Tercera temporada. Capítulo 23: La guerra

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Sábado 26 de enero de 2036. El Cielo.

Nunca habían pensado que irían a la madrugada al Cielo a luchar para terminar con una guerra que había empezado casi hacía once días. Pero ahí estaban, frente al gran templo donde Dios y muchos otros seres celestiales vivían. Ahora no estaban seguros de eso último. No luego de ver que alrededor todo estaba destruido. Sí que habían estado divirtiéndose ahí.

Marsyl estaba a su lado, ambos al frente para ser los primeros que entraran. Además así no pondrían en peligro a los que fueron con ellos.

-Espero no tener que llegar a pelear-murmuró Lucifer dando unos pasos al frente para ingresar.

Pasaron por un largo y luminoso pasillo sin cuadros ni color. Solitario y silencioso. El sonido de sus pasos resonaban con fuerza mientras avanzaban. Hasta que al llegar al lugar donde Marsyl tenía su trono, pudieron ver a Satanás con sus seis hijos.

-Me esperaba que vinieran pronto. Me alegra no estar equivocado-dijo Satanás sonriendo divertido.

-No vinimos a luchar-dijo Lucifer alzando sus manos-Vinimos a hablar.

-Hablar...¿Y yo por qué querría hablar con ustedes?

-No con nosotros, cabeza de algodón. Hablo de tu esposa...a menos que ahora sea ex. No sé mucho cómo terminó su matrimonio después de que te encerraran en un libro.

Satanás frunció el ceño y miró a Marsyl con sus ojos rojos y brillantes.

-Empieza a hablar.

-Este problema es nuestro, no de ellos-dijo ella-Déjalos en paz.

-¿Eso es todo?-preguntó Satanás elevando una ceja.

Sus hijos permanecían callados observando toda la situación. En sus caras no se podía leer nada, algo que delatara lo que pensaban.

-No tengo más que decirte-dijo Marsyl mirándolo seriamente.

-Mm...qué mal...¿para esto vinieron a hablar? Que charla más estúpida por la cual arriesgaron sus cuellos-Satanás sonrió y con un movimiento de su mano prendió fuego el alrededor de toda la habitación-Pero si eso es todo...

-Deja a mi familia fuera de esto-dijo Lucifer-. No te hicimos nada. Tampoco íbamos a intervenir si lo que querías era destruir la Tierra y el Cielo. Nosotros tenemos nuestro mundo y éramos felices ahí hasta que llegaron a joder.

-No me importa-Satanás miró a Lucifer-Lo destruiré todo. Así aprenderán lo que se siente estar destruido por completo.-movió su mano para atacar pero el movimiento quedó a la mitad cuando Lucifer habló.

-¿Y para eso usarás a tus hijos?

-Yo no uso a mis hijos para eso-afirmó Satanás.

-¿Cómo sabes? ¿Alguna vez les has preguntado si esta mierda era lo que querían? ¿O acaso te seguían porque usaste tu manipulación de padre? Es fácil, ellos estaban heridos por la madre de mierda que les tocó y tú necesitabas tener gente de tu lado para ir en contra de Marsyl. Y qué mejor que usar a sus hijos sabiendo que eso la lastimaría más...Al fin de cuenta son ambos igual de mierdas.

Satanás se veía disgustado y enojado por las palabras de Lucifer. Podía notarse en su ceño y en la tensión en su mandíbula de tanto que apretaba para contener la rabia. Sus ojos se veían aterradores pero Lucifer, quien había estado en el extremo receptor de las miradas de Lilith, no se inmutaba.

-Al menos yo sí seguiré con vida al final de toda esta mierda-dijo Satanás.

Lucifer se preparó para que el fuego fuera hacia ellos pero Satanás no movió su mano para guiarlo lo que lo descolocó. Para manejar el fuego debía guiarlo con su mano pero Satanás no lo hizo.

-¡Lucifer!

El grito vino acompañado de un empujón que lo dejó en el suelo. Dos segundos después escuchó algo metálico incrustándose a la pared. Lucifer se giró para ver que Exael lo había salvado de la trampa de Satanás.

-Exael...-se levantó para agradecerle y dar fin a esta mierda del puto de pelo blanco cuando se detuvo.

Exael lo miraba en blanco hasta que de repente la sangre brotó de su cuello y de su abdomen. No tardó en caer al suelo en tres partes y llenar con su sangre el blanco piso de mármol.

Lucifer lo miró sin poder creer si realmente era Exael o quizás un doble usado por él para engañar a Satanás.

-Exael-llamó arrodillándose-idiota, deja de jugar, tenemos que ganar una batalla.

Pero Exael no contestó ni apareció de otro rincón. Y cuando Lucifer escuchó el grito de Kasdave se dio cuenta de la verdad: Exael estaba muerto.

Se levantó con el pantalón manchado con la sangre de su hermano y se giró a ver a Satanás quien sonreía con diversión por la escena.

-Parecía buen guerrero-dijo dando unos pasos hacia ellos-Creo que ahora les queda claro lo que les pasará si...

Lucifer no lo dejó terminar. Movido por el dolor de perder a su hermano, atacó con un cabezazo que le rompió la nariz a Satanás.

-No te das una idea...en la mierda en la que te has metido-dijo Lucifer mientras se transformaba-Ahora sí voy a romperte la puta cara.

-Ya veremos-Satanás sonrió confiado y se transformó antes de atacar.

Cuando la lucha comenzó, Aamón se sumó para ayudar a su padre pero lo detuvieron entre Kasdave, Agniel y Penemue transformados en demonios.

-¿En serio se creen capaces de poder contra mí?-rio Aamón.

Agniel se acercó a él para atacar así que Aamón se puso en posición de defensa. Sin embargo, Agniel solo pasó por debajo de él lo que lo distrajo lo suficiente como para que Penemue fuera con él y tomara su rostro entre sus demoníacas manos. Sus garras, sin hacerse esperar, pasaron por su rostro haciéndole cortadas profundas. Kasdave entonces se subió a su espalda para tomar su cabeza del mentón e intentar arrancársela. Aamón quería defenderse pero entre Agniel y Penemue empezaron a cortar sus piernas y brazos.

Fue cuando intervino Leviatán a defender a su hermano. Logró quitar a Kasdave y planeaba quitar a los otros dos cuando un golpe en el cuello lo derribó.  Mefistófeles, junto a Belial y Semyazza se pusieron frente a él. Los tres transformados en demonios.

-Veamos que tienes, mocoso-dijo Belial antes de arrojarse a atacarlo.

Usando una estrategia similar, dos de ellos distraían y el otro atacaba. Solo así lograban herirlo y no le daban tiempo de que se transformara. Era una buena estrategia.

Pero no iba a funcionar con Belfegor. Él se había transformado antes de intervenir en la batalla.

Sabía que así podía ayudar a sus hermanos. Aamón al menos se había zafado y respondía a los golpes y Leviatán se estaba defendiendo bien. Pero era mejor si se deshacía de todos de una vez.

Cuando estaba por aplastar a Semyazza, una bala atravesó su brazo y otra su mano. Poco después sintió a alguien en su cuello subida a él.

-Deja a nuestro esposo en paz-dijo una voz femenina antes de sentir que bajaba incrustando sus garras en su espalda.

El ardor hizo que se moviera hacia la pared para aplastarla pero entonces sintió dos pares de pies que lo empujaban para que no tocara la pared. Las garras de la mujer pasaron a sus piernas y cuando descendió y se vio a salvo de la pared, las que hacían presión se alejaron y dejaron que chocara contra la pared. Fue cuando Belfegor pudo ver tres diablesas: una pelirroja, una rubia y una morocha mirándolo con sus demoníacos ojos. Aún transformadas eran bonitas.

-Ustedes tres no son suficiente para mí-sonrió divertido dispuesto a dar un paso para atacarlas cuando cayó al suelo tras no sentir sus pies.

Al mirar hacia atrás se dio cuenta que algo le atravesó los tendones de los tobillos.

-Casi, cariño-dijo Samantha sonriendo con un rifle en sus manos-Ahora quieto o te entierro una bala en el cráneo.

Belfegor no encontró otra opción más que esperar a que sus hermanos lo ayudaran.

Kokabel vio a sus hermanos luchar contra Aamón de la manera que nunca antes los había visto. Pero él podía entenderlo. Todos estaban dolidos por la muerte de Exael.

Araquiel se sumó para ayudarlos a contener a Aamón. Abel, Caín y Set habían ido con Leviatán ya que Belfegor estaba controlado. Él estaba por ir a descargar su ira con sus hermanos cuando Belcebú se le puso enfrente.

Lo primero que hizo fue intentar golpearlo, pero Belcebú lo detuvo y lo separó de él sin atacarlo.

-No vine a pelear-se adelantó a decir mostrando sus manos-Solo quiero saber si eres Kokabel.

Kokabel lo miró desconcertado.

-¿Cómo sabes quién soy?

-Gadreel me contó algo de sus hermanos. Me dijo que tenía otro hermano que era rubio como él. Tienen cierto parecido así que pensé que eras él...-Belcebú miró hacia el cuerpo mutilado de Exael-Lo siento mucho por él...imagino cuánto lo apreciaban.

-Era nuestro hermano, claro que lo apreciamos-dijo Kokabel mirándolo y mantendiendo su defensa alta en caso de que Belcebú quisiera atacar-Como sea ¿qué mierda quieres?

-Quiero saber cómo está Gadreel-preguntó volviendo a mirarlo.

Kokabel notó la preocupación genuina en sus ojos y se calmó un poco.

-En coma. No creen que despierte. Tu padre le rompió el cráneo en tres, casi batió su cerebro.

Belcebú bajó la mirada entonces manteniéndose en silencio. Fue cuando Lilith se acercó apuntándole con el arma a Belcebú, haciendo que Asmodeo y Mammón se pusieran frente a él para protegerlo.

-Lilith, espera-Kokabel hizo que bajara el arma-Belcebú no vino a pelear.

-¿Cómo estás tan seguro?-preguntó ella mostrando sus ojos demoníacos que brillaban en amarillo y violeta-Su inmundo padre casi mata a mi bebé. Mi Kumi estuvo a nada de morir por ese desgraciado hijo de puta.

-Nosotros no estuvimos de acuerdo con eso-dijo Asmodeo mirándola-Lo sentimos, en serio. Creemos que papá se pasó con eso.

-No me gustó ser prisionero ni tener esas pulseras puestas...pero admito que no la pasé tan mal. Mi única tortura era que Kumiko ponía a todo volumen porno homosexual-dijo Mammón-Pero tengo criterio propio y puedo decir que no fue tan malo. Nunca nos torturaron al menos.

-Y eran buena compañía-dijo Asmodeo-Sana es divertida.

Lilith le apuntó en la cabeza.

-Espero que ese sea solo un comentario amistoso. Sana es una bebé todavía.

-Lilith, todos lo son para ti-dijo Kokabel haciendo que bajara el arma de nuevo.

-Lo que sea, ¿al final de qué lado están?-Lilith se veía cansada y harta de la situación.

Mammón suspiró pero fue quien habló.

-Kumiko me habló de esto. Dejando de lado sus cosas raras, cuando se ponía seria decía cosas inteligentes. Ella me dijo lo mismo que Lucifer le acaba de decir a mi padre. Y...creo que tiene razón. Realmente yo no quería todo esto.

-Yo solo quería volver a tener a mi familia feliz de nuevo-dijo Belcebú-Todo esto...era porque papá era feliz. Ahora...realmente no quiero seguir...estoy harto de no tener vida propia y depender de los intereses de mamá o papá.

-Entonces ayúdenos-dijo Lilith mirándolos-Detengan a sus hermanos.

-Nosotros detendremos a los nuestros para que dejen de hacerles daño-dijo Kokabel.

Ellos se miraron entre sí y decidieron ayudarlos.

-Es un alivio no tener que pelear con más de los necesarios-opinó JiMin.

-Nosotros ayudaremos a frenar a los otros-dijo Eleazar.

El resto que se había mantenido a raya decidieron ir a ayudar a separar a los suyos mientras Asmodeo, Mammón y Belcebú detenían a sus hermanos.

Ángel&Demonio

A la lucha contra Satanás se había sumado Marsyl y JungKook. Si bien ahora Lucifer sí hacía sudar a Satanás, no quería decir que tuviera la ventaja. No, todavía no.

Como Marsyl no tenía buenas técnicas de combate, decidió ayudar con sus poderes a la distancia mientras era JungKook quien peleaba codo a codo con Lucifer.

Con la fuerza de ambos era sencillo estar de igual a igual con Satanás. Él ahora no podía atacarlos demasiado y cuando tenía un momento para aprovechar, el golpe era fácil de esquivar. 

Lucifer tomó del cuello a Satanás y apretó. JungKook iba a atravesarle el pecho cuando Satanás encontró un pequeño momento para salvarse y sacárselos de encima.

Estaba agotado, se lo veía cansado y sin ideas para continuar. Por primera vez le estaban ganando. Y Lucifer iba a aprovechar eso.

JungKook lo vio liberar más de su poder. Se hizo hacia atrás y decidió abandonar la pelea cuando vio que Lucifer desquitaba su ira a base de puños envueltos en fuego negro contra Satanás. Este poco podía hacer para librarse y devolver los golpes. Apenas podía defenderse. Pero tras el tercer golpe seguido en el rostro ya fue más difícil defenderse, mucho menos atacar. Prácticamente se convirtió en el saco de boxeo de Lucifer quien hasta no verlo hecho picadillo no pensaba detenerse.

-¡Lucifer, basta!-gritó Marsyl cuando vio que Satanás apenas reaccionaba a los golpes.

Se acercó hasta ellos y con mucho esfuerzo y poder logró separarlos, quedándose frente a Satanás para protegerlo.

-Aléjate-dijo Lucifer mirándola amenazante.

-No-dijo ella firme sin apartar la mirada, en su mano haciendo una poderosa esfera de luz-, ya es suficiente. Ya detente.

Lucifer gruñó y la ignoró. Marsyl atacó con su luz pero no hizo efecto porque Lucifer se teletransportó hasta estar frente a ella. El puño que era para Satanás lo tendría Marsyl si tanto quería.

Pero antes de tocarla, la mano de Satanás lo detuvo. No podía ver sus ojos entre el desastre de sangre que hizo, pero si pudiera seguro notaría algo importante.

-Esto...es...entre tú...y yo-dijo Satanás esforzándose para que Lucifer no llegara a Marsyl-Ella está fuera...

-Ella fue mi principal dolor de cabeza por la mierda que hizo con ustedes-dijo Lucifer apretando los dientes-Ambos deberían estar muertos.

Lucifer se liberó y soltó un golpe contra Satanás. Marsyl fue hacia él y Lucifer la atacó, pero de nuevo Satanás intervino para que no la golpeara.

-¡Ya basta! ¡Detente! ¡Por favor!-gritó Marsyl de rodillas frente a él-Vas a matarlo, Lucifer.

-Él mató a mi hermano.

El puño de Lucifer se envolvió en un peligroso fuego que sería peligroso para ambos al mismo tiempo. Marsyl solo se puso sobre Satanás para protegerlo, esperando el golpe.

Pero nunca llegó.

Al mirar hacia Lucifer notó que Lilith intervino. Lilith era lo único que Lucifer jamás podría golpear.

-Suficiente, Lucifer-dijo tomando su muñeca donde no había fuego-Ya detente.

-Ese hijo de puta mató a...

-Lo sé-lo interrumpió ella-No es diferente a lo que hubieras hecho estando en su lugar. No es diferente a lo que yo hubiera hecho con sus hijos de no ser porque ellos ya no quieren pelear.

Lucifer hizo desaparecer el fuego y miró hacia donde Lilith miraba. Ahí  estaban los seis hijos de Satanás y Marsyl, tres de ellos ayudando a los otros tres.

-Aun así...

-Esto es algo que ellos deben resolver-Lilith miró a Marsyl que seguía protegiendo a Satanás-Ella no hace algo que yo no hubiera hecho.-miró a Lucifer-Por favor, regresa a tu forma humana.

Lucifer se negó los primeros segundos pero terminó por aceptar y destransformarse. Lilith tomó su mano y lo alejó de ellos.

Tenían que darle tiempo a solas.

Marsyl acarició el rostro ensangrentado de Satanás. Él tomó su mano.

-¿Cómo fue que llegamos a esto?-murmuró ella mirándolo preocupada por la sangre que manchaba su cuerpo.

-Tú te volviste irracional...y empezabas a dejar de ser tu misma...solo no quería perderte.

Marsyl lo miró y unas finas lágrimas comenzaron a caer. Arrancando un trozo de su ropa comenzó a limpiar la sangre del rostro de Satanás.

-Perdón...todo esto es mi culpa. No supe controlar el dolor, la culpa, y dejé que me destruyera por dentro. Y lo peor fue que te arrastré a mi miseria...Lo siento tanto...lo siento...a los siete...perdón-Marsyl no dejó de llorar, mostrando de ella un lado más sensible y empático al que acostumbraban.

Satanás alzó su mano y acarició su rostro.

-Mi vida-susurró-me alegra volver a verte.

Marsyl sonrió y se apoyó en su pecho. Satanás volvió a su forma humana y la abrazó.

-Quien diría que Kumiko tenía razón-dijo Eleazar observando la escena.

-Y yo que pensé que era una idea ridícula-dijo Lucifer-Voy a tener que llevarla a una convención y comprarle todo lo que quiera para que no se ponga molesta.

-Todo muy hermoso-dijo Araquiel en un tono alto para que todos lo escucharan-Pero me gustaría tener a mi hermano de regreso. ¿Donde tienes la Esfera Espiritual para sacarlo de ahí?

Marsyl se separó de Satanás y los miró un momento antes de bajar la mirada.

-No puedo.

-¿Qué?-preguntó Kasdave.

-Exael no puede salir de la Esfera Espiritual.

Y aquí la guerra, el que sigue preparen los pañuelos si son muy sensibles porque lo van a necesitar uwu

Nos vemos! Besos 😘

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