Oh, madre santa, madre querida, quien por mí se preocupa cada noche y cada día. Quien por mi se ha desvelado y en mis tareas me ha ayudado.
Inigualable, pues como tú no hay otra, incomparable, como si fueras mariposa. No imagino un mundo sin ti a mi lado, tu cariño ya me has demostrado.
Un te quiero queda poco, yo te amo y yo te adoro, gracias madre, que por mi mucho has dado.

Cual canto de ángeles aquí estás. Tu, mujer fuerte, valiente y luchadora, quien tanto se ha esforzado y adelante nos ha sacado, veo con asombro ante lo que has logrado y lo que has vivido. Mujer grandiosa, que cada mañana, a las 5 se levanta para poder despertarme, que me hace el desayuno y me manda al colegio, tu, que a tres muchachos has criado, eres la representación de lo que es trabajar duro. Increíble y valerosa cual ninguna, sorprendente cual la luna, un brillo que con los años se mantiene, pareciese que nunca envejeciere.

Poema hecho para mi madre cuando cumplió año. La quiero mucho.