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Jimin estaba sentado en un campo de flores, el cual se ubicaba en la frontera de su Reino y del de Jungkook, tomó una flor entre sus manos y suspiró con pesadez. Se recostó en el verde césped y cerró sus ojos, un recuerdo vino a él.

♡♡♡♡

Esto es para ti, Jiminie—Sonrió el de cabellera negra, regalándole una de esas flores al ya antes mencionado.

Eres muy dulce conmigo Kookie, te quiero—Depositó un pequeño en su mejilla y le regaló una tierna sonrisa mientras la flor muy alegre.

♡♡♡♡

Después de todo.. ¿Sigues viniendo a este lugar? ¿Lo recuerdas? Aquí siempre veníamos a jugar—Él pelinegro se sentó a su lado, intentó acariciar su cabellera castaña pero el menor se levantó rápidamente del césped.

No pongas tus sucias manos sobre mi, ¿Te quedó claro?—Dijo Jimin, limpiando un poco la tierra de sus pantalones.

Quería hablar contigo. Escúchame, po-por favor—Sus labios temblaron un poco, tenía miedo, después de todo lo que su padre decía era cierto, era alguien muy débil y nunca iba a cambiar.

¿Que quieres? ¿Matarme? ¿Quieres lograr lo que tu padre no logró?—Su mirada era fría y aquello hacia sentir horrible al menor, simplemente ya no lo reconocía.

Yo... Yo nunca te haría daño, lo que siento por ti me lo impide—Caminó lentamente hacia él, y este soltó una pequeña risa, ¿Se estaba burlando de él?

¿Acaso tu sientes?—Lo señaló y rió—¿Recuerdas cuanto te supliqué para que no mataras a mi madre?, Por más que te supliqué me ignoraste—Sus ojos empezaron a llenarse lágrimas—El hecho de que no sabías que era yo no te da el valor de hacer daño.

¿Por qué te afecta tanto? Ella no era nada tuyo.

Jimin volvió sus manos puños y empezó a hacer fuerza, al punto de hacerse daño en la palma de la manos con sus uñas.

Ella fue quién me cuidó los doce años que estuve desaparecido, la amé como lo hice con mi verdadera.. Pero claro, eres un Jeon y no sabes que es el amor. Tu padre me quitó a mi familia... Asesinó a mi padre con una espada, y mi madre fue asesinada por sus hombres. Lo sé, porque yo presencie todo, por poco me pude salvar—Las lágrimas salieron pero las secó de inmediato.

¿Acaso es mi maldita culpa?—Sus ojos empezaron a arder, también iba a llorar pero se mantendría fuerte.

Eres su hijo, no puedo esperar mucho de ti.

Solo era un niño y no sabes lo mucho que sufrí con él después de aquel suceso, pero solo buscas hacerte la maldita victima—Contuvo las lágrimas una vez más.

¿Y sabes que fue la gota que derramó el vaso? ¡Que asesinaras a la señora que me protegió!

¡Yo no la toqué, maldita sea, deja de hacerte la victima!—Las lágrimas salieron agresivamente de sus ojos, y se cayó al piso de rodillas, ahora sollozando.

¡PERO DISTE LA MALDITA ORDEN!—Gritó, desgarrándose la garganta, mientras que las lágrimas también recorrían sus mejillas. Sacó su espada y le apuntó con ella, el menor alzó la mirada con lágrimas en sus ojos y él igual sacó la suya. Las espadas chocaron con un poco de fuerza y gracias a ello empezaron a hacer fuerza.

Te odio tanto... Quiero venganza y la voy a tener, tarde o temprano tu reino va a caer y tú vas a pagar todo el daño que has provocado—Jimin lo miraba con tanto odio y empujaba la espada con fuerza, Jungkook era débil es ese aspecto. Nunca aprendería a pelear como un Jeon

No quiero hacerte daño, Minie... por favor.

Pero yo si quiero hacerte daño a ti—Empujó un poco más la espada y le dio en el hombro al menor, este pegó un grito de dolor y se tapó la herida. Cerró sus ojos, esperando un golpe más y no sintió nada, abrió sus ojos y Taehyung había tomado la espada del castaño.

Fue suficiente Jimin—Dijo, tomando la espada del ya antes mencionado.

Déjame acabar con él ¡Se lo merece!—Lo señaló, pero este estaba en trance, Alejandra estaba al lado del pálido mirando que al menos respirara bien. La chica miró muy molesta a Jimin y gritó.

¿¡QUE MIERDA TE PASA?! ¡No quiero que le vuelvas a poner una mano encima!

El ya antes mencionado le ignoró y trató de soltarse del agarre de Taehyung.

Ale, encárgate de Jungkook yo me hago cargo de Jimin.

Está bien—A duras penas Taehyung se pudo llevar a Jimin de allí, y la castaña subió en el caballo al pálido luego se subió ella y cabalgó lo más rápido posible hasta el palacio.

☆☆☆☆

En la noche el azabache fue abriendo lentamente sus ojos y al recobrar bien la conciencia sintió un dolor agudo en su hombro derecho. Frunció el ceño y miró a Alejandra a un lado de él.

¿Como te sientes?—Dijo ella, colocando un trapo de agua fría en su frente.

Me duele el hombro.

¿Por qué tú y Jimin empezaron a pelear?

Porque está loco—Susurró, cerrando los ojos con fuerza—¿Como nos encontraron?

Los guardias le informaron a Tae que ustedes estaban peleando.

Ya veo—Se quedó en silencio unos minutos y soltó un suspiro pesado.

¿Po-por qué tenías lágrimas en tus mejillas?—Dijo ella, mirando al pálido atentamente.

Recuerdos...—Murmuró—Recuerdos que aún duelen como la puta mierda.

¿Que clase de recuerdos?

Todo.

¿Quieres hablar de ello?

En verdad lo necesito.

♡♡♡♡

Desde muy pequeño siempre fui un niño "débil y mediocre" como diría mi padre, mi mamá decía todo lo contrario. Decía que era un niño muy dulce y tranquilo, que no merecía reinar como lo hacía mi padre. Ella siempre me cuidó muchísimo, al punto de dejarse golpear por mi papá. Puedo recordar la noche en la que ella murió, yo tenía seis años, y mi mamá estaba tirada en el suelo de su habitación. Ella estaba muy pálida y había algo saliendo de su boca, yo estaba muy confundido por todo. Hasta que me enteré de que ella había sido envenenada, mi padre culpó a uno de los sirvientes y lo mandó a quemar vivo.

Siempre me escondía detrás de ella cuando mi padre se molestaba conmigo por no poder pelear como él quería.. Y ahora que ella no estaba yo debía afrontar mis problemas yo mismo, sin esconderme.

¿¡Cuando vas a aprender a pelear como un Jeon?!—Con la palma de su mano golpeó la cabeza de su hijo, este contuvo las lágrimas porque si lloraba sería mucho peor—¡Eres la peor desgracia que he tenido! ¿Sabes cuál es tu castigo, verdad?

No... Padre, po-por favor—Suplicó sollozando, y empezó a gritar cuando el mayor lo tomó con fuerza del cabello para arrastrarlo al calabozo.

¡Cállate, cierra la boca, mira que tu mamá no va a venir a salvarte!—Lo tiró a una celda oscura, donde había un esqueleto tirado en el colchón que se encontraba en el suelo, eran los huesos de uno de los guardias.

¡Sácame de aquí, pro-prometo ser bueno! ¡Prometo ser el hijo que quieres!—Gritó entre lágrimas y al ver a su papá abandonar el calabozo gritó aún más fuerte.

No recuerdo más nada, solamente qué de tanto gritar y de llorar me caí al suelo, cerré los ojos y al abrirlos estaba en mi habitación. Supongo que me sacaron de ahí al ver que no respondía a las llamadas que me hacía mi padre. Así pasaron unos años y el día de la masacre de los Park llegó, una vez más tenía miedo, porque no sabía si mi papá era capaz de matar a un niño de ocho años.

Quiero que lo distraigas, llévalo a un lugar diciéndole que lo vas a esconder. Allí los guardias te van a estar esperando para asesinarlo, es un trabajo fácil ¿Te quedó claro?—Dijo el Rey, Jungkook temblaba un poco.

Está bien—Mordió un poco sus labios y se fueron a la fiesta del cumpleaños número ocho del príncipe Jimin, lo buscó con la mirada y entablaron una pequeña conversación. Pero al momento del ataque el miedo atacó a Jungkook y dejó escapar al príncipe.

Mi Padre estaba muy molesto conmigo, me gritó, me golpeó y me encerró en el calabozo sin nada de beber y comer por dos días. Me sentía solo y sobre todo... Extrañaba a Jimin, me preguntaba si él estaba bien, si había sobrevivido al ataque. Cumplí los dieciséis y tuve mi primera batalla con espadas, ni siquiera sé como gané. Pero recuerdo que terminé muy cansado y me desplome en el suelo, al despertar, tenía que ir a mis clases. Mi padre murió cuando cumplí veinte años y allí mi mente estaba contaminada por sus reglas y palabras horribles, empecé a ser un dictador sin darme cuenta. Matar a gente inocentes, entre esas la madre adoptiva de Jimin. Él me odia mucho, yo lo amo con todo mi corazón, aunque me duela, iniciaré la guerra más temida de todos los tiempos, aunque eso le cueste la vida a muchas personas.

♡♡♡♡

¿En serio viviste todo eso, Kook?—Dijo ella, mirando al pálido asombrada—Yo... Lo siento bastante.

¿Sabes? Ahora que te conté todo esto me siento bastante mejor. Me siento más tranquilo y hasta creo que con más fuerzas.

Me alegra bastante que te sientas mejor—Quitó el trapo frío de la frente del pálido y habló.—¿Que piensas hacer con ese imbécil?

Él quiere una guerra y eso va a tener. Iniciaré con ella cuando me recupere del brazo, sé que esta guerra matará a muchas personas pero solo uno puede quedar con vida y reinar como se debe.

Te voy a apoyar, eres como mi hermano y aunque ame a Taehyung me voy a quedar contigo ¿sí?

Tonta—Rió un poco y miró el collar que colgaba de su cuello.

No importa lo mucho que te ame Jiminnie, pero es nuestro destino, está escrito.

☆☆☆☆

¿Por qué no me dejaste matarlo? ¡Un paso más y acababa con él sin necesidad de guerra, se veía tan débil e indefenso!—Exclamó el castaño muy molesto por lo que pasó.

Te estás volviendo como él—Habló con aquella voz gruesa que poseía—Solo piensas en vengarte, ¿En qué te has convertido? Estás loco.

¿Tú también te vas a poner en mi contra? Claro, si tú también llevas su sangre. ¿Cómo no lo pensé antes?—Eso fue suficiente para que la mano del moreno se estrellara contra la pálida piel del castaño.

Su sangre y todo, pero te recuerdo algo y espero que te quede claro. Sin mi, no eres nada.

No te necesito, puedo hacer esto y más sin tu maldita ayuda ¿Por qué mejor no te vas y dejas de estorbar?

Me iría, claro, pero te recuerdo que la mayoría de tus guardias son los de mi Reino. Si me voy, no tendrías caballeros.

¿Crees que eres el único al que conozco? Los Min me ayudarán, incluyendo los Seok, puedes lárgate de una vez—El castaño caminó hacia su trono y se sentó mirando al mayor el cual lo miraba con muchísima rabia.

Vete a la mierda—Dijo el moreno por última vez y salió de la gran habitación.

Me las van a pagar bien caro, Kim Taehyung y Jeon Jungkook—Susurró clavando la mirada hacia la gran puerta.

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