C A T O R C E

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La ropa del menor fue la primera en caer al suelo mientras ambos se revolcaban en la cama, casi parecía como si se hubieran estado conteniendo hasta ese momento pero aun así se le hizo ligeramente sorprendente a JiMin que YoonGi no dudara en prácticamente atacarlo con besos, paseando sus manos sobre su cuerpo como si quisiera disfrutar cada centímetro de su piel.

JiMin suspiró gustoso mientras YoonGi se concentraba ahora en su cuello, sus piernas se enroscaron en su cintura y mientras una de sus manos acariciaba la nuca del otro, la otra recorría su espalda, sus uñas rasguñando cuando la sensación se volvía estremecedora. Podía sentir la respiración de YoonGi sobre su cuello, bajando entre sus clavículas y sus manos volviéndolo loco con su toque en todas sus partes sensibles, incluso acababa de descubrir que adoraba sentir cómo las grandes manos del compositor acariciaban su cintura con fuerza, como si no quisiera soltarlo en ningún momento.

YoonGi lamió las clavículas del rubio y subió lentamente, paseando la punta de su lengua con lentitud hasta llegar a su oído, finalmente lamiendo su lóbulo y provocándole un escalofrío que lo hizo gemir. El hombre no iba a negar que se sentía increíble la sensación de tener a JiMin para él de esa manera y con aquel pensamiento besó su cuello con calma, dejando que el sonido de sus besos resonara y sin poder evitarlo, chupó un poco, sus dientes rozando la piel de JiMin.

—Uh... marcas... no... —jadeó, sus ojos cerrados con fuerza y sus cejas fruncidas, al mismo tiempo que sentía su piel volverse de gallina por la cercanía de los labios de YoonGi.

—Lo siento, tendré más cuidado —le dijo justo en su oído, su respiración pesada, y JiMin soltó un gemido agudo, mordiendo su labio inferior. Adoraba la voz grave del hombre—. Ven aquí...

JiMin miró con duda al contrario antes de que este besara sus labios, abrió su boca con un jadeo y YoonGi aprovechó para jugar un poco con su lengua, lamiendo y chupando los labios esponjosos del menor. Las caderas de ambos no podían mantenerse quietas, a pesar de la ropa que el pelinegro tenía encima, podían sentir lo duro que estaba el otro y eso era todavía más excitante.

JiMin colocó entonces sus manos en la cintura ajena, colándose entre la camisa del contrario y levantándola con rapidez, YoonGi entendió el mensaje y se quitó la prenda, dándole una vista perfecta a quien se encontraba debajo. JiMin no dudó en poner sus manos sobre aquel pálido pecho, torneando sus pulgares sobre los pezones de YoonGi quien no demoró en suspirar, sonriéndole.

—Lindo —fue lo único que dijo JiMin antes de morder su labio inferior.

—¿Lindo yo? Mira quien lo dice —se inclinó sobre él, su lengua repasando el contorno de su pezón antes de que sus dientes lo atraparan con suavidad, jalándolo ligeramente.

—¡Ngh! —su espalda se arqueó y acarició el cabello de YoonGi.

—Me encanta que seas tan sensible aquí —comentó, chupando un poco mientras apresaba el pezón contrario entre sus dedos, JiMin se retorcía debajo de él con suspiros suaves que se transformaban en gemidos agudos si YoonGi jugaba muy brusco.

—Creo que tú eres más sensible... —murmuró sin despegar sus ojos del otro, este enarcó una ceja—. De hecho, creo que alguien me pidió que lo ayudara con su estrés —ahora sus manos subieron hasta el rostro del pálido, YoonGi sintió sus mejillas sonrojarse un poco más.

—¿Uh?

—Tú ven aquí —JiMin sonrió, haciéndolo girar hasta quedar sentado encima del regazo del hombre, lentamente deslizó sus manos por su pecho y se inclinó hasta que ambas narices se rozaron—. Le dije a papi que lo ayudaría, voy a ser un chico bueno y haré lo que me pida —se dio cuenta de cómo YoonGi pareció pasar saliva, endureciendo su expresión.

—¿Cómo puedes ser tan caliente? —preguntó mientras veía al menor sonreírle.

JiMin no contestó, simplemente atrapó uno de los pezones del hombre con sus lindos labios y YoonGi ahogó un gemido, cerrando sus ojos y sujetando la cintura del rubio. El menor parecía salido de alguna película porno, sus caderas se movían suavemente mientras movía su rosada lengua sobre el pecho de YoonGi quien quizás estaba tratando de no perder la cabeza solo con ese pequeño gesto.

—¡Ah! Espera... ¡Ngh! —gruñó cuando la lengua del lindo chico presionó con más fuerza y sus dientes rozaron la sensible zona—. Joder... —una de sus manos fue a parar a su boca para tapar los sonidos, JiMin sonrió mientras bajaba su lengua por el abdomen ajeno, lento y suave mientras miraba fijamente al pelinegro.

Una vez llegó hasta el inicio de su pantalón, desabrochó el cinturón y no demoró en quitarle los jeans por completo, lentamente plantó un beso sobre sus boxers y sonrió cuando YoonGi lo miró con sus ojos entrecerrados por la excitación, sus mejillas tan rojas como podrían estar jamás. JiMin simplemente sonrió, sus dedos moviéndose con calma sobre la erección que se alzaba frente a él , y YoonGi se sentó con dificultad.

—Ángel... —llamó, deslizando sus dedos entre los cabellos del rubio.

—¿Sí? —JiMin lo miró con ojos de niño inocente, ladeando su cabeza un poco—. ¿Necesitas que me encargue de esto? —nuevamente posó sus labios sobre la erección, provocándole un jadeo al contrario y aun así, no sintió que YoonGi lo empujara contra su entrepierna con brusquedad.

—¿Me harás pedirlo por favor? —rió casi como un jadeo, JiMin sonrió victorioso—. Por favor, bebé...

JiMin suspiró, sintiendo su cuerpo estremecerse y el agarre en su cabello se hizo más fuerte. Sin demorarse más se acercó nuevamente a la entrepierna del pelinegro, sus manos bajando el bóxer y sus labios acercándose como si de un imán se tratase. YoonGi suspiró de puro alivio y JiMin saboreó un poco la punta antes de bajar lentamente y volver a subir, abrió más la boca mientras chupaba, su lengua humedeciendo su camino y YoonGi simplemente endurecía su agarre, gemidos ahogados deslizándose por su garganta.

—Ah... así nene... —gimió, JiMin no había escuchado antes que los chicos gimieran tan libremente y eso sólo lo hizo emocionarse más—. Que linda boca tienes, Minnie...

JiMin gimió por el apodo y la vibración no hizo más que hacer gemir más alto a YoonGi. No detuvo el movimiento de su boca, había logrado conseguir ritmo y las reacciones de YoonGi sólo lo hacían querer moverse más rápido. Escuchaba como el hombre continuaba diciendo apodos y frases que no llegaba a completar del todo, no logró escuchar la mayoría pero se dio cuenta de lo mucho que le gustaba la manera en la que el contrario gemía sus palabras.

—JiMinnie... bebé... —gemía Min, el rubio podía sentir su propio pene ponerse aún más duro contra su ropa interior.

El movimiento de su cabeza era cada vez más rápido y YoonGi no podía callarse, sus piernas comenzando a temblar y la boca de JiMin empezaba a sentirse más salada.

—Espera, espera... —jadeó, tratando de apartarlo.

JiMin finalmente bajó todo lo que su garganta le permitía, moviendo su lengua tan rápido como pudo, y subió lentamente, dejando que el pene húmedo del hombre se deslizara fuera de su boca, mientras sus ojos se miraba fijamente.

—Mierda —masculló Min, su pene se movió—. Ven acá —gruñó.

JiMin sonrió levantándose del suelo mientras se quitaba su ropa interior, YoonGi sacó un condón de su pantalón tirado en el suelo y se permitió disfrutar de la vista del menor deslizando hacia abajo la única prenda que le quedaba encima. Cuando terminó, sacó un lubricante de su cajón de noche y se dedicó a colocar una buena cantidad en el pene de Min.

—Tengo que... prepararte —apenas logró murmurar.

JiMin negó, lanzando el lubricante a la cama y empujando a YoonGi hasta que este se encontró completamente recostado, sus piernas colocándose a cada lado de la cintura ajena mientras suspiraba por la manera en la que el pene del rapero presionaba contra él.

—Métemela de una vez —pasó su lengua por sus hinchados y rojos labios, colocando la punta en su entrada.

YoonGi abrió la boca para protestar pero el menor se apresuró en presionar contra él, recibiendo el pene de YoonGi con una resistencia casi inexistente.

—Ji... Min... —Park sintió los dedos de YoonGi apretar sus caderas mientras entraba lentamente, quería sonreír—. J-Joder... —gimió casi sin aire.

—Ah... Yoon... —gruñó cuando estuvo todo dentro y colocó ambas manos sobre el abdomen del hombre para darse estabilidad. El sudor pegaba el cabello negro del hombre en su frente, sus mejillas estaban rojas y sus labios igual por haberlos mordido tanto—. Luces tan... caliente desde... aquí... —sus caderas comenzaron a moverse, subiendo y bajando con suavidad.

—¿Yo? —casi se rió, si no fuera porque el menor comenzó a saltar un poco más rápido y no pudo retener más el movimiento de sus propias caderas—. Tú eres el que se ve... como un lindo conejito...

JiMin chilló un poco, cubriendo su boca con su mano. ¿Por qué demonios aquello había sonado tan caliente?

—¿Qué? ¿Te gustó... eso? —sonrió ladino, jadeando. JiMin trataba de concentrarse en el ritmo de sus sentadas—. Eres... adorable... —dijo, moviéndose cada vez más rápido al ritmo de los saltos de Park.

—Dios... —se inclinó un poco hacia adelante, gimiendo sin control. El interior de su cuerpo se sentía jodidamente caliente y se sentía sofocado de la mejor manera posible, YoonGi sólo seguía su ritmo, llevándolo cada vez más al límite—. ¡Ah! —se sobresaltó después de escuchar un fuerte ruido y luego el ardor se hizo presente—. ¿Acabas de... nalguearme?

—¿No te gusta? —casi pareció querer disculparse.

—Joder, hazlo de nuevo —comenzó a moverse más rápido y más fuerte, YoonGi no perdió el tiempo de cumplir su pedido—. ¡Ah!... Mierda...

—Lindo... —apretó el trasero del menor con ambas manos antes de nalguearlo de nuevo, JiMin chilló—. Joder, salta conejito...

—Ngh... —lloriqueó.

Ambos gimieron cuando sintieron su interior tensarse cada vez más, JiMin endureció su agarre en el abdomen del otro y YoonGi sostuvo el pene ajeno con una de sus manos para masturbarlo, ambos moviéndose cada vez más rápido.

YoonGi se corrió primero, su cuerpo tensándose por completo y JiMin siguió saltando a pesar de todo, viendo con una sonrisa satisfecha como el pelinegro no podía ni siquiera gemir por la sobre-estimulación, JiMin fue el segundo, apretando cada centímetro de su interior y manchando el pecho del hombre. YoonGi todavía trataba de recuperarse cuando el menor se recostó sobre él, al menos a él no le molestaba en absoluto la sensación viscosa en su cuerpo y YoonGi parecía el mismo tipo de persona.

Se mantuvieron durante mucho tiempo en esa posición, tratando de recomponerse, sus respiraciones relajándose cada vez más mientras disfrutaban de la sensación de ambos cuerpos juntos.

—Entonces, ¿conejito? —le preguntó con una voz ronca, el mayor rió entre jadeos sin estar completamente consciente aún—. Me gusta, podemos usarlo —le dijo antes de besar su mandíbula.

—Usémoslo ahora, solo dame un segundo —jadeó y JiMin lo miró de nuevo, ahora un poco sorprendido, mientras el contrario se tomaba un par de minutos para continuar—. ¿Segunda ronda?

—Pero no puedes ni res... —soltó un sonido de sorpresa cuando fue lanzado a la cama de nuevo, ahora de espaldas, YoonGi se colocó detrás de él mientras cambiaba el condón—. ¿Es en serio? —le sonrió, a pesar de verse reacio a la idea, igual alzó su trasero y se mordió el labio inferior en ansias.

—No creo lucir como que estoy bromeando, nene —sonrió, llenando sus manos con lubricante—. Realmente te necesito —confesó cortamente.

JiMin simplemente rió suave, tomando una almohada para apoyarse mejor y miró a YoonGi con deseo, el hombre le devolvió la mirada mientras masajeaba su trasero.

—¿Listo?

—Sólo jódeme —se empujó contra él.

Ellos definitivamente no sintieron tener suficiente esa noche.

Esta vez, JiMin fue quien apagó la alarma y bostezó en grande mientras procesaba la sensación de dolor que se extendía por todo su cuerpo como recordatorio de la noche anterior. Finalmente se sentó en la cama con flojera, viendo que el pálido no estaba acostado a su lado y formó entonces un pequeño puchero, pero se dio cuenta de que la casa olía a café.

—¡¿Sigues aquí?! —preguntó en alto.

Creyó escuchar una risa.

—¡Sí! —fue la respuesta que recibió.

—¡Bien~! —canturreó.

Se concentró entonces en estirarse para tratar de calentar sus huesos y músculos mientras sentía ahora una extraña sensación burbujeando en su estómago y lo atribuyó al hecho de lo que había sucedido la noche anterior; no podía evitar soltar una pequeña sonrisa de repente cada vez que pensaba en lo que había sucedido, así mismo, de solo recordar la manera que tenía el otro de sostenerlo y de tratarlo en la cama, se sentía en las nubes.

Se colocó su boxer con calma y trató de levantarse para ir a desayunar, sin embargo algo además del dolor lo detuvo.

—Ahí estás —se encontró con el pálido entrando por la puerta de la habitación, estaba completamente vestido y traía una taza de café en su mano.

—Buenos días —saludó cortamente, mirándolo con una pequeña sonrisa en sus labios—. ¿Dormiste bien?

—Buenos días —saludó igualmente—. Dormí perfecto, espero que tu igual —habló en un tono coqueto e hizo un gesto hacia la taza—. ¿Ahora me robas mi café? —enarcó una ceja, YoonGi sólo se acercó y se sentó a su lado, entregándole la taza—. ¿No es tuyo?

—No, sólo quería ser un poco cursi —confesó con una media sonrisa.

—Whoa, qué galán —rió suavemente y tomó un sorbo del café con cuidado de no quemarse.

De repente, JiMin hizo una ligera mueca de disgusto y el hombre rió, Park no hizo más que mirarlo con un puchero.

—¿Muy amargo? —ladeó un poco su cabeza mientras lo miraba.

—Un poco —pasó su lengua por sus labios, tratando de apartar el sabor—. ¿Acaso no sabes lo que es el azú...?

YoonGi repentinamente se acercó y plantó un beso en sus labios, JiMin no tardó en corresponder con un suspiro y justo cuando se inclinó hacia delante, el contrario se separó, mirándolo con una sonrisa suave.

—Uh... —ahora el menor estaba un poco confundido—. ¿Estás bien? —dejó la taza sobre la mesita de noche, una risa suave y un poco nerviosa saliendo de sus labios—. Sé que te pones mimoso después de tener sexo pero...

—Sólo quería probar lo amargo que estaba —se excusó, encogiéndose de hombros. JiMin enarcó una ceja.

—Que terrible excusa —rió nuevamente, tratando de relajarse un poco—. Si quieres besarme sólo dilo, no tienes que... —de nuevo, los labios ajenos se plantaron sobre los suyos.

JiMin pensó que sería un beso corto de nuevo, pero sintió los labios ajenos moverse y su lengua delinear sus labios. Suspiró de puro gusto, sintiendo una extraña sensación en la boca de su estómago, aquella sensación que cualquier adolescente catalogaría como mariposas revoloteando en su interior. Quiso reírse de sí mismo, pero su cabeza comenzó a nublarse y sólo podía concentrarse en mover sus labios sobre los ajenos, suspirando cuando sintió las manos del otro en su cintura y agradeció el hecho de estar en sólo ropa interior.

Cuando ambos terminaron recostados en la cama de nuevo, sus bocas moviéndose suavemente sobre la otra y sus labios chupando con suavidad, el menor se sentía en el cielo pero cayó de vuelta a la tierra cuando YoonGi se alejó, JiMin no pudo evitar el reflejo de tomar su cuello para acercarlo de nuevo mientras jadeaba, pero el hombre tenía una expresión extraña en el rostro que lo hicieron mirarlo con preocupación, definitivamente había algo raro.

—¿Qué sucede? —preguntó suavemente, sus dedos acariciando la zona en donde se habían quedado.

Ese momento estaba siendo quizás más íntimo de lo que JiMin habría querido que fuera pero no pudo evitarlo, esperaba que aquello no incomodara a YoonGi.

—Muchas cosas —confesó con una sonrisa agotada, Park entonces tuvo un raro presentimiento—. No estoy seguro de si pueda seguir así, pero realmente quiero seguir contigo.

Lentamente las cejas de JiMin se fruncieron un poco más, ahora la preocupación era mayor y no estaba seguro de a lo que refería el contrario. ¿Acaso estaba a punto de decirle que no podían seguir estando juntos? No estaba seguro, ¿había algo que le estaba impidiendo hacerlo? ¿Su trabajo quizás?

—¿Por qué dejaríamos de vernos? —trató de sonreír, formando entonces una sonrisa torcida.

—JiMin —comenzó casi con un suspiro, el mencionado ahora sentía que su estómago se apretaba por los nervios—, ¿qué te parece lo nuestro?

Él no pudo evitar formar una mueca de confusión, se sonrojó y bajó sus manos hasta los hombros del hombre. Aquella había sido una pregunta que realmente no esperaba y siendo honesto consigo mismo, quizás ahora estaba un poco aterrado.

—¿Lo nuestro? —preguntó casi como si no hubiera escuchado bien, tratando de entender la pregunta—. Bueno... nosotros somos... ¿amantes?

—Sí, eso lo sé —asintió, JiMin podía sentir su propio corazón latir en algo parecido a la ansiedad—. Te pregunto, ¿qué te parece que sea así?, sólo así, sin más cambios.

El rubio ahora se removió un poco incómodo y bajó la mirada, no estaba seguro de a lo que YoonGi quería llegar pero tenía un extraño presentimiento. Su cabeza se revolvió en pensamientos diferentes y no estaba seguro de que pudiera ordenar dos palabras claras que tuvieran sentido.

—¿Bien? Supongo, no lo sé... —se encogió de hombros, tenía un poco de pánico ahora—. Es decir, así estamos bien, digo, no hemos tenido problemas al respecto —tomó fuerzas para mirar al pelinegro a los ojos—, ¿tú sí? —preguntó con cautela.

—Sí —JiMin apretó sus labios, soltó su agarre de los hombros de YoonGi, pero este no se alejó y el rubio no estaba seguro de si lo hubiera preferido, casi podía sentir que le faltaba el aire—. Realmente hay algo que me está molestando y no creo que pueda seguir dejándolo pasar, debes saberlo.

JiMin ahora se sintió un poco triste, lentamente vio como el contrario se sentaba en la cama y lo siguió, sentándose a su lado. Miró a YoonGi con una sonrisa que no llegó a sus ojos y sus cejas fruncidas en algo parecido al dolor, pero él no estaba seguro de lo que le dolía, ¿el corazón? Aquello sería tan cliché pero ciertamente, muy acertado.

—¿Sí? ¿Qué cosa? —preguntó, sus manos fuertemente sujetas a los bordes de la cama, su sonrisa ahora parecía una mueca extraña de una línea fija.

—Lo que sucede es que te quiero —soltó, tomando por sorpresa al menor, sus ojos se abrieron como platos y sus labios se separaron ligeramente, mirándose tan estupefacto que YoonGi no estaba seguro de si era una expresión de felicidad o no—. Tuve que darme un tiempo para prepararme y decirlo así que... —tomó un poco de aire—.  Quiero que sepas que realmente te quiero, me gustas de esta manera en la que quiero tener algo serio contigo, en la que puedo decir que eres mi novio —continuó—. Quisiera saber si sientes lo mismo.

Las mejillas de JiMin se calentaron a un punto sofocante y tuvo que desviar la mirada, girando su cabeza un poco en un vago intento de que YoonGi no lo vea. No estaba seguro de qué decir ahora, si bien aquello había sido algo que hizo saltar a su corazón, el pánico no demoró en hacerse presente. Las preguntas se volvieron más persistentes, sintió las dudas hacerse más grandes y las palabras no salían de su boca, se sintió ahogado y pensó que estaba siendo un idiota, porque cualquiera habría respondido de inmediato.

JiMin había pasado menos de veinticuatro horas en el ojo público y ya lo habían desotrazo, ya todos se creían con el derecho de opinar cosas sobre él y personas ya se le habían acercado por interés, todo aquello fue tan surrealista que no fue capaz de procesarlo, ahora y como si su mente quisiera torturarlo, todo aquello apareció justo en ese momento que YoonGi lo miraba con esos ojos desesperados, esperando que dijera algo.

Y para empeorar las cosas, las comparaciones aparecieron en su cabeza, no podía creer que alguien como YoonGi realmente estuviera interesado de esa manera en él, ¿cómo? ¿Por qué? Él no tenía nada de especial. No tenía sentido.

—Sólo dime si quieres que me vaya a la mierda o no —le dijo con un hilo de voz, mirándolo con dolor, y JiMin se cubrió el rostro, no era capaz de poner en orden sus pensamientos.

—YoonGi... —trató de decir algo, pero su cabeza no quería reaccionar—. Es jodidamente complicado... yo...

—¿Qué es complicado? —pidió saber, su tono de voz era calmado y JiMin agradeció eso—. ¿Acaso no quieres estar conmigo?

Por supuesto que quería. Quería estar con él cada segundo del día, podía estar veinticuatro horas sólo mirándolo y tocando su rostro, sonriéndole y hablándole de temas triviales. Quería poder besarlo siempre, sin tener que pensar en si era correcto o no. Quería decirle a todos «hey, él es mi novio».

—Sí quiero —resumió sus pensamientos—, pero...

—¿Sólo para tener sexo? —supuso, mirando hacia el suelo, pero JiMin inmediatamente lo miró.

—No YoonGi, no te quiero solo para tener sexo —aclaró, viendo como el hombre suspiraba y una pequeña sonrisa casi forzada se formaba en su rostro—. Disfruto pasar tiempo contigo, realmente lo hago... honestamente eres lo único bueno en mi vida ahora —confesó, su voz haciéndose más baja.

El corazón del rapero comenzó a latir un poco más rápido, aquello había levantado sus esperanzas, pero la mirada seria y culpable de JiMin no lo tenían muy seguro.

—¿Entonces por qué luces como si hubiera un problema? —le preguntó—. No necesito que me digas algo lindo y terminar con un "pero te veo como un adorado amigo" o algo por el estilo, ¿sabes?

El más joven se dejó caer sobre la cama, quejándose.

—El problema es —tomó aire—, que soy un jodido chico en una carrera que odia —soltó—, con empleos de mierda, una casa de mierda y cuyos padres no le hablan más que para preguntarle si sigue vivo y estudiando, además claro, de que tú eres una estrella reconocida mundialmente con cientos de miles de fans que son, por cierto, jodidamente crueles —no pudo evitar suspirar sonoramente, volviendo a ocultar su rostro entre sus manos.

YoonGi miró hacia una de las paredes, frunciendo sus labios. Suavemente se recostó al lado de JiMin, ahora su vista fija en el techo; no quería irse de ahí sin estar cien porciento seguro de lo que el chico sentía y si tenía que pasar por esto, pues bien, lo haría.

—Desde mi perspectiva, yo soy sólo un productor de música y tú eres un chico lindo que quiero cuidar, con el que quiero tener algo serio y... simplemente quedarme con él —realmente no consideraba la idea de una boda o familia como algo que debería decir ahora, mucho menos pensaba que fuera necesario decirlo, pero JiMin ya sabía que aquello sería lo que YoonGi buscaría.

El más joven estaba perfectamente consciente de que YoonGi era un hombre adulto, él también lo era pero había una gran diferencia; YoonGi ya estaba buscando a alguien para sentar cabeza, para quedarse así y vivir juntos, JiMin no estaba seguro de poder cumplir con esas expectativas, ciertamente, adoraba estar con el hombre, incluso admitía quererlo también, pero aquello no era suficiente. ¿Y si lo arruinaba? ¿Y si se arrepentía? ¿Si todo aquello que pintaba el contrario fuese demasiado como para sostenerlo con sus manos?

Ellos eran completamente diferentes, sus vidas igual, YoonGi no iba simplemente a cuidarlo y atenderlo o algo por el estilo, JiMin ni siquiera sabía qué haría si dejaba su carrera porque si eso sucedía literalmente no tendría otra cosa que hacer. Eventualmente sería una carga, él definitivamente no estaba listo para una relación del tipo que estaba buscando YoonGi.

—Soy diez años menor que tú —confesó, cerrando sus ojos y esperando que aquello funcionara como explicación.

—Lo sé —de inmediato, JiMin lo miró y él le devolvió la mirada—. NamJoon me lo dijo —el rubio suspiró y le dedicó su atención al techo—. También hay muchísimas parejas con mucho más años de diferencia, ¿lo sabes, no?

—Lo sé... pero ellos quizás están más listos que yo —suspiró y volvió a cubrirse el rostro cuando sintió que el mayor se sentaba de nuevo.

—No te estoy pidiendo matrimonio, JiMin —aclaró, un poco molesto ahora—. Sí, sé que eres prácticamente un adolescente pero yo no te estoy pidiendo algo del otro mundo, sólo quiero tener algo más que sexo contigo.

—No lo entiendes —jadeó, el llanto amenazaba con salir de sus ojos—, yo no... no soy esa persona para ti.

—¿Por qué no? —ahora se veía casi desesperado—. Me haces jodidamente feliz, adoro cada parte de ti y de tu personalidad, quiero poder acercarme más de lo que nos hemos acercado hasta ahora, que puedas hablarme de todo sin pensar que estamos atados solamente por salidas casuales.

—Tu no conoces nada de mi —sorbió su nariz, ahora no podía controlar el temblor en su voz—, soy literalmente la peor opción para esto... yo no... no encajo en...

—JiMin —su cuerpo tembló cuando escuchó esa voz llamarlo, su nombre se sentía tan correcto saliendo de los labios de YoonGi que no pudo evitar soltar un sollozo—. ¿Me quieres o no?

El más joven se sintió atacado por esa pregunta, ¿quería a YoonGi? Sí, la respuesta brillaba en su cabeza, pero luego se volvía tan borrosa que no estaba seguro, cuando la pregunta de si debería estar con YoonGi apareció por propia creación suya, la respuesta era no, ¿por qué? Por todo, por cómo era su vida, por cómo eran sus problemas, sería literalmente la carga más pesada que cargaría el hombre y su cabeza le decía que sería más horrible sufrir por ser dejado después, que por cortar ahora todo contacto, era impensable que pudiera encajar en la vida de alguien como el pelinegro, aquello era sencillamente imposible.

Sin embargo, su corazón latía fuerte en búsqueda de YoonGi.

—Entiendo —aquella fue la palabra con la que terminó la charla y se levantó de la cama, JiMin escuchó un suspiro pero ni siquiera por eso fue capaz de destapar sus ojos—. El de seguridad me conoce, entonces no tienes que bajar a abrirme la puerta —le dijo con un tono de voz cansado—. Gracias por todo, supongo —aquella fue su manera de despedirse.

Los sollozos de Park se hicieron insoportables cuando escuchó la puerta cerrarse.

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