Capítulo 1.

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Era extremadamente extraño.

Por primera vez en mucho tiempo Norrisville fue normal, algo que no había pasado en bastante tiempo, sin amenazas como monstruos o robots asesinos.

La mayoría creía que esta tranquilidad solo duraría uno o dos días, pero al parecer esta paz vino para quedarse siendo ya desde la derrota del maligno hechicero a una semana de terminar las vacaciones, que todos ya habían aceptado este cambio....o bueno casi todos....

Siendo uno de estos el legendario ninja, valiente, honorable y-

—¿Cómo desea su orden?.

—Quiero el combo completo extra grande junto con salsa babarbiquiu junto con alitas extras, ah y soda dietética, estoy a dieta.

—Enseguida llega su pedido.—Exclamo el joven lleno de aburrimiento,

—Ah, no olvide mi juguete Yupi.

Ah, si el legendario Ninja  estaba en un puesto de Charly ko-ko-ko y en el que debería estar acompañado por su mejor amigo de todos los tiempos, si este no si hubiera comido medio galón de salsa sin permiso y lo volvieran a vetar.

Randy no pudo evitar pensar y querer que en cualquier momento entrara un robot asesino loco o un monstruo para poder convertirse en el Ninja, lo único que evitaba que no renunciara era el poder conseguir la última edición coleccionista de Derriba tumbas.

Ante la derrota del hechicero, Mc Fist y Vice Roy se quedaron sin motivos para querer aniquilarlo, lo cual dejo a Norrisville sin ningún signo de peligro.

¡Era el Ninja por amor al Nomicon!, no podía acabar todo así, ¿no?, aún le quedaban años para continuar siéndolo y como si sus plegarias fueran escuchadas sonó en la tv del local una noticia de último minuto.

"Atención reportamos que en este mismo momento un grupo de criminales acaba de robar una fábrica de dulces de Mc fist Industries".

—¡¡¡Siiiiii!!!.—Randy grito para luego ver como todos lo miraban mal.—¡Digo, noooo!.—Logrando que todos dejen de mirarlo.

Sin más, se dirigió corriendo hacia la salida. 

—Oiga, ¿y mi pedido?.—Pregunto el señor, siendo completamente ignorado por Randy.

—Eh.... luego es que....yo... ¡tengo que ir al baño!.—Exclamo Randy haciendo el baile del pipi para luego ir a toda velocidad.

Entro al baño y sintió como su celular vibraba para luego ver el contacto y darse cuenta que era su mejor amigo de toda la Howard (antiguamente llamado lengua de hielo).

—Hola Cunningham, ¿ya viste las noticias?.

—Si, ¿puedes creerlo alguien robando una fábrica de dulces?.

—No los culpo, yo lo haría si pudiera.—Comento el pelirrojo para luego sentir su estómago rugir.—Ah, ¿puedes traerme un mega combo extra picoso?.

—Me temo que no Howard, ¿sabes por qué?.

—No lo digas...—Exclamo molesto sabiendo que diría su amigo a continuación.

—¡Por que son las ninja en punto!.—Grito Randy con emoción para luego ponerse la máscara sintiendo la transformación. 

—¡Ah, odio cuando lo dices!.

—Luego te llamo.—Y sin más colgó para salir por la ventana del baño.

Extrañaba esa sensación , de poder saltar y correr a toda velocidad a través de la ciudad, de sentir la brisa del viento en todo su esplendor, de la tela rodeando todo su cuerpo...esa sensación de ser el legendario Ninja de Norrisville.

—Veamos, alguien le está robando a Mc fist, ¿será una un grupo criminal?, ah no espero, eso es obvio, otra empresa millonaria rival, mmmm no, no hay ninguna otra empresa grande aparte de Mc Fist Industries.—Hablo para sí mismo.

Con toda la emoción se dirigía a atrapar a eso, criminales.

Sin saber que esta noche sería una de las peores en toda su vida.

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Era extremadamente raro, no había policías vigilando la zona ni siquiera la reportera que cito la noticia, todo estaba extremadamente silencio como si nada hubiera pasado.

Aumento sus sentidos para seguir el rastro de los ladrones e inesperadamente era otra fábrica de Mc fist, a diferencia de la otra esta parecía abandonada por meses, está estando bastante lejos de la ciudad.

Observando que no había nadie decidió adentrarse en la fábrica paso a paso, noto que no era lo que aparentaba, había una cantidad considerable de robo-simios destrozados por doquier como si estuvieran resguardando algo valioso. 

Era un silencio perturbador, lo único que se escuchaba era el ruido de sus pisadas provocadas de pisar los restos de los robots.

No sabía por qué, pero sentía una inquietante sensación como si cada paso de él estuviera minuciosamente vigilado.

Poco a poco se fue adentrándose cada vez más a la fábrica, notando el patrón en los restos de los robot-simios, cortes precisos desde las piernas hasta los brazos, pero en especial en la cabeza.

Finalmente, llego a lo más profundo de la fábrica, lo que encontró no pudo sorprenderlo más, .... era un shuriken incrustado en la cabeza de un robot.

—¿Como cuándo qu—.

De las sombras salió un shuriken que si no fuera por sus reflejos ya se encontraría en el otro mundo, apenas llego a esquivar el proyectil rozándole la mejilla. 

Saco rápidamente su espada y desvío como pudo los diferentes proyectiles.

De las sombras salieron los respectivos atacantes con un traje de color negro como la noche, sus rostros estaban envueltos con una tela y capucha negra, donde lo único que se lograba de ver eran sus ojos de un color rojo sangre, cada uno de ellos con una espada de color rojo carmesí.

—Saben nunca pensé que vería a un montón de ninjas roba dulces en Norrisville, ¿no saben que les saldrán caries?.—Intentando aligerar el ambiente sin éxito.

No iba a admitirlo, pero se encontraba tenso, sus oponentes no decían ni una sola palabra ni siquiera un gesto como irá o disgusto.

—Vamos, ¿quien quiere bailar?.—Incito Randy.

—Yo.

Entre la multitud salió un ninja más alto que los otros, sus ojos brillaban más que los otros, los demás ninjas le dieron el espacio libre sin dudar, a diferencia de los demás este si parecía mostrar emociones con una sonrisa arrogante.

Como un mal presagio, una llovía viceral se escuchaba acompañada de truenos que retumbaban afuera. 

—El ninja en carne y hueso, lindo traje.—Hablo con en un tono relajado y confiado.

—Oh, gracias, ¿dime no te contaron del accidente de las Mc-chispas?.

—Pff, los dulces no eran nuestro objetivo principal, ese eres tú.—Aclaro mientras caminaba acercándose más a Randy—Sabes te recordaba más alto.

Randy vio como poco a poco su adversario se quitaba la venda para mostrar una cicatriz que le llegaba desde la mejilla izquierda hasta casi el ojo.

—¿No me recuerdas?.—Pregunto cambiando el tono a uno extremadamente serio y una mirada llena de un rencor ardiendo como el infierno.

Randy sintió un escalofrío viendo como de una persona tranquila y calmada, se tornó en un adversario que quería verlo arder hasta el fin, no pudo animarse a responder.

—Oh, claro, esa cosa de los 4 años y bla,bla,bla del elegido.—Se tomó una pausa al ver la mirada de impacto de Randy y dejo su actitud seria.—Tranquilo secreto entre ninjas y ahora, ¿qué tal si comenzamos este baile?, tranquilo te dejaré dar el primer golpe.

Randy salió de su impacto y se recompuso, después tendría tiempo de interrogarlo cuando lo derrote.

—¡Discos ninjas!.—Grito lanzado por varias direcciones, incluso llegando a rebotar y dirigirse hacia su oponente.

Este solo dio un suspiro y esquivo cada proyectil sin importar de que dirección vinieran, el último proyectil lo atrapo lanzándoselo a Randy quien apenas pudo evitar que le perforara el disco.

—¿Me tomas como una broma?—Pregunto levemente ofendido por el penoso ataque.

—Solo estoy calentando.—exclamo para sacar un bastón.—¡Bastón Ninja!.

El ninja de Norrisville realizo rápidos ataques, que no llegaban a atinar sin éxito, lanzo una bomba de humo, logrando que el otro ninja levante la ceja levemente para luego intentar golpearlo por detrás con el bastón, aprovechando el humo, igualmente fallando al ser interceptado y estar agarrado por las manos de su contrincante.

—Déjame darte unos consejos.—Con una sonrisa y falsa amabilidad hablo.

Randy intento quitar con fuerza el bastón de las manos del ninja forcejeando.

—Consejo número uno, no menciones tus ataques.—Y con ello dio un puñetazo en el estómago logrando sacarle el airelogrando que este se arrodille del dolor.

—Número dos, mantén tu postura, tienes muchas aperturas.—Dio una patada que mando al Ninja contra la pared logrando agrietarla.

Randy como pudo se recuperó del abrasador dolor que sentía en el estómago y espalda, estaba claro que subestimo demasiado a su oponente, era hora de dejarse de juegos, sin más desenvainó su espada. Su oponente, respondiendo a su seriedad, también desenvainó su espada que brillaba de un rojo oscuro. 

Corrió a toda velocidad, en círculos rodeando a su adversario, iba tan rápido que dejaba siluetas de el mismo por la velocidad, no solo eso, sino que también dejo caer varias bombas de humo en su recorrido, logrando qué en toda la fabrica solo se vea una estela de humo rojo.Sin que nadie lo esperaba Randy arrojo su espada hacia el otro ninja quien desvío su espada sin problemas.

Utilizo su bufanda para agarrar el brazo de su rival y lastimosamente este dándose cuenta y tirando de la bufanda para agarrar por el cuello al Randy ahorcándolo de manera lenta poniendo cada vez más fuerza en su tráquea.

—Debo admitirlo eso fue inesperado.—Comento para luego elevar su espada.—¿Últimas palabras?.

Randy solo sonrió murmurando unas palabras.

—¿Eh?, ¿me lo repites?.

—Puño de aire ninja.—Y con la fuerza que le quedaba en los brazos, una fuerte corriente de aire envió a su oponente varios metros atrás.

Intentando recuperarse, Randy cayó de rodillas y comenzó a respirar lo tanto como podía, tuvo un breve momento de calma que rápidamente fue apagada al escuchar a aplausos de felicitación ni de más y menos que su oponente, quien tenía la nariz sangrando.

—Debo admitirlo, eso fue espectacular, hace bastante que alguien no me sorprendía así.

Con toda su voluntad se volvió a parar el ninja recuperando el aire como podía, recogiendo su espada y volviendo a pararse, vio algo diferente en quien tenia al frente como si toda esa tranquilidad se hubiera esfumado y ahora solo quedaba alguien que ansiaba hacerlo añicos.

Un trueno cayó retumbando las ventanas, ambos se aproximaron con toda velocidad, Randy se deslizo rapidamente entre las piernas del otro ninja y enlazo su bufanda a pierna de su rival intentando desequlibrarlo y como respuesta el oponente cortando la bufando impidiendo el movimiento.

Ambas espadas chocan enviando chispas por doquier, Randy estaba cediendo rapidamente, los ataques eran demasiados freneticos, fuertes y rapidos, esquivo por suerte un corte dirigido a su rostro o casi....sintio un liquido tibio recorrer su rostro....el estaba sangrando.

Luego otro en los brazos, seguido de uno en la pierna izquierda.

Y luego otro....

Y otro....

Y otro...

El mas notorio y peor de todos fue uno en el pecho, lo peor de todo es que ni siquiera eran cortes destinados a matarlo de un tajo, solo queria que el sintiera dolor alargando su sufrimiento,el  era un depredador jugando y el era solo era una presa mas.

—Tercer consejo nunca desafies a alguien que nunca venceras.—Dio una patada tan fuerte que lo estrello contra la pared rompiendola logrando que incluso salga de la fabrica.

Randy apenas estaba conciente, ¿era esto el ninja?, ¿tan debil era?, sentia dolor, verguenza pero sobre todo miedo, era solo un mero entretenimiento para su openente, lo sabia, incluso sabia que el no era el ninja original, tenia pavor no queria morir, no aqui, no queria dejar solos a sus padres, no queria dejar de jugar videojuegos con Howard, queria seguir siendo el Ninja, queria vivir.

La lluvia no tardo nada en empaparlo, intententaba levantarse una y otra vez, entre los estruendos de los truenos vio de nuevo a aquel aterrador oponente con su mirada tan roja como la sangre que parecia mirar desde el fondo de su alma.

—Vete y quiero que sepas que en cualquier dia, hora o minuto vendre por ti y cuando llegue ese momento desearas con cada parte de tu ser que yo le haya puesto fin a tu  miserable vida.—Su figura solo fue iluminada por el destello de un trueno con sus ojos firmes mirando cada rincon de su alma.—Ahora vete.

Randy se levanto con un dolor insorportable y lanzo una bomba de humo dejando el lugar y con ello todo honor y confianza.

Todo con la mirada de ojos carmesi de sus oponentes observando la total muestra de debilidad mostrada por el protector de Norrisville.

































































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