Antes de que Yoongi y Jimin se durmieran, el menor tomó sus supresores, los cuales evitarían que quede preñado, ya que no quería tener bebés tan pronto.

El mayor no dijo nada, él tampoco quería tener bebés a temprana edad, pero ya se había imaginado a Jimin con una notoria barriguita, sería hermoso si estuviera en cinta.

Eran las 04:40 AM y Yoongi se encontraba sin poder volver a conciliar el sueño. Se había despertado desde hace ya un rato debido a que tenía sed por lo que tuvo que levantarse a tomar agua.

Cuando el mayor regreso, se acostó en la cama y se puso a mirar como Jimin dormía tranquilamente. Sus labios gruesos de color carmesí y sus lindos cachetes, sin mencionar sus lindas pestañas.

Yoongi pasó su mano por todo el cabello de Jimin y empezó a acariciarlo de manera tierna. Una sonrisa se dibujó en sus labios, tal vez se estaba comportando mal al querer hacer sufrir a Jimin, sabiendo que su lobo interior le decía que era su pareja destinada.

Desde pequeño se sentía atraído por Jimin, puesto que después de molestarlo con sus amigos, le pedía disculpas cuando se encontraban solos. Y en realidad, Jimin nunca lo molestó, fueron sus amigos, él sólo estaba ahí sin nada que hacer, pero siempre, después de que sus amigos se iban, él se quedaba y solía disculparse.

A pesar de que Jimin tenía esas amistades, él era realmente lindo, jamás le hizo nada. Pero Jimin se sentía culpable por el simple hecho de haber sido parte del grupo, por lo cual Yoongi se aprovechó y tomó ventaja de eso.

Jimin no le hacía nada, el mayor sólo le tomó rencor porque nunca lo defendió, y como fue el único al que encontró de ese grupito, decidió hacerlo sufrir a él.

Pero, ¿cómo se podía amar y odiar a la vez?, Yoongi nunca entendió eso. Él sólo quería hacer sufrir a Jimin, pero sus instintos también querían proteger al menor de tal forma que nadie pudiera lastimarlo.

Yoongi suspiró, no sabía qué hacer, seguir con su odio, o simplemente seguir a su lobo interior, que pedía a gritos estar con Jimin.

Tal vez, si Jimin no fuera su pareja predestinada, lo haría sufrir e incluso, dejaría que otros Alfas lo tocaran cuando se encontrara en celo. Pero la idea de imaginar que alguien toque a su omega, lo hacía enojar.

Todo era una mierda, no quería enamorarse más de Jimin. Quería que sufriera, no que el amor golpeara su puerta de nuevo.

Tal vez el amor ganaría esta vez, y el odio desaparecería.