Capítulo 86

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POV Clarisse:

Dominic acomoda a los gemelos en el coche y comienza a bajar las maletas de los niños, mientras tanto me cuelgo a Tom como puedo en una cangurera y arrastro el coche dentro del ascensor, justo ahora parezco un árbol repleto de niños.

Milagrosamente logramos subir a los niños y sus cosas en un sólo viaje hasta el departamento.

— Me da la impresión de que olvidé algo—Dice Dom a penas entramos.

— Si genio, olvidaste a tus sobrinos.

— Clarisse... Yo no tengo sobrinos, Liam no tiene hijos.

— ¡Los perros, Dominic! Los pobres se deben estar muriendo del calor.

— ¡Cierto!—Sale corriendo escaleras abajo, porque según lo escucho decir, por el ascensor sería muy demorado.

Aprovecho para organizar un poco el lugar, cambiarles el pañal a los niños y ponerles algunos juguetes para que se entregan momentáneamente. Los dejo en la sala de estar jugando sobre la alfombra y me voy a la cocina para preparar sus biberones.
Estoy lavando los biberones cuando por primera vez siento la vibración sobre mi vientre que simula el movimiento de los bebés, nunca he estado embarazada realmente por lo que no puedo tener un punto de comparación, pero Abigail siempre ha dicho que los efectos de la panza electrónica están muy cerca de las sensaciones reales.

Me siento algo extraña con esto puesto, cuando la pelirroja y yo hicimos el proyecto para la universidad se supone que estaba programada para el embarazo de un solo bebé, pero ahora se supone que son dos y en un periodo de gestación muy avanzado. Será interesante sentir algo parecido a lo que vivió Abi embarazada de gemelos.
Vuelvo a la sala con tres biberones tibios y los dejo sobre la encimera, ahora debo ingeniarme una manera de levantar a los bebés del suelo con cuidado de no ir a hacer un mal movimiento. Me inclino doblando las rodillas y apoyando el peso de Lea y Troy a cada lado de mi cintura, de la nada los gemelos comienzan a llorar.

— ¿Qué les pasa pequeños?—Digo con ternura, caminado de un lado a otro para tratar de calmarlos.

— ¿Tienen hambre?—Me siento con ellos en el sofá y me turno para darles el biberón. El problema es que no puedo alimentarlos a los dos al tiempo, por lo que mientras que le doy a leche a uno, el otro comienza a llorar.

Después de un largo rato, mucha baba en mi camisa y gran perseverancia, los bebés se quedan dormidos satisfechos y yo termino sudada y cansada.

— ¿Dónde rayos se metió Dominic?—Susurro para mí misma, ya ha pasado más de una hora y nada que aparece. Estoy por llamarlo cuando mi hermano me jala el pantalón y me extiende los brazos para que lo cargue, por poco olvidó que Tom estaba aquí.

— Bro, estoy muy cansada... ¿No prefieres que juguemos un rato?—El niño se me queda mirando fijamente y su labio inferior comienza a temblar, clara muestra de que va a llorar. No quiero que despierte a los otros bebés, por lo que no me queda más opción que cargarlo, aunque no se de dónde voy a sacar las fuerzas necesarias.

— Ya voy, ya voy—Estoy por levantarlo del suelo cuando una punzada en mi espalda me lo impide, me retuerzo de dolor y llevo mi mano directamente hasta el sitio afectado, casi como acto reflejo empiezo a acariciar mi vientre y a masajear mi espalda.
Es tanta la tecnología de esta cosa que responde a mi tacto y luego de algunos segundos el dolor va disminuyendo, Thomas me mira preocupado sin entender lo que me pasa—. Tranquilo, ya pasó.

vuelvo a hacer el intento de cargarlo y esta vez lo logro. Camino como puedo con una mano apoyada en la cintura para procurar estabilizar mi reciente peso extra y en ese momento el ascensor se abre dejando ver a Dominic con algunas bolsas en las manos, acompañado de Liam y los cachorros.

— ¡¿Pero que?!—Reacciona Liam a penas me ve—. ¿Clarisse que te pasó?

— Amor... ¿estás bien?—Dominic está igual o más sorprendido que su hermano.

Alcanzo a ver mi reflejo en el espejo de la sala y realmente me veo rara, tengo el pelo recogido en un moño desordenado y algunos mechones pegados a la cara sudada, mi camisa que antes era blanca ahora tiene pequeñas manchas de baba de bebé, mi gigantesco vientre es lo que más resalta ya que parece como si en cualquier momento fuera a explotar por el gran volumen que tiene y estar cargando a Tom no me ayuda mucho, ya que para ponerlo sobre mi cintura tengo que hacer una posición medio rara que da la impresión de que se me fuera a fracturar la espalda.

— Creo que necesito descansar—Les digo en un tono leve.

— ¿Dominic en que estabas pensando?—Dice Liam, mientas se apresura a ayudarme cargando a Tom—. No pensé que exageraras tanto cuando me dijiste de tu "inocente" juego, mira como tienes a mi cuñada.

— Cariño, déjame ayudarte a subir... Creo que debes tomar una siesta, nosotros nos haremos cargo—Ambos subimos y momentos después, Dom me deja sola.

Me cambio de ropa y finalmente me tumbo en la cama para tomar una pequeña siesta, no sin antes mandarle un mensaje a Emms. Creo que ésta será una oportunidad perfecta para que Ella y Liam se acerquen. Sé que a penas llevan unas horas de no verse, pero puedo apostar lo que sea a que ya se extrañan.

Clarisse: Emms necesito que vengas los antes posible, olvidaste a Chloe.
Además, tengo una emergencia y necesito tu apoyo.
PD: ¿puedes venir en una hora?

Envío el texto y finalmente caigo dormida, estoy segura de que mí amiga vendrá y el plan será un éxito.
Me despierto por el fuerte ladrido de los cuatro cachorros, posiblemente estén alborotados porque mi rubia amiga ha llegado y espero así sea porque estoy a punto de explotar con todo el estrés que este "juego" me ha proporcionado, además, no creo que haya sido muy buena idea haber dejado a los dos hermanos a cargo.

Giro con cuidado hasta el otro lado de la cama donde está mi reloj electrónico y observo la hora, no puede ser... he dormido más de una hora. Me levanto rápidamente de la cama, al parecer esto fue una mala idea. Me invade un momentáneo mareo, me sostengo de la pared hasta que pasa para luego ir al baño y arreglar mi aspecto ante el espejo. Una vez estoy presentable, salgo de la habitación y bajo las escaleras hasta el salón.
Allí me encuentro con la rubia, la cual se queda boquiabierta al ver mi panza, ahora recuerdo que olvidé informarle de la idea de mi novio en el mensaje de texto

— Clarisse, cuando me enviaste ese texto de que había una emergencia... me imaginé de todo menos esto. ¿En qué estás pensando?

— Esa pregunta deberías hacérsela a Dominic, él fue el de la idea—El chico hace presencia en ese momento como si lo hubiésemos llamado por telepatía o algo por el estilo.

— ¿Hablaban de mí?—Pregunta inocente.

— Exacto—Interviene mi amiga—. ¿A caso te has vuelto loco? De por sí ya lo eres, pero ahora más de lo normal. ¿Tan necesitado estás de tener hijos que pones a mi amiga en estas?

— Gusto en verte, Emma. En cuanto a tus acusaciones... es sólo un juego, no te lo tomes a mal. Además, no lo hubiese hecho sin el consentimiento de mi novia.

— ¿Es que no entiendes que ella es capaz de hacer cualquier cosa por verte feliz, porque te ama?así no esté de acuerdo.

— Lo sé y por eso pensé que sería buena idea hacer esto para ir tomando experiencia para cuando queramos tener hijos.

— No opinaré nada más porque eso es problema suyo—Ante el alboroto de ambos, Liam ingresa a la sala y al verse, tanto Emma como él se quedan mirándose el uno al otro con su rostro inexpresivo y el ambiente se torna incómodo inmediatamente.

— Hola...—Rompe el silencio mi cuñado, por más que quiera ser orgulloso, no va con su naturaleza y menos ante la chica que ama.

— Hola—Responde Emma cortante, luego se gira en mi dirección—. ¿A caso también se te olvidó decirme que él estaba aquí?

— Yo... —Flanqueo por un segundo, luego me recupero y respondo con firmeza—. Como tu amiga quiero lo mejor para ti, precisamente siempre te apoyo en todo, sin embargo, no te voy a alcahuetear cuando te equivocas. No estoy de parte de ninguno de los dos, de hecho ambos han tenido sus errores como cualquier ser humano, por eso deber arreglar las diferencias y entender los errores, que es algo que todos, queramos o no, cometemos muchas veces sin intenciones de herir al otro—Después de mi discurso, tomo a los gemelos que están en la alfombra y me siento con ellos para jugar un rato. Dominic me imita y entre los dos distraemos a los bebés. mientras que mi hermano duerme plácidamente en el sofá.

— Mi cuñada tiene razón, queramos o no cometeremos errores y no es con intención de herirnos, es que es algo común como seres humanos.

— Yo soy consciente de eso Liam, exactamente por eso creo que como ser humano tienes la capacidad de razonar cuando algo va mal... ¿no es así?. Tú sabías que tenía razón desde que mis sospechas de que me ocultabas algo comenzaron.

— Emma....—Intenta convencerla el chico.

— Es mejor que me vaya ya. ¡Chloe!—Llama a la cachorrita, ella sale corriendo hasta los brazos de su dueña.

— Emma no se te ocurra irte, ayudarnos es su deber como tíos—Le suplico, es una excelente excusa.

— Esto no es real Clarisse, yo sólo tengo un sobrino y ese es Mushu—Parece que tanto Dominic como Emma ven a los animales del otro como sus sobrinos.

— Emms, por favor... te necesito—Sonrió levemente—. Te necesitamos—Acarició mi vientre refiriéndome a los supuestos bebés.

— Parece que esta locura se les contagió a todos.

— Rubia quédate, por favor... Clarisse te quiere aquí y debemos evitar que se estrese—Le pide mi novio.

— Además, esto también les puede servir a ustedes como práctica cuando decidan ser padres—Completo.

— Ya somos padres—Dice Liam y la rubia lo fulmina con la mirada.

— Bien, me quedaré. Lo único que pido es que por favor no traten de forzar las cosas—Nos pide a Dom y a mí.

— Tengo algo de hambre... ¿Quieren comer algo?—Les ofrezco.

— Yo más que hambre tengo sed.

— Coincido con mi hermano.

Los chicos cargan a los gemelos, mientras que Emms y yo vamos a la cocina para preparar algunos bocadillos y servir té.

— ¿Qué tal la sensación?— Emms sirve el té, en tanto que yo hago algunos pasa bocas.

— Es muy agotador y milagrosamente aún no he tenido contracciones.

— Creo que es cuestión de tiempo. Recuerdo cuando Abi y tú hicieron el proyecto el año pasado, muy seguido ambas se quejaban de dolores... ¿De verdad es tan real?

— Si, demasiado. Algún día deberías ponértela para tener la experiencia.

— Creo que paso, he visto ustedes como sufren con esa cosa.

— No es tan malo una vez te acostumbras—Inconscientemente llevo una mano a mi espalda.

— Ahora de verdad pareces una mamá—Ambas llevamos los snacks a la sala y nos encontramos con una tierna escena.

Liam tiene a Lea en brazos y le hace muecas que hacen que la bebé ría a carcajadas y el chico también lo haga, Gold está sentado a un lado de ellos y frota con cariño su cabeza en el torso de la bebé. Emma se queda embobada observándolos con una tonta sonrisa en el rostro.

— Parece que Liam no solo es bueno con los perros—Exclamo.

— Eh... hay que repartir la comida—Hace un intento por cambiar de tema.

— Si, Emms...

— No empieces Clarisse, ya te dije... me quedo si no fuerzan las cosas—Guardo silencio y dejo la bandeja con los pasa bocas sobre la mesa en el centro de la sala mientras que Emms les pasa a los hermanos un vaso de té.

— Gracias Rubia—Le guiña un ojo Dom, se inclina para tomar un bocadillo—. Están deliciosos cariño, muchas gracias.

— Es con mucho gusto, ahora es mejor disfrutar de este momento juntos, dejando de lado las diferencias.

— No empieces de nuevo amiga, por favor.

— No la interrumpas, deja que continúe—La interrumpe Liam—. Ella tiene razón, tanto ellos como yo estamos hartos de esto. Como ser humanos nos equivocamos y eso no va a cambiar.

— Eso lo tengo muy claro, igualmente como humano también tienes capacidad de razonar e intentar resolver las cosas cuando empecé a sospechar.

— Y tu deberías entender que como pareja, muchas veces debemos guardarnos algunas cosas para sí mismos y más cuando no queremos herir a la persona que nos importa. Tarde o temprano entenderás porqué lo hice.

— Se supone que las parejas se apoyan, se trata de aminorar las cargas entre los dos, no cargar con todo solo. Lastimosamente no es la primera vez que tenemos la discusión por ese tema y ya es muy tarde para intentar arreglar las cosas, Liam.

— ¿Porqué eres tan terca? ¡Siempre soy yo el que tiene que tragarse su puto orgullo!—Mi amiga intenta recomponerse, es claro que en cualquier momento romperá en llanto. Ninguno de nosotros habíamos visto a Liam enojado, al menos no de esa manera y no es nada agradable.

— Liam... cálmate—Intervengo.

— ¿Ahora si intervienes? Fuiste tú la que empezó todo esto, a pesar de haberte dicho que no quería que las cosas empeoraran—Me reprocha la rubia, deja la taza de té en la mesa de centro y se marcha de allí directo al balcón. Dominic va detrás de ella y yo me quedo consolando a mi cuñado.

— Lamento haber comenzado otra discusión, no quise hacerlo.

— No... por favor no te disculpes Clarie, nada de esto es tu culpa. Antes debería agradecerte por tu ayuda, Emma ahora no se da cuenta... parece cegada por el enojo.

— Deberías entenderla, no es nada agradable que te evadan u oculten cosas. A ella le ha dado muy duro, deberías tener en cuenta que puede estar pensando que te estás aburriendo de ella.

— Lo tengo en cuenta, la palabra "drama" le va muy bien y se hace unas películas que no sé porqué está perdiendo el tiempo siendo artista en vez de irse a hollywood y trabajar como guionista.

— ¿Entonces no debería ser artista?—Exclama Emma detrás de mi, su presencia me toma tan desprevenida que pego un brinco cayendo directo al suelo, provocando las carcajadas de Liam y Dominic que se ha unido a él.

— Por Dios, Emma... casi me matas del susto.

— Ahora resulta esto, genial—Me fulmina con la mirada, luego se le escapa una carcajada por más que intentara retenerla—. ¿Tan despistada estabas?—Se burla.

— ¡Deja ya de protestar y causar mas drama! Me duele la cabeza por tu culpa—Me quejo, la verdad es que la caída fue dolorosa, intenté poner mi peso sobre las manos, pero terminé yéndome de bruces.

— ¿Causar drama? Pero no dije nada gracias a que tu caída me distrajo—Continúa riéndose, de hecho los tres están tumbados en los sillones muertos de la risa mientras que yo sigo en el suelo intentando levantarme.

La panza no ayuda mucho, de hecho me proporciona mas dolor aparte de los dolores de cabeza. Mis intentos de ponerme en pie son en vano porque no puedo estabilizar el peso con esa cosa encima.

— Dominic, ya deja de burlarte de mi, ¡levanta tu anatomía y ven a ayudarme a parar de aquí!

— Es lo mejor cuando usas esos términos amor, te hace una doctora mucho mas sexy—Me halaga.

— Cállate y ayúdame, es enserio que me duele todo Dom.

— ¡Dominic! ¡Esto es maltrato a la mujer! ¿ A caso no has visto cómo está mi amiga?—Interfiere Emma, enojada. Hago un nuevo intento por levantarme pero una contracción me detiene.

— ¡¿Clarisse!? ¿Estás bien? Estás muy pálida—Me dice Liam asustado. Mi cuñado me ayuda a levantarme y finalmente, me hace tomar asiento en el sillón junto a él.

— Sabes que te apoyo en todas tus locuras, pero ésta si que es grande— Emma confronta a Dom.

Respiro profundo hasta que el aire vuelve a mis pulmones y paso varias veces mi mano sobre mi vientre para tratar de calmar los bruscos movimientos de los "bebés". Lo que faltaba, ahora los gemelos se asustaron por el alboroto y van a despertar a Tom.
Emms y Liam se van a atender a los gemelos, Dom procura volver a dormir a Tom que obviamente se despertó.

Tanto mi cuñado como mi amiga son dos peces fuera del agua en cuanto a bebés se trata y se ven bastante ridículos tratando de hacerlos que paren de llorar, por otro lado, Tom cada vez llora más fuerte y se remueve desesperado en los brazos de Dominic intentado llegar a mi.
Me levanto como puedo y camino despacio hasta llegar a él y le pido a Dom que me lo entregue

— ¿Segura?—Yo asiento y aunque él no está muy seguro, finalmente me permite cargarlo—. Con cuidado, podrías hacerte daño.

— Debiste pensar eso antes de que se te ocurriera este ridículo juego— Exclamo con sarcasmo, está por responder pero lo mando a preparar lo biberones.

Con esta experiencia estoy empezando a admirar mucho más a Abigail, no es fácil estar embarazada de gemelos y menos teniendo a otros niños que atender. Justo en este momento Tom me parece más pesado de lo habitual y el dolor de espalda se hace cada vez más fuerte, mezclado con la creciente presión que estoy comenzando a sentir en mi cadera.
El pequeño no deja de llorar y hago todo lo posible por calmarlo pero es inútil, siempre que se despida de su siesta se pone de mal humor.

Comienzo a caminar por todo el salón y cantarle para calmarlo, gracias a Dios funciona y esto lo pone de buen humor, así que lo bajo y comienzo a jugar con él persiguiéndolo por todo el salón. Cuando ambos ya estamos agotados, nos dejamos caer en el sofá aún riéndonos.
Dominic llega con los biberones hervidos y se los entrega a Liam y Emma para que se los den a los gemelos, después se tumba a mi lado y me abraza.

— Me siento muy mal por haberte puesto en esta posición, creo que no me he portado muy bien y no fue tan buena idea como lo pensaba.

— Espero que esto te sirva de algo y que hayas aprendido. La próxima vez, cuando ambos decidamos que es tiempo de tener hijos... espero que consideres también mi punto de vista y lo que quiero realmente.

— Si mi amor, así será. ¿Me perdonas?—Me pone su cara de perrito abandonado y yo no puedo resistirme.

— Claro que te perdono mi corazón, me alegro que al final hayas recapacitado.

Entre besos, biberones, tensión por Emms y Liam, juegos y finalmente descanso, termina la noche.
Al día siguiente llevamos a los gemelos de nuevo con su mamá y me quito finalmente esta molestia de mi abdomen para devolvérsela a mi amiga, Thomas quiso quedarse otros días conmigo y yo acepto gustosa, al menos ya no tengo la panza y será más fácil cuidarlo.

De tal forma que esos días juntos los disfrutamos al máximo, vamos a cine, comemos hamburguesa que es su comida favorita, jugamos con Dominic, vamos a un parque de diversiones, le compro juguetes, le enseño a leer y así es como termina nuestra semana de hermanos.

Tanto él como yo la necesitábamos, posiblemente no siempre podamos estar juntos, pero cuando lo estamos intento darle los mejores momentos para recordar y que sepa que estoy ahí para él, que lo amo muchísimo y siempre será mi bebé.

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