Capituló 35: «Mi mejor amigo»🦋

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Maddox Harrison.

Maldito sean todos los hombres, menos los perfectos y amorosos que existen en los libros.

Podía sentir los ojos de sus empleados al otro lado de la calle, me tenían vigilada casi todas las horas del día. Les insistí a ambos que eso no era necesario, que me hacían sentir incómoda, pero el hecho de saber por todo este tiempo que no se me había acercado ningún hombre los hacía sentir... ¿tranquilos?

No lo sé maldita sea. No sabía si los hacía sentir más hombres el saber mis movimientos o se sentían satisfechos por el hecho de que yo no estaba saliendo con alguien más. Había pasado mucho tiempo, pero verlos casi todos los días evitaba que mis sentimientos se mantuvieran como el primer día en que los miré a ambos a los ojos en un día de lluvia.

Lluvia que no fue suficiente para apagar mi deseo desde ese día. Deseo que solo existe cuando me miran y me tocan.

Saqué el teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón y dudé por unos momentos, pero lo hice, marqué, oí pocos pitidos hasta que por fin el sonido de su voz me hizo cerrar los ojos y suspirar.

—Nena.

—No me llames así. Ven a verme en una hora, estaré en la cafetería de la universidad —dije sin rodeos.

—Tengo trabajo... pero veré qué puedo hacer con los chicos.

—¡Ja! —me burlé, pero no me daba nada de gracia —. ¿Ahora son los chicos? Veo que dejaron de ser tus jefes Gabriel.

Cuando salí de mi clase pensé en que sería buen idea arreglar los problemas con él, lo echaba de menos... sabía que las cosas no serían como antes, pero podríamos retomar la amistad que tuvimos. Ambos crecimos juntos en muchas cosas, apoyándonos en el otro, como si hubiésemos sido almas gemelas en amistad, aunque... ¿amistad?

—Iré cuanto antes.

Colgué el teléfono y fui rumbo a la cafetería, podía aprovechar el tiempo esperaría a por Gabriel y estudiar para los parciales que se acercaban, tenia cuatro materias en este semestre, y tres de ellas eran de mi carrera, estaba emocionada y asustada.

La psicología era algo complejo y delicado, consta de dedicación, atención y tiempo, y tenía todas esas cosas, menos el tiempo.

Así pasó un tiempo, me había puesto mis audífonos y una canción de Ariana Grande sonaba a través de ellos, justo cuando necesitaba sentirme empoderada y con el control de toda la situación God si woman me disparaba las ganas de levantarme y gritarle al mundo que... ¡joder, yo tenía el maldito poder!

—Hola —lo saludé con una asentimiento de cabeza siguiendo sus movimientos—. ¿Pediste algo de comer?

Negué con la cabeza. De inmediato él levantó la mano pidiéndole a una de las chicas del servicio se acercara. Pedimos algo de comer y lo hicimos en silencio.

—¿Para que me llamaste? —cuestionó, lo miré seria —no es que no quiera verte, es que... me sorprendió tu llamada, hacia mucho que...

—Éramos mejores amigos, Gabriel, ¿se te olvidó? Quise verte. Hablarte. Saber cómo estás y hablar de lo que tú y los otros dos hijos de perra me hicieron.

—Estoy aquí y estoy bien, echándote de menos, sabes que te quiero y ahora te necesito —suspiré recostándome de la silla.

—¿Me necesitas? —cuestioné—. ¿Ahora de repente estás enamorado de mi? No me hagas reír.

—Sabes que lo he sentido hace mucho tiempo, no finjas que no lo sabes maldita sea, siempre me haz gustado y todo eso se volvió más intenso cuando te vi con otros hombres.

—Hombres los cuales ahora te volvieron su mascota —enarqué una de mis cejas moviéndome hacia delante, mi pelo se movió conmigo, lo había dejado crecer dándole un cambio de color, quería innovarme.

—Ellos me acogieron de forma sorpresiva para mi, me dieron trabajo y ayudaron a que adelantara mi carrera, me esforcé, duré meses trabajando y estudiando para estar a su lado. Me siento feliz, completo, ¿No puedes sentirte feliz por mi? —su voz desesperada me conmovió, pero aún así, puse los ojos en blanco.

—No me molesta que lo hicieras, pero me dejaste sola después de lo que me hicieron y repitieron, ¿¡cómo pudiste!? —grité —eras mío, mi mejor amigo, yo estaba primero.

—¡Exactamente, yo estaba primero! —me respondió de igual forma —cuando ellos llegaron se volvieron en todo tu mundo, aunque yo seguía ahí, ya no me mirabas de esa forma... como si fuese tu única esperanza y cuando ellos... ¡lo siento, coño! Pero es que, pensé que lo arreglarían y luego... ¡lo arreglaron y yo quise ser parte! —para ese entonces la mirada de las personas estaban encima de nosotros, se oían murmullos a causa de nuestros gritos.

—¡Yo no te pedí que me follaras ni que trataras de ser parte de mi mundo, ya lo eras! —exploté.

Sí, los perdone después de lo que sucedió con sus padres y luego de ello me quisieron dar una "compensación" y esta era Gabriel, uniéndose a nuestra relación enferma, pero aquello no fue suficiente, porque después de eso me entregaron a su padre, desnuda... no me llegó a tocar, pero me sentí sucia y usada, su boca y manos se posaron sobre lugares que pensé que solo tocarían ellos.

—Te quiero, ¿por qué no me aceptas? —susurró, hubo un silencio entre ambos y no pude aguantarlo. Me levanté tomando mis cosas.

—Te acepto, pero no estoy lista. Ustedes me traicionaron.

Caminé a la salida de la cafetería y sin querer y por descuidada, terminé chocando con alguien.

—Lo siento —dije, pero al levantar la mirada no sentí aquella disculpa en lo absoluto.

—Muñeca —Leroy sonrió dejando un beso sobre mi mejilla. Pasé de él y esta vez a quien me encontré en la puerta fue con el que menos quería ver, porque su humor, y toda su mirada de soberbia me molestaba.

—No vamos a estar tras de ti por más tiempo, podemos tener a cualquier mujer que deseen —puse los ojos en blanco, aunque aquello sí me había dolido.

—¿Y eso también aplica para su padre? —su actitud serena me molestaba más que su ridícula, perfecta y hermosa cara.

—Nena, me encantas —su mano se posó sobre mi mejilla, su delicadeza me envolvió, su mirada me hechizó completamente y seguido  de ello su mano fue a mi cuello apretándolo ligeramente —, quiero meterte todas las ganas que tengo por todo tu cuerpo, hace mucho no follo por tu culpa, ¿sabes lo cansada que está mi mano?

Su rostro se acercó a su mano en mi cuello, olió acercándome más a él, sus labios acariciaron los míos y aquel acero tan simple me logró enloquecer, pero me alejé.

¿Enserio valía la pena sufrir tanto? Yo los quería, podía intentarlo una vez más, la tercera siempre es la vencida. Debía dejar cosas claras antes de que empezáramos otra vez, porque si fallaban no los dejaría entrar otra vez. El mundo siempre desaparecía cuando ellos estaban cerca de mi, las personas que estaban ahí parecían haberse esfumado del lugar o al menos eso parecía para mi.

—Estoy cansada de pelear —levanté la mirada —esta será la ultima vez que los acepté, háganlo bien, porque si no, tendrán que vivir con mi ausencia.

Volteé con el nudo en la garganta, mientras miraba a Gabriel a los ojos.

—Los tres.

🦋🦋



¡Buenoooooooooo!
Solo queda decir q... gracias por leer jsjsjsjs

¿Gabriel, Leroy y Lucien? Ya dejaron de ser dos tentaciones... o más bien, nunca fueron dos. ❤️‍🔥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro