S I E T E

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JiMin parpadeó, la brumosa sensación de estar dormido desaparecía lentamente mientras él estiraba sus brazos y piernas sobre el colchón. Suspiró, acurrucando su mejilla contra la almohada y frunció sus cejas cuando no encontró a YoonGi al otro lado de la cama.

Con un bostezo se incorporó sobre el colchón y talló su rostro para quitarse el sueño, le dio un rápido vistazo al reloj que reposaba en su buró y entró en cuenta de que seguramente YoonGi se había ido más por la hora que por el hecho de no querer estar cerca de él al despertar, él estaba retrasado en su trabajo y estaba bastante seguro de que el horario de un productor de música es más apretado que el de un niñero de medio tiempo.

Gateó hasta el borde de la cama en busca de sus pantalones, ya que tenía que llamar a SeokJin. Se deslizó fuera de las sábanas con calma y justo antes de levantarse por completo, escuchó la puerta del baño abrirse por lo que se cubrió el cuerpo en un reflejo que le pareció tonto cuando el delgado cuerpo de Min YoonGi apareció por el marco de la habitación, vestido con la misma ropa del día anterior y recién duchado.

JiMin parpadeó más curioso que sorprendido.

—Pensé que se había marchado... —su voz sonó ronca y más baja de lo normal, producto del sueño. Tosió un poco—. Buenos días.

YoonGi le dedicó una sonrisa tranquila, un poco divertido por el hecho de que ahora sí fuese llamado como "usted" por JiMin, a diferencia de la noche anterior, le pareció un curioso detalle.

—Buenos días —saludó igualmente y se acercó hasta la cama, cuando estuvieron frente a frente, Min se inclinó un poco hacia delante—. No creí que sería educado de mi parte marcharme sin despedirme.

—¿Sabe lo que es educación? Estoy impresionado —soltó juguetón y sonrió cuando YoonGi hizo una mueca graciosa. Le gustaba que el hombre fuese ese tipo de persona accesible con la que se podía bromear, incluso le pellizcó un muslo como pequeña venganza y JiMin no pudo evitar reír.

—Me hubiera gustado quedarme más tiempo, pero tengo muchas cosas que hacer hoy, ¿te envio un mensaje luego? —JiMin asintió, igual no estaba muy seguro de lo que podrían hacer ambos si él se quedaba más tiempo, ¿una segunda ronda? Aunque no era mala idea.

—Si usted tenía mucho trabajo que hacer hoy, me lo hubiese dicho... ahora me siento un poco culpable —ladeó una sonrisa, YoonGi rió con suavidad.

—No me siento realmente arrepentido —guiñó antes de separarse por completo—, disfruté mucho lo de anoche.

—Yo también —inclinó su cabeza hacia un lado, no podía borrar su sonrisa juguetona.

Entonces YoonGi se relamió los labios y JiMin tuvo la sensación de que el hombre se despediría con un beso, pero nunca llegó.

—Nos vemos —dijo en cambio, casi parecía haberse contenido.

—Nos vemos —movió su mano en despedida y cuando hombre desapareció del cuarto, la pasó por su cabello, suspirando.

Se volvió a tirar sobre su cama, observando el techo de la habitación como si este tuviera todas las respuestas a sus dudas, dudas que de repente comenzaba a desarrollar en su cabeza.

Ciertamente, la despedida no había sido la peor, y él no debería estar esperando mucho para ser la primera vez que dormían juntos. Quizás su lado medianamente soñador que creía en la existencia de un hombre perfecto que se levantaba a su lado con besos y mimos estaba intentando molestarlo un poco y aun así, no podía sentirse completamente decepcionado al respecto; YoonGi había sido amable y tierno, lo más tierno que conocía del hombre, al menos tuvo la amabilidad de despedirse.

Él lo había pasado peor en el pasado.

Las comisuras de sus labios se elevaron repentinamente y sonrió sin saber bien el porqué, un risa escapando. No creía que hubiera algo que lo molestara en ese momento.

Entonces su celular resonó en la habitación y él se levantó de la cama en un salto.

—¡Joder, SeokJin! —se tiró sobre su pantalón.

Él no iba muy seguido al restaurante de SeokJin, la principal razón era porque se sentía fuera de lugar todo el tiempo; el restaurante es de etiqueta, casi todas las personas dentro del establecimiento están vestidos con ropa cara mientras hablaban de lo asquerosamente ricos que eran. Ese día, él había entrado con una sudadera de color azul pastel con detalles rosas y blancos, junto con un par de jeans rasgados, botas también, como no.

Sentía las miradas de las personas sobre él y estaba seguro de que la mayoría se preguntaba por qué la seguridad del restaurante no lo había echado a patadas desde el momento en el que entró, o por qué siquiera lo habían dejado pasar. Sin embargo, cuando vio a Jin salir de la cocina con el pequeño Jeong tomado de la mano, él consideró que se merecía esa pequeña vergüenza frente al ricachón público que no paraba de juzgarlo con la mirada.

—SeokJin Hyung... —comenzó.

—JiMin, de verdad me da completamente igual lo que hagas con tu vida privada —así fue como interrumpió su discurso de disculpas—, pero no dejes que afecte tu trabajo, por favor, ahora que NamJoon está trabajando en un nuevo álbum no tengo a nadie más con quién dejar a Jeong.

Él se sentía realmente culpable en ese momento. SeokJin ya le había dicho un par de veces que él de verdad no confiaba en nadie más para dejar a su pequeño y JiMin se había hecho cargo de él desde que tenía cinco años, para ese entonces fue difícil hacer que el mayor confiara en él y lo entendía, Jin era un padre primerizo.

Suspiró.

—De verdad lo siento, no volverá a pasar —el mayor negó.

—No es que me moleste, puedes demorarte, tienes tu vida, pero avísame de cualquier inconveniente porque sé que a Jeong no le gusta venir mucho aquí —una sonrisa cariñosa se formó en su rostro.

—Está bien, gracias Hyung, lo siento otra vez —tomó la mano de Jeong y luego de que el padre se despidiera del niño con un beso en la frente, ambos salieron del restaurante.

Jeong lo miró cuando ambos se encontraban caminando por las calles.

—No me gusta ir al trabajo de papá porque siempre me miran —confesó.

JiMin suspiró.

—Sufrimos lo mismo... —aunque las circunstancias no eran las mismas; a Jeong lo veían como el adorable hijo del dueño y chef principal, mientras que a JiMin lo veían como... un adolescente colorido y sin etiqueta.

—Hum... ¿JiMinnie Hyung tiene problemas con la universidad otra vez? —preguntó inocentemente. Él había escuchado un par de las anécdotas del joven cuando faltaba al trabajo o llegaba muy tarde.

—¿Uh? No, no, es que... —YoonGi llegó a su mente—... no vi la hora —se excusó con los ojos fijos en la calle y mejillas sonrojadas, estaban a punto de cruzar—. A veces soy distraido.

—Oh... yo también me distraigo —Jeongguk frunció sus labios—. Papi dice que es porque soy un niño todavía, pero NamNam ya es un adulto y rompe cosas sin darse cuenta —JiMin se carcajeó.

—Esas son cosas que nos pasan a todos —acarició sus cabellos negros cuando el menor puso su carita pensativa.

Ambos subieron a un autobús y Jeong se sentó en la ventanilla, mirando con atención el camino que recorrerán directo al parque en el que él y TaeHyung se pusieron de acuerdo para visitar y jugar juntos. Cuando JiMin se enteró del plan, tuvo la graciosa idea de que para lo jóvenes que eran ambos, ya sabían planear citas o reuniones.

—¿No quieres un dulce? —rebuscó entre las cosas de su mochila, estaba seguro de que había comprado un par de caramelos hace unos días, pero Jeong negó con la cabeza.

—Tengo que memorizar el camino, por si me pierdo —murmuró en respuesta.

—No te vas a perder —se sintió un poco ofendido por eso, entonces el pequeño Kim lo miró y le dio un par de palmaditas en su pierna, ese tipo de acciones también divertían a JiMin.

—Es por emergencia, NamNam me dice que siempre debo saber cómo regresar a casa.

JiMin se enterneció tanto que abrazó protectoramente al niño, nunca había tenido un hermanito menor y Jeong era lo más parecido a uno.

—Eres tan adorable y tan inteligente, ojalá yo hubiese sido así de pequeño —hablaba con los labios abultados.

—H-Hyung... —se quejó un poco, completamente rojo.

La parada de autobuses no estaba lejos del parque por lo que JiMin y Jeongguk no tardaron nada en llegar y no les tomó mucho encontrar la banca del parque en donde se encontraba la madre de Tae, mirando a su hijo y moviendo su pie nerviosamente, pero esto no fue algo que notó JiMin en el primer momento.

El pequeño Kim corrió directo hasta donde estaba su amigo, quien no dudó en lanzarse a sus brazos para depositar muchos besos llenos de cariño sobre su rostro. JiMin se sentó al lado de la mujer, saludando con una sonrisa. Ella parecía aliviada.

—Sí viniste —casi suspiró y se levantó de la banca, JiMin ladeó un poco la cabeza en confusión—. Lo lamento tanto, pero tengo una emergencia en el trabajo, ¿podrías cuidarlos, por favor? Acabo de avisarle a SeokJin al respecto —movió su celular frente a él.

JiMin parpadeó sin saber qué responder de inmediato, bien, aquello lo había tomado por sorpresa pero no podía decirle que no a la mujer, sabía que ella estaba ocupada casi todo el día y ella era perfectamente capaz de pagarle las horas en las que estaría con su hijo, eso le dejó claro cuando sacó su billetera.

La detuvo y asintió.

—Está bien, no se preocupe, yo cuidaré de TaeTae —ella suspiró y se inclinó un poco como agradecimiento, los padres de TaeHyung confiaban en él tanto como lo hacía SeokJin—. Por el dinero no se preocupe, no me lo tiene que dar ahora.

—Muchas gracias, en serio —él asintió mientras ella se daba media vuelta y se despedía de su hijo, TaeHyung no hizo mucho problema, sólo se despidió moviendo su mano animadamente desde lo alto del tobogán.

Suspiró cuando estuvo completamente solo en la banca y miró a los dos niños que se correteaban por el parque, felices y completamente ignorantes del mundo que los rodeaba. JiMin no podía evitar pensar en lo maravilloso que sería regresar a esa época y ser parte de aquel pequeño mundo infantil en donde no debía preocuparse por los exámenes, trabajos, pagos y demás cosas de adultos que lo consumían día a día.

Su celular comenzó vibrar.

«SeulGi»

❝Hey cariño, ¿qué haces?❞

Sonrió cuando vio el mensaje de su mejor amiga, pero admitió internamente que hubiese preferido un mensaje de YoonGi.

❝Estoy con Kookie y Tae en un parque, ¿qué sucede?❞

«SeulGi»

❝¡Oh! ¿Me mandas la dirección? Quiero hablar contigo❞

❝Seguro, ¿es algo importante?❞

❝Siempre que me dices eso es para hablar de alguna novia nueva:P❞

«SeulGi»

❝De hecho quiero hablar de ti jeje❞

❝Voy en camino❞

Tuvo una rara sensación con ese mensaje pero de igual manera respondió algo como «te espero entonces» y guardó el aparato. Le volvió a dar una mirada atenta a los niños y ambos estaban concentrados en la caja de arena, Tae haciendo un castillo y Kook construyendo las murallas alrededor, le pareció una tierna escena y tomó una foto para mandársela a los padres de ambos luego.

Entonces se preguntó lo que podría estar haciendo YoonGi.

La música resonaba fuerte en sus audífonos mientras él movía su cabeza al son de la canción, relamiendo sus labios tomaba nota mental de lo que debía cambiar y la pausaba. Editó un poco los tiempos y volvió a reproducirla, quizás era la venteaba vez que la escuchaba, porque su cabeza estaba empezando a martillar un poco.

Sin embargo no estaba de ganas para detenerse, la canción estaba casi lista, sólo un poco más.

De repente bufó y se quitó los audífonos cuando encontró otro error casi al final. Acarició el puente de su nariz cuando el dolor comenzó a fastidiarle, estaba comenzando a frustrarse un poco porque normalmente las canciones no demoran tanto y quizás sería más fácil si pudiera pasar a segundo plano la imagen de un jadeante JiMin dentro de su cabeza.

Se recostó sobre su silla, provocando un pequeño rechinido que tendría que revisar luego para que no se hiciera un problema muy molesto en el futuro. Aunque lo intentara, los bonitos y rojos labios del menor siendo lamidos por su traviesa lengua seguían aparecieron en su subconsciente, mucho más ahora que no estaba haciendo nada y tomando un pequeño descanso, el JiMin imaginario no lo dejaba tranquilo; sonriéndole mientras se arqueaba sobre el colchón y moviendo sus caderas sobre su pene.

Respiró con fuerza mientras frotaba el puente de su nariz de nuevo, ahora por una razón de frustración diferente, no podía permitirse tener una erección en ese momento.

¿JiMin estaría ocupado ese día? Es decir, ¿sería muy apresurado pedirle verse de nuevo? Admitía que se estaba encaprichando sólo un poco, quizás un par de veces más serían suficientes para que pudiera sacarlo un poco de su cabeza y no actuara como un adolescente que acaba de descubrir el porno.

Bien, ahora tenía la imagen de JiMin en un vídeo porno.

Alguien tocó el timbre de su estudio y giró la silla con flojera antes de levantarse, revisó sus pantalones por si algo se había despertado y cuando comprobó que todo estaba bien, abrió la puerta.

HoSeok apareció del otro lado con una bolsa de lo que supuso, era comida.

—Hey —saludó con flojera.

—Te traje comida —movió la bolsa.

—Sí, es un poco obvio, pasa.

HoSeok se sentó en el sofá y colocó la bolsa sobre la pequeña mesa desplegable, YoonGi volvió a sentarse y con sus pies arrastró la silla hasta la mesa.

—No te vi en la cafetería y pensé que estarías hambriento —él abría los envases mientras hablaba y le entregó unos palillos, este frunció un poco sus cejas mientras los separaba. Quizás el hambre también había le ocasionado el dolor de cabeza.

—¿Sí? No me di cuenta de la hora —metió una porción de ramen a su boca. Jung viró los ojos.

—No es sorpresa, si no lo haces al menos una vez a la semana, no eres tú —YoonGi lo miró aburridamente mientras masticaba, entonces el menor continúo—. Por cierto, ¿cómo se te fue en tu cita con ese chico? Tengo mucha curiosidad.

—Estuvo bien —dijo como explicación simple.

HoSeok no estaba en absoluto satisfecho con eso así que se inclinó hacia delante, sonriente y esperando a que el otro decidiera hablar. YoonGi sólo siguió comiendo.

—Vamos, no seas aburrido, más detalles. No me digas que te echó lejos en la primera media hora —estaba listo para reírse—. Además, te presté mi Harley.

YoonGi se rindió.

—No lo hizo —refutó—, al menos no hasta ahora —ladeó su boca—. Fuimos a un parque de diversiones, comimos helado, nos montamos en unos cuantos juegos y luego a casa.

—Oh —enarcó una ceja, una sonrisa divertida en el rostro—, ¿cada uno a casa o a una casa en específico?

—Este ramen está muy bueno —habló con la boca llena, metiendo más comida.

HoSeok se quejó sonoramente, un gesto típico de él. YoonGi a veces lo tomaba con el "chismoso" del grupo y como el que más ruido hacía, si el bailarín no estaba haciendo ruido extraños, entonces no era él.

—¿Qué pasó entonces? —insistió—. ¿Te acostarte con el niño o no?

—No le digas "niño", por favor —dejó caer los palillos y se volvió a frotar el puente de la nariz, HoSeok se carcajeó antes de seguir comiendo—. Fue lo suficientemente extraño pensar que nos llevamos diez años de diferencia mientras... ya sabes, gracias.

—¡Whoa! ¿Diez años? Cuando tú estabas preparándote para debutar él sólo tenía, no sé, ¡cinco añitos! —soltó mientras se colocaba una mano en el pecho, casi como si le pareciera tierno, YoonGi ya había pensado en esa comparación.

Una parte de su cabeza había estado muy ocupada creando escenarios eróticos con JiMin como protagonista y otra muy diferente, mostraba la interesante comparación de sus edades tanto en años anteriores como en la actualidad, si bien ahora no se notaba tanto, JiMin seguía siendo notablemente más joven que él y quizás eso generaba una pequeña sensación de culpa.

—No me ayudas...

Su amigo estaba realmente divertido con su situación.

—¿Y? ¿Estuvo bueno?

—Mi vida sexual no te importa, ¿te gustaría que te preguntara si tuviste sexo con FeYong y como fue? —una mueca de asco decoró su rostro.

—A FeYong la conocemos desde hace diez años, no puedes compararlos —se quejó, pero sabía que YoonGi tenía razón—. Bien, al menos, ¿él está interesado?

—Lo suficientemente interesado como para dejarme entrar a su casa y follar —soltó para que su amigo se callara de una vez, sin embargo él se carcajeó y lo miró emocionado.

—YoonGi consiguió novio~ —canturreó.

—Eres un entrometido, no sé cómo Yong te soporta —suspiró.

—¿Van en serio? —otra vez una de esas preguntas, YoonGi estaba sospechando que su amigo ya las había preparado con anterioridad.

—Llevamos dos citas, HoSeok —se quejó, estaba a nada de lanzarle el plato de ramen a la cara—. ¿Qué tan serio puede ser algo de dos citas? Estás siento particularmente molesto hoy.

—¡Lo sé! —se recostó sobre el sofá—. Pero estoy feliz por ti, todos lo estamos de hecho, no nos puedes culpar por emocionarnos —volvió a inclinarse sobre la mesa—. FeYong también ha estado preguntando al respecto.

—¿Por qué habrían de estar felices por eso? —frunció sus cejas—, todos ustedes son unos exagerados —continuó comiendo.

Quizás fue la primera vez en todo el día que HoSeok decidió hacer una cara seria y menos burlona como era común, YoonGi estaba seguro de que diría algo con más peso. Sin embargo, estaba sonriendo, no había manera de que HoSeok dijese algo realmente malo.

—Desde que NamJoon y yo salimos con alguien tú sólo se has metido más en tu trabajo, llega a un punto enfermizo y estos días JiMin te ha sacado un poco —Min frunció sus labios y desvió su atención del contrario, ahora estaba un poco avergonzado—, ¡YoonGi, ya quiero conocerlo~!

El pálido suspiró con cansancio pero sonrió, HoSeok en serio era un caso.

—Entonces follaron.

—¡SeulGi! —le llamó la atención, la joven simplemente insistió en que le dijera—. Hay niños cerca —murmuró entre dientes mientras señalaba a los infantes jugando.

—Ellos están como a cinco metros de nosotros, Park —hizo un ademán con su mano para demostrar su punto—. Además, creo que están lo suficientemente concentrados en qué tan alto quieren ir sobre los columpios como para escuchar nuestra conversación de citas y sexo.

—La única persona que quiere conversar al respecto eres tú —se quejó, recostándose sobre el respaldo del banco.

Su amiga no parecía tener filtros y aunque después de tres años de amistad debería estar más que acostumbrado a este tipo de conversaciones, ahora mismo, quería guardarse el tema para sí mismo, al menos por un día completo. Además, no le gustaba mezclar mucho su trabajo con su vida privada, si estaba cuidado a Jeongguk lo menos que necesitaba hacer era hablar con su mejor amiga sobre lo bien que YoonGi movía su pene.

—Pues sí, ¡claro que quiero hablar al respecto! —hizo un ademán con sus manos, como si fuera una completa falta de respeto que él no cumpliera aquella pequeña regla que ambos tenían; siempre debían contarse las citas del otro—. Park JiMin, no has tenido una cita desde hace... no lo sé, ¿secundaria?

JiMin viró los ojos.

—Mi anterior cita fue hace tres meses, sólo para que sepas —agregó.

—Sí, eso fue una cita, ahora hablemos de "citas decentes" —sus dedos hicieron comillas al tiempo que una sonrisa se pintaba en sus rojos labios.

Claro, ella sabía lo que estaba diciendo. Él, como no, evitó responder a eso, o siquiera negarlo porque era obvio que ambos sabían que aquella cita había entrado a la lista negra de JiMin y muchas más anteriores a esa. Pero él a veces es un poco terco y no le gusta darle la razón a SeulGi.

—¿Qué se supone que quieres saber? —la miró con ojos acusadores, ella en cambio sonrió se acomodó cómodamente sobre el banco.

—Ya sabes, lo de siempre; tamaño, que tan bueno es, si es brusco o suave y cuál fue la palabra de esta vez —señaló con sus dedos, mirando al rubio con ojos curiosos—. También preguntaría quién fue el que se lanzó primero pero algo me dice que fuiste tú —enarcó una ceja.

JiMin suspiró y viró los ojos, ¿ellos se habían lanzado sobre el otro al mismo tiempo, cierto?

—Tiene buen tamaño, aunque no lo sé, no tenía una regla a la mano —respondió la primera y su amiga rió—. Es muy bueno, reemplazó a Wonho en el primer lugar.

SeulGi cubrió su boca con su mano, actuando más sorprendida de lo que debería, JiMin le dio un golpecito en el hombro.

—Exagerada.

—Estuviste hablando de lo bueno que es Wonho como dos semanas seguidas, no puedes culparme —colocó una mano sobre su pecho—. ¡Pero continúa! —insistió, riéndose.

—Hum... es quizás una combinación de suave y brusco, tiene un buen equilibrio, aunque no podría decirlo con seguridad, quizás se estaba conteniendo un poco —ella movió ambas cejas y le dio un par de codazos; muchas veces le había dicho que era seguro que él disfrutaría más de una revolcada brusca a una suave y bien, JiMin no iba a negar del todo ese hecho—. Y, uh... —se detuvo con la última—... nosotros no...

—¿No tuvieron una palabra de seguridad? —ella abrió los ojos, sorprendida y las mejillas del otro se sonrojaron un poco.

—Sí, uh, creo que estábamos muy ocupados intentando llegar a la cama como para pensar en una palabra de seguridad —se encogió de hombros como si no fuese importante que, básicamente, le había dado mucha confianza a un casi desconocido—. Da igual.

—Seguro, da igual —se rió—, ahora ven y dime que dejaste que ese hombre te jodiera sin cond...

—JiMin Hyung.

Ambos se giraron hacia el llamado; TaeHyung y Jeongguk los veían con curiosidad y las mejillas llenas de tierra, el rostro de Park se encendió casi por completo y miró por un segundo a SeulGi con ojos de reproche, porque si alguno de los niños había escuchado lo que ella dijo, la mataría. Ella no se veían tan arrepentida sin embargo.

—¿Sí? —les preguntó a ambos y se dio cuenta de sus miradas cansadas—, ¿quieren ir a casa?

Los niños asintieron lentamente con sus ojos medio cerrados.

—Y tengo hambre —mencionó TaeHyung—. ¿Me puedo quedar en casa de Kookie? —tomó la mano de su amigo, Jeong no se quejó, sólo bostezó.

—Estoy seguro que a SeokJin no le molestara —le sonrió—, además, ambos se tienen que tomar una ducha y creo que hay suficiente ropa de TaeHyung en tu cuarto, Kookie —se levantó de la banca y tomó la mano libre de Jeongguk—. Te veo luego —se despidió de su amiga, ella sólo hizo una seña de "te estoy vigilando".

—Sabes que continuaremos con esta conversación —advirtió, JiMin viró los ojos con una sonrisa. Entonces ella se levantó del banco y apretó por un segundo las mejillas de los infantes—. Hasta luego, cositas hermosas.

TaeHyung se despidió de ella con su mano y Jeongguk sólo la miró irse, cuando SeulGi se alejó lo suficiente los tres iniciaron su camino hacia la parada de autobús. Ninguno de los dos pequeños pudo resistir quedarse dormido durante el corto viaje y él se acomodó para descansar un poco antes de pensar en lo que sería intentar levantar a ambos para que caminaran al interior de la casa.

Justo cuando sus ojos estaban empezando a cerrarse también, sintió su celular vibrar dentro de su bolsillo pero la idea de que fuese SeulGi intentando seguir con la conversación por chat se vio descartada cuando encendió la pantalla.

«Min Sexy YoonGi»

❝No sé si esto es muy pronto pero, ¿estás libre esta noche?❞ 

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