CAPÍTULO 20. DANIEL

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Tan pronto como bajo la escalera a la mañana siguiente, sé que algo está pasando porque Keren sonríe cuando me siento en mi lugar, dejando un enorme plato de pan cakes frente a mi.

—¿Y bien? ¿Se hizo la jodida prueba?

La rubia asiente.

—Salió positiva.

Positiva.

Grace está embarazada como aseguré que pasaría. Debería decir "te lo dije" a Keren, pero en lugar de eso le guiño un ojo y tomo mi tenedor para comenzar a comer.

—Dije que sabía lo que hacía —digo, con la boca llena de pan cake—. ¿Dónde está ella?

—Arriba, alistándose porque la doctora Park viene en camino. ¿Quieres... Estar ahí cuando la revise?

¿Yo?

—No, estaré en el gimnasio el resto de la mañana. No quiero involucrarme.

Keren tuerce la boca en un gesto de molestia, probablemente no quiere que me quede más tiempo del necesario, pero no insiste más. Deja una taza grande de café en la mesa para mí antes de regresar a la cocina.

Cuando Grace vea a la doctora y ella confirme que está embarazada, estaré libre de ese contrato de la señora Ramos sobre permanecer aquí. Además, recibiré la otra parte de mi dinero. Genial.

Ni siquiera sé por qué me dirijo a la sala de ejercicio, podría tomar mis jodidas cosas y salir de aquí, regresar a las calles, ver a Robby y beber mucho alcohol. Maldición, eso ya no suena tan emocionante como antes.

De cualquier forma, hago el recorrido en la banda durante al menos una hora, dando tiempo a Grace para hable con su doctora. Antes de subir a mi habitación, me detengo en la cocina.

—Creo que me merezco una gran copa del mejor whisky que tengas —le sugiero a la rubia—. Cumplí con mi parte, ahora cumple con la tuya.

—¿Con el licor?

Graciosa.

—Con el dinero. Creo que estoy listo para hacer mi retirada.

El semblante de la señora Ramos no cambia, ni siquiera mueve las cejas como haría siempre que digo algo que no le parece. Solo me mira.

—¿Estás seguro de querer hacer eso?

—¡Por supuesto! Estaré feliz de dejarte a ti.

—¿Y a Grace? —pregunta, ahora sí con la ceja arqueada.

Mantengo una sonrisa forzada.

—Ella estará bien sin mí, estoy seguro que ustedes dos van a cuidar bien de su sobrina y a asegurarse que ningún rufián drogadicto quiera dañarla.

Abre la boca para replicar algo, pero se detiene cuando los pasos en la escalera se vuelven más ruidosos, luego una mujer con una bata blanca pasa seguida de Ramos.

—Alistaré entonces tu pago, —agrega, atrayendo de vuelta ni atención a ella—. Pero no dejes que tú prisa por salir de aquí te impida despedirte de Gracie, ella no es una de tus putas.

Mis cejas se arquean en la frente y hago un gesto exagerado de sorpresa por la palabra que la estirada Keren acaba de usar. Seguramente piensa que soy una mala influencia para Grace y Joel, avivándolos de sus acartonadas vidas.

Sin nada más que aclarar con la rubia, voy a la habitación por mi última relajante ducha caliente, me afeito la barba, me aseguro que quedar reluciente y aplicar perfume. Y como sé que nadie volverá a usar mi gel de ducha, me lo llevo como recuerdo.

Alistar mi mochila fue la parte fácil. No tengo ninguna jodida cosa que valga la pena, y estoy seguro que Grace no extrañará el par de camisetas y pantalones que empaqué. Lo que me estoy evitando ahora es entrar a la habitación del final del pasillo para enfrentar a esa chica.

Con un último suspiro, dejo la mochila en el pasillo y me dirijo a ver a Grace. Me sorprende que permaneciera en la habitación tanto tiempo, y descubro que sigue acostada en la cama cuando empujo la puerta.

—Hey.

—Hola, Daniel —sonríe—. Pasa por favor, ven aquí

Estira su mano para que yo la tome mientras su otra mano descansa sobre su vientre plano. Nota que mi mirada se detiene ahí, así que me explica.

—Estoy embarazada.

—Lo sé.

Ella vuelve a sonreír, ignorando el hecho de que dejé su mano en el aire.

—La doctora Park dice que debería descansar, al parecer haré reposo absoluto los próximos meses.

—Entiendo. —no quiero ser descortés, pero mientras menos sepa, mejor será para ambos—. Espero que tengas un embarazo tranquilo.

Sus ojos azules y brillantes caen ligeramente cuando la comprensión la alcanza, su expresión cayendo.

—¿Te vas?

—He cumplido con mi misión en tu vida.

Intento sonreír, pero ella solo presiona los labios con fuerza.

—Podrías quedarte un tiempo más, nadie te está echando.

—¿Y hacer qué? Solo soy bueno para tener sexo, y creo que eso ya está fuera del menú ahora que estás embarazada.

Mis palabras directas hacen que sus mejillas se tornen rojas de esa manera tan linda que tiene, la hace lucir como una verdadera muñequita.

—Podrías hacer otras cosas, como ir a la escuela o tener un trabajo.

—¿Estás adoptándome? —me río—. Nena, no soy bueno para la escuela. Y no sé si quiero tener un aburrido trabajo de oficina.

Ella vuelve a mirarme, cambiando de argumento.

—Entonces extenderé el contrato, te pagaré por quedarte tres meses más.

—¿Con qué propósito? —pregunto, de verdad intrigado por su insistencia—. ¿Quieres que te haga compañía?

Aunque dudo que sea lo que quiera. Hacer este trato ha complicado las cosas de una forma que no debería y permanecer juntos más tiempo solo lo hará imposible. Tarde o temprano se arrepentirá de tenerme en su vida.

—Podría necesitarte, la doctora dijo que los tres primeros meses son de alto riesgo, ¿Qué pasa si lo pierdo y te necesito de vuelta?

—Entonces vendré de nuevo, Keren sabe dónde encontrarme.

Grace cierra los ojos con fuerza por un largo momento, y me pregunto si está conteniendo las ganas de llorar.

—Muñequita, te aseguro que no me quieres cerca. No soy lo que crees que soy o lo que piensas que podría ser. Me gustas, pero esta no es la vida que quiero.

Eso termina de romperla, gruesas lágrimas se forman en sus ojos y mi primer impulso es acercarme a consolarla.

—Nena...

—No —me detiene con una seña—. Tienes razón, estaré bien. Solo creí que podría ayudarte.

¿A qué? ¿A ser decente? No tengo futuro ni quiero pensar en eso. Estoy tan jodido que no debería tener familia y es probable que termine muerto como la puta adicta que era mi madre.

Ella y su bebé estarán mejor sin mí, si mantengo cualquier tipo de contacto, solo los lastimaré.

—Fue un gusto conocerte, Grace Stevens.

Grace asiente, ahogando un sollozo.

—Gracias por todo, Daniel. Que tengas una buena vida.

Hago un gesto incómodo a modo de despedida y salgo de la habitación, sintiendo una presión muy fuerte en mi pecho. Levanto mi mochila del piso en donde la dejé y pisoteo todo el camino hasta bajar la escalera.

Keren ya está ahí, con un sobre en la mano y sus agudos ojos revisándome como si pudiera ver dentro de mi.

—¿Qué? —gruño.

—¿Estás seguro de esto, Daniel? ¿Esto es lo que quieres hacer?

Entrometida.

—Dame mi puto dinero y déjame salir de aquí.

Extiende la mano con el sobre y se lo arrebato, necesitando salir de esa casa lo más pronto posible. Ella no dice adiós, tampoco lo digo, pero puedo adivinar que siente lástima por mi.

Apenas pongo en pie en la calle, la presión en mi pecho se disipa y decidoque me merezco una cajetilla de cigarros y una botella de whisky.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro