CP42

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Absolutamente todo el camino fue exitante.
Ya estamos en casa, Anahí está dándole de comer a Jace, pues yo cocino sushi para el almuerzo aunque son las 3 de la tarde, he controlado mis sentimientos estoy un poco más claro, Anahí me gusta definitivamente, pero no creo que la pueda amar, aún no estoy preparado para hacerlo, me siento muy débil.
Además el cabron de Alex me sigue molestando, mi hermana me ha mandando un mensaje diciendo que de nuevo la han seguido.
Pensar que ese cabrón está con mi chica, la furia me invade, tomo un cuchillo y lo lanzo contra la pared, quedo helado.

Narra Anahí

Camino por la casa entro en la cocina y un cuchillo queda clavado en la pared a un centímetro de mi nariz, joder miro a Aaron con el corazón a mil por hora. Me a dado hasta un escalofríos, trago saliva.

-Casi me has matado.- estoy temblando.

Está parado mirándome muy pálido, camina hacia mí.

-Lo siento me ha salido sin querer, lo lancé sin pensar, perdón.- me abraza y besa mi cabeza.- No sé que hubiese hecho si algo te pasara.

-Vale ha sido un susto.- pongo la mano en mi pecho, los latidos ya han vuelto a la normalidad.- Dónde aprendiste a lanzar así.

-Con el tiempo se aprende, gracias a Dios no te he hecho daño.- saca el cuchillo de la pared.

Pero que raro, está totalmente hueco entre la pared, le quito el cuchillo y empiezo a cortar alrededor del orificio que dejó Aaron, cae como una especie de tapa, sonrío al ver lo que encuentro.

-No puedo creer que siga esto aquí.

-Que es esto.- habla Aaron sin entender.

-Con Matías siempre jugábamos, él escondía las cosas y yo tenía que buscarlas, pero esto jamás lo encontré, es mi álbum de fotos desde que nací hasta que entré a el Instituto, la medalla de oro que me dio papá cuando cumplí 8 años y la daga familiar japonesa es una reliquia muy antigua que le perteneció a mi tatara abuelo Boss, se ha pasado de generación en generación, Matías siempre ganaba yo nunca encontraba nada, ahora entiendo por qué.

-Es la daga más hermosa que he visto, pero me interesa ver tu álbum.- lo saca del escondite.

-Pero primero quiero probar ese sushi que se ve muy bueno.- me siento en la mesa y comienzo a comer.

-Se nota que tenías hambre, no alcanzaste ni a sentarte en la silla.

Sonrío con la boca llena de sushi, cocina muy bien este estúpido, como un poco de ensalada, vale eran 32 piezas y ya sólo queda una, nos miramos con Aaron ambos estiramos las manos y tomamos la pieza.

-He ganado yo.- trato de quitarsela.

-No no señorita, es mía, tú casi te has comido todo.

-Es mía.- tiro hacia mí con todas mis fuerzas, caigo hacia atrás quedando acostada en la mesa con Aaron encima de mi.- Creo que he ganado.

-No creas.

Me lo saca de la mano y pone el sushi en mis labios dejando la mitad afuera para que lo saque con su boca, lo hace y me comienza a besar, pasa su lengua por mis labios, nos deboramos, le quito la polera, estira su mano para sacar mi chaqueta pero cae un maldito vaso, separa nuestras bocas.

-Sigamos.- beso su cuello.

-No, debo lavar las cosas y limpiar ese vaso, además me vas a mostrar ese álbum.- se levanta de encima de mi.

Suspiro enojada, no puedo creer que me deje así, quedo encima de la mesa mirando el techo.

-Voy por una escoba.- me saco la chaqueta quedando con una polera que me llega hasta el ombligo.

Limpio el piso, Aaron toma los vidrios con cuidado y los deposita en la basura, me recojo el pelo haciendo un especie de tomate muy desarreglado, veo mi cuello a través del reflejo de la ventana, joder, necesito sacarme estos chupones, por suerte Clary me enseñó como hacerlo.

-Te espero en el sofá.- pasa con mi álbum de fotos.

-Voy.- camino con una manzana en mi mano.

Nos acostamos en el sofá, pongo mi cabeza en su hombro.

-Empecemos.- ve la primera página de fotos.- De pequeña que eras hermosa, mira esa carita tan tierna.

-Joder que vergüenza esa foto, salgo desnuda de bebé, típico de las madres tomarte una foto así.

-Acaso yo no te he visto desnuda.- su mano juega con la mía.

-Más veces de las que quisiera.- río.

-Y este quién es.- indica donde salgo abrazada con un chico.

-Otro ex novio, mejor no sigamos viendo.- cierro el álbum.

-Por qué acaso van a salir muchos más.- se enoja.

-Puede que si vale, mi madre me tomaba fotos con casi todos los novios, pero es parte del pasado, dejemos esto atrás joder.- tiro el álbum y me subo sobre él.- Ahora aunque se me haga difícil estás tú aquí, disfrutemos el momento y dejemos todo lo malo atrás.

Le doy un suave beso, lo miro a los ojos y lo abrazo gano mi cabeza en su pecho, te quiero estúpido, escucho los latidos de su corazón, me pongo de pie.

-Estaba cómodo así.- me mira dudoso.

Lo tomo de la mano y hago que me siga, camino por un pequeño sendero que llega hasta una hermosura de la naturaleza. Le suelto la mano para tapar sus ojos.

-Camina con cuidado no nos vamos a caer, 1,2,3, mira esta hermosura.- dejo que vea.

Es divertido porque no tiene polera puesta y me dan ganas de tenerlo abrazado todo el tiempo.

-Esta cascada es genial, es hermoso ver como cae el agua al lago.- levanta los brazos y ríe.- Este lugar es magnífico.- grita demasiado alto y muy feliz.

Enfoco mi cámara en su perfecta alegría, es como mi medicina de todos los males, veo mi celular y tengo llamadas perdidas de Alex.

-Ojalá esto durara toda la vida.- me siento al lado del río.

Saco un cigarro y lo enciendo, boto humo por mi boca.

-Eso hace mal.- me lo quita.- Por qué tú cara ha cambiado.- pone un mechón de pelo detrás de mi oreja.

-En que tu y yo.- dejo la cámara a un lado y lo miro.- Me confundo contigo Aaron Klein.

-Anahí sabes que yo no.- lo beso, no quiero escuchar lo de siempre.

-Creo qué mejor es olvidar.- me pongo de pie y quito mi chaqueta.

-Y lo mejor para olvidar es disfrutar de cosas así.- me toma de la cintura para lanzarme al agua.

-Aaron no por favor.- trato de soltarme.- Ni se te ocurra o te mato.

-Ya lo veremos.- me lanza al agua.

Joder, está heladisima, menos mal que he dejado mi teléfono y cámara en la chaqueta.
Nado hasta la orilla para salir.

-Ven ayúdame porfa.- estiro mis brazos.

Me toma y lo atraigo hacia mí cayendo al río.

-Bien hecho bonita.- se sacude el pelo.

Que sexy se ve con el torso lleno de agua.

Me siento en una roca, menos mal que hace calor, aún así estoy tiritando. Veo a Aaron que me mira con la boca babeando.

-Que ocurre.- sonrío de oreja a oreja.

-Justo ahora estás buenísima.- nada hacia mí.

Genial, mis pechos resaltan bastante con la polera mojada.
Me besa apasionadamente, baja por mi cuello, saca mi polera.

-Siempre preparada.- saco el condón de mi bolsillo.

-Te adoro.- reímos al unísono.

Espero jamás arrepentirme de lo que estoy haciendo.

****

Son las 8 de la noche, es emocionante ver como el sol se funde en el lago, esa vista rojiza que te deja ver, abrazo a mi estúpido, ha sido un día perfecto.

-Es hora de irnos.- empieza a correr.

Espero que no se caiga está oscuro, pongo el flash de mi celular para ver mejor, no veo ni rastro de Aaron, pongo música de Yatra, Runaway, adoro la canción, canto a todo pulmón, así se me va un poco el miedo a caminar sola por este sendero rodeado de árboles.

Narra Aaron

Me vengo corriendo, sólo me demoré 7 minutos en llegar a la casa, es hora de hacer mi plan.
Hecho un poco de leña y enciendo el fogón, coloco las velas que ha traído Anahí, aunque no sabe nada de que yo sabía que las traía, traigo las frutillas, la crema, una botella de tequila, sal y limón cortado en mitades.
Me pongo una camisa azul marino y jeans negros con zapatillas.
Acomodo la suave alfombra en frente del perfecto fogón, pongo un par de frasadas, unas almohadas, es una cama, pongo un corazón formado por pétalos de rosas a los pies de esta.
Aaron eres todo un romántico.
Casi lo olvido, ya veo que Anahí se acerca, corro hacia la cocina y saco una botella de champán con dos vasos.
Corto el fusible de la luz, dejo que el fogón y las velas iluminen el lugar.

Abre la puerta y su cara es de total sorpresa, camina hacia mí sin entender.

-Que es todo esto, está muy hermoso.

-Es lo que te mereces, me hubiese gustado que tu primera vez hubiese sido así, romántica.

-Como no te conocí antes.- se lanza a mis brazos.- Estas guapisimo, pero te ves mejor sin ropa.- desabrocha mi camisa.

-Primero un brindis.- destapo el champán.- Por lo genial que ha sido estar contigo.

-Salud por eso, por lo lindo que te has portado este fin de semana y por esta sorpresa.- choca nuestras copas.

Bebemos las copas, me besa. Nos quitamos la ropa, la dejo caer con cuidado encima de la especie de cama, pongo una frutilla en mi boca y hecho crema en su boca, hace lo mismo pero pone la crema en mi cuello, sonrío, toma limón y lo exprime en mi torso, pone sal en mi pecho, pasa su lengua por esta, toma tequila y luego por el limón, lo hace hasta sacar todo de mi cuerpo. Me provoca mucho y la deseo demasiado, me gano sobre ella, introduzco mi miembro, se abraza de mis hombros, pero entonces queda ella sobre mi.

-Ahora es mi turno de tomar el control.- se comienza a mover.

Lo hace cada vez más rápido, se mueve genial sobre mi, Anahí ya es toda una experta en esto, no soportaría saber que se acueste con otro hombre que no sea yo, me estás conquistando.
Se muerde el labio, la tiro hacia mí para besarla, perdemos el control, nos deboramos.

-Es el mejor fin de semana que he vivido en mi vida.- susurro en su oído.

Sonríe mordiendo mi labio, nos movemos a un compás.

-Ahg.- apreta mis manos.- Eres un estupendo estúpido Aaron.

-Y tú una estupenda tontita.

De un momento a otro se pone a llover, esto se pone mejor, es más romántico.

Mi Anahí siempre te voy a recordar como la chica que me hizo volver a creer en el amor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro