CAPITULO 25

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Jimin se encontraba en el suelo, sin poder moverse, sentía su cuerpo tan débil por el celo, que no podía ni ponerse de pie. Cada segundo que pasaba era un infierno para él. El no haber tomado los supresores lo hacía todo más complicado, y más si su Alfa no estaba ahí para que lo tomara.

—Dime pequeño Omega, ¿Necesitas a un Alfa? —Se acercó el castaño y sonrió con picardía.

Jimin negó con la cabeza. —N-no lo necesito.

Ambos Alfas empezaron a reír. El Omega estaba siendo muy descortés. Ellos podían jurar que otro Omega en celo se les hubiera tirado en los brazos para que se lo follaran. Por lo general, los Omegas en celo harían lo que sea por tener una polla dentro de ellos.

—Eres un Omega muy diferente. —El castaño se puso a la misma altura que Jimin y olfateó su cuello, para después fruncir el ceño.

—¿Qué pasa?

—Éste Omega ya está marcado. —El chico chasqueó la lengua, para después destapar el cuello de Jimin y así mirar la marca que Yoongi le había hecho.

—No me jodas. Huele tan bien que podría jurar que no tiene Alfa.

—N-necesito a mi Alfa, p-por favor. —Jimin habló débilmente, mientras sus ojos estaban llorosos. No podía soportarlo más.

—Parece que nosotros tendremos que ser tu "Alfa" en este momento, pequeño Omega.

El castaño empezó a quitarle la ropa a Jimin, mientras que éste otro se negaba rotundamente, intentando detenerlo con la poca fuerza que tenía.

—D-detente, tengo A-alfa.

—Ven aquí y ayúdame. —El peligris habló, para que después el pelinegro llegara y agarrara de las manos a Jimin.

—Tranquilo Omega, lo vas a disfrutar. —El pelinegro se agachó y lamió la marca que Yoongi le había hecho a Jimin en su cuello.

Jimin volvió a sollozar, esta vez, con lágrimas en sus ojos. No quería que alguien más tocara esa marca, y esos tipos lo habían hecho. Habían tocado el lazo de Yoongi y él, algo que los unía.

—Pequeño Omega, no te asustes, obtendrás otras dos marcas en tu cuello.

—N-no. No quiero que alguien más me toque. No quiero que alguien que no es Yoongi me t-toque. —El Omega empezó a soltar chillidos.

—Joder, cállate. Te estamos haciendo un favor, maldito Omega. —El castaño tiró de los cabellos de Jimin.

—Hay que darle su merecido al Omega. —sonrió el pelinegro.

Rápidamente, el peligris le empezó a quitar los pantalones a Jimin.

—Bonitas piernas.

Jimin estaba asustado, no quería que lo tocaran. Sólo quería que Yoongi lo hiciera.

Estaba tan metido en ese callejón, que, si le hacían algo esas personas, nadie se enteraría. Por más que gritara por ayuda, nadie lo escucharía, su voz era demasiado débil.

No quería que Yoongi pensara que se metió con esos Alfas y lo engañó.

El peligris empezó a desabrochar su pantalón. —Te romperé en dos maldito Omega. —sonrió cínicamente.

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