Precuela. Capítulo 15: Te juro mi amor por la eternidad

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Miércoles 9 de julio de 1952. San José, Costa Rica.

JungKook no estaba del todo contento al saber que debía volver a la Tierra. No era porque le disgustara, sino porque debía ir como niñero de los Ángeles nuevos. Los Arcángeles estaban ocupados en otros grupos y como él estaba libre, Dios creyó que lo mejor era que los acompañara y los vigilara mientras hacían sus tareas.

Aburridas y todo, las terminaron cuatro horas después, justo cuando JungKook planeaba jubilarse (o suicidarse, lo que era básicamente lo mismo para ellos). El líder del pequeño grupo se le acercó y le indicó que ya habían realizado sus tareas y que podían volver al Cielo.

-Regresen y entrégale tu reporte personalmente a Dios, yo me quedaré un rato más por aquí.

El Ángel no se lo cuestionó, acotó las órdenes y se fue con su grupo al Cielo. JungKook se sintió libre del grupo de niños. 

No era que le disgustaran los niños o que no aguantara a los nuevos. Él recordaba todavía su vida como novato en el ámbito celestial, pero ser niñero de ellos no le parecía nada divertido ni agradable. Había tareas más importantes que realizar (y más entretenidas) que ver a un montón de niños asegurándose de que ningún auto atropellara a un humano o cosas similares.

En verdad había cosas más emocionantes que ser niñero de los Ángeles.

-Precioso, qué alegría verte de nuevo.

JungKook tenía buena memoria y por eso suspiró cuando escuchó la voz que le hablaba desde atrás. No quería empezar un problema ahora en la calle. Había gente y no quería llamar la atención. 

-¿Puedo saber qué hace un inmundo demonio por aquí? 

-No mucho, paseando un rato y buscando algo de diversión-JungKook lo miró amenazante-¿Sabías que la diversión para un demonio no se basa en torturar y asesinar? Hay mucho más para hacer en nuestra extensa vida que buscar métodos de tortura.

-Seguro, por eso quisiste asesinar a esos humanos hace unos meses-murmuró JungKook rodando los ojos.

Seok Jin rio divertido.

-No planeaba matarlos, en realidad. Solo que te vi cerca y quise llamar tu atención. Sé muy bien que los seres celestiales jamás dejarían que dañaran la hermosa creación de Dios.

-Bonita forma de conquista-ironizó JungKook planeando marcharse de ahí.

-Para eso, cariño, uso algo más grande y efectivo-murmuró Jin acercándose a su oído-¿No te gustaría que lo usara contigo?

JungKook se quedó rígido en su lugar. La insinuación era obvia y él no era idiota. Sabía de qué hablaba el demonio. También sabía que jugaba con él. Pero lo que no sabía era por qué su cuerpo había reaccionado de la manera que lo hizo. Sintió su piel erizarse y el corazón palpitarle con fuerza. Una necesidad muda recorriéndolo. No lo entendía, solo sabía que quería que Seok Jin le hablara así de nuevo. Tan insinuante y seductor como solo un demonio podría ser. 

-Aléjate-la voz le falló y se rompió a mitad de la palabra, JungKook se sintió idiota.

Pero volvió a erizarse cuando Seok Jin rio gravemente cerca de él.

-No parece que quisieras alejarte de mí, cariño…Tranquilo, es normal sentir esto-la mano traviesa del demonio tomó disimuladamente su cadera-Si se siente bien no tiene por qué ser malo ¿o sí?

-Esto…está mal…es pecado…-dijo intentando buscar fuerza para alejarse de él.

-¿Tú en verdad crees eso?-Seok Jin susurró y luego besó su cuello-Te dejó en paz, pequeño adorable. Me ha gustado volver a verte. 

Y cuando se marchó, JungKook se quedó de piedra en la calle, sintiendo las miradas de algunas personas que habían presenciado la escena.

Ángel&Demonio

Esa noche, ya en su cama, JungKook se cuestionó lo que venía rondándole en la mente: ¿en verdad creía que eso era pecado? Se había sentido agradable y, por primera vez, sintió un calor agradable recorrerle el cuerpo. Había sido abrazado antes y le habían susurrado al oído para contarle un secreto o algo parecido. Pero nunca antes se había sentido de la forma inusual como se sintió.

La experiencia no fue desagradable, fue todo lo contrario. JungKook deseó repetirlo. Deseó volver a escuchar la voz de Seok Jin en su oído, su toque sutil en la cadera y…ese agradable calor en el cuerpo. 

Quería volver a sentir ese sentimiento extraño, como…como si le importara a alguien. Como si fuera atractivo para alguien…Como si alguien viera algo especial en él. 

Pero el problema era…que no siempre podía ir a la Tierra. Y las posibilidades de encontrarse a Seok Jin eran muy pocas.

Ángel&Demonio

Jueves 16 de octubre de 1952. Cali, Colombia.

La idea de tener un paseo en la Tierra había sido de YoonGi luego de que le contara sobre su encuentro con el demonio. Él lo ayudó a convencer a Dios de permitir que sus vacaciones las pasara junto a la creación de Dios ya que era lo mejor para que la empatía con ellos fuera mayor. No era del todo una mentira, porque YoonGi lo decía en serio. Pero ambos sabían la verdadera razón por la que JungKook deseaba vacaciones en la Tierra.

Tenían dos semanas para volver a encontrarse con él, pero era una jugada arriesgada. ¿Cuántas veces salía un demonio del Infierno? ¿O había alguna forma de convocarlos?

Terminaron en un bar, donde JungKook miró alrededor buscando al demonio. ¿Y si perdían su tiempo ahí?

Mas el destino, juguetón y sorpresivo, hacía de las suyas. Entrelazaba lazos y vidas, de cada humano, demonio o ser celestial. Y JungKook no era la excepción. 

-Vaya, veo que vienes con compañía hoy-dijo Seok Jin sentándose a su lado.

JungKook lo miró sorprendido ¿de dónde apareció?

-¿Así que este es el Serafín que acosas?-preguntó un chico rubio sentándose al lado de YoonGi.

Bueno, tal vez no todo era por el destino.

El chico que estaba con Seok Jin vestía con un tapado negro y tenía un aura de majestuosidad y que JungKook se preguntó si de verdad era demonio. 

-Shh, se suponía que todavía no debía saberlo-Jin no lucía avergonzado al respecto, sino orgulloso-¿Vas a presentarnos, precioso?

JungKook se quedó mudo sin saber qué decir al respecto. Así que YoonGi decidió romper el silencio.

-Soy YoonGi-se presentó mirando a Seok Jin.

-Un placer, soy Seok Jin y él es…-pero el chico elegante y delicado se le adelantó.

-Soy JiMin, un placer-dijo el chico con la voz suave y ofreciéndole su mano a YoonGi.

Su mejor amigo la tomó pero en ese momento el demonio en vez de estrecharla, dejó el dorso al descubierto.

-Eh…

-Los caballeros besan las manos-dijo JiMin sonriendo y retirando suavemente su mano-Te vendrían bien modales antes de tratar con la gente. 

A JungKook le pareció divertida la manera de ser del demonio, el cual había dejado pasmado a YoonGi. Su mejor amigo no debía esperar un saludo así o tener que tratar como un príncipe al demonio de nombre JiMin. 

-JiMin es casi de la realeza, así que aprende algo de modales-dijo Seok Jin mirando divertido a JiMin quien no despegaba su mirada de YoonGi-A mi hermano le gusta ser tratado como se merece.

-¿Hermano?-preguntó JungKook, no encontraba demasiados rasgos similares.

Más que los orientales que habían heredado de alguno de sus padres. 

-Lo sé, no parecemos, debe ser porque yo nací para ser parte de la aristocracia y Seok Jin mi sirviente-dijo JiMin sonriendo divertido cuando se acercó el mozo-Solo un café ¿y el sirviente quiere…?

-Un café también-dijo Seok Jin sonriendo, el mozo se fue-Príncipe JiMin.

JiMin sonrió y miró de nuevo a YoonGi. Parecía un gato que había encontrado un hermoso ratón para jugar.

Pasó su mano por el brazo de su mejor amigo, subió hasta su cuello y con un corte pequeño le abrió una herida. YoonGi se quejó pero JiMin sonrió metiendo el dedo en su boca.

-Mm…buenas intenciones-dijo sin mirar a Seok Jin-Querubín. Interesante. Nunca antes vi a uno de cerca-JiMin se acercó más a YoonGi justo cuando el mozo llegaba y dejaba los dos cafés en la mesa.

Seok Jin sonrió y tomó la mano de JungKook para hacer que se levantaran.

-Vamos, ellos tendrán su propia diversión ¿no crees? Oh, espera, a menos que quieras quedarte. Soy un inmundo demonio después de todo, no creo que quieras mi compañía.

JungKook sabía que Seok Jin estaba jugando con él, lo podía ver en su sonrisa de demonio malo y manipulador. Pero aun así, se dejó llevar.

-Pensé que ibas a entretenerme mientras tu hermano tiene secuestrado a mi mejor amigo-lo siguió hasta fuera de la cafetería, donde Seok Jin se giró a mirarlo triunfalmente.

-Bien, entonces sígueme, precioso, veré si puedo entretenerte realmente o te aburres de mi pecadora compañía.

Ángel&Demonio

Los días que quedaron de vacaciones, JungKook se encontró en compañía de Seok Jin luego de que JiMin secuestrara a YoonGi. Los dejaban a solas y ellos se dedicaban a pasar el rato a solas, ya sea tomando algo, hablando o paseando por lugares bonitos. Pensó que todo sería pecado a su lado, pero Seok Jin no hizo nada fuera de lo común que haría cualquier humano o ser celestial.

No eran tan diferentes como pensó. 

Sí, sus charlas no eran precisamente del clima o la pureza del alma. A veces él tocaba temas vergonzosos que ponían rojo a JungKook (más por la falta de costumbre de socializar con alguien que por el tema en sí) y otras la cara del Serafín tomaba tonalidades moradas antinaturales. En su defensa, Seok Jin lo avergonzaba con su boca sucia y pecadora. 

Pero luego de sus salidas, se dio cuenta de algo que lo molestaba en las noches. 

Se sorprendió de pensar en Seok Jin y en su sucia boca. Empezó a imaginarla cerca de su piel, de su cuello como aquella vez y de su susurrante voz cerca de su oído. Su mente comenzó a hacer que imaginara escenarios vergonzosos y lujuriosos a su lado, con él encima suyo, aplastándolo en esa cama en la que dormía. 

Se encontró deseando el pecado por primera vez en su vida. Y preguntándose por qué Seok Jin no lo quería hacer pecar. 

Así que el último día de vacaciones lo encaró en uno de sus paseos nocturnos por un desolado lugar en Colombia. 

-¿Por qué no has intentado hacerme caer en pecado?-preguntó JungKook, Seok Jin lo miró divertido.

-Explícate.

-No has intentado besarme o tocarme inapropiadamente desde que nos encontramos en la cafetería-explicó-Pensé que eso hacían.

-¿Acaso esperabas que lo hiciera?-JungKook no quiso caer en su juego.

-Eres un demonio, es lo que se espera de alguien como tú.-Jin rio divertido.

-No somos tan así, cariño. A veces…nos gusta hacernos desear-dijo acariciando la mejilla de JungKook suavemente-A veces no necesitamos manosear o besar para hacer que los seres puros como tú piensen en pecar. 

-Idiota…-dijo entre dientes JungKook  bajando la mirada. 

Seok Jin rio y tomó su rostro para alzar su azul mirada. JungKook lo vio, la roja mirándolo con intensidad antes de juntar sus bocas con dulzura y cariño.

Un cariño que nunca antes sintió. Su ser entero se sintió cálido en ese momento, como nunca antes había estado. Sintió…que de verdad estaba vivo. Que era especial y que era alguien para Seok Jin. 

Aunque el inconsciente le decía que no podía confiarse de un demonio.

-Para que me recuerdes allá arriba, Kookie-susurró cerca de sus labios.

-¿Ya no piensas verme nunca más?-preguntó como broma.

Pero casi sonó a suplica. 

Seok Jin le dio otro beso antes de hablar.

-Eso depende de ti, cariño. Porque si de mí dependiera, pasaría la eternidad a tu lado.

Fue tan horriblemente sincero, que JungKook sintió su corazón golpetear intensamente. Miró sorprendido la roja mirada del demonio que acababa de confesarse y por primera vez comprendió algo importante. 

El amor era realmente cálido y hermoso. Y él…él sí podía ser amado de verdad y sentirlo. 

Él sí podía ser especial para alguien.

Ángel&Demonio

Jueves 23 de agosto de 1984. Moscú, Rusia.

-¡Seok Jin!-gritó JungKook, acercándose a él volando hasta aterrizar sobre el demonio quien cayó en la helada nieve.

El Serafín rio como un niño pequeño ante su travesura. Jin le tiró nieve a la cara que hizo que él se quitara de encima para sacar la nieve. Hizo un puchero, digno de un niño, inflando las mejillas y frunciendo el ceño. Terminó cruzándose de brazos, mirando severamente al demonio.

-Te lo ganaste por niño malo-dijo Jin riendo, levantándose y tomándolo de la cintura para levantarlo.

Pero como un crio, JungKook no puso de su parte para levantarse, se quedó en brazos de Jin para que lo cargara. El demonio rodó los ojos y terminó por cargarlo en su cadera, haciendo reír al Serafín quien se acomodó en su cuello.

-Jinnie, quiero chocolate caliente, llévame a un lugar donde lo pueda tomar.

-Niño caprichoso y mimado-JungKook volvió a reír.

-Tú me volviste mimado, así que no me culpes-saliendo de su escondite le dio un beso en los labios-vamos, de verdad quiero chocolate caliente.

El demonio suspiró, comenzando a correr con el Serafín en brazos para llegar a la zona poblada donde podrían tomar algo juntos. Llegaron sin contratiempos, ingresando a una cafetería donde pidieron lo que tomarían, viendo que eran pocas las personas que estaban ahí. El frío era lo suficientemente fuerte como para mantener a la mayoría en sus hogares. 

JungKook miraba todo emocionado, sonriéndole adorablemente y jugando con las servilletas, pasándolas en su rostro para molestarlo.

-¿Traje aquí a mi novio o a un niño?

-Las dos cosas-contestó Kook siguiendo con las servilletas en su rostro, Jin sonrió arrebatándoselas para ver el pequeño puchero que formaba-devuélvemelo. 

-¿Qué me das a cambio?

-Mi fiel e inquebrantable amor-Seok Jin hizo gesto pensativo, como si evaluara la propuesta.

-Mmm…no me sirve, quiero algo más serio…una promesa-sonriendo vio a JungKook hacer otro puchero antes de sonreírle.

-Entonces…te prometo que estaremos juntos siempre, no importa quienes se opongan a lo nuestro, Jinnie.-el demonio le devolvió la sonrisa, dándole las servilletas que le había arrebatado.

-Si no cumples con tu promesa, vendrá el coco humano a jalarte los pies-el Serafín rio divertido.

-Entonces cumpliré mi promesa, demonio tonto-de nuevo la servilleta pasó por su rostro.

Seok Jin rodó los ojos y terminó por enfrascarse en una lucha con su novio hasta que la mesera llegó con sus pedidos.

Ángel&Demonio

Viernes 14 de febrero de 1992. París, Francia.

JungKook no pidió permiso en esta ocasión y escapó del Cielo. YoonGi iba a cubrirlo porque sabía dónde iba y con quién estaría. Él no estaba en contra de que se encontrara con Seok Jin y en todo caso no tenía derecho de decirle nada ya que él salía con el delicado y elegante hermano de su novio. Y sabía que ese elegante chico ya lo había hecho caer en el pecado.

JungKook iba a caer en el pecado total esa noche.

Él se había esperado que luego del primer beso ocurriera en solo pocos años, no después de cuarenta años de relación con Seok Jin. Aunque sí habían hecho ciertas cosas, jamás realizaron el camino completo. Y esa noche…era la noche. 

En un inicio había creído que una relación con un demonio sería puro sexo y lujuriosas situaciones. Fue todo lo contrario. Aunque las situaciones lujuriosas sí estaban. Pero Jin lo trataba tan gentil, dulce y amorosamente, que a veces se olvidaba que se trataba de un demonio. 

El amor era realmente hermoso. JungKook estaba seguro de que lo era.

-Jinnie-dijo abrazándolo del cuello en cuanto lo vio.

Seok Jin sonrió y lo besó.

-Vamos, cariño, tenemos un hermoso lugar esperando por nosotros.

JungKook asintió y entrelazaron sus dedos antes de dirigirse a un lujoso hotel  que tenía vista a la Torre Eiffel. A pesar de que podía ver lugares mucho más maravillosos que ese, el Serafín podía asegurar que ese era el mejor de su vida. Porque Jin estaba con él, abrazándolo y mimándolo como nunca nadie hizo antes. 

-Kookie-susurró cerca de su oído-te amo, mi hermoso milagro-dijo lo último en francés.

JungKook sonrió tan radiante que podía jurar que sus ojos brillaban azules de felicidad.

-Te amo, mi bello pecado-le respondió en francés antes de besarlo y dejarse llevar.

Ese día, JungKook y Jin hicieron por primera vez el amor.

El siguiente es el último! Nos vemos! Besos❤️

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