Íbamos en el pequeño auto de papá, todos cantábamos a todo pulmón la famosa canción "Boulevard of broken dreams" era la favorita de mi hermana y por ende todos no la sabíamos, pues la repetía varias veces al día y era imposible no saberla. Mis padres, mi hermana y yo íbamos rumbo a los Estados Unidos por asuntos del trabajo de mi padre, me sentía un poco triste por haber dejado Francia, pero mi hermana siempre me daba ánimos y me ayudaba contando cosas sobre lo que haríamos en aquel nuevo país. Mi hermana y yo éramos muy unidas, podría afirmar sin temor que éramos las mejores hermas, aquellas que todos envidian por la hermandad que llevamos dentro.

La letra de la canción dio final, todos nos quedamos en silencio así que decidí poner mis audios y hundirme en mi burbuja, mi hermana sacó un libro viejo y empezó a leer mentalmente; ella tenía una gran fascinación por la literatura, decía que te alejaba de la realidad y te hacía vivir las emociones de los personajes, yo realmente no era fan de las letras, pero los veinte años que llevaba junto a mi hermana, mi hicieron entender el por qué amaban tanto aquel tema. Su ceño fruncido y mandíbula tensa, que hacían entender que se encontraba en el nudo de la trama, aquella donde surge un problema y deseas matar a la autora o autor, siempre me pareció exagerado, pero bueno, eran los gustos de mi hermana y eso no estaba en discusión.

Seguían pasando las horas y la noche se acercaba más, mis padres tuvieron la brillante idea de ir en auto y no en avión, pues según ellos aquí abajo había más paisajes para recordar luego, mientras que en avión solo habían nubes y pequeñas ciudades a lo lejos, yo no los cuestioné y mi hermana tampoco, así que acatamos las órdenes de mis padres y nos fuimos en auto. El sueño al final hizo de las suyas, el mundo a mi alrededor se desvanecía a cada segundo hasta que perdí la noción del tiempo.

—¡No! —el grito de mi hermana hizo que despertara de inmediato—. Él no debía morir, merecía una vida junto a la chica ¿Por qué fue tan cruel? No entiendo.

—¿Pasaste toda la noche leyendo ese libro Silas? —pregunté con asombro.

—Claro, estaba por terminarlo, hay momentos donde solo dices un capítulo más y terminas leyendo todo el libro. —sonrió tímidamente.

Me sorprendía la simpleza con la que hablaba mi hermana, no conocía a nadie que perdiera las horas del sueño solo por un libro, pero mi hermana rompía todo estereotipo, para ella la vida eran los libros, para mí era la música y la diversión, éramos completamente diferentes y gracias a ello nos llevábamos de maravilla. Pasaron unas cuantas horas más y al final llegamos a la que sería nuestra nueva casa: era un lugar muy amplio y bello, tenía un jardín de bellas flores y una entrada demasiado veranial, cada una tendría su habitación y eso nos hacía muy feliz, pues yo quería escuchar musica a todo volumen y Silas quería pasar metida entre las letras.

—Es perfecta mamá -alagué mirando con asombro—, no puedo creer que vayamos a vivir aquí.

—Lo mejor para mis dos princesas —mencionó mi padre entrando las maletas.

—Mi cuarto es el más grande —mencionó Silas subiendo rápidamente las escaleras.

—Eso si yo te lo permito —corrí tras ella hasta las habitaciones.

—Esto será genial Sailas —dijo mi hermana mirando las habitaciones—, nos espera una nueva vida.

—Tú lo has dicho Silas, tú lo has dicho.

Ambas escogimos las habitaciones más grandes, una quedaba al frente de la otra y eso nos había llamado mucho la atención, pues nos gustaba charlar en medio de la noche mientras los demás dormían. Mis padres tomaron una de la habitaciones más alejadas, según ellos, así tendríamos nuestro espacio y ellos el suyo, todos estamos de acuerdo con lo dicho así que nos dispusimos a desempacar para ir a comer algo afuera, estábamos muy cansados después de muchas horas de viaje y nos merecíamos un descanso, además así pasaríamos todos en familia.

Habíamos tardado por lo menos dos horas organizando nuestras habitaciones, ahora todos íbamos en el auto de papá en busca de un buen restaurante; yo me había puesto un vestido corto color rosa, junto con unos tacones y accesorios. Mi hermana llevaba unos Jeans sueltos, una correa negra y unos grandes zapatos, éramos totalmente diferentes, pero eso nos hacía las mejores hermanas. Nuevamente Silas pidió la canción "Boulevard of broken dreams" de fondo, según ella, le recordaba a una canción que leyó hace mucho tiempo, donde aquel chico rubio perdió la cabeza por una linda chica, queriendo cambiar. Yo realmente ponía mis audífonos e ignoraba su romántica conversación.

—Hemon llegado chicas —mencionó mi padre mientras parqueaba el auto.

—Es un lugar muy lindo papá —mencionó Silas—, me gusta mucho.

—Y esperen ha mirarlo por dentro —comentó mi madre con una gran sonrisa.

Yo seguí tras ellos mirando todo con una gran sonrisa, Francia tenía lugares hermosos, pero la decoración de los Estados Unidos me llamaban un poco la atención. El personal del lugar era muy amable, nos hicieron sentir en casa y eso ya era un punto de a su favor, mientras traían nuestros pedidos, decidimos hablar de mi colegio, me encontraba cursando el último año y Silas había decidido tomar un año sabático para esperarme, pues habíamos soñado hacer todo juntas y realmente queríamos ir a una universidad juntos lejos de nuestros padres.

Nuestros padres nunca se negaron a nuestra decisión, ya estábamos grandes y debíamos tomar muestras propias decisiones. Mis padres empezaron a hablar entre ellos, amaba verlos felices y enamorados, deseaba mucho encontrar una pareja así, aunque realmente sola no me iba mal y tenía a Silas a mi lado, ella siempre me apoyaría sin importar qué, así que no tenía prisa en encontrar una pareja estable.

Gracias por leer mis amores.
Pronto subiré el segundo capítulo.
Besos 😘😘