3: Un lazo desatado

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Las últimas dos semanas antes de la boda pasan volando, lo que me ayuda a mantener la mente en otra cosa después de lo acontecido.

Hoy es sábado, el día de la boda. Me observo en el espejo de la habitación satisfecha por el resultado obtenido, Cloe eligió el color azul para las damas de honor, en las gamas que quisiéramos. Mi elección fue un vestido azul marino de un solo tirante al cuerpo y con un tajo en el lado izquierdo que culminaba a unos veinte centímetros de mi zona baja. Termino el outfit con unas sandalias plateadas de unos doce centímetros de taco aguja; la belleza cuesta, espero valga la pena.
El taxi espera en la entrada en la casa, con lo necesario subo al coche nerviosa por todo lo que viene. Realmente estoy feliz por Cloe, y espero que su felicidad junto a Baek dure mucho tiempo.
Llego dónde es la boda y corro al camerino donde Cloe debe estar ultimando los detalles de su look, al verla los ojos se me llenan de lágrimas, Cloe luce radiante en su vestido blanco de corte sirena; todo en ella es perfecto hasta su cabello rubio que cae en cascada desde su recogido.

—Luces realmente brillante— digo por fin, la rodeo con mis brazos y suelto un sollozo imperceptible debido a la emoción— felicidades por tu día.

—No puedo creerlo, Arlet ni siquiera siento estar segura de esto— siento a Cloe temblar, está entrando en la crisis que se dice que todas las novias tienen antes de su boda— ¿Y si lo que estoy haciendo es incorrecto? ¿Si me va mal? ¿Si todo sale mal?— las preguntas brotan de su boca, agarro sus manos dándole suaves caricias— ¿Si esto no es para mí?

—Cloe ¿Amas a Baek?— ella afirma mi pregunta con un sí sin titubear— escucha amiga, este es un paso muy grande, te preparaste todo este tiempo para este día, lo veo en tus ojos que ansías llevar ese apellido Byum, no por mero título, sino por amor— las lágrimas comienzan a correr en sus mejillas, seco las que puedo y prosigo— él te ama, ¡Vaya que lo ha demostrado! No tenía que hacerlo, pero a toda tu familia pidió su bendición, hasta a mí— Cloe sonríe al recordar los miles de vicisitudes que le hice pasar al pobre chico, hasta debe recordar cuando lo deje todo una noche afuera por levantarle un poco la voz— no te rindas ahora, no voy a negar que vas a tener problemas que harán tambalear está decisión, pero, eso no quitará los momentos felices que vas a acumular.

—¡Oww amiga, ven aquí!— los brazos de mi amiga me aprisionaron al borde de la asfixia, ella era mi perfecto equilibrio— gracias por estar aquí, y por lo que vas a estar, te amo.

—Y yo a ti, llorona— digo para empezar a reírnos, seco un poco más sus lágrimas y acomodo su maquillaje— bien, te veré en el acto principal.

—Gracias por todo, Arlet— nuestras miradas derrochan una gratitud de una hacia la otra, por estar ahí, siempre.

—No tienes que agradecer, voy a ver qué lo otro este en orden. Suerte, mi vida.

Su madre y hermana vuelven a suplantarme mientras busco a las damas de honor para que comiencen a tomar su lugar, estamos a solo media hora de que comience la ceremonia. Todas están reunidas en una esquina del salón hablando entre ellas, el silencio absorbe todo de golpe cuando llego a su lado.

—Vamos tomando nuestros lugares, queda poco tiempo— aviso.

—¿Quién te acompaña hoy, Arlet?— pregunta Cindy, una de las amigas de Cloe de su trabajo.

Estaba lista para esa pregunta, después de todo sé que la intención de su pregunta es hablar de mí más tarde.

—He venido sola, ya saben, mejor sola que mal acompañada— no puedo evitar usar mi tono un poco sarcástico, le entrego el ramo de tulipanes a casa una de ellas esperando que cierren sus bocas.

—¡Pero todas las damas de honor estamos emparejadas! ¡Tú desentonas!— habla otra de las damas de manera histérica— al menos debiste traer a tu hermano, puedes ser el foco de atención de todos y quitarle eso a Cloe.

—Con pareja o sin pareja sería el foco de atención de sus charlas— bien, tenía que sacar el veneno para que no me arruinen la fiesta— asegúrense de que sus parejas no hagan un teatro después del primer vino o cerveza, y ustedes no se pongan histéricas por agarrar un ramo o criticar cada cosa que Cloe eligió— espeto mordaz, ellas me miran descolocadas— las estaré observando, es hora, a sus lugares.

Al parecer nadie tiene más que agregar, espero que todos se vayan antes de soltar un suspiro pesado. Tenía en cuenta que ellas iban a soltar esos comentarios ahora, pero aunque estoy preparada mentalmente no deja de afectarme.
Recojo un poco mi vestido para caminar más segura hasta mi lugar, ocupo el espacio más directo donde va a estar la pareja de novios, saludo a Baek quien luce nervioso y muerdo mi lengua para que ninguna broma que lo ponga peor salga.
Observando a los amigos del novio, alguien que solo puedo ver su perfil llama mi atención. Dejo de mirar al escuchar la canción de entrada que indica que la novia ya está aquí.

Cloe luce radiante, más que el atardecer que nos acompaña.

El momento de los votos llega, mi atención está centrada en cada palabra. Mi mente comienza a divagar, pensando en que se sentirá que alguien te ame tanto y no tenga miedo de expresarlo a todos ¿Alguien me querrá así alguna vez? Se siente lejano, hasta inalcanzable.

Nunca he sido popular en el público masculino, a diferencia de muchas otras chicas, mis redes sociales no explotan con seguidores hombres, ni tampoco buscan oportunidad de hablar conmigo en alguna reunión social, a pesar de que yo conversara con ellos.

Los aplausos me sacan de mis pensamientos y sonrío al ver ese beso de amor de los recién esposos. Es inevitable no sentir un poco de envidia y me siento culpable por ello, pero sé más que nadie que Cloe merece esto más que yo, después de todo.
Felicito al feliz matrimonio y luego pasamos a la sesión fotos, por un momento me hago un lado cuando piden las fotos con los familiares y amigos que ya están en pareja.


La fiesta es espectacular desde la comida, el vino y la música, falta poco para que el baile de comienzo.

With you de Park Jimin suena para bailar el vals, los recién casados están en una burbuja bailando enamorados, los invitados aplaudimos y de a poco los familiares se acercan a compartir el vals con los recién casados, espero casi al último para bailar con Cloe y Baek, les vuelvo a dar mis buenos deseos, ahí el baile comienza.

Vuelvo a mi mesa bebiendo un poco de vino, algunas de mis amigas que comparto con Cloe me sacan a bailar por un rato, los pies ya me reclaman un descanso, me siento un momento para degustar otra copa de vino. Tratando de buscar un poco de silencio me dirijo afuera del salón con copa en mano, entre la poca luz que hay intento no chocar a nadie, pero falló en el intento.

Al avanzar mi mano choca con un pecho fornido y derramó todo el vino sobre la persona. Levanto mi mirada encontrándome con un rostro masculino, que mira el desastre que acabo de hacer.

—Perdón, perdón. Lo lamento tanto, no fue mi intención—me disculpo inmediatamente horrorizándome por el color bordo que toma su camisa blanca a causa del vino— ¡Qué tonta!

—Tranquila, después todo el blanco no es mi color favorito— sonríe, ¡Dios, su sonrisa! Ahí me doy cuenta de que es el chico al que había notado, si mal no estoy es uno de los amigos de Baek— no pasa nada.

—Al menos deja que te devuelva una camisa nueva o lleve está a la tintorería, debió costarte una fortuna— balbuceo atontada ante su belleza a la vez que me recrimino lo idiota que soy.

—No te preocupes, tengo un cambio de camisa— asiento dándome por vencida, solo quiero escapar por mi estupidez— sigue disfrutando la fiesta, señorita.

Él se retira y yo quedo en el lugar procesando lo que pasó.

—De verdad eres estúpida— murmuro para mí misma.

Observo a las diferentes parejas que ríen y bailan entre sí, siento que ver felices a las personas me basta para cubrir esa soledad que estoy sintiendo a menudo. Los ojos se me llenan de lágrimas, vuelvo a reprocharme lo tonta que estoy siendo por dejar que esos pensamientos negativos invadan mi mente, regreso al salón de fiesta dispuesta a que la música me embote los oídos.

Bailo un poco más con Cloe, el chico con sonrisa linda está frente a nosotras, dirige su mirada a mi mejor amiga para hablarle.

—¿Puedes prestarme a tu compañera de baile?— Cloe abre sus ojos por la sorpresa, me mira, mira al chico y sonríe, esa sonrisa de picardía.

—Es toda tuya, iré a buscar a mi esposo— mi amiga me guiña un ojo antes de dejarme sola con el desconocido.

Él busca mi mano de forma delicada y entrelaza sus dedos con los míos, una canción sumamente alegre comienza a sonar lo que obliga a que comencemos a movernos al ritmo, debo reconocer que es un buen bailarín, trato de seguir sus pasos lo mejor que puedo cuando él me hace girar un par de veces. Disfruto de su compañía y cercanía, sin conciencia del tiempo que pasa, cuando conecto con mi alrededor puedo ver a algunas de las damas de honor que hablan entre sí, les doy una sonrisa cínica y vuelvo a centrarme en el joven.

—¿Quieres descansar? ¿Tomamos algo?— pregunta, la verdad, yo pensaba lo mismo, asiento y sin soltar mi mano me guía, entra la multitud hasta la barra de bebidas— ¿Vino, verdad?

—Si por favor— es todo lo que puedo decir.

De inmediato trae dos copas de que son como un oasis en mi garganta desértica, él bebe junto conmigo y el silencio nos embarga unos minutos.

—Soy Woosung— ¡Al fin puedo darle un nombre a un galán tan apuesto!— uno de los amigos del novio, ¿Tú eres?

—Arlet— hablo con confianza, me siento cómoda con él— mejor amiga de la novia.

—Lo sé, ella habla mucho de ti— su sonrisa no se borra, quedo prendada otra vez ante esos ojos oscuros.

La noche de pronto ya no tiene nostalgias, Woosung no se separa de mí y nos enfrascamos en una conversación interesante, la química es innegable. Él escucha con demasiada atención todo lo que digo, me tiene obnubilada; comenta acerca de su pasión, la música; me fascina como todo se ilumina cuando habla de ello y no puedo para de imaginarme en como sería su voz cantando.

Son alrededor de las cinco de la mañana cuando la fiesta llega a su fin, veo a Woosung hablando con sus amigos, mi corazón dice que vaya y me despida, hasta incluso que pida su número de teléfono. Pero, mi mente me ordena que no, podría pasar algo bochornoso y sería peor, no tengo la valentía de hacerlo, además él solo había sido amable, bajo mis expectativas y llamo al taxi para volver.

Conforme los días pasan no puedo sacarlo de mi cabeza, trato de ser racional y quitarlo de mi mente, pero no tengo éxito.

Tengo la necesidad de verlo una vez más sin saber por qué.

Me queda una solución, instagram.

Busco cada usuario que aparece con su nombre sin tener éxito, estaba por rendirme cuando apareció entre los amigos de Baek.

Lo encontré ¿Qué hago? Sin mirar presiono la opción de seguir, tiro mi celular a algún lado y no pasa un segundo para que mi celular suene, lo busco desesperada y de la ventana de notificaciones veo que Woosung ha pedido seguirme, acepto de inmediato.

El corazón me bombea a mil cuando me llega un mensaje de él.
¿Eres tú, Señor?

Buenas, buenas!

Amo este capítulo, por algo en especial.
La escena de la boda es algo que alguna vez me gustaría compartir con mi mejor amiga @Galaxy_0_2
Sabes que te amo, todo lo que pasa es algo que pronto se irá. Te dedico este capítulo para que sepas que en algún momento vamos a vivir esto.

A las demás, también las quiero y gracias por leer❤️
Nesblack

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