—Peter Pettigrew y Dorcas Meadowes son traidores, han estado vendiendo información de la Orden para poder ascender en los puestos de mortífagos.—explicó Dumbledore con seriedad, mirando con desdén a los dos traidores.

—¿Dorcas también?—pregunto Jade agarrándose el abdomen con dolor.—Solo supe de Pettigrew.

—¿Cómo lo sabías?—pregunto Lily impresionada.

—Porqué soy miembro de la Orden del Fénix desde antes de que ustedes supieran que existía.

(...)

Una de las cosas que había hecho que Eva se enamorara de Tom era la enorme protección y preferencia que le daba a ella, así como la atención que le brindo durante todo su embarazo. Eva sabía que Tom había sufrido con la desaparición de Silver, pero nunca había podido perdonarle que intentara reemplazarla con su sobrina Bellatrix. 

Había cosas que Eva podía pasar por alto, como lo de Bellatrix o como el hecho de que desde la desaparición de Silver, Theodore y Tom la trataban peor que a una muñeca de cristal que parece a punto de romperse al mínimo, pero, existían cosas que ella no podía ignorar, y en ese preciso instante lo estaba haciendo notar.

—Eva, por favor.—pidió Tom con seriedad. 

—Sobre mi puto cadáver, Tom.—masculló Eva rabiosa.— ¡Sobre mi puto cadáver le darás a Bellatrix la habitación de Silver!

—¡Pues no esta a discusión!—exclamó Tom, molesto.— ¡Ella esta pasando por un muy mal momento por lo de su padre y no la dejaré dormir en cualquier lado!

— Te cae como anillo al dedo que Cygnus este muriendo, ¿no? —dijo Eva con asco— Tu fantasía donde ella es tu hija se vuelve más realidad entre menos familia tenga.

—No vuelvas a decir eso, Eva. Yo nunca podría remplazar a nuestra hija— replicó Tom dolido— solo porque no soy como tú, llorandole por todas las esquinas, no quiere decir que no me duela.

—¡Es porque estoy estropeada, imbécil!—grito dolida.

Se quedaron callados unos segundos y Tom intentó acercarse a ella pero Eva dio dos pasos atrás con las manos en alto, prohibiéndole acercarse. Negó con la cabeza y lo miro con frialdad.

—Si las cosas seguirán así, Tommy...no se cuanto podre soportarlo.—dijo Eva con seriedad.

Dio media vuelta y comenzó a avanzar por el pasillo, dejando detrás de sí a un ensombrecido Tom, que la miraba con dolor.

— Iré a arreglarme, no olvides que debemos visitar al verdadero padre de Bellatrix.—añadió Eva.

Esa misma noche, despues de como Eva escucho desde su habitación que Bellatrix trasladaba sus cosas a la habitación que debió haber pertenecido a su hija Silver, se reunió con Theodore y su hijo en la sala y se aparecieron los tres en la mansión Rosier, lugar donde habían vivido Cygnus y su difunta hermana Druella.

Cygnus Black se encontraba muy delicado de salud, había enfermado gravemente de Viruela de Dragón y todos sabían que estaba al borde de la muerte, por lo que en la mansión se encontraban las personas más allegadas al matrimonio Black Rosier, como lo eran los Black Prince, Lestrange, Malfoy, Crabbe, Goyle, Carrow, entre otros.

Casi al mismo tiempo aparecieron Tom y Bellatrix, esta última se dirigió junto a Narcisa a la cama de su padre mientras que Tom miró con el ceño fruncido a su mejor amigo y a su esposa.

—¿Se puede saber porque no me esperaron para llegar juntos?—pregunto Tom molesto.

—Por que no se me dio la gana.—respondió Eva secamente.

La única razón por la que estaban ahí era porque, según las palabras de Narcisa, su padre, Cygnus, había solicitado ver al matrimonio Ryddle y a Theodore antes de morir. Abriéndose paso entre la gente, Tom, Theodore y Eva se acercaron hasta quedar frente a la cama de Cygnus.

No quedaba mucho de lo que fue el grande y apuesto Cygnus Lestrange, debido a la enfermedad ahora parecía casi un muerto que se aferraba a su último hilo de vida, pálido como la cera y con enormes ojeras. Eva no pudo evitar sentir tristeza por él, incluso sabiendo lo mal que hablo de ella cuando era joven y que no la consideró digna de ser su esposa.

Cygnus abrió los ojos con dificultad y con ayuda de sus hijas logro sentarse. Todos lo contemplaron en silencio, pero los ojos de Cygnus solo veían a Eva.

—Eva.—saludó con voz ronca.

—No hables, Cygnus.—pidió Eva tomándole una mano con delicadeza y sonriéndole tristemente.— Estas muy débil, no debes hablar.

—Siempre fuiste muy hermosa.—confesó Cygnus y Tom gruño en advertencia.— ¿Porqué no te casaste conmigo?

—Bueno, Cygnus, no creo que sea el momento pero te recuerdo que tu fuiste quien me rechazo.—respondió Eva, divertida.— anda, deja de hablar, solo te haces más daño.

—No me arrepiento.—confesó en voz alta.

—¿De haberte casado con Druella?—inquirió Eva confundida.— pues claro que no deberías, te dio tres hermosas hijas y...

—No me arrepiento de lo que sucedió con Silver.

La sonrisa de Eva decayó y los demás presentes se miraron confundidos. ¿Cómo se atrevía Cygnus Black a insinuar que estaba feliz con la desaparición de la única hija del matrimonio Ryddle?

—Cygnus, ¿De qué estas...?

—Yo fui quien rapto a tu hija.—confesó.

Eva se levantó abruptamente de la cama y un jadeo colectivo inundo la habitación. Theodore sujetó a Eva de la cintura, Bellatrix y Narcisa fueron tomadas de la mano por sus parejas y el joven Theodore se mostró demasiado interesado en lo que sucedía. 

—Esta furioso por no haberte elegido a ti...y todavía más furioso estaba de que el amor que me profesabas no perdurara de por vida y que te casaras con este mestizo. —miró a Tom con desprecio y este fue sujetado por Abraxas.— Entonces...decidí que si no podía ser feliz, ustedes tampoco lo serían.

»Me lleve a la niña aquella noche en la fiesta de su presentación, ¿Quién sospecharía de mi cuando nosotros no estábamos invitados y ustedes tenían tantos enemigos, principalmente Dumbledore? Pobre anciano...lo hicieron pasar por muchos interrogatorios por un crimen que no cometió. 

—¿Dónde esta mi hija, Cygnus?—pregunto Eva con el corazón latiéndole a mil por segundo. Cygnus sonrió de lado.

—Oh, yo la conocí. En realidad, yo mismo la recogí a sus once años y la lleve a Azkaban. Se parece mucho a ti, pero también tiene muchos rasgos de Tom, especialmente en ese caracter taciturno. 

»¿Pero sabes algo? ella ya debe haberse graduado de Hogwarts o si fue demasiado rebelde quizá sea parte de los tantos sangre sucias que eliminamos cada año, quien sabe...lo unico que si sé, es que jamás volverán a ver a su hija. Nunca.

Crucio

Antes de que Tom pudiera romper en insultos, Eva había alzado su varita con el rostro más frío y estoico que jamás le hubieran visto, pronuncio la maldición imperdonable hacia el cuerpo de Cygnus Black, quien aún con su sonrisa torcida, comenzó a gritar de dolor.

—¡No!—grito Bellatrix y apunto a Eva.—¡Confrin...!

—¡Desmaius!—lanzó Theodore Jr y Bellatrix fue lanzada hasta la pared, cayendo al suelo. Rapidamente Rodolphus se acercó a ella.

Eva no supo cuanto tiempo estuvo con la maldición cruciatus torturando a Cygnus, pero para cuando se dio cuenta, su amigo Theodore le había tomado la mano y señalado que el cuerpo ya no se movía. 

Cygnus Black había muerto.

Bajó su varita y sin voltear a ver a nadie, salió de la habitación bajo la atenta mirada de todos los presentes, quienes estaban estupefactos ante el hecho de haber visto a la siempre tranquila y amable Reina Eva torturar a una persona hasta la muerte.

Tom siguió a Eva fuera de la habitación, seguido de ambos Nott y de todos los demás. Adelanto el paso hasta tomar la mano de Eva, quien se soltó de su agarre bruscamente y se giro a encararlo, molesta.

—¡Te lo dije!—grito Eva.— ¡Te dije que nuestra hija debía seguir viva pero tu insististe en darla por muerta! ¡Debimos haberla seguido buscando! ¡Yo tenía razón!

—¡No había forma de saberlo!—grito Tom— ¡No podía vivir en el pasado justo como tú!

Ella dio un paso atrás justo cuando Tom intentó tomarla del hombro. Todos veían la escena en silencio, para nadie era secreto que la mayor debilidad, y probablemente la unica, de Tom Ryddle, era Eva. 

Sonrió con frialdad y se paro recta, encarando a Tom. Se quito su anillo de compromiso y el de boda y se lo lanzó a Tom, quien la miró incrédulo y Eva declaro con voz alta y firme:

—Quiero el divorcio.

  





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