un día él creció
y entonces se olvidó de mí

sus ojos cargados de juventud
se perdieron por caminos confusos
por carreteras que solo le hacen sufrir

un día me despedí de él
y al instante todo se acabó

nunca más me escribió
(con su obsesión impaciente)

se fue

se fue y tuve que dejar en el pasado
cada recuerdo que atesoré

dejé su inteligencia
sus preguntas filosóficas sobre la vida
sobre la muerte

dejé las canciones que escribía
sus rimas
su voz

su manera de enojarse conmigo
y su arrepentida forma de pedirme perdón

todo se quedó atrás
pegado a álbumes de fotos
que no me atrevo a volver a ver

quizás nuestra discapacidad nos juntó
y exactamente la misma discapacidad nos separó

hoy el niño que jugaba con mis trenzas
es más alto que yo

hoy el niño que lloraba por no entender el mundo
corre por ahí con su falsa libertad

yo lo dejo ir
yo lo dejo partir

y lejanamente
(mientras observo como se destruye)

lloro

lloro esperando un regreso

esperando que me mire
y se acuerde de lo que era

de lo que él un día fue

del castillo de cartas que soñaba construir
y que con su mismo soplido derrumbó