c u a t r o

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Me senté en una de las bancas del parque y empeze a escribir todo lo que había hecho hoy, y como me sentí ante la reacción de Nathaniel, no estaba muy segura de por qué él hizo eso por mi, pero no le daba mucha importancia ya que a Nathaniel lo veía como un buen amigo. En eso de escribir y escribir, me perdí en mis pensamientos, cuando oí que desde lejos gritaban mi nombre, dejé mi libreta sobre el banco y me levanté para observar quien me llamaba, y pude visualizar a lo lejos a Rosalya la cual venia corriendo hacia mi.

- Te estuve buscando por todas partes ¿dónde estabas? -regañó con cierto tono de reproche. Solo chasqueé la lengua.

- Siempre he estado aquí ¿por qué preguntas? ¿qué pasó?

- Todas las chicas están en el centro comercial solo faltabas tú, no sabes lo que me hiciste correr -lo dijo un poco menos agitada pero después cogió mi mochila y me jaló del brazo- Rápido que vamos a llegar tarde, nos están esperando.

Oh, wow, que emoción, una tarde de compras. Nótese mi emoción.

- Si, ya voy, ya voy - después pude escuchar una voz gritando, provenía de donde estaba sentada antes, volteé a mirar y era un chico que tenía mi libreta en las manos, lo había olvidado en la banca, rápidamente me solté del agarre de Rosalya y corrí hacia aquella dirección.

Estando más cerca pude divisar bien sus facciones. ¡Era un chico guapísimo! Y no es por ser plástica, pero su cabello color celeste brillante y sus ojos rosas eran como de un anime. Quería pellizcarlo para comprobar si era real, pero al acercar mi mano solo le miró raro, rayos.

- Creo que esto es tuyo, lo olvidaste aqui cuanto te fuiste corriendo. -murmuró con una suave sonrisa.

- Si, muchas gracias por avisar - sonreí y el me devolvió mi libreta marrón. Cuando estaba a punto de preguntarle su nombre llego un chico idéntico, solo que con los ojos y el pelo de otro color.

- Vamonos ya de acá hace mucho sol y no puedo jugar bien a mi videojuego -el chico fijó unos segundos su mirada en mi y se sentó en la banca a jugar en su consola. Estaba mirándole tan fijamente que parecía una maldita psicópata, ¡pero es que con esos ojazos y ese pelo! Necesito que me recomienden a su estilista, parezco un feto mal formado al lado de ellos. Volví a la realidad con un grito que dio Rosalya a lo lejos.

- ¡Ya vámonos! ¿qué esperas?

- ¡Ya voy, Rosa, aguanta un poco! -grité- adiós y muchas gracias. -hice un pequeño asentimiento mientras mostraba una sonrisa avergonzada al par de chicos.

- No te preocupes, adiós -el peliazul miró al otro chico- Por lo menos se cortéz y despídete -el chico moreno levantó un poco la cabeza.

- Si, adiós, como sea -siguió jugando mientras yo me alejaba.

Eso fue un poco grosero, igual no lo culpo, cuando juego a la consola en mi casa me puede pasar un tsunami por encima y ni me entero.

Me pregunto quienes serán, porque en el tiempo que llevo aquí nunca los había visto.

Cuando llegamos al centro comercial nos dirigimos a la tienda de ropa de Leight, el novio de Rosalya, las chicas empezaron a probarse toda la tienda, mientras que yo solo ojeaba con mis pensamientos puestos en esos magníficos ojos azules que tanto me llamaron la atención, quien me saco de mis pensamientos fue Castiel, quien entró a la tienda con Lysandro, para mi suerte pude darme cuenta antes de que me jugara una broma, el iba a abalanzarse sobre mi para asustarme, yo simplemente me corrí 2 centímetros y él quedo extendido en él suelo, se escucharon bulliciosas risas mientras que ayudaba a parar a Castiel, puse cara de sorprendida para que no supiera que lo hice con intención, pero él para vengarse me arrebató mi mochila y empezó a vaciarla en frente de todos.

- Veamos que tenemos aquí, mmh... un diario de friki, una letra de una canción aburrida, una consola de videojuegos aburridos -él continuo así mientras yo le gritaba que me lo devolviera, sacó un pequeño papel, al leerlo puso una cara de enojo y me miró fulminante.

- ¡¿POR QUÉ TIENES EL NUMERO DE LA RUBIA OXIGENADA?! ¡¿QUE ACASO TE HAS VUELTO LOCA?!

Toda la tienda se quedó en silencio, y lo que rompió fue mi bullosa risa, después de mi todos se empezaron a reír.

- ¡¿Pero de qué demonios se ríen, idiotas?!

- Es que sonaste como su padre -dijo Iris riendo a todo pulmón.

- ¡Además yo nunca te digo nada cuando sales con la cara de payaso de tu noviesita, ¿o si, Cassy?

Castiel se enrojeció y se dirigió hacia la salida, lo agarré del brazo y le impedí que saliera.

- No es mi culpa que sea verdad. -encogida de hombros le dirigí una miradita de arrepentimiento.

Él se quedo en silencio y me mostró una sonrisa pícara.

- Menos mal sé tu punto débil.

Oh-oh.

Luego se volteó y empezó a hacerme cosquillas, yo reía y reía, la verdad no me pensé que realmente se enojaría conmigo.

- Esta vez te perdono, enana malcriada, pero recuerda que a mi nadie me hace quedar mal -sonrió y me abrazo por los hombros. Amo la relación de casi hermanos que tenemos, algunos dirían que es tan goals.

- ok, la próxima vez no te molestaré, Cassy -Sonreí y todos seguimos en lo que estábamos haciendo.

En un momento que Rosalya se distrajo me escapé a la tienda de mangas, había dejado encargado él primer manga de pokemon, era él único que le faltaba a mi colección. Llegué a la tienda y me puse mi capota para que nadie me viera, avancé hasta el mostrador con cautela.

- ¿tienes lo que te encargue? -dije en un murmuro al chico de la caja registradora.

- si, original y en perfecto estado -me pasó una bolsa hermética con el manga en perfectas condiciones, le pasé disimuladamente 35 euros y me fui sin decir nada más.

Regresé a la tienda de Leight y Rosalya, y ella ya me tenía preparados más de 20 conjuntos para que me los probara, yo simplemente accedí, porque a Rosalya le gusta vestirme como si tuviera 8 años, ya se que soy menor pero no es para tanto.

De los 20 atuendos no llevé ni uno porque me habia gastado todo el dinero que tenia ahorrado hasta ahora en el manga, el cual obviamente valió la pena.

Volví a casa y ubique mi preciado tesoro en una caja que tenía debajo de mi cama que estaba rotulada con el nombre mangas, lo guardé cuidadosamente y me senté a la PC ha hacer mis deberes. No eran muchos así que me quedó tiempo para ver una pelicula.

Cuando estaba a punto de acostarme recibí una llamada, era de Ken, contesté y él muy alarmado me decía que lo ayudara, yo solo le pedí que se calmara y que me explicara que le habia pasado.

- Le comenté a mi padre lo que pasó con Amber y sus amigas, él dijo que era una deshonrra que su hijo tenga ese tipo de actitudes, y lo que más le avergonzaba era de que me hubiera ayudado mi hermana menor -dijo entre sollozos ahogados- y lo peor de todos es que... ¡Es tan horrible, hermanita!

- Ken, ¿que pasó? dime ya, por favor -me moví desesperada de un lado a otro esperando su respuesta.

- Mi papá me va a enviar a la escuela militar -dijo susurrando, me quedé en silencio y él continuó- Gracias por todo hermanita, te juro que cuando vuelva te lo recompensaré -cortó la llamada sin que me dejara añadir nada más. Esa noche no pude dormir de pensar en el pobre Ken y cómo se debe estar sintiendo ahora.

Nota antigua:
Hola mis hermosas patatas kawaii :3

Les traje otro capitulo muy seguido del anterior ya que tenia exeso de inspiracion y empeze a escribir y no pude parar.

Como saben se acerca lo bueno (͡° ͜ʖ ͡°)

Gracias por leer y nos nablamos pronto, las kelo muxo <3

Bye ;)

Nota:

rayos, este capítulo es tan emotivo con lo de Ken que casi lloro, en serio editar está siendo difícil con tantas cosas y personajes que ponía, pero daré lo mejor de mí :(((

mañana de pronto publique otra edición, o esta noche, o más tarde no sé, me pondré a la obra con mis otras historias, ¡no olviden pasar por mi bookcover y portafolio, amixes!

gracias por las estrellitas 🌟

Editado. 04/11/18

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