Capítulo 84

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Continuación POV Clarisse:

— Gracias por venir conmigo, amiga. Estoy segura de que a James le alegrará ver que nos reconciliamos.

— Es un placer, además también extrañaba al chico del sartén.

Cuando llegamos al hospital, nos reciben los padres de Emma y estos al verme me saludan efusivos. Yo les correspondo el saludo de igual manera.

— ¡Clarisse! ¡Es bueno verte de nuevo!

— ¡Gloria, Louis!—Los abrazo a ambos—. Yo opino lo mismo, ya los extrañaba. ¿Como han estado?

— Muy bien ¿y tu, linda?—Contesta la madre de mi amiga, mientras que louis va a saludar a su pequeña.

— Me alegro mucho por ustedes.

Antes de que pueda continuar la conversación, Emma me interrumpe arrastrándome directo a la habitación de James, el cual parece estar despierto leyendo una revista. Al percibir nuestra presencia, el chico deja de lado la revista y se intenta poner en pie, luego recuerda su estado y que debe guardar reposo porque aún está débil. Así que, no tiene más opción que quedarse en la posición que estaba.

— Parece que a veces se me olvida mi estado—Se burla—. ¿A que debo su visita? Las extrañaba pero creí que, ya que desperté, iban a descansar un tiempo de mí.

— No seas tonto—Lo riño—.  Aunque seas un pesado, nunca nos cansaríamos de ti.

— Pesado en el sentido literal, porque no puedo moverme o valerme por mi mismo—El chico como siempre, saca chistes hasta de los altibajos de la vida.

— No digas tonterías—Protesta la rubia.

— Es una broma ángel, ¿sabes? Ahora que he pasado por esto, he decidido que no hay que tomarse todo tan enserio y que no hay nada de malo en charlar de vez en cuando sobre las situaciones de la vida. Se trata de ver lo mejor de la vida y sonreír ante lo malo.

— Ahora que lo dices... tengo una duda y como tú lo viviste por cuenta propia, supongo que me la puedes responder y en caso de que no, aquí está Clari que estudia medicina.

— Habla de una vez rubia—Acosa el chico.

— Si tu cerebro estaba sin reaccionar... ¿entonces no hacías tus necesidades?—Tanto James como yo soltamos una carcajada.

— Es mejor que Clarisse responda a tu pregunta, puesto que sabe mas que yo. Por lo que sé, la enfermera se encargaba de esas cosas.

— Lo que Jamie dijo es cierto—Intervengo—. El hecho de que el cerebro esté sin actividad no quiere decir que el cuerpo también, de hecho las mujeres fértiles en estado de coma siguen menstruando, por eso el trabajo de las enfermeras es poner y cambiar las toallas y limpiarlas; en caso de las necesidades, se coloca una sonda para recoger los desechos y se les limpia también además de bañarles, etc. Así funciona, Emms.

— Ya veo... interesante. ¿tú podías escuchar? Dicen que las personas en coma escuchan todo lo que pasa a su alrededor.

— Así es, pero no me acuerdo de muchas cosas como quisiera.

— Emma y su curiosidad—Decimos James y yo al tiempo.

— ¡oigan! Esas preguntas son interesantes, admítanlo.

— Bueno... es cierto, pero es chistoso tu forma de hacerlas—Se burla el chico.

— Sé que me amas y también la formas en que las hago—Se alaga la rubia.

— Así es, querida hermanita—Lanza un beso al aire y la rubia lo atrapa rápidamente.

— No sabes cuan aliviada estoy de que finalmente estés a salvo.

— Al menos ya desperté, ahora si puedo decir que llevo en mí la experiencia Disney. Ya ataqué a una princesa con un sartén y actualmente me metí en el papel de bella durmiente—Bromea el chico y no puedo evitar reírme al recordar nuestro inolvidable viaje a Disney.

— Más que "bello durmiente" parecias un "zombie durmiente"—Se burla Emma.

— Es verdad, no es como que fueras un actor de telenovelas que luce perfecto en coma—La apoyo.

— Aunque a ambas le cueste admitirlo, saben que soy perfecto, tanto por dentro como por fuera, dormido o despierto, con luz o sin ella, " bello" o "zombie".

— ¡Está bien! Creo que ya entendimos, Héroe.

— Si, nos queda claro. Pero no puedo negarte que de verdad te extrañé mucho—Me sincero.

— Lo sé, escuché lo que me dijiste el otro día.

— ¿Viniste a visitarlo?—Había olvidado que no le había dicho nada a Emma y ella luce bastante asombrada ahora mismo.

— Si. Luego de que fuiste ese día a mi casa y me dijiste que estaba en coma, vine a verlo y al darme cuenta de que aún tenía amigos que me necesitaban... Pues pude reacciónar de mi depresión—La chica me abraza y yo le devuelvo el gesto.

— Pensé que ese día que tuvimos la pelea, todo había sido en vano.

— No fue así, sólo que el proceso fue lento.

— Me alegra tenerte de vuelta—Volvemos a abrazarnos.

— Me uniría pero como saben... no puedo—James nos interrumpe y ambas rompemos el gesto—Me alegra verlas juntas de nuevo.
Hablando de reuniones... ¿dónde están sus novios?

— Resulta que se quedaron para tener un día de hermanos, ese par me tenía harta con tanta discusión que tuviero—Le explica mi amiga.

— Me alegra que ya todo vuelva a la normalidad. Cuando estaba en coma y escuchaba sobre que su amistad iba mal... no les voy a negar que eso me entristecía mucho. Esos fueron tiempos difíciles y se necesitaban unos a otros, sin embargo, todo lo que hacían era alejarse.
Al menos ya cayeron en cuenta.

— Eso te lo debemos a ti, tu nos uniste de nuevo Jamie—Me acerco a la camilla y lo abrazo, él me lo devuelve encantado—. Te quiero loco del sartén, nada era lo mismo sin ti haciendo de las tuyas.

— Yo también te quiero mi clarie, la verdad es que extrañé mucho verte por ahí con Dominic o dando tus consejos como siempre—Nos separamos y les doy su espacio a Emma y mi amigo para que charlen mientras yo voy por un café.

Al volver, noto la tensión en el ambiente, así que me quedo de pie junto a la puerta mientras decido si debería o no entrar, pero Emma se da cuenta y me hace señas para que ingrese.

— ¿Interrumpo algo?

— De hecho no—Me contesta James—. Estaba diciéndole a Emms que la noto rara y ella evade mis preguntas, ¿tu que dices, Clari?

— Yo... prefiero no meterme en sus asuntos.

— ¿Viste? Clarisse está de mi lado.

— Ella no lo aceptó—Protesta la rubia.

— Porque no se quiere meter, pero también la conozco y puedo asegurar que opina algo sobre mi punto y sabe también lo que te pasa.

— Ya dije que no pasa nada, todo está perfectamente bien.

— Claro ¿y yo soy... rapunzel?

— Bueno... el papel te queda y que más que lo interpretaste a la perfección en Estados Unidos—Me siento en el sofá a observarlos discutir e intentar aguantar la risa ante tal comentario de la rubia.

— Emma esto es serio, ¿que te hizo Liam?

— ¿Porqué todo lo que me pase lo asocias a él? Puede ser otra cosa... ¿sabes? Mi vida no gira en torno a él.

— ¿Ves? pasa algo con él, si no ¿entonces porqué actúas tan a la defensiva respecto a ese tema?

— Ah te odio, ¡siempre te das cuenta de todo!

— Ese es mi trabajo como hermano, así que o me cuentas ya mismo o llamo a Liam y le pregunto. Tu decides.

— ¡Agh! Está bien—Protesta—. No sé que pasa con él, según dice, todo entre nosotros está "normal"—Se sienta en la cama junto a James—. ¿Tienes idea de cuánto he llegado a odiar esa palabra en esta última semana? Él cree que soy una estúpida, no es así. Algo pasa y él no confía en mi.

— No digas eso, ángel. En las parejas siempre debe haber un poco de misterio, eso hace la relación más interesante. No creo que sea nada malo, posiblemente problemas en el trabajo o algo relacionado al caso que debe estar guardándose para no herirte.

— Lo sé, ya consideré esas opciones. ¿Qué tal que no sea eso y se esté cansando de mi o nuestra relación? ¿o... si es otra chica?

— Vas a hacerme llamar a Liam enserio, si sigues con esas tonterías.

— James, no son tonterías. Conozco a Liam, por eso estoy segurísima de que esconde algo—Pone los ojos en blanco y se levanta de la cama—Nadie quiere creerme, me tachan de ser una dramática que solo quiere llamar la atención pero sé que mis sospechas no son en vano.

— Nadie en este momento ha dicho eso de ti, debes calmarte, ángel.

— Estoy deacuerdo con James, todo saldrá bien y si hay algo mal... el tiempo lo dirá—Apoyo al rubio.

— Como quieran. No es nuevo que la gente finja que las cosas están " normal", parece que Liam los reclutó para su club de la normalidad—Nos fulmina con la mirada y sale de la habitación.

— Esa hermanita mia me va a sacar canas antes de tiempo—James suspira y reclina su camilla con un botón a su lado para quedar medianamente sentado—Mis admiraciones para Liam, por tener tanta paciencia.

— Ella es todo un caso, más cuando se le mete algo a la cabeza.

— Si, totalmente. Me tiene algo preocupado y creo que tendré que llamar a Liam.

— ¿Crees que sea necesario?—Dudo si es lo más conveniente que James se interponga en el reciente problema de pareja.

— Si... Ayer el padre de Emma, el señor Louis me preguntó si tenía idea de lo que le ocurría a su hija. Cuando fue por ellos al aeropuerto, la notaron extraña pero ninguno le preguntó nada.

— James... No creo que sea una buena idea, puedes causar más drama.

— Liam me dijo que la cuidaría, así que no le veo el inconveniente de llamarlo.

— Supongo que nada de lo que diga te hará cambiar de opinión, así que... adelante. No te detendré—Me rindo.

— Por eso te quiero tanto.

— ¿Por alcahuetear tus locuras?

— Eso y que siempre apoyas a tus amigos sin importar qué, hablando de eso... ¿podrías hacerme un favor?—Asiento—. ¿Me pasas mi celular?

Hago lo que me pide y de inmediato el chico comienza a marcar el número de mi cuñado, el cual contesta al primer tono y James lo coloca en altavoz para incluirme.

<< ¡James, amigo! ¿Cómo estás? Wow no hablamos desde que...>>

<<Desde que caí en coma, lo tengo bastante presente Liam>>—Se forma un silencio, así que james es quien decide cortarlo—. <<Te llamo porque noto algo extraña a mi hermanita, ¿sabes por casualidad que pasa?>>

— <<No, todo entre nosotros va perfectamente bien. Porqué, ¿te ha dicho algo?>>

— << ¿Y que pasaría si fuera así? Soy su hermano y haría cualquier cosa para protegerla y procurar su bienestar, amigo.>>

— <<No habria problema, no sé qué te diría sabiendo que todo está normal entre nosotros.>>

— << Precisamente esa palabra es la que la inquieta.>>

— <<No puedo creer que ella te esté preocupando e incomodando por asuntos sin importancia, cuando tú acabas de despertar.>>

— <<Y yo no puedo tolerar que digas eso. Ella no vino a hacerse la víctima conmigo, fui yo el que descubrió que las cosas no están bien.>>

— <<James, entiendo que quieras protegerla. De todas formas, no hay nada malo>>—La respuesta de Liam es insegura.

— <<Sabes que si llegas a hacerle daño, yo mismo me encargaré de hacerte pagar. Así me demore más tiempo de lo esperado, a penas me recupere, serás el primero en pagar.>>—Amenaza el chico.

— <<Mira... No quiero ser grosero pero, en este instante tienes cosas más importantes que hacer al igual que yo. Tú mismo lo dijiste, tienes que mejorarte y te recomiendo que te concentres en eso.>>

La actitud de Liam me llena de rabia. Entiendo que esté pasando por una situación difícil y no quiera contarnos para protegernos, pero él sabe perfectamente que está haciendo sufrír a Emma.

— <<Pensé que ella te importaba más, en el fondo eres totalmente conciente de que Emma no está bien y tú simplemente decides ignorarlo.>>

— <<No lo ignoro...>>

— <<Entonces no sé que estás esperando para solucionar las cosas. Debe sentir que confias en ella, si no actúas rápido la vas a perder...>>

— <<¡¿Es una amenaza?!>>

— <<No, es un consejo. La conozco y está comenzando a cansarse, tú la estás alejando y ella terminará de hacerlo sola. Te advierto que te las verás conmigo.>>

— <<Creí que estabas de mi lado.>>

— <<Exacto, hasta que se meten con lo mas valioso para mi y esa es Emma. Que ni se te ocurra seguir haciéndole daño, más te vale sincerarte
con ella lo antes posible>>—Sin más que decir, cuelga la llamada.

— Eso si que fue... intenso, deberías descansar. No es bueno para ti que tengas emociones intensas.

— Está bien doctora, lo que diga—Antes de salir de la habitación me detiene—. ¿Podrías hacerme un favor?

— Sabes que me puedes pedir lo que sea.

— ¿Puedes encargarte de Emma por mi?

— Claro que si, haré lo que pueda. Si esto se sale de control, te dejo el trabajo a ti después de que descanses.

— Claro, aunque estoy seguro de que lo harás bien. Siempre te has caracterizado por estar ahí para todos, así que te lucirás y confío en ti.

Le regalo una radiante sonrisa y asiento ante su petición, posteriormente salgo de la habitación y voy en busca de Emma.
Camino por los largos pasillos sin tener mucha suerte hasta que al fin la encuentro en un pasillo algo alejado, mirando hacia un gran ventanal.
Me acerco sigilosa hasta ella, para quedar a su altura.

— ¿Qué piensas tanto?—Interrumpo sus pensamientos.

— ¿James te envío, no es así?

— En parte, en otra parte sabes que vendría de todas maneras.

— ¿Tu estás de parte de Liam?—Niego con la cabeza—. Si lo estuvieras lo entendería, después de todo, él estuvo del tuyo durante todo este tiempo.

— Que seamos buenos amigos no significa que tenga que estar de acuerdo con todo lo que haga, ni que deba apoyarlo cuando está equivocado. Lo que si opino, es que deberías entenderlo.

— Lo he hecho, sólo que ya no soporto más amiga.

— Te entiendo, de eso se tratan las relaciones. La clave es la paciencia y él ha tenido mucha contigo, así que dale confianza.

— Por más que quiera ayudarlo, me estoy hartando. Se supone que a principios de este año se alejó para solucionar sus problemas y así aprender a confiar más en los demás, pero parece que volvió a caer en la oscuridad de la soledad.

— Emms, por favor. Él es un buen chico, sólo necesita tiempo y paciencia.

— Eso es lo que he tratado de darle, todos tienen su límite y creo que estoy llegando al mío.

— Lo sé y te entiendo, pero...—Hago todo mi intento por hacerla reaccionar, ella lo que hace es interrumpirme.

— Clarisse... ya es suficiente. Me alegro que tu relación con Dom esté nuevamente bien, aunque creo que la mía con Liam está en su momento crítico. No sé cuánto tiempo más continue así, por ahora debo pensar las cosas.

— No te insistiré más y respeto tu decisión. Tienes mi apoyo sin importar que pase... ¿lo sabes, cierto?

— Así es y te lo agradezco—La rodeo en un cálido abrazo y por unos segundos espero que pueda sentirse tranquila o mejor dicho menos sola. Unos minutos después, ambas volvemos a la habitación de James para despedirnos.

— Cuídate mucho Clarisse y espero que vuelvas a visitarme pronto.

— Tenlo por seguro, amigo—Me inclino y le doy un corto abrazo hasta donde la camilla me lo permite.

Emma hace lo mismo, no sin antes besar la mejilla de James y prometerle que volverá al día siguiente y lo mantendrá al tanto de lo que pase con Liam.
El camino a la casa de Emma es silencioso y apenas llegamos, nos topamos a los hermanos en la sala viendo un partido de fútbol americano.

— Han llegado nuestras princesas—Dice Dom en cuanto nos ve entrar.

— ¿Cómo les fue?—Pregunta Liam, buscando con la mirada a Emma, quien ha desaparecido de repente. Apenas veo como sube las escaleras y se mete en su cuarto, parece que no tiene muchas ganas de hablar.

—Bien—Le contesto a mi cuñado, al tiempo que me acerco a Dom para sentarme en su regazo y besar con cariño sus labios.

— Si... Eso noto—Responde inseguro, obviamente sabe que las cosas no van por buen camino.

Los tres guardamos silencio y seguimos viendo el partido.
Pasada media hora, la rubia baja las escaleras con una mochila en dirección al ascensor.

— ¿Te vas de excursión hermanita falsa?—Molesta Dom, ella lo ignora por completo y sigue su camino.

— ¡Oye, Emms! ¿A donde vas?—Llamo su atención, su expresión indiferente me preocupa.

— Voy a pasar unos días con mis padres, hace mucho que no los veo y tal vez eso me ayude a pensar—Todos sabemos a qué se debe esa decisión o mejor dicho, a quien... Liam.

— No tienes que irte, si tanto te molesta estar en el mismo lugar que yo, entonces mejor soy yo quién se marcha. Esta es tu casa—El chico sube a empacar sus cosas después de esto y a Emma no parece importarle, sin embargo mi novio es quien la hace entrar en razón.

— Odio decirlo pero, mi hermano tiene razón. Además... ¿vas a preocupar a tus padres de esa manera?

— Tienes razón, no obstante, quiero pasar esta noche con ellos—Antes de que podamos decir algo, ya se ha marchado.

Para cuando Liam baja con su equipaje ya es bastante tarde y al darse cuenta de ello, tira sus maletas y rompe en llanto. Tanto Dominic como yo corremos para consolarlo, él se niega.

— Dominic ¿puedes darme las llaves de tu penthouse?—Mi novio se las tira, el chico las toma y sale del edificio dejándonos a el rubio y a mi solos.

— ¿Qué se supone que vamos a hacer ahora?—Pregunto exasperada, no es nada agradable esta situación.

— Relájate amor, vamos a hallar la manera de apoyarlos y volver a unirlos como ellos hicieron con nosotros—Se acerca a mí y me envuelve en sus brazos.

— No me gusta verlos así, ¿Liam te ha dicho algo?—Dominic comienza a distraerme repartiendo besos por mi cuello—. Dom... esto es serio, tus deseos pueden esperar.

— Lo siento, es que te he extrañado demasiado. Tienes razón, igual debemos darles su espacio; ellos ya no son niños y deben pensar las cosas, no podemos actuar por ellos.

— Lo sé, pero... me preocupan.

— Amor yo sé que tu amas que todo sea color de rosa y que no hayan conflictos, pero... las relaciones son así y a veces es necesario para afianzarlas. No te preocupes.

— Está bien—Acepto, aunque no del todo. Sé que mis amigos necesitan mi ayuda y voy a seguir ahí por si me necesitan.

— Ese "está bien" no me convence.

— Si que me conoces, de todas formas no me voy a rendir digas lo que digas—Me acerco a él, le doy un casto beso y cuando se inclina a besarme, salgo corriendo hacia arriba.

— Oh... no escaparás tan rápido, ¡mucho menos cuando no me has dado mi beso!

Mi chico comienza a perseguirme por todo el lugar y los perros de Emms y Liam se nos unen, parece que los chicos olvidaron a sus "hijos" en medio de la discusión.
Cuando finalmente logra atraparme, ambos nos unimos en un tierno beso y perdemos el equilibrio cayendo en el suelo. Por suerte, yo caigo sobre Dom así que, no me lastimo.

— Parece que haremos de boleros cuidando a nuestros sobrinos peludos.

— Va a ser muy divertido, aunque me siento algo mal por los chicos. Es decir, ninguno se ve muy bien.

— Relájate Amor, trata de no pensar más en eso por hoy. Debemos darles su espacio, mientras tanto deberíamos ir a comer algo y luego a la cama. Hoy fue un largo día, necesitamos energía—Me tranquiliza mi gruñón.

— Estoy deacuerdo—Dominic me ayuda a ponerme de pie y toma mi mano para salir del lugar en busca de comida.

Así es que nuestro día termina con una deliciosa comida, fuimos a un restaurante no tan lejos del edificio de los chicos, donde venden comida mexicana. Nos decidimos por unos deliciosos nachos con queso y papas fritas, después de tal banquete volvemos al edificio y comenzamos a leer un capítulo de nuestro libro favorito antes de quedarnos dormidos por completo.

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