Capítulo nueve: Lo ínfimo es magnífico.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Te voy a degustar, me vas a saborear, te voy a enloquecer y te voy a follar bien duro, nene —musita enardecido sobre mi receptivo cuello.

El calor conformado entre nuestros cuerpos genera un sentimiento de aprehensión a toda esta situación que solo puedo anhelar repetir la escena, una y otra vez, con la misma sintonía y consumiendo mi cordura hasta el último momento.

Jung Kook, aprieta mi culo con total devoción, amasando a su antojo y sacándome jadeos que suplican por su toque mientras gimo entrecortado sobre sus hombros y tiro de sus cabellos, enardecido en pasión.

—Necesito sentirte, estirándome y llenándome hasta el límite para rogar que no pares —suelto mientras -obscenamente- deslizo mi lengua desde sus clavículas, cuello y mentón, para finalizar en sus adictivos labios.

—¡Maldición Jimin! Estoy duro de solo mirarte. ¿Qué me has hecho? —refuta clavando su renegrida mirada en mí.

—¿Yo? Yo soy libre de culpa. Eres tú el que me provoca con ese aire empoderado —digo elevando mis brazos para librarme del pecado y arrastrarlos por mi cabeza cuya única finalidad es provocarlo aún más, mientras humedezco un juguetón dedo sobre el contorno de mis labios.

Labios que reclaman ser comida o comer, en su defecto.

—Eres muy travieso bonito.... Y eso, me calienta demasiado —susurra Jung Kook, tomando mi mano, lamiendo dos de mis dedos para luego, tragarlos.

¡Y maldita sea! Libero un largo gemido cuando siento unir su miembro al mío en una tortuosa caricia a la par de las lamidas.

—Prepárate para recibirme, nene —suelta chupando cada parte de mi cuerpo a su alcance de sus labios a medida que sigue con los firmes vaivenes de nuestros necesitados miembros.

Luego, envuelve mis piernas alrededor de su cadera y se levanta conmigo para apoyarme en el lugar que libera al tirar todos los objetos diciendo: —Necesitas apoyo para hacerlo correctamente —suelta chupando mis dedos nuevamente a medida que elevo mis pies y me sostengo —. Ahora sí, prepárate para recibirme.

Acerca mis húmedos dedos con su mano mientras no deja de masturbarse con la otra.

Y poseído en la lujuria del momento, entierro un dedo en lo profundo mientras gimo fuerte y lo observo deleitándose conmigo y con la visión de lo que obtengo.

Aprieta su labio inferior en señal de creciente deseo a medida que se marcan sus abdominales por la tensión ejercida sobre su miembro. E imagino que es mi boca la que provoca sus profundos jadeos.

—Tu cara es un puto arte.

Suelta a medida que retiro mi dedo para proceder a lamerlo junto a otros dos —Mmm, uno es poco —suelto a medida que los entierro y meneo mi cadera todo provocativo.

—¡Maldición nene! ¿Tienes preservativos? —cuestiona Jung Kook a medida que se acerca como acechando a su presa, acariciando mis tobillos y ascendiendo paulatinamente por mi estremecida piel.

—E-en el suelo, en esa cajita negra que tiraste —gimo entrecortado al imaginarme siendo llenado.

Se agacha y recoge el envoltorio a medida que sonríe ladino y se enfunda rápidamente —Voy a tragarme esa hermosa y llorosa polla —suelta a medida que empuja mis piernas con sus codos.

Me aferro con fuerza a la mesada al sentir la gloria de sus cálidos labios, mientras una juguetona lengua sale -cada tanto- al encuentro de mis venas y desespero delirando entre penumbras de un placer intenso.

Meneo mi cadera al ritmo de su cavidad bucal hasta que se retira y nubla mis pensamientos al meterse de un solo y duro embiste...

Cuerpos que se inundan en placeres propios y ajenos.

Sudores mesclados con aroma a sexo necesitado.

Manos que recorren impregnando nuestras memorias con sensuales pensamientos.

Nos fundimos entre avasalladores besos, luchando por el podio de quién llega primero en esta exquisita entrega mutua.

—J-Jungkook, no puedo más...

Expido con mi último aliento cuando sus feroces embestidas me llevan al límite.

—Espera un poco más, estás tan deliciosamente apretado —jadea entre certeras puñaladas a mi próstata que presiento que me inmolo de placer a causa de sus dientes sobre mi piel.

Y explotaría (literal) si no fuera porque Jung Kook presiona mi salida a medida que continúa con sus embestidas y endulza mis oídos con galantería, hasta que por fin suelta que me corra explotando en nacarados hilos de placer.

Mediante un gutural gruñido finaliza. ¿Y yo? Solo desearía sentirlo caliente dentro mío a medida que chorrea y lo mete de vuelta.

Unos largos minutos después, no soporto más guardar mis pensamientos y lo llamo: —¿Jung Kook? —a medida que acaricio su espalda con suaves movimientos circulares.

—Dime bebé —responde escondido en mi cuello, luchando por recuperar el aire mientras realiza sutiles toques con sus dedos.

—Y-yo quisiera... s-sentirte... piel a piel... —anuncio nervioso a medida que mi piel se ruboriza y él, se eleva para mirarme seriamente a los ojos.

Y tras un largo silencio que aumenta mis nervios, anuncia: —Ok bebe, nos haremos los análisis y listo —finaliza como al pasar, depositando un dulce beso sobre mis labios, beso que confunde a mi loco corazón desesperado —Vamos a limpiarte, o mejor, nos bañamos juntos ¿qué dices?

—Un baño, es una muy buena idea — digo risueño y ruborizado.

"¿Dónde estuviste todo este tiempo? Te necesité tanto..." Desciendo de la mesada abstraído en pensamientos y perdido en algún sitio en donde Jungkook me quiere y me necesita tanto como yo lo quiero a él.

—¿Por dónde andará esa loca cabecita, Park? —suelta con una hermosa sonrisa ante mi fulminante mirada.

—¿Así que ahora soy Park? —confieso entre pucheros mientras me limpio con retazos de papel.

—Siempre fuiste, solo que a partir de ahora serás "mi Park", aunque prefiero llamarte bebé, y si la situación lo amerita; te llamare nene —susurra sensual sobre mi oído —. Porque me encanta ver como te calienta que te llame así.

Sofocando nuestras ganas interminables de perecer aquí, consumo sus labios en un hambriento beso desesperado, aferrándome a su espalda como si mi vida dependiera de ello a medida que él me coge de la nuca profundizando -aún más- el beso.

Lenguas que se reconocen como si de vidas pasadas se tratara y un corazón que palpita fascinado.

—Vamos a bañarnos, porque si seguimos así, no me baño nada —dice Jungkook con su sonrisa ladeada.

Y estoy seguro que mi semblante me delata, porque puedo percibir mi cuerpo sin respuestas ante sus palabras.

Es que, si su cuerpo está tallado por los mismos dioses (benditas sean mis manos que lo tocan) su noble sonrisa me derrite, haciendo que no pueda sacar mi mirada de todo su ser.

"Estoy perdido en él..." Medito ensoñado hasta que cuatro palabras que salen desde su boca, me despiertan.

—Tú, también me gustas.











HAW, YA ME MORÍ 🥰

RECLAMO MI DOMINGO ASÍ 🤨🤣

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR♥️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro