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— ¿Que estás haciendo? He estado buscándote desde que llegue —hace 30 minutos atrás estuvo en una reunión con algunos duques, marqueses y uno que otro político para discutir algunos temas de propiedades del reino que la mayoría quería poseer justo como la casa abandonada del padre de Jimin, nadie sabía bien la historia de aquel marqués, pero últimamente las ricas familias parecían raramente interesadas en aquella propiedad.

Estuvo pensando en la razón de ello todo el camino de regreso, pero al no encontrar a su esposo en las áreas comunes que solía estar le hizo olvidarse por el momento de lo demás.

Luego de una corta búsqueda encontró al pequeño pelirrosa moviéndose de aquí para allá en la cocina mientras parecía preparar lo que comerían.

— ¿Jimin?

Seokjin mantenía su distancia con el menor, por el simple hecho de que sus manos no podían estar 2 minutos sin tocarlo, tuvieron dos largas semanas en la que apenas salían de la habitación, aunque quisiera no podía tener al menor desnudo cada que estuviesen cerca.

— ¿Jin? ¿Ya volviste? Lo siento no te escuche—este por fin se volteo viendo como había doblado las mangas de su ropa y lo bien que se le veía lo que parecía ser el delantal que usaban los sirvientes que estaban en la cocina. — ¿Como te fue en tu reunión de viejos chismosos?

Para nadie era un secreto que el pelirrosa no tenía un pelo en la lengua para decir lo que quisiera y de la forma que quisiera, para el pelinegro era claro el por qué no sentía ni una gota de respeto, pero para los sirvientes, incluso las dos que estaban allí en una esquina que ni el duque llego a notar, era un poco extraño de escuchar.

—Esos viejos chismosos como dices, son hombres importantes en la toma de decisiones

—Bueno, el único viejo que me interesa escuchar y que si es importante para mí eres tú, así que no me importa

Casi al instante Seokjin tenía una sonrisa divertida sin mostrar los dientes, Jimin siempre lograba sorprenderlo y hacerlo sonreír incluso diciéndole que era un viejo.

—Tengo 25, Jimin

—Pero hablas como viejo la mayoría de las veces—el pelirrosa se volteo para apagar el fuego y darle el visto bueno a lo que cocino.

—Te casaste con un viejo entonces

—Y lo volvería a hacer—volvió a voltearse solo para ver como el mayor por fin se acercaba. — ¿Te he dicho que ese traje te queda bien?

—Creo que has dicho lo mismo que con los otros—como todos los días, desde que por fin podía hacer lo que quisiera con el menor sin ser juzgado, capturo la cintura del menor acercándolo a su cuerpo encantado de la diferencia de altura.

— ¿Tienes hambre? Hice un estofado que sé que te va a gustar

— ¿Sabes qué si me gustará? El postre—como si las sirvientas hubiesen desaparecido Seokjin cargo al menor para ponerlo en la mesa de la cocina. —La reunión fue aburrida sin ti

— ¿Querías que dejara a esos viejos sin deseos de hablar? —el pelirrosa empezó a desarreglar el cabello del mayor ya que se veía mucho mejor así que con el cabello perfectamente peinado. —Te doy solo una probadita, tienes que hacerle espacio a la cena

Era todo lo que necesitaba para por fin unir sus labios con los abultados de Jimin y suspirar de puro gusto, suaves y esponjosos justo como los recordaba, dulces como la miel y adictivos como cualquier vicio.

El dedo meñique de Jimin era diminuto y de ahí estaba colgando Seokjin, tranquilamente podía arrodillarse ante él y jurarle lealtad sin tenerle miedo a la ejecución por traición.

—Tú y yo tenemos que parar de besarnos en cada lado cuando los demás están aquí—susurro Jimin cuando se separaron y confirmo que las sirvientas ya no estaban en la cocina. — ¿Qué dirán de nosotros?

—Que tenemos mucho amor que demostrar, aparte esta es nuestra casa, si quiero desnudarte en medio del comedor estoy en todo mi derecho—el mayor siempre fue un hombre educado y que mantenía su intimidad en su habitación, pero tan pronto como estaba en el mismo lugar que el menor se olvidaba hasta de su nombre.

—Di eso cuando tus padres estén aquí

— ¿Quieres que vaya ahora mismo y se los diga? —el pelinegro hizo el amago de alejarse, pero Jimin tomo su chaqueta y lo devolvió a su sitio donde sus piernas cerraron el paso para mantenerlos juntos.

—Ni se te ocurra, Kim Seokjin

—Como usted mande, Kim Jimin

Ambos se mantuvieron serios, tratando de serlo, pero Jimin no pudo evitar sonreír y contagiar al mayor quien no dudo en volver a besar sus labios, esta vez con menos demanda, aunque quisiera debían de comer y esperar a que los sirvientes se fueran. Luego serian libres de hacer lo que quisieran.


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— ¿Algún movimiento en la casa de las víboras? —pregunto Jimin desde el sofá donde estaba cómodamente recostado y con un libro en sus manos, uno de los tantos que el duque consiguió para que pudiese distraerse.

Luego de la comida y mientras los sirvientes terminaban de dejar todo en orden para retirarse, Jimin decidió como casi todas las noches acompañar al mayor en su oficina, siendo a veces una distracción y otras veces solo leía hasta tener suficiente sueño.

—Nos invitaron a comer con ellos, solo que olvide decírtelo en vez de comerte a besos—Seokjin tenía el poder de decir ese tipo de cosas como si estuviese hablando del clima y eso que no estaba hablando de comerlo de otra forma.

— ¿Cuándo?

—Mañana, para la hora de la comida

— ¿Y si hubiese tenido otros planes?

—Sencillo, les dejo saber que no podemos ir—dijo mientras firmaba unos papeles. —Se que no te gusta esa casa o más bien la mayoría de las personas que viven allí, si no quieres ir yo les digo que no iremos

— ¿No me obligaras a compartir con mi familia? —preguntaba simplemente por escuchar al mayor, tenía justo las respuestas que quería escuchar.

— ¿Acaso te he obligado a algo?

— ¿Debo de recordarte lo mandón y para nada flexible que eres en la cama? —la comisura del pelinegro se elevó por los recuerdos y mantuvo su mirada en sus papeles.

—Me declaro culpable, pero fuera de protegerte, cuando te estoy tocando o entre tus piernas, jamás podría mandonearte o ser inflexible

—Lo sé, pervertido—se burló admirándolo desde donde estaba, su esposo era el hombre más hermoso y sexy que en su vida llego a conocer. — ¿Solo nosotros?

—Invitaron a Jungkook y el llevara a Yoongi, aun no entiende que Jungkook no quiere saber nada de tu hermana, también parece que el hermano de tu padre tiene algo que decir, parecía emocionado por la comida

—Seguro—susurro, desde que se quedó en la habitación de Seokjin en el palacio de los reyes, no supo de aquella rata, ir a esa casa significaría tener que toparse con su desagradable padre. — ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Puedes preguntarme lo que quieras sin problema, lo sabes

Claro que lo sabía, incluso antes de casarse, podía preguntarle incluso el más oscuro de sus recuerdos y se lo contaría sin reproches.

— ¿Como fue tu primer matrimonio?

Seokjin detuvo su ojeo en los papeles que necesitaba firmar, papeles que parecían nunca acabar, pero que el menor tuviese curiosidad de aquel matrimonio era más importante.

— ¿Mi primer matrimonio? Fue arreglado por igual, me reuní con ella varias veces antes de casarnos, teníamos citas en ciertos lugares para que el mundo pudiese hablar de que el hijo de los reyes se casaría con la hija del Marques Lim, nos casamos en poco tiempo y fue una boda que no recuerdo del todo, solo estaba allí sentado mientras los demás fingían hablar en susurros sobre cómo no cambie de expresión en todo el día

— ¿No disfrutaste nada de tu boda?

—Nunca me intereso casarme, Jimin simplemente seguía mis responsabilidades, pero fingí ante mi madre que era feliz con esa decisión, sabía que ella podía evitar que me casara por obligación, pero tenía suficiente sabiendo que los súbditos no la querían como su reina—la tranquilidad con la que el duque hablaba era inquietante, casi parecía que estuviese hablando con el que conoció tiempo atrás. —Nos casamos y sus padres hicieron que los reyes compararan una gran propiedad para que viviéramos, apenas nos veíamos en la noche cuando terminaba mi trabajo, pocas veces me espero despierta, pero luego se cansó de esperar y la encontraba durmiendo, la estaba evitando y ella empezó a ser lo mismo, hubiésemos vivido años en ello si no la hubiese encontrado engañándome

— ¿Te molestaste al encontrarla?

—No sentí nada y ella decidió explotar, me grito que era el peor hombre que conoció, una persona hueca sin un mínimo de sentimientos y no la culpo nunca dije más de lo que tenía que decir y mucho menos la miré más de lo necesario, antes de irse me dijo que solo se casó conmigo porque sus padres conseguirían un mejor título pero que deseaba la muerte que vivir toda una vida con un muerto—el pelinegro pareció recordarse de algo mientras su mirada estaba en otro lugar. —Cierto, me dijo que parecía muerto en vida y desde ese momento, todo el mundo empezó a susurrarlo mientras estaba en la misma habitación, supongo que les conto a los demás

La habitación se quedó en silencio por un largo tiempo y Seokjin pensó que Jimin estaba durmiendo por su aburrido relato, pero al buscarlo en el sofá encontró solo el libro en el lugar. Las pequeñas y suaves manos de Jimin aparecieron en su vista acunando su rostro y haciéndose espacio en su regazo.

— ¿Jimin?

— ¿Como se llama?

—Ella no es importante

— ¿Como se llama, Seokjin? Si no me lo dices tú, me lo dirá tu madre, ¿Como se llama y donde vive?

—Se llama Heera, ¿Por qué quieres saber dónde vive?

—Porque quiero que sepa algo, mi esposo no está muerto en vida es el hombre más cálido y encantador que en mi asquerosa vida conocí—el fuego que tenía los ojos de Jimin era cautivante y Seokjin apenas estaba escuchando lo que decía. —Que mucho antes de casarnos me hizo querer apurar la fecha cuando jamás pensé en casarme, el mismo que me protegió de mi familia, ese mismo hombre que se cansó de esperar y me beso en medio de la noche cuando alguien podía atraparnos, el mismo que dijo que le importaba demasiado mucho más de lo que pensaba, el que me busco horas muertas hasta encontrarme, ese mismo hombre que se quedó arrodillado llorando hasta que por fin desperté

—Cerezo...

—Le dejare claro que es el hombre con sentimientos hermosos que le encanta avergonzarme, que tiene una hermosa sonrisa y una peculiar risa que tengo el placer de escuchar, le diré que me haces el amor hasta que se me olvida en que año estoy—susurro con una sonrisa satisfecha. —Que me besa, me abraza, me toca como si fuese lo más preciado que tiene; que todo el mundo sabe que estamos casados porque él se lo recuerda a todo el que conoce, que sé que daría la vida por mi como yo daría la mía y le diré que ni volviendo a nacer lograra provocar algo en ti y que si ella no recibió unos buenos días llenos de besos es porque esa perra, que se atrevió a decir tal estupidez a mi esposo, no se merece ni las migajas de quien realmente eres

— ¿Sabes que me excita que digas todo eso con la confianza que lo haces?

—Lo sé y lo estoy sintiendo, pero no te desvíes, no me importa lo que sea que esa estúpida te dijo, eres un gran hombre, eres amoroso y si las personas miraran a los demás de la forma en que tú me miras el mundo fuese diferente, ¿Te quedo claro? No estas muerto en vida, estas lleno ella y me encantas justo como eres, ¿Por qué crees que siempre te provocaba de alguna forma? Quería ver cuantas expresiones me dejarías ver y me las diste todas—Seokjin estaba sonriendo al igual que Jimin, no lo dijo, pero Jimin entendió lo mucho que aquella frase le dolió, mucho tiempo pensó que, era un hombre vació, pero el pelirrosa no pararía hasta que recordara quien era. —Y luego le daré las gracias a tu exesposa por ser tan imbécil como para preferir a alguien más que tu

—Eres increíble

—Tú lo eres, ahora vamos a la cama y más te vale que los estúpidos de mis hermanos se den cuenta lo bien que lo paso contigo

Seokjin estaba feliz, pero tenía miedo, su felicidad tenía fecha de caducidad y no estaba preparado para dejarlo ir. Aun con el dolor punzante en su corazón cargo al menor hasta su habitación y le recordó lo mucho que lo amaba, aunque aún no se lo había dicho, no lo necesitaba, sus acciones hablaban por él.



Tal y como dijo Seokjin, la casa Park parecía estar tirando todo por la ventana, las sirvientas estaban de aquí para allá arreglando cada detalle de la comida que tendrían, seria al aire libre cerca de donde, según recordaba de Yoongi, tuvo el accidente que lo trajo a esta época.

Lore estaba parada haciendo lo mejor que sabía hacer, dar órdenes y quejarse cuando las cosas no salían como ella quería, dos de sus hijas estaban allí cotilleando como todos los días, los demás estaban esparcidos en el lugar, algunos ansiosos, otros desinteresados.

O eso era hasta que Jimin llego de la mano del duque, una pareja casada solía llegar con uno de ellos sosteniéndose con el brazo contrario, pero el pelirrosa era fan de ver las expresiones escandalizadas de los demás, como Heejoo que parecía estar viendo al diablo caminando hacia ella.

—A tu hermana parece que le va a entrar una mosca—susurra Seokjin provocando la sonrisa del menor.

—Y Lore parece que va a estallar—al llegar frente a Lore se deleitó de ver el disgusto de la mujer que se contenía de no hacer nada más que tener una mueca clara en su cara.

—Impresionante como siempre, bienvenido duque Kim apreciamos su presencia hoy—su sonrisa falsa no se hizo esperar y solo miro al duque ignorando la existencia de Jimin.

—Todo es gracia a mi esposo sin él no estuviésemos aquí—los labios pintados de Lore estaban temblando ligeramente, deseando el poder demostrar lo fastidiada que estaba.

—Seguro que sí, pueden tomar asiento o pasear por el lugar, esperamos que sea de su agrado

—Seguro que si—Jimin repitió su tono por puro gusto y le dedico una sonrisa confiada antes de caminar hacia sus hermanos junto con el duque sintiendo como Lore parecía clavar infinitas flechas en su espalda.

— ¿Es buena idea provocarla?

—Me he dado cuenta de que es mecha corta, principalmente conmigo así que mientras más alterada este más fácil será que pierda el enfoque y que actúe, necesitamos saber que quieren esos dos—susurro dedicándole sonrisas igual de divertidas a sus hermanos provocando muecas o que quisieran ignorarlos, como extrañaba sentirse como en casa.

—Se más cuidadoso, Cerezo no me importaría salvarte, pero prefiero que evites algo como lo que te paso

—Lo sé, caramelito

—Cara- ¿Lo haces a propósito?

— ¿Como crees que puedo hacer eso sabiendo que no puedes hacer nada por que estamos rodeado de personas? —Jimin soltó su mano al ver a Yoongi junto con Jungkook un poco alejados de los demás y antes de ir a estrujar al rubio le guiño el ojo a su marido causando una pequeña sonrisa casi efímera que la mayoría podría apreciar.

Realmente estaba loco por ese hermoso pelirrosa. 









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Espero les guste, disfruteeen.

—Kim ♪ 

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