N U E V E

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JiMin se frotó los ojos luego de que el cliente se fuera, dándole paso a un grupo de chicas que querían comprar un par de combos grandes. Ese día le tocaba horario de tres a seis de la tarde y turno en la caja, trabajo importante, mejor que los demás puestos, pero ciertamente no tenía muchas ganas de verles las caras a las personas. Menos aún teniendo en cuenta que cada persona que se paraba frente a él, miraba por una fracción de segundo, su cuello.

Le hubiera gustado quedarse con los niños en casa de SeokJin, pero el hombre sabía su horario y regreso para llevar a Jeong con NamJoon y a TaeHYung con su madre, JiMin casi quiso rogarle que lo obligara a quedarse, pero trabajo es igual a dinero.

Y no es que JiMin fuese el tipo de persona que moría por la manera que tenían los otros de verlo o de suponer cosas de su persona, pero ciertamente, le incomodaba un poco la mirada que las personas le daban luego de ver las marcas en su cuello; algunos con coquetería y otros prácticamente juzgando. ¡Una ridiculez!

Si veía a alguien más riéndose o frunciendo sus cejas se iba a parar sobre el mostrador y le daría una cachetada para que se le reacomodaran los pensamientos. Joder. Y los hombres eran peores. Los gays reconocen a otros gays y ciertamente hay un par que se comportan como si con su sonrisa fuesen capaces de provocar erecciones.

Pero renunciar no era una opción y él podía matar a YoonGi luego.

—Hey.

Sus cejas automáticamente se fruncieron por la manera informal de dirigirse a él antes de levantar la mirada y entonces se encontró con ChanYeol y su sonrisa de grandulón medianamente idiota. Por un segundo tuvo la necesidad de cubrir las pequeñas marcas rojizas con sus manos, pero no quería quedar en completa evidencia así que simplemente sonrió como saludo.

—Hey, hola —respondió un poco incómodo y miró nuevamente la caja para esperar el pedido—. ¿Qué desea pedir?

—¿Quizás al bonito cajero? —enarcó una ceja, JiMin retuvo las ganas de suspirar mientras le preguntaba a quien sea que le estuviera haciendo pasar por esto, por qué le gusta tanto verlo sufrir—. Vamos, no soy un cliente cualquiera —el hombre se inclinó un poco sobre el mostrador y JiMin se puso derecho en su lugar—. ¿Hay algún descuento especial el día de hoy? —enarcó una ceja, una sonrisa ladina haciendo juego.

JiMin soltó aire lentamente sin poder contenerse más.

—No, no la hay, ¿ya decidiste qué quieres llevar?

—No seas así, JiMinnie —ladeó un poco su cabeza y el contrario se alejó un poco, también vio como un par de personas detrás de Yeol se intercambiaban miradas seguramente preguntándose si eso estaba permitido—. ¿No quieres salir luego de que termine tu turno? Yo invito.

—ChanYeol, estás retrasando la fila y yo estoy en mi horario de trabajo —se inclinó un poco hacia él y se dio cuenta, que por la mirada confundida del pelinegro, se había dado cuenta de las marcas—, si lo que quieres es coquetear pues tienes un enorme centro comercial para buscar alguien, ordena rápido.

ChanYeol ladeó sus labios en una mueca de disgusto, esta vez JiMin mantuvo su mirada fija en los ojos ajenos, esperando verse intimidante, porque ciertamente quien más dolor de cabeza le estaba causando era ese tipo.

—No quiero ordenar nada, como quieras —se encogió de hombros y se alejó de la caja, las personas de detrás de él y JiMin bufaron.

Mientras atendía a nuevo cliente, se preguntó cómo es que su madre amaba tanto a ese grandulón, no tenía nada de atractivo además del tamaño de su pene y si fuese por eso, YoonGi le ganaba.

—¡Aish! —se quejó, había encontrado la manera de pensar en YoonGi de nuevo, se supone que seguía enojado con él.

Una hora después su turno acabó y fue directo a cambiarse de ropa, se rindió con el suéter navideño y se puso una camisa de cuadros junto con sus típicos jeans, no estaba de humor para más situaciones en lo que quedaba del día así que cuando vio a ChanYeol en la salida del cine, caminó lo más rápido que pudo. El hombre consiguió el modo de detenerlo y él le lanzó la mirada más fastidiada que podía hacer en ese momento.

—¿Qué se supone que quieres? —su voz sonó frustrada, estaba cansado y tenía hambre.

—Supongo que hace un rato estaba molesto —JiMin casi lanza un sonido de sufrimiento al aire, necesitaba que alguien le explicara las cosas a ChanYeol porque él ya estaba harto—. Te invito a comer, sé que no has comido nada.

—No sé cómo sentirme con esa afirmación, espero que no me espíes o algo —no trató de sonar gracioso, pero el contrario igual rió.

—Eres propenso a saltarte las comidas, ven —hizo un ademán de tomarlo por la cintura y JiMin se apartó lo más disimuladamente que pudo.

—Yeol, ahora mismo no estoy de ganas, es más, tengo otras cosas que hacer —se apartó y comenzó a caminar, en ese momento sintió su celular vibrar.


«Min Idiota YoonGi»

❝¿Dónde estás?❞


JiMin frunció un poco el ceño y vio que ChanYeol lo estaba siguiendo, tan insistente como siempre, viró los ojos y tecleó una respuesta rápida. Sin importarle realmente el por qué del mensaje o que se suponía que estaba enojado con YoonGi.


❝En el centro comercial❞

«Min Idiota YoonGi»

❝¿Terminaste tu turno?❞

❝Sí❞

«Min Idiota YoonGi»

❝Estoy afuera, cerca de la entrada principal❞

❝Te invito a comer❞

❝Gorra y chaqueta de cuero ;)❞


JiMin enarcó una ceja y ChanYeol volvió a llegar a su lado, el hombre seguía insistiendo sobre llevarlo a comer y una sonrisa casi burlona se formó en el rostro del rubio. ChanYeol supuso que JiMin aceptaría por fin, pero este en cambio movió su celular casi alardeando y se dio media vuelta directo a la salida que le había dicho el rapero.

—Me voy —casi quiso ponerse a brincar mientras caminaba.

—¿A dónde? —frunció sus cejas.

—A comer —comenzó a caminar. ChanYeol soltó una risa de incredulidad.

—Acabo de invitarte yo —JiMin lo ignoró y siguió caminado, el más alto aumentó el paso—. ¿Acaso te irás con quien sea que te hizo esas marcas? —JiMin se detuvo justo en la entrada, podía ver al pelinegro rapero apoyado sobre un automóvil que no había visto antes, ahí estaban la chaqueta y la gorra, junto con un tapabocas, esperaba que fuera él—. No creas que no me di cuenta.

JiMin se giró para verlo a la cara. Este tipo lo estaba sacando por completo de sus casillas y no podía creer que le tocara vivir una experiencia con esta, así que simplemente le dijo lo que quiso decirle desde la primera vez que le hizo un drama de ese tipo.

—Mi vida sexual no te importa, no eres ni mi novio ni mi padre ChanYeol, déjame en paz —y sin más, caminó directo al hombre que revisaba su celular, completamente orgulloso de lo que había dicho, a pesar de que le hubiese gustado decirle más, ahora no era el momento. Cuando llegó hasta el pelinegro, este levantó la mirada y JiMin captó de inmediato los ojos gatunos de YoonGi—. Hola.

Min bajó el tapabocas que cubría mitad de su rostro y sonrió, esa sonrisa coqueta que le gustaba tanto a JiMin lo hizo agrandar la suya, había olvidado por completo que estaba resentido con el hombre, o que eso se suponía.

—Hola, ángel —guardó el celular en su bolsillo—. ¿Vamos? Sé de un bonito lugar para comer —le abrió la puerta del copiloto y caminó hacia el lado del conductor. A JiMin ni siquiera se le pasó por la cabeza negarle la invitación.

—Acabas de salvarme —rió mientras se sentaba, estaba comenzando a sentir el hambre también.

—¿Sí? —se puso el cinturón—, ¿tanta hambre tenías? —sacó el vehículo del estacionamiento y avanzó hacia la calle. JiMin rió.

—Me salvaste de alguien, mejor dicho —se encogió de hombros.

—¿Sí? ¿Del tipo que estaba de brazos cruzados y te miraba super indignado? —JiMin parpadeó y miró hacia donde estaba ChanYeol, el hombre recién se había movido de su lugar y efectivamente estaba de brazos cruzados—. Supongo que sí, ¿quién es? ¿Un ex? —miró un segundo, antes de regresar su atención a la calle.

—Algo así —ellos realmente no habían tenido una relación—. Me acosté con él un par de veces y desde entonces piensa que tiene el control sobre mi o algo por el estilo.

—Uh, esos son los peores —JiMin lo miró, enarcando una ceja—. Yo también he tenido mis desgracias, no te creas especial —giró por una calle.

—No se si has tenido a grandulones sin cerebro persiguiéndote —comentó.

—No, eso ya lo viví hace años cuando NamJoon rompía algo y necesitaba ayuda —JiMin volvió a reírse, YoonGi lo acompañó—. Recuerdo que una vez estuve con un chico, un bailarín, pero fue algo de una noche luego de una borrachera y el mocoso pensó que ambos éramos el uno para el otro. La empresa casi me degolla.

—¿Te metiste con un chico de tu propia empresa? ¿Estás loco? —le preguntó entre sorprendido y divertido—. Hasta yo sé que eso no está bien.

—Al menos no se fue con alguien de otra empresa —razonó.

—Es igual de malo —se rió.

—Igual, el chico terminó yéndose a otra, nunca tuvo pruebas para decir que nos habíamos acostado así que sobreviví a mi CEO —JiMin viró los ojos—. Luego me acosté con otro.

—Eres un desastre —exclamó y YoonGi se carcajeó—. Joder.

—Lo sé, pero no ocurrió ninguna desgracia más —se detuvo en un semáforo.

JiMin suspiró y por puro reflejo vio al contrario, este lo observaba con una sonrisa suave en sus labios y el menor enarcó una ceja cuando se dio cuenta.

—¿Qué?

—Luces lindo hoy —JiMin se permitió sentirse halagado por eso y le devolvió la sonrisa, hasta que vio los ojos de YoonGi bajar por su cuello y quedarse ahí, mirándolo como si estuviese orgulloso. Entonces bufó y le lanzó una bofetada en el hombro—. ¡Oye! ¡¿Y eso por qué?! —lo miró completamente ofendido.

Entonces JiMin recordó toda la vergüenza pasada en el cine y con SeokJin, así que dejó que sus emociones fluyeran libremente.

—¡Tú, gran idiota, me dejaste marcas por todo el cuello! —siguió golpeándolo, ignorando un segundo que estaban en un vehículo y que la luz estaba a punto de cambiar a verde—. ¡¿Sabes lo incómodo que es trabajar así?! ¡Me tuve que poner un suéter de navidad para que Jeong no me preguntara nada!

—¡Ay, ay! ¡Auch! ¡¿Acaso no tienes bufandas?! —lo apartó y JiMin dejó de golpearlo, la luz había cambiado a verde.

—No, no tengo.

—¿Quién no tiene bufandas? —le preguntó sin creérselo por completo.

—¡Yo! —anunció—, y si tuviera eso no te da derecho a marcarme así, ¡no soy de tu propiedad!

—¡Está bien! —alargó la última sílaba, y siguió conduciendo—. Pensé que te gustaría, joder, te gusta que te traten rudo, supuse que... ¡No me pegues! —se encogió un poco en su puesto cuando vio al contrario levantar su mano.

—Marcas no —le dijo mientras bajaba su mano, su nariz fruncida.

—Marcas no, entiendo —repitió, JiMin le dio una rápida mirada antes de regresar su atención a la calle.

—Ahora tienes que compensarlo —dijo.

—No me quejo —le sonrió coquetamente, cambiando por completo su actitud—, ¿qué te gustaría? ¿Una mamada?

JiMin viró los ojos mientras soltaba una risa floja—. Luego te digo.

—Como quieras ángel, igual sabes que estoy dispuesto a hacer lo que me pidas —su tono de voz estaba entre el seductor y emocionado, el menor le dio un pequeño golpecito en el hombro.

JiMin se recostó cómodamente sobre el asiento y se dispuso a mirar la calle, se dio cuenta que estaban pasando por la zona rica de Seúl y frunció un poco sus cejas cuando se detuvieron en un restaurante que si bien no era como el de SeokJin, ahí iban las personas con dinero.

—Uh, ¿vamos a comer aquí? —claramente, él no era de esas personas con dinero.

—Claro —apagó el auto, JiMin estuvo a punto de decirle que lo encendiera de nuevo y que unos hot dogs estaban más que perfectos pero YoonGi abrió su puerta—. Vamos, aquí hace la mejor carne de Corea —le sonrió y se bajó.

JiMin suspiró con nerviosismo y se vio su propia ropa antes de que el hombre abriera la puerta, cuando salió YoonGi cerró nuevamente la puerta y colocó la alarma del vehículo antes de comenzar a caminar hacia el local.

—Lindo auto —le dijo mientras se abrazaba así mismo, YoonGi estaba abriendo la puerta de vidrio.

—¿Te gusta? Lo compré hoy.

JiMin abrió los ojos es una sorpresa y lo miró como si estuviese loco, YoonGi se dio cuenta de su mirada y se rió mientras caminaba al interior del local. El menor parpadeó un poco antes de entrar y vio como un hombre bien vestido hablaba con YoonGi, de inmediato los llevaron a una mesa y sinceramente hablando, era la primera vez que era atendido por un sitio así que no era el restaurante de SeokJin.

—¿Qué quieres ordenar? —le preguntó el rapero mientras veía el elegante menú, JiMin tomó el suyo y vio todos los nombres bonitos y fotos de comida que lucía perfectamente deliciosa, por un lado sintió que estaba traicionando a SeokJin—. Te recomiendo este —le señaló uno y no sabía si fue por darle el gusto a YoonGi o porque no tenía idea de qué más pedir y seleccionó ese.

El mesero llegó rápidamente a preguntarles por su pedido y se fue una vez tuvo las órdenes, JiMin le dio una rápida mirada al resto de las personas que se encontraban ahí y miró nuevamente su atuendo, además de las pequeñas marcas, su camisa a cuadros lo hacía lucir como un campesino o algo por el estilo, se sentía un poco fuera de lugar. Si tan sólo hubiera tenido algún otro cambio de ropa para llevar puesto ahora...

—Te dije que te veías bien.

Vio a YoonGi y se encogió un poco en su puesto, el hombre estaba bebiendo cerveza en un vaso de vidrio. También se puso a pensar sobre en qué momento el mesero había dejado los vasos, a su lado también había una bebida pero era un bonito cóctel con colores verdes y rojos.

—Ni siquiera sabes si me gustará —cambió de tema, tomando el cóctel, YoonGi le siguió la corriente.

—Seguro sí te gusta —dijo bastante convencido.

—La seguridad en ti mismo es interesante —viró los ojos y tomó un sorbo, la bebida era dulce y tenía un toque de menta, era jodidamente refrescante y, bien, si le había gustado—. A todo el mundo le gusta lo dulce, no se vale.

El mayor se encogió de hombros mientras soltaba una risita y JiMin le dio otro trago, indignado con la idea de que ese hombre pretendiera leerle la mente ya que no recordaba haber sido tan fácil de leer en el pasado. Sin embargo, de alguna rara manera, le gustaba esa atención.

—Entonces —comenzó—, ¿qué tal tu día?

—¿Además de toda la vergüenza que me has hecho pasar hasta el momento? —YoonGi formó una línea con sus labios y JiMin se ahorró las ganas de reír, el tema ya no le molestaba—, fue decente.

—Una palabra muy simple para explicar todo un día.

—Ni siquiera son las diez de la noche, no sufras por eso —le dio otro sorbo a su bebida y el mesero llegó con sus platos—. Igual no puedo decir mucho; desperté y he estado trabajando hasta ahora.

—Podría explicar igual mi día —comentó—, además del hecho de que fui a recoger ese auto, más nada.

—Entonces hoy solo te levantaste con ganas de tener un auto nuevo —supuso, entre sorprendido y curioso.

—Honestamente el primer pensamiento que llevó a considerarlo fue "no puedo llevar a JiMin en una motocicleta prestada todo el tiempo" —se encogió de hombros mientras le daba un bocado a su comida, JiMin ocultó su repentino sonrojo detrás del cóctel.

JiMin no estaba seguro si YoonGi era un hombre muy bueno ligando, o un hombre realmente estúpido. La duda entre las dos opciones era enorme, sin embargo, tomó un sorbo y comenzó a comer también, esperando que su sonrojo bajara. No debería sonrojarse por eso.

—¿Entonces no tenías auto antes? —lo miró de nuevo, la comida estaba deliciosa y se encontró quejándose por no poder molestarse con eso, sus variadas relaciones le habían enseñado que no existían hombres perfectos y no podía pensar que YoonGi lo fuera.

—La empresa me da chóferes y el autobús no es tan caro —sonrió ladino—, no necesitaba un auto realmente, tampoco salía mucho si no era para trabajar.

—Interesante manera de decir que te jodí un poco la vida —se rió, YoonGi viró los ojos.

—Si realmente la hubieses jodido no estaría aquí invitándote la cena —JiMin sonrió y se permitió verse halagado.

—Si bueno...

Su celular comenzó a vibrar en su bolsillo y lo tomó mientras se metía una rápida porción a la boca, vio el nombre de SeokJin en la pantalla y enarcó una ceja. YoonGi le preguntó con la mirada quién era y le mostró el nombre antes de contestar y luego de tragar.

—¿Si?

—¡JiMin! ¿Terminaste tu turno en el cine verdad? —luego de contestar que sí, SeokJin pareció suspirar—. Bueno, lamento molestarte con esto pero NamJoon y yo vamos a salir y no tenemos con quién dejar a Kookie.

JiMin miró el plato enfrente de él y luego a YoonGi—. Oh...

—¿No estás ocupado, verdad?

—Uh... de hecho... —dudó, no quería negarse porque nunca le venía mal algo de dinero pero la estaba pasando bastante bien.

—Si te quiere para cuidar al mocoso dile que no —bufó.

—No seas maleducado —lo regañó en voz baja.

—¿Estás con YoonGi? —SeokJin parecía sorprendido—. ¡Lo siento!

—¡No, no es lo que piensas! —negó de inmediato y Min comenzó a reírse—. Sólo estamos comiendo, es todo.

—Oh, igual lo siento... Creo que puedo conseguir a alguien más entonces.

—No, está bien, sólo dame unos quince minutos.

—¿Seguro?

—Sí, no te preocupes, no creo que a Jeong le haga gracia que le lleves a otras persona.

—Está bien, muchas gracias, prometo preguntarte mucho antes la próxima vez —JiMin volvió a decirle que no se preocupara y colgó la llamada.

Inmediatamente comenzó a comer un poco más rápido y YoonGi enarcó una ceja.

—No te vayas a atragantar —su voz sonaba un poco desanimada—. ¿Irás a trabajar entonces?

—Sí —dijo cortamente antes de mirarlo de nuevo—. ¿Me puedes dar un aventón hasta la casa de SeokJin, por favor? —le sonrió un poco apenado—. Podemos seguir con esto otro día.

YoonGi se encogió de hombros—. Supongo —siguió comiendo.

Ambos terminaron rápido y YoonGi se apresuró en pagar la cuenta antes de que JiMin pudiera quejarse. Una vez de vuelta en el auto el menor se recostó en el asiento y miró de reojo a YoonGi, este miraba hacia la calle con rostro neutral y la culpabilidad llegó entonces, debía darle crédito a YoonGi, si hubiese sido al revés, seguramente habría dejado al contrario en el restaurante por haber arruinado lo... ¿la cita? ¿Eso era una cita, cierto? Suspiró frustrado.

—A la siguiente invito yo —trató de iniciar una conversación—, aunque no creo poder pagar un restaurante así, espero que una hamburguesas te vayan bien —trató de sonreír.

YoonGi se tomó un momento para responder, poniendo más nervioso al menor.

—Indiferentemente de cuánto dinero sea, pasar el rato contigo estaría bien —lo miró un segundo y le dedicó una sonrisa sin ánimos.

JiMin suspiró frustrado.

—Lo siento, prometo compensarlo —le dijo—. Pero necesito el dinero.

—¿Qué necesitas pagar? —enarcó una ceja, en su cabeza quizás JiMin quería un celular nuevo.

—La casa, comida, parte de la universidad... —dijo al aire, no quería verse como el chico necesitado que técnicamente era—. Entonces tengo que aceptar trabajos apenas salgan, lo siento...

YoonGi cambió su expresión desanimada por una entre preocupada y ligeramente molesta, aquello no le había sonado bien.

—¿Y tus padres? ¿No te pueden ayudar con la universidad?

—Mis padres están muy ocupados trabajando como para pensar en su medianamente abandonado hijo, y sinceramente, prefiero eso —YoonGi se seguía viendo fastidiado—. Mira, ya te dije que lo siento, si después de esto no quieres volver a verme lo enten...

—Está bien, JiMin —le dijo con un suspiro—. Honestamente, ahora me molesta más tus padres que la cita arruinada. Es decir, yo no tuve mucho apoyo cuando vine a cumplir mis sueños raros, pero me parece injusto, ¿en qué trabajan?

—Mi madre es partera y mi papá es cirujano —dijo con un poco de duda, aquella era información que no creía relevante, o al menos no quería pensar que lo fuese. YoonGi lo miró por un segundo, un poco más molesto ahora.

—Ellos definitivamente tienen los recursos para ayudarte —se quejó ligeramente.

—No sufras por mi —le dijo con un ligero aire de melancolía—. No quiero incomodarte contándote de estas cosas —y no estaba seguro de si ese era un buen tema de conversación luego de una ¿cita? arruinada.

—No me incomodas —refutó de inmediato—. Sólo son cosas que quiero saber... mientras no te incomode a ti decirlas —le dijo, mirándolo de reojo mientras doblaba hacia la última calle.

JiMin soltó un pequeño suspiro, aquello le pareció tierno por lo que mostró una pequeña sonrisa para YoonGi. Aún si quisiera contarle cómo es que se encuentra en ese punto de su vida, no tenían tiempo, al menos no en ese momento; YoonGi había estacionado el vehículo y la casa de SeokJin se encontraba justo al lado de ellos.

—Tenemos mucho tiempo para continuar esta conversación —dijo mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

—Seguro, ángel —le dedicó una sonrisa, el malestar anterior había desaparecido.

Ambos se sonrieron un par de segundos y JiMin supuso que ese era el momento para salir del vehículo, sin embargo, YoonGi se inclinó un poco hacía él y un repentino pánico lo atacó. Ellos definitivamente no estaban en el punto de despedirse con besos, ¿cierto? Lo miró fijamente, sin saber que hacer, YoonGi estaba igual.

—JiMin.

El nombrado pegó un brinco y se dio cuenta que el hombre ya estaba a centímetros de su rostro, y en el instante que consideró que debía simplemente besarlo y ya, escuchó su puerta abrirse.

—¿Vas a bajar? —preguntó con una ceja alzada, parecía estar tratando de contener la risa.

JiMin sintió su propio rostro calentarse y se bajó rápidamente del auto, como si eso pudiera levantar lo poco que le quedaba de dignidad.

—Hasta lue...

—Adiós —se despidió cortamente y se alejó casi trotando hacia la casa de SeokJin.

SeokJin le abrió la puerta y lo saludó con una sonrisa mientras JiMin trataba de camuflar su sonrojo. Entró a la casa con un suspiro antes de ver como el auto de YoonGi se iba y NamJoon se acercó a él con una mueca entre apenada y agradecida, el hombre se disculpó por haberle arruinado su propia cita antes de marcharse y JiMin no tuvo tiempo de explicarle que no era necesariamente una cita pero ellos ya estaban saliendo de la casa.

Miró nuevamente la calle antes de cerrar la puerta y mientras fruncía un poco sus labios, se sentó en el sofá junto con un Jeongguk medio dormido.

—Te dejaron aquí, ¿uh? —acarició su cabello negro y el niño lo miró.

—Prometieron llevarme mañana al parque, así que no me quejo —se encogió de hombros y JiMin deseó que si algún día tuviese un niño, que fuese igual a Jeong.

Suspiró tranquilamente y mientras se acurrucaba en el sofá, sintió su celular vibrar en su bolsillo.


«Min Idiota YoonGi»

❝Eso fue incomodo y tierno❞


—Uhg —sintió su cara calentarse de nuevo—, te odio —decidió no contestarle y dejó el celular en la mesita de centro. Jeongguk lo miró con extrañeza pero no le dijo nada.

Sin embargo, dos minutos después, ya estaba escribiendo una respuesta.

❝Eres insoportable❞

«Min Idiota YoonGi»

❝Lo tomaré como un halago❞

❝Segurooo❞

Se rió sin darse cuenta y siguió acariciando el cabello de Jeongguk cuando este se recostó sobre su regazo.

Eran casi las once de la noche cuando JiMin escuchó a la pareja llegar, Jeongguk estaba en su habitación completamente dormido y él se había quedado viendo una película que encontró, estaba medio dormido y SeokJin caminó directamente hacia él.

—Hey, ¿todo bien? Lamento mucho la demora —se disculpó, sus mejillas estaban rosadas así que JiMin supuso que habían ido a beber.

—No se preocupe Hyung —negó con la cabeza mientras se levantaba del sofá, estirando un poco su espalda—. Sabe que Jeong se porta de maravilla y no es una molestia para mi ayudarlo.

—Igual siento que estoy abusando, ¿no quieres que NamJoon te dé un aventón hasta tu casa? —miró a su novio pero JiMin negó de inmediato.

—No, está bien, creo que todavía pasan autobuses por aquí —SeokJin hizo una mueca.

—No creo que...

—Creo que no va a ser necesario que lo lleve —habló NamJoon mientras miraba por la ventana—. Me preguntó a qué hora terminaba mi salida con Jin pero no creí que viniera siendo tan tarde, normalmente está dormido desde las nueve, parece todo un anciano.

JiMin parpadeó sorprendido y miró por la ventana para descubrir que NamJoon no mentía, ahí estaba el auto de YoonGi estacionado enfrente de la casa y el joven sintió su pecho dar un vuelco.

—Bien, supongo que... ¿me voy? —no sabía por qué estaba dudando, de repente se sentía nervioso y torpe.

—Te veo luego entonces —Jin lo despeinó con cariño y le abrió la puerta—. Ah, trata de que no te deje marcas muy visibles.

JiMin cubrió rápidamente su cuello y luego de un rápido "hasta luego" a la pareja, caminó hacia el vehículo.

—Hey —fue lo primero que dijo cuando estuvo nuevamente dentro, YoonGi ahora vestía una sudadera gris y pantalones deportivos del mismo color—. ¿Estás en pijama? —soltó una pequeña risita.

—Estoy seguro de me veo igual de sexy que siempre —le dijo bastante seguro de sí mismo y arrancó, JiMin volvió a reír—. ¿Cómo está el mocoso?

—Bien, me dijo que te extraña.

—¿En serio? —lo miró con una ceja alzada.

—Bueno, de hecho dijo "¿el amigo de NamNam va a venir a molestar de nuevo?" —se rió—, pero a su manera eso es un "lo extraño".

—Interesante manera de decirlo —viró los ojos—. ¿Y tú? ¿Me extrañaste? —le dedicó una sonrisa coqueta, JiMin le dio un ligero golpe en el hombro.

—Te vi hace solo unas horas —evitó la pregunta, YoonGi puso una mano sobre su pecho y fingió dolor—. Dramático.

—Me lo dicen seguido, inventa algo nuevo —le pellizcó el brazo y JiMin le sacó la lengua.

Luego de eso, el menor se recostó en el asiento y bostezó, YoonGi decidió dejarlo relajarse un poco y encendió el reproductor de música para no provocar silencios incómodos. JiMin no supo si quejarse o agradecer cuando el mayor colocó música lenta pero se dejó llevar y trató de no quedarse completamente dormido en el camino.

—Hey —escuchó la voz de YoonGi—. Si no abres los ojos me veré obligado a llevarte a mi casa.

JiMin se rió entre sueños y abrió un ojo, el auto no se movía y reconocía la calle. Ya había llegado.

—No se si eso suena muy amenazante —bostezó y se frotó el rostro antes de mirar a YoonGi—. Muchas gracias.

—No es nada —guiñó con una sonrisa coqueta haciendo juego.

JiMin abrió la puerta e hizo un ademán para salir del auto, sin embargo, se detuvo y se giró hacia YoonGi quien lo miró con curiosidad. No podía asegurar si fue por puro impulso o arrepentimiento de su comportamiento anterior pero se inclinó y plantó un corto beso en la mejilla del contrario.

—Nos vemos —sonrió y salió rápido, sin darle oportunidad al otro de reaccionar.

Una vez en casa, recibió un mensaje.


«Min Idiota YoonGi»

Eres jodidamente adorable❞


JiMin se carcajeó tímidamente, sus mejillas estaban rojas de nuevo e ignorando la sensación en su pecho, le deseó buenas noches a YoonGi.

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